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Title: Tratado metódico y práctico de Materia Médica y de Terapéutica, tomo primero
Author: Espanet, Alexis, 1811-1886
Language: Spanish
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[Nota del transcriptor: La ortografía del original fue conservada.]



TRATADO METODICO Y PRACTICO
DE
MATERIA MÉDICA
Y DE
TERAPÉUTICA
FUNDADO EN LA LEY DE LOS SEMEJANTES

POR A. ESPANET

Traducido al español por D. PIO HERNANDEZ Y ESPESO
MÉDICO HOMEÓPATA.

Natura morborum medicatrix

Tomo primero.

MADRID
CARLOS BAILLY-BAILLIERE

LIBRERO DE CÁMARA DE SS. MM., DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL,
DEL CONGRESO DE LOS SEÑORES DIPUTADOS Y DE LA ACADEMIA DE
JURISPRUDENCIA Y LEGISLACION

--_Plaza del Príncipe Don Alfonso, núm. 8._--

            PARIS,          |    LÓNDRES,   | NUEVA-YORK,
    J. B. Bailliere é hijo. | H. Bailliere. | Bailliere hermanos.

    1862.



ÍNDICE DE MATERIAS

DEL TOMO PRIMERO.


PRÓLOGO. V.

INTRODUCCION. 1.--I. El medicamento y los medicamentos, 1.--II. La
naturaleza y el médico, 7.--III. Clasificacion, 10.--IV. Efectos
fisiológicos, 14.--V. Dósis infinitesimales, 17.--VI. Accion química y
dinámica del medicamento, 22.


A

=Aconitum=: _historia_, 29.--_Efectos fisiológicos_, 31.--_Efectos
terapéuticos_, 36.--_Estado prodrómico_, 36.--Fenómenos nerviosos
prodrómicos, nerviosos consecutivos, frio, espasmos,
congestiones.--_Estado agudo_, 40.--Fiebre.--Sudor y
laxitud.--Afecciones inflamatorias esténicas, plétora.--Congestiones
activas.--Consideraciones sobre las causas.--Reglas para su uso en las
diversas afecciones febriles y flegmásicas.--_Estado sobreagudo_,
53.--_Estado crónico_, 54.--Flegmasias subagudas.--Neuralgias, dolores
reumáticos.--Consideraciones sobre los síntomas del moral.--Variabilidad
de las fuerzas vitales.--_Dósis_, 60.

=Agaricus muscarius=: _historia_, 61.--_Efectos fisiológicos_,
62.--_Efectos terapéuticos_, 71.--Afecciones nerviosas asténicas, flujos
asténicos.--Afecciones mucosas asténicas.--_Dósis_, 72.

=Aloe gummi=: _historia_, 72.--_Efectos fisiológicos_, 73.--_Efectos
terapéuticos_, 74.--Plétora venosa, éstasis venosos.--_Dósis_, 75.

=Alúmina=: _historia_, 76.--_Efectos fisiológicos_, 77.--_Efectos
terapéuticos_, 86.--Afecciones rebeldes de las membranas
mucosas.--_Dósis_, 88.

=Ambra grisea=: _historia_, 88.--_Efectos fisiológicos_, 89.--_Efectos
terapéuticos_, 93.--Afecciones neuropáticas, tos irritativa.--_Dósis_,
93.

=Ammoniacum gummi=: _historia_, 94.--_Efectos fisiológicos_, 94.--_Efectos
terapéuticos_, 96.--Afecciones crónicas y flegmorrágicas de las
membranas mucosas y serosas.--_Dósis_, 96.

=Ammoniacum carbonicum=: _historia_, 96.--_Efectos fisiológicos_,
97.--_Estado agudo_, 99.--_Estado crónico_, 101.--_Efectos
terapéuticos_, 105.--Fiebres mucosas, afecciones catarrales, neurálgicas
y artríticas.--_Dósis_, 107.

=Ammoniacum causticum=, 108.

=Ammoniacum muriaticum=, 96.

=Anacardium orientale=: _historia_, 109.--_Efectos fisiológicos_,
109.--_Efectos terapéuticos_, 115.--Estado nervioso asténico, afecciones
mentales, parálisis seguida de sobreescitacion nerviosa.--_Dósis_, 116.

=Antimonium crudum=: _historia_, 116.--_Efectos fisiológicos_,
118.--_Efectos terapéuticos_, 126.--Fiebres intermitentes.--Fiebres
gástricas, flegmasías.--Afecciones reumáticas con ó sin fiebre,
neuralgias, erupciones, escrescencias, fungus.--_Dósis_, 129.

=Antimonium tartaricum=: _historia_, 129.--_Efectos fisiológicos_,
130.--_Efectos terapéuticos_, 132.--Fiebres intermitentes y de otra
especie.--Afecciones reumáticas, gástricas con ó sin fiebre, aftas en
las mucosas.--Flujos intestinales, neumonía, bronquitis, asma,
crup.--Afecciones cutáneas.--_Dósis_, 136.

=Antrokokali=: _historia_, 136.--_Efectos fisiológicos_, 136.--_Efectos
terapéuticos_, 137.--Caquexia herpética, afecciones catarrales
antiguas.--_Dósis_, 138.

=Argentum metallicum=: _historia_, 138.--_Efectos fisiológicos_,
138.--_Apreciacion de sus efectos en los órganos de la vida de
relacion_, 139.--_Apreciacion de los síntomas en los aparatos de la vida
orgánica_, 141.--_Efectos terapéuticos_, 145.--Afecciones neurálgicas,
lesiones orgánicas, cáries, laringitis crónicas.--Insomnio, prurito,
afecciones espasmódicas.--_Dósis_, 147.

=Argentum nitricum=: 147.--_Efectos fisiológicos_, 147.--_Efectos
terapéuticos_, 153.--Afecciones orgánicas de los huesos del corazon,
afecciones convulsivas, epilepsia.--Caquexias medicinales, afecciones
sifilíticas degeneradas.--_Dósis_, 154.

=Arnica=: _historia_, 155.--_Efectos fisiológicos,_ 156.--_Efectos
terapéuticos_, 163.--_Fiebres traumáticas_, 163.--Fiebres nerviosas
graves, meningitis, operaciones quirúrgicas.--_Flegmasías, pleuresía,
peritonitis, equímosis, erisipelas_, 164.--_Congestiones.--Lesiones
mecánicas. Hemorragias. Apoplejía, cólicos uterinos despues del parto,
accidentes propios de los cuerpos estraños_, 166.--_Neuralgias_,
168.--_Distension de la piel.--Forúnculos.--Tos.--Delirium
tremens.--Disentería pútrida.--Tétanos.--Parálisis_, 169.--_Dósis_, 170.

=Arsenicum album=: _historia_, 171.--_Generalidades_, 172.--_Síntomas
característicos_, 178.--_Estado prodrómico, efectos fisiológicos y
terapéuticos_, 181.--Malignidad, ataxia.--Uso preventivo.--_Estado
agudo, efectos fisiológicos y terapéuticos_, 183.--Fiebres tifoídeas,
intermitentes.--_Estado sobreagudo, efectos fisiológicos y
terapéuticos_, 184.--_Fiebres nerviosas, cólera_, 185.--Fiebres
intermitentes.--_Fiebres eruptivas_, 192.--_Flegmasías. Neuroses.
Carditis_, 192.--_Estado subagudo, efectos fisiológicos y terapéuticos_,
195.--_Afecciones mucosas, catarrales_, 196.--_Gastropatías_,
196.--_Fiebres lentas_.--_Afecciones subirritativas_, 197.--_Estado
crónico.--Efectos fisiológicos y terapéuticos_, 198.--Estado
diatésico.--_Afecciones del corazon y de los vasos capilares_,
199.--_Afecciones del sistema nervioso. Manías. Parálisis. Espasmos.
Neuralgias_, 200.--_Afecciones venosas y mucosas. Vómitos. Asma.
Hemoptisis. Flujos intestinales_, 203.--_Afecciones cancerosas,
ulceradas, escrofulosas. Colicuacion_, 204.--_Afecciones cutáneas_,
205.--Prurito, dartros, erupciones.--_Derrames serosos_, 206.--_Dósis_,
207.--Antídotos.

=Asa foetida=: _historia_, 209.--_Efectos fisiológicos_, 209.--_Efectos
terapéuticos_, 210.--Dolores, palpitaciones, opresion, cólicos,
hipocondría, cáries.--_Dósis_, 213.

=Asarum europæum=: _historia_, 213.--_Efectos fisiológicos_,
213.--_Efectos terapéuticos_, 216.--Vómitos espasmódicos, espasmos del
corazon, tos convulsiva, gota visceral.--_Dósis_, 217.

=Asparagus officinalis=: _historia_, 217.--_Efectos fisiológicos_,
217.--_Efectos terapéuticos_, 218.--Afecciones catarrales,
palpitaciones.--_Dósis_, 219.

=Asterias rubens=: _historia_, 219.--_Efectos fisiológicos_,
220.--_Efectos terapéuticos_, 220.--Congestiones apopléticas, escirro,
lesiones cutáneas.--_Dósis_, 221.

=Aurum follatum=: _historia_, 221.--_Efectos fisiológicos_, 222.--_Efectos
terapéuticos_, 226.--Melancolia, suicida, neuroses, neuralgias,
espasmos, congestiones, descenso de la matriz.--_Dósis_, 231.

=Aurum muriaticum=, 229.--_Dósis_, 231.

=Aurum sulfuricum=, 229.--_Dósis_, 231.


B

=Barita=: _historia_, 232.--_Efectos fisiológicos_, 232.--_Efectos
terapéuticos_, 234.--Astenia senil, escrofulosa.--Afecciones
neurálgicas, discrásicas, escrófulas.--Fiebres mucosas.--_Dósis_, 237.

=Belladonna=: _historia_, 237.--_Generalidades_, 239.--_Efectos
fisiológicos y terapéuticos del sistema nervioso_, 242.--Espasmos,
síntomas nerviosos de las fiebres graves, pasion ilíaca, hernia
estrangulada.--Afecciones histéricas, epilépticas,
asmáticas.--Neuralgias hiperémicas, hemicráneas.--_Efectos fisiológicos
y terapéuticos sobre el sistema sanguíneo_, 247.--Fiebres exantemáticas,
gástricas, mucosas.--Meningitis, hidrocéfalo agudo, fiebres
intermitentes.--Fiebre reumática, hemorragias, congestiones, delirio,
baile de San Vito, afecciones mentales.--Flegmasias, metritis, otitis,
angina.--_Efectos fisiológicos y terapéuticos en las afecciones del
sistema linfático_, 254.--Escrófulas.--Adenitis, úlceras, periostitis,
oftalmía.--Pénfigo, eritema, hidrofobia.--_Dósis_, 257.

=Bismuthum nitricum=: _historia_, 252.--_Efectos fisiológicos y
terapéuticos_, 259.--Gastralgia, diarrea.--_Dósis_, 260.

=Borax, natrum boracicum=: _historia_, 260.--_Efectos fisiológicos_,
260.--_Efectos terapéuticos_, 262.--Gastro-enteritis de los niños,
aftas, muguet, oftalmía crónica, fluxiones flegmorrágicas, diarrea.--Su
uso en obstetricia.--_Dósis_, 264.

=Bromum=: _historia_, 264.--_Efectos fisiológicos_, 265.--_Efectos
terapéuticos_, 268.--Crup.--_Dósis_, 268.

=Bromuro de potasio=, 268.--Accidentes sifilíticos,
escrofulosos.--_Dósis_, 270.

=Bryonia alba=: _historia_, 270.--_Estado prodrómico, efectos fisiológicos
y terapéuticos_, 272.--_Generalidades sobre la accion fisiológica de la
brionia_, 272.--Fiebres flegmásicas.--Afecciones de los tejidos mucosos,
serosos y fibrosos, neuralgias y su ritmo.--_Estado agudo, efectos
fisiológicos y terapéuticos_, 275.--_Fiebres intermitentes, remitentes y
biliosas_, 276.--_Fiebres nerviosas graves_, 277.--_Fiebres reumáticas,
puerperales_, 278.--_Meningitis y mielitis_, 279.--_Fiebres eruptivas_,
279.--_Pleuresía, neumonía_, 280.--_Tísis tuberculosas_,
281.--_Bronquitis, crup_, 282.--_Pericarditis_, 283.--_Hepatitis_,
283.--_Flegmasías esternas_, 284.--_Adenitis, flemones, tumefacciones
artríticas.--Estado crónico, efectos fisiológicos y terapéuticos_,
285.--_Hidropesías_, 285.--_Asma, histerismo_, 285.--_Dispepsia,
estreñimiento, diarrea_, 285.--_Neuralgias, reumatismos_,
286.--_Flegmasías crónicas_, 287.--_Dósis_, 287.


C

=Calcarea carbonica=: _historia_, 288.--_Efectos fisiológicos_,
289.--Discrasia alcalina y ácida.--_Efectos terapéuticos_,
294.--_Afecciones nerviosas_, 294.--Corea, epilepsia, hemicránea,
cefalalgias, afecciones paralíticas, neuroses, gastralgia,
neuralgias.--_Afecciones del sistema circulatorio_, 296.--Fiebre mucosa,
de los niños, afecciones del corazon.--_Afecciones gastro-pulmonales_,
297.--Diarrea, lientería, dispepsia.--_Afecciones del aparato
génito-urinario_, 298.--Menstruaciones escesivas, dismenorrea, edad
crítica, embarazo.--Aborto, metástasis lácteas, agalactía.--_Afecciones
del sistema cutáneo_, 300.--Manchas, pústulas, impétigo, pápulas,
prúrigo, favus, costra láctea.--_Afecciones del sistema linfático_,
301.--Caquexia escrofulosa con ó sin fiebre, osificacion lenta,
desarrollo incompleto ó irregular del organismo, tabes mesentérica,
raquitismo, tumores blancos, escrófulas.--_Afecciones de la
plasticidad_, 303.--Alteracion de la nutricion, atrofia, hipertrofia,
vegetaciones, escrescencias ficiformes, verrugas, alopecia,
úlceras.--_Dósis_, 304.

=Camphora=: _historia_, 305.--_Efectos fisiológicos_, 306.--_Efectos
terapéuticos_, 308.--Fiebre espasmódica ó prodrómica, síntomas
precursores graves en los accesos de asma, de histerismo, epilepsia; su
uso como preservativo del cólera. Administracion en la irregularidad de
las reacciones, en las congestiones, en el eritema, erisipela. Sus
primeros efectos en el estreñimiento, dismenorrea, eretismo, fiebres
nerviosas graves, disuria, vómitos.--Efectos escitantes secundarios en
la postracion de las fiebres graves, exantemáticas.--Elemento propio de
las enfermedades nerviosas.--_Dósis_, 312.

=Cantharis=: _historia_, 312.--_Generalidades sobre la accion
fisiológica_, 314.--_Efectos fisiológicos y terapéuticos_,
315.--Afecciones neurálgicas y espasmódicas, hidrofobia.--Fiebre,
flegmasías, hepatitis, irritaciones de las membranas mucosas, y
pseudo-membranosas.--Hematuria, hematémesis, estreñimiento, gonorrea,
catarro vesical.--Afecciones de las membranas serosas, exhalaciones,
edema, hidropesías, quemaduras, úlceras.--_Dósis_, 318.

=Carbo vegetabilis, animalis=: _historia_, 319.--_Reseña general de la
accion de este medicamento_, 320.--_Efectos fisiológicos y
terapéuticos_, 323.--_Afecciones agudas, cólera_, 323.--Fiebre con
caquexia.--_Estado diatésico resultante de afecciones agudas_,
325.--_Afecciones del sistema venoso_, 326.--Estasis sanguíneos,
sabañones, hemorróides, hemorragias, plétora venosa abdominal,
metrorragia, leucorrea, várices, hemotisis.--_Afecciones de los órganos
de los sentidos, del pecho y vientre_, 328.--Oftalmía, coriza,
rubicundez y tumefaccion de la nariz, de la boca, angina gangrenosa,
bronquitis crónica, coqueluche, gastralgia, gastropatías.--_Afecciones
del sistema cutáneo y linfático_, 331.--Congestiones pasivas,
erupciones, rubicundeces, úlceras, aftas pútridas.--Bubon sifilítico,
induracion de las glándulas.--_Dósis_, 334.

=Causticum=: _historia_, 334.--_Generalidades de su accion fisiológica_,
345.--_Efectos fisiológicos y terapéuticos en el sistema nervioso_,
337.--Rigidez, contractura, neuralgias.--Reumatismo, temblor senil,
parálisis.--_Efectos fisiológicos y terapéuticos de los órganos de los
sentidos y aparatos gastro-pulmonales_, 339.--Afecciones de los ojos, de
los oidos, fluxiones, laringitis, gastro-atonía, dispepsia nerviosa,
molimen hemorroidal y catamenial, astenia genital, incontinencia de
orina en los viejos, neuro-astenia.--_Efectos fisiológicos y
terapéuticos en el sistema cutáneo_, 342.--Herpes primitivo y
secundario, metástasis herpética, reumatismo crónico, irritaciones
rebeldes de las mucosas, prurito, aftas, ulceraciones, afecciones
vesiculosas, liquenóides.--Escrescencias ficiformes, verrugas, viruela,
fístulas en el ano.--_Dósis_, 347.

=Chamomilla=: _historia_, 347.--_Generalidades sobre su accion fisiológica
y terapéutica_, 348.--Observaciones sobre los antídotos en sus efectos
dinámicos.--_Efectos fisiológicos y terapéuticos_, 354.--_Fiebres_,
354.--_Afecciones locales, flegmasías_, 356.--Bronquitis, catarro
sofocante, hepatitis, oftalmía, dismenorrea, metrorragia.--_Afecciones
nerviosas_, 358.--Convulsiones, nerviosidad.--Neuralgias,
359.--Hemicránea, gastralgia.--_Afecciones reumáticas_,
360.--_Afecciones gástricas_, 360.--Dispepsia, gastro-atonía,
diarrea.--_Dósis_, 361.

=China, cinchona officinalis=: _historia_, 362.--_Efectos fisiológicos_,
364.--_Efectos fisiológicos de las sales de quina_, 367.--_Efectos
terapéuticos_, 371.--_Afecciones flegmásicas, fiebres intermitentes,
diátesis palúdica_, 371.--Paralelo con otras diátesis é incompatibilidad
entre la diátesis tuberculosa y el miasma palúdico.--_Afecciones
neurálgicas, reumáticas y artríticas_, 369.--_Afecciones hemorrágicas,
anémicas, serosas_.--_Flujos colicuativos ó asténicos_,
381.--_Afecciones gangrenosas, ulcerosas_, 383.--_Dósis_, 384.

=Cina=: _historia_, 386.--_Efectos fisiológicos_, 387.--_Efectos
terapéuticos_, 389.--Fiebres intermitentes, mucosa, verminosa,
encefalítis, convulsiones.--Lombrices.--_Dósis_, 391.

=Coffea cruda=: _historia_, 391.--_Efectos fisiológicos y terapéuticos_,
392.--Nerviosidad, espasmos, asma nervioso, neuralgias sobreagudas,
_delirium tremens_, metrorragia.--_Dósis_, 396.

=Colchicum autumnale=: _historia_, 396.--_Efectos fisiológicos y
terapéuticos_, 397.--Fiebres reumáticas, neuralgias, artritis, afeccion
del corazon, dolores gotosos internos, afecciones de las membranas
serosas, hidropesías, hidrartrosis, flegmasías artríticas.--_Dósis_,
401.

=Colocynthis=: _historia_, 401.--_Efectos fisiológicos y terapéuticos_,
402.--Neuralgias, hemicráneas, reumatismo, cólicos espasmódicos,
diarreas violentas, oftalmía.--_Dósis_, 406.

=Conium maculatum=: _historia_, 406.--_Efectos fisiológicos_,
407.--_Efectos terapéuticos_, 410.--Hipocondria, histerismo, hemicránea,
afecciones espasmódicas y neurálgicas, bronquitis, tos convulsiva,
flegmasías escrofulosas, adenitis, úlceras escrofulosas, rechinamiento
nocturno de los dientes, oftalmía escrofulosa.--_Dósis_, 414.

=Cuprum=: _historia_, 415.--_Efectos fisiológicos_, 415.--_Efectos
terapéuticos_, 419.--Tísis, catarros crónicos, afecciones crónicas del
estómago, cólera asiático.--Diarrea y estreñimiento crónico, supresion
del sudor de los piés, amenorrea, espasmos histéricos, calambres,
dolores, parálisis.--Epilepsia.--Coqueluche, movimientos convulsivos,
asma nervioso, crup, sicosis.--_Dósis_, 424.


D

=Digitalis=: _historia_, 425.--_Efectos fisiológicos_, 427.--_Efectos
terapéuticos_, 432.--_Afecciones del corazon y del sistema
circulatorio_, 432.--Ascitis, hidrotorax, hidropericarditis, asma,
congestiones, metrorragia, cianosis.--Fiebres mucosas.--Afecciones de
los órganos secretorios y del sistema absorbente.--Ictericia,
hidropesías, ascitis, contraindicaciones.--_Lipitudo,
hemoptisis.--Dósis_, 437.

=Dulcamara=: _historia_, 438.--_Efectos fisiológicos_, 438.--_Efectos
terapéuticos_, 441.--Fiebres catarrales, reumáticas.--Afecciones
neurálgicas, escrofulosas, adenitis.--Escleroma, exantemas, dartros,
verrugas.--_Dósis_, 446.


E

=Euphrasia officinalis=: _historia_, 446.--_Efectos fisiológicos y
terapéuticos_, 446.--Estado catarral.--Oftalmía, coriza,
bronquitis.--_Dósis_, 448.

FIN DEL ÍNDICE DE MATERIAS.



TRATADO METODICO Y PRACTICO
DE
MATERIA MEDICA
Y DE
TERAPÉUTICA



PRÓLOGO.


Nuestro primer pensamiento fué el escribir una _materia médica_ que
abrazase todos los agentes de que se valen los diversos métodos
curativos, y al efecto hemos trabajado muchos años con este objeto; pero
nos hemos visto precisados á realizarle con mas concision y bajo un
punto de vista mas práctico, concretándonos á una esposicion monográfica
de cada medicamento.

Estudiarémos sus efectos sobre el hombre sano por grupos sintomáticos,
desde la mas pequeña alteracion hasta los fenómenos tóxicos. No
refiriéndose la esposicion á una medicacion general, no puede suscitar
idea alguna preconcebida sobre sus propiedades. Espresamos con exactitud
su unidad de accion y esta nos hace seguir las relaciones de los
síntomas con las funciones y con los órganos, y nos eleva á la
comprension de su electividad sobre las tres esferas orgánicas,
nerviosa, sanguínea y vegetativa.

Los datos de la clínica no solo nos auxilian, sino que comprueban más y
más las de la esperimentacion fisiológica.

Admitimos en fin, como elemento de estudio, las consideraciones
etiológicas, nuestras propias observaciones, así como las de nuestros
antepasados y contemporáneos.

Hemos observado hace mucho tiempo, que se empleaban con éxito unos
mismos medicamentos contra enfermedades muy diversas, como por ejemplo,
el _acónito_ en afecciones espasmódicas, neurálgicas, febriles,
catarrales; la _ipecacuana_ en las mismas afecciones con, ó sin
fiebre..... etc., todo lo cual ha sido para nosotros objeto de una grave
meditacion. Notamos además que cada medicamento presenta varios grupos
de síntomas, y que estos efectos fisiológicos se refieren á los aparatos
de la sensibilidad, de la circulacion, de la digestion y de la
plasticidad, pudiéndose deducir que su aplicacion á las diversas
afecciones de estos aparatos, dependia de la accion especial de cada
medicamento.

De las consideraciones espuestas surge un método de estudio mas completo
y una division mas natural para la esposicion de cada medicamento; y
esta division será mas ó menos perfecta para cada uno de ellos, segun
que esté mas ó menos estudiado y observado, ó que su esfera de accion
sea mas estensa, teniendo presente la marcha siguiente:

1.º Estado prodrómico y de invasion, ó influencia primitiva del
medicamento sobre la esfera nerviosa;

2.º Estado agudo, ó influencia del medicamento sobre la esfera
sanguínea;

3.º Estado agudísimo, es decir, nervioso grave, en cuyo período el
sistema nervioso está afectado mas principalmente de un modo secundario,
por la alteracion de sus modificadores fisiológicos, ó de sus propios
órganos;

4.º Estado crónico ó influencia del medicamento sobre la plasticidad.

La esperimentacion fisiológica es la base de nuestro trabajo, siendo á
Hahnemann á quien se debe la gloria de haber introducido este elemento
tan esencial como nuevo en la _materia médica_. Los veinte primeros
medicamentos que esperimentó, se llaman hoy policrestos por ser los mas
conocidos. Su patogenesia, ó en otros términos, el conjunto de síntomas
producidos por la esperimentacion, se halla en la primera obra que
publicó sobre esta materia[1].

Mas tarde publicó sucesivamente seis volúmenes de patogenesia que tituló
_Materia médica pura_[2], obra marcada con el sello del genio por la
elevada sancion de los hechos y por las comprobaciones que cada dia
recibe en obras publicadas por médicos de diversas escuelas, sobre un
cierto número de medicamentos, tales como: la _belladona_, el _fósforo_,
la _cicuta_, el _hierro_, el _arsénico_, la _nuez vómica_, el _yodo_, el
_cobre_ y el _mercurio_.

Para llenar nuestro objeto hemos consultado, no solo las obras de
Hahnemann y de sus discípulos, sino tambien los tratados de materia
médica franceses é italianos, los diccionarios, las colecciones
periódicas, y varias otras publicaciones consagradas á esta parte del
arte de curar.

Se ha ridiculizado á Hahnemann la minuciosidad de sus detalles, y se
han criticado además otros tratados de materia médica y de terapéutica
por sus generalidades, resultando, en nuestro concepto, un doble motivo
para que este TRATADO sea acogido con indiferencia, debiendo quizá
habernos abstenido de hablar, pues creemos que existe cierta inclinacion
á confeccionar, bajo un método completamente nuevo, una _materia médica_
que el progreso de nuestros conocimientos y las necesidades del arte de
curar justifican.

Las preocupaciones que una crítica infundada sostiene contra el método
de Hahnemann, apartan de su estudio á un gran número de médicos á pesar
de reconocer la vaguedad é inconsecuencias de los otros métodos
terapéuticos. Iniciarles pues en este progreso; ayudarles á vencer las
primeras dificultades de un estudio árduo; estender, en fin, el
horizonte terapéutico sin romper con el pasado y atendiendo
cuidadosamente al porvenir, es el objeto que nos hemos propuesto con la
presente obra.



INTRODUCCION.


I.--El medicamento y los medicamentos.

Los tres reinos de la naturaleza suministran sustancias que determinan
sobre el hombre efectos contra-naturales: en esto consisten los
medicamentos. Se distinguen de los alimentos en que estos solo
determinan efectos naturales. Pero hay ciertas sustancias que participan
de lo uno y de lo otro, es decir, de medicamento y alimento, y entre
varias, podemos citar el aceite de hígado de bacalao, algunos frutos, y
ciertas raíces.

El medicamento puede ejercer su accion sobre el hombre sano ó enfermo, y
de aquí resultan los dos órdenes de efectos, fisiológicos y
terapéuticos.

Los primeros son objeto de estudio del médico, tan _indispensable_ como
el de los efectos de las causas morbosas ó síntomas de la enfermedad,
porque para transformar los efectos fisiológicos en terapéuticos ó
curativos, es _indispensable_ haber establecido antes la relacion de la
enfermedad con el medicamento. Mas esta relacion, en el estado actual de
nuestros conocimientos, ni es, ni puede ser mas que una relacion de
analogía y de semejanza: hé aquí, pues, por lo que basamos nuestro
TRATADO sobre la ley de los semejantes.

Esta ley es por otra parte el principio y orígen de las indicaciones
terapéuticas. Sabemos que se ha discutido la fórmula de esta ley; pero
la esencia de la relacion de los medicamentos con la enfermedad, ha
quedado la misma. No queremos, no, entablar una disputa de palabras.

El medicamento sin embargo cura de tres maneras ó procederes distintos:
1.º desarrollando en el organismo síntomas incompatibles con los de la
afeccion morbosa, los cuales son disminuidos, adormecidos ó estinguidos;
2.º modificando al organismo en sus elementos constitutivos por una
accion física ó química, es decir, ejerciendo una accion alterante,
reconstitutiva; modificacion que puede esplicarse por una accion
dinámica que vuelve al organismo su receptividad, á los tejidos y á los
vasos su sensibilidad normal, y restableciendo la integridad y la
armonía funcionales; 3.º obrando directamente sobre la vitalidad, por
sus propiedades especiales y dinámicas, para disipar los síntomas de la
enfermedad con la que tiene mas afinidad, mas semejanza, ó para combatir
directamente su causa.

Estos tres procedimientos corresponden á tres métodos terapéuticos. A
los dos primeros puede bastarles dósis mas ó menos fuertes. Se reservan
las mas débiles para el tercero, que es el mas pronto y menos sujeto á
percances. La supremacía pertenece siempre á la ley de los semejantes,
que descansa sobre el tercer procedimiento.

Aunque la mayor parte de los medicamentos gozan de una unidad de accion
incontestable en su tendencia general; sin embargo su accion constituye
una série de efectos sucesivos y especiales, que no armonizan siempre
con su unidad fundamental durante toda su evolucion y duracion. Despues,
los efectos difieren segun las dósis, por lo que se reconoce en los
medicamentos otros efectos que los especiales que resultan de las
débiles dósis, porque hay muchos medicamentos que corresponden á
diversos métodos terapéuticos. La _ipecacuana_, por ejemplo, que es
antiflogística, antiespasmódica, antineurálgica y antihemorrágica, es
tambien evacuante; el _tártaro estibiado_, el _ruibarbo_ y los
_calomelanos_ tienen una accion evacuante además de su accion especial.
No se pueden negar los efectos diuréticos del _azoato de potasa_, aunque
no sean homeopáticos. El _guayaco_, el _acónito_ y el _carbonato de
amoníaco_, por sus efectos sudoríficos, corresponden á otros métodos que
al de los semejantes. Las propiedades narcóticas del _opio_ y de la
_belladona_, que tienen sus indicaciones en el método de los contrarios,
gozan de propiedades especiales tan diferentes como útiles en el sentido
de la ley de los semejantes. Muchos medicamentos de los que vamos á
tratar bajo el punto de vista homeopático, son tambien agentes de los
métodos derivativo y revulsivo, etc..... y otros varios, por su
aplicacion esterior, gozan mas de la propiedad de provocar irritaciones,
la vesicacion..... etc.

Del mismo modo hay que reconocer los efectos alterantes de la mayor
parte de las sustancias conocidas, es decir, la propiedad de determinar
en los líquidos y sólidos un cambio insensible por el que vuelven á su
estado normal; tal puede considerarse algunas veces la accion del
_arsénico_, del _bromo_, del _hierro_, etc...., en la resolucion de los
infartos glandulares, en la reconstitucion de la hematosis, en la
reabsorcion de diversos derrames, en la cicatrizacion de algunas
úlceras, etc....

Todos estos métodos curativos son imitaciones de la naturaleza que cura
por sí misma las enfermedades dejadas á sus solos esfuerzos, ya por
vómitos ó diarreas, por las orinas, el sudor, por una secrecion
particular, ó ya tan solo por la vuelta insensible á la salud, etc....
Preciso es convenir en que estas imitaciones son con frecuencia muy
incompletas, no solo en el modo de terminar (¿qué diferencia, en efecto,
no hay entre las deposiciones, los sudores, las orinas críticas, y estas
mismas evacuaciones provocadas por un medicamento?), sino mas aun en las
relaciones de los períodos de las enfermedades; porque si los flujos
críticos sobrevienen al fin de su evolucion para juzgar y terminar la
alteracion patológica, los flujos provocados no producen esta resolucion
ó sedacion mas que al principio; y cuando así obran, solo la completan
supliendo á la insuficiencia de las evacuaciones críticas. Por otra
parte, ¡cuántas veces no han agravado la enfermedad las evacuaciones
provocadas!

La hidroterapia, la gimnasia, los viajes, todos los medios higiénicos
capaces de auxiliar un tratamiento médico, ó de causar por sí mismos
modificaciones orgánicas; de escitar una reaccion, y aun de restablecer
la armonía funcional, son otros tantos agentes de curacion, ó auxiliares
importantes que todo médico práctico admite sin oposicion.

Sin rechazar, pues, los otros métodos ó los medios accesorios de
curacion, consagramos esta obra al método terapéutico basado sobre la
ley de los semejantes, esponiendo los efectos fisiológicos de los
medicamentos y deduciendo esperimentalmente los terapéuticos, pues
están estos tan relacionados con los primeros, que generalmente nos ha
bastado señalar entre los efectos terapéuticos los principales efectos
fisiológicos, á fin de evitar fastidiosas é incesantes repeticiones, sin
perjudicar por esto al diagnóstico de la enfermedad, que seguramente es
igual al del medicamento.

En fin, así como la patologia natural no es susceptible de clasificacion
(á no ser que se haga tan solo para facilitar el estudio) porque la
clínica escrita no presenta jamás al observador los cambios fugaces de
las enfermedades que la ciencia describe, divide y clasifica, así
tambien la patogenesia, que es la patologia artificial, no puede
clasificar los síntomas fisiológicos de los medicamentos, que
constituyen enfermedades artificiales.

Es verdad que un gran número de medicamentos han producido por su
esperimentacion en el hombre sano los dos efectos contrarios: boca
húmeda, por ejemplo, y seca; orinas escasas y abundantes, estreñimiento
y diarrea; verdad es tambien, que muchas veces las dos condiciones
opuestas son curadas por un mismo medicamento, es decir, que este ha
curado su semejante y su contrario, por lo cual se ha querido concluir
que la ley de los semejantes era falsa. Esta objecion es puramente
especiosa; pues si bien la distincion de los síntomas en primitivos y
secundarios, no la resuelve, y ni el mismo Hahnemann que la estableció
pudo justificarla; es un hecho que el medicamento, así como la causa
morbosa, provoca síntomas diferentes ú opuestos en personas de
constitucion y temperamentos tambien diferentes y opuestos. Esto no
obstante, y á pesar que los dos síntomas contrarios, diarrea y
estreñimiento, por ejemplo, en el _acónito_, _brionia_, _cantárida_ y
_nuez vómica_, etc..... tienen el mismo orígen, esto es, que la accion
medicinal es la causa, ya obre sobre el sistema vascular de la mucosa
intestinal, ó sobre la fibra del intestino, es indudable que, segun que
se administren á sugetos irritables ó apáticos, biliosos, ó linfáticos,
en un estado esténico ó asténico, etc..... así se presentará el
estreñimiento ó la diarrea. Esta es la razon por la que hemos querido
indicar para cada medicamento hasta donde la ciencia lo permita, las
disposiciones orgánicas favorables ó análogas á las que él tiende á
provocar.

¿No confirma la esperiencia el mismo resultado respecto á los efectos de
las causas morbosas? Aunque una misma causa obre simultáneamente sobre
varios indivíduos, en uno se desenvuelve una afeccion gástrica con
diarrea, mientras que en otro es una cefalalgia con estreñimiento. Todos
los dias observamos que un enfriamiento contraido en las mismas
circunstancias, determina en una persona sequedad de la piel con
descomposicion de vientre, en otro una irritacion en el pecho; en este
dolor de cabeza con estreñimiento, y en aquel, vómitos, neuralgias,
etc.....

El genio epidémico y de las constituciones médicas es la causa que ha
inducido á algunos á no creer en la universalidad de la ley de los
semejantes. Sabemos que el genio epidémico se descubre ó se aclara mas
especialmente por la accion benéfica de los medicamentos, que menos
responden á veces á los síntomas mas aparentes de la afeccion, que á su
causa, aun cuando esta sea apenas sospechada por los síntomas poco
conocidos en un principio, ó considerados como poco importantes. Reinó
hace unos años una constitucion médica seudo-membranosa que se manifestó
por anginas diftéricas, contra las que los habituales medicamentos,
_mercurio_, _sulfuro de cal_, el _bromo_ y la _brionia_ entre otros,
fueron tan poderosos como eficaces. Pero estos medicamentos son tambien
utilísimos en otras afecciones para las que la ley de los semejantes
indica otros distintos. Que la ley es positiva, no se puede negar; pero
exige en su exacta aplicacion y para una curacion rápida, toda la
sagacidad del médico, como sucede en las neuralgias sifilíticas y
sicósicas, en las que el _mercurio_ y la _thuya_ son mas eficaces que el
_acónito_ y la _belladona_..... medicamentos al parecer indicados en el
primer exámen del cuadro sintomático, y que particularidades poco
sobresalientes y esenciales inducen mas á favor de los primeros.

Que el medicamento posee las propiedades de tal de una manera absoluta,
es incontestable. Pero la accion de estas propiedades es relativa al
estado en que se halla el indivíduo enfermo. Así se observa, que
mientras en una epidemia produce buenos resultados un medicamento dado,
en otra, al parecer semejante, es otro el mas eficaz.

Para hablar con exactitud, dirémos: que lo que las propiedades de los
medicamentos tienen de absoluto, disminuye á medida que se aproxima á
sus especialidades: los efectos físico-químicos son siempre necesarios,
sea cual quiera el estado del sugeto; los efectos perturbadores y
tóxicos son ya menos necesarios, pero los dinámicos son relativos.


II.--La naturaleza y el médico.

Todo este artículo supone y prueba el axioma que Hipócrates opuso á los
errores de la terapéutica, y que le valió el nombre de padre de la
medicina: _Natura morborum medicatrix_. Este principio solo puede
ejercer su supremacía en el método homeopático basado en la ley de los
semejantes, y que establece la relacion de la enfermedad con el
medicamento. Tratado ya con bastante estension este asunto, nos creemos
dispensados en esponerle didácticamente en esta ocasion.

No es indiferente consignar que esta ley se halla espresada por
Hipócrates y otros médicos de la antigüedad. Los mismos preceptos
clínicos la manifiestan de diversas maneras. Los medicamentos obran en
el sentido de la naturaleza, ayudan sus esfuerzos, tienden á donde ella
tiende: _quò natura vergit eò ducendum_.

Si la naturaleza no secunda la accion del medicamento, verdad hay en
creer que por lo menos se ha dado en vano: _natura repugnante irrita
sunt omnia_, porque sobre la naturaleza, sobre la fuerza vital es donde
obra, y esta fuerza es la que le utiliza y le emplea para sus fines,
cuando su accion la es análoga y simpática: _natura morborum
medicatrix_.

No creemos á la fuerza vital tan impotente é incapaz de dirigir las
sinergias morbosas, como lo han dicho algunos teóricos y Hahnemann
mismo. ¿No es la fuerza vital la que dirige el consensus armónico de la
salud y las acciones morbosas? _Quæ faciunt in sano actiones sanas,
eædem in ægro morbosas._ La naturaleza con su ciencia ciega es mas
poderosa y mas instruida que nuestra débil razon.

El arte es, pues, la imitacion de la naturaleza: _ars imitatio naturæ_;
verdad que implica el conocimiento de los efectos fisiológicos de los
medicamentos; por cuya razon la importancia del médico consiste en
interpretar la naturaleza: _naturæ minister et interpres_. Debe
subordinar sus medios de accion á la naturaleza para ayudarla, y no
emplearlos para contrariar y oprimir sus tendencias.

La increible esposicion que bosqueja Mr. Trousseau de la homeopatía, la
interpretacion singular que da de la ley de los semejantes; de su
aplicacion y de la accion de las dósis infinitesimales; la oscuridad y
las sospechas que difunde sobre la ciencia y los trabajos de los
homeópatas, no pueden producir en el hombre erudito mas que la ventajosa
opinion en favor de una doctrina que merece tan elevadas animadversiones
y á la que, sin embargo, se la hacen incesantes concesiones.

Mr. Trousseau ha dicho, entre otras cosas, que la homeopatía se halla
fuera del movimiento científico, que los homeópatas desprecian la
fisiologia y las ciencias accesorias á la medicina..... Pero distan ya
mucho sus convicciones de las espresadas hace treinta años. Confiesa
despues que todos los medicamentos han sido ensayados en el hombre sano
por los homeópatas, que han constituido una _materia médica pura_, en la
que hay _ideas muy preciosas_ sobre las _propiedades especiales_ de los
medicamentos y sobre una multitud de particularidades de su accion que
_ignoramos_; ignorancia que conduce á que solo conozcamos de los agentes
terapéuticos sus propiedades generales mas groseras; y que en presencia
de las enfermedades que ofrecen cambios y tan variadas indicaciones, nos
faltan con mucha frecuencia modificadores apropiados á estos cambios.
Mr. Trousseau, que hace estas concesiones desde la altura de su cátedra,
arroja á sus discípulos y á los prácticos una terapéutica formada de los
antiguos sistemas que él ha criticado, reservándose el desden para un
método superior al suyo.


III.--Clasificacion.

Mr. Trousseau establece _medicaciones_ que su carácter de generalidad
las hace infecundas, en lugar de atenerse á determinar la especialidad
de accion de cada medicamento en sus relaciones con las particularidades
de cada enfermedad. ¡Ah! ¿cómo es posible concebir una doctrina que no
dé al diagnóstico del medicamento la misma importancia que al
diagnóstico de la enfermedad? Si es preciso conocer las enfermedades por
el conjunto de sus síntomas, tambien lo es el conocer al medicamento por
el conjunto de sus efectos fisiológicos. ¿Qué significan esas divisiones
generales de las medicaciones en _tónica_, _escitante_, _narcótica_,
etc.... reuniendo bajo la misma denominacion y proponiendo para lograr
un mismo fin, sustancias tan diversas y destinadas á llenar indicaciones
tan diferentes? Lo que Mr. Trousseau nos dice en seguida tratando de la
medicacion tónica: que «estas analogías genéricas no impiden á cada
especie del género, á cada indicacion de la especie, el tener su
especificidad y su individualidad;» á lo que nosotros preguntarémos qué
ha querido decir con esas fórmulas que afectan ó aparentan tener un
rigor científico. Si el _hierro_ es el _hierro_, y la _quina_ la
_quina_; si cada uno de ellos tiene su especialidad de accion, ¿á qué
conduce la medicacion tónica? ¿Qué bienes podrán producir esas grandes
divisiones que confunden los medicamentos y falsean las aplicaciones?
¿Porqué hacer de la _belladona_ un narcótico, cuando al _opio_, á la
_cicuta_ y al _acónito_ se les da la misma denominacion[3]?

Mr. Trousseau que anatematiza á Hahnemann, va mucho mas lejos que él en
la vía de la especificidad. Nosotros investigamos las indicaciones y los
medios de llenarlas hasta donde es posible; estudiamos cada medicamento
en los _caractéres propios y distintivos de su accion_, sea fisiológica
ó terapéutica.

El profesor Giacomini de Pádua[4] parece no interesarse mas que por las
fuertes dósis, que es el pecado comun de nuestra época; se afana por
producir efectos, sean los que quieran, en lugar de tomarse el tiempo
necesario para estudiar los efectos fisiológicos, que, aunque lentos,
son mas verdaderamente especiales; efectos característicos de las dósis
pequeñas, que se adaptan mejor á la sensibilidad orgánica y á las
particularidades de las enfermedades. Su _Tratado_ peca tambien por su
clasificacion, que, bajo otros nombres, adopta las mismas generalidades
y conduce á la misma confusion. Sin embargo, tiene este autor un mérito
particular, que es el de haber fijado en algo la accion electiva de cada
sustancia sobre los principales aparatos orgánicos.

En general, los terapeutistas modernos han reconocido la necesidad de
introducir como elemento de la materia médica la observacion de los
efectos de los medicamentos sobre el hombre sano. Hé aquí una confesion
de los errores del pasado y de los defectos de la antigua materia
médica, y al mismo tiempo un homenaje tributado á Hahnemann, y una base
para el porvenir. Giacomini ha ido mas lejos que ningun otro en este
sentido y hubiera ciertamente llegado á obtener resultados mas notables,
si hubiese estudiado la accion de las dósis bastante mas pequeñas para
no provocar ni los efectos de una perturbacion rápida, ni los esfuerzos
eliminadores de la naturaleza previsora.

Por otra parte, creemos que es imposible una clasificacion de los
medicamentos fundada en sus efectos fisiológicos y en sus propiedades,
porque estos efectos y estas propiedades, aunque caracterizadas durante
la plenitud de accion del medicamento, ofrecen no obstante grados y
variaciones sintomáticas en los diversos períodos de su evolucion.

Esta accion que es una en sus tendencias y en su fin, se multiplica en
sus efectos sucesivos; de suerte que el mismo medicamento tiene
realmente muchos grupos de efectos fisiológicos, distintas electividades
y varias propiedades, correspondiendo cada una de ellas á varias
afecciones simples ó elementos morbosos.

Para confeccionar los autores sus clasificaciones, han debido sacrificar
una parte de los efectos de cada uno de ellos, ó interpretar los demás
en un sentido contrario. En la _quina_ por ejemplo, se esplica su accion
escitante y tónica por una teoría particular, contradiciéndose en el
mismo capítulo, para darse cuenta de los efectos frio y calosfríos,
atribuyéndoles por una esplicacion opuesta á una propiedad antivital, á
un ataque directo dado á las fuerzas radicales del organismo, hasta el
punto de asimilar este medicamento á la _digital_ y al _eléboro blanco_
(veratrina); se contradicen pues, para esplicar sus efectos neurálgicos
y reumáticos por una accion escitante de la circulacion y de la
sensibilidad.

Aun hay más: se sacrifican los medicamentos mismos á la necesidad de
clasificacion. Mas sea por esta razon ó por cualquiera otra, es un
hecho notable el abandono casi universal que se hace poco á poco de un
gran número de medicamentos, y la facilidad con que se limita á
paliativos en una multitud de males que se ha renunciado á curar, y á
los cuales no se opone mas que la paciencia, si las cataplasmas, los
baños é infusiones molestan por su inutilidad. ¿Estará el hombre
destinado á padecer esa multitud de enfermedades crónicas, sin haber
recibido del Creador la inteligencia para buscar los medios de curarlas?
¡No ciertamente! y si el práctico despues de haber comprendido la
importancia de nuestros estudios para cada medicamento, quiere
completarles mas con las colecciones especiales de patogenesias
sirviéndose al efecto de nuestras indicaciones, bien pronto tendrá la
satisfaccion de reconocer que dispone de una multitud de medios
eficaces, no solo contra las enfermedades agudas y crónicas que ha
convenido tratar, sino tambien contra esa multitud de males que se ha
renunciado á combatirles, y cuya rebeldía y formas incesantemente
variadas, le conducen en su despecho á acusar de incompleta la materia
médica de nuestros dias.

El orden alfabético nos ha parecido preferible á toda otra especie de
clasificacion, porque ni altera la unidad del medicamento, ni prejuzga
nada sobre su accion y propiedades. Preciso es convenir en que esta
ventaja compensa ámpliamente los ligeros inconvenientes que puedan
atribuírsela. Porque la clasificacion misma por grupos de medicamentos
correspondientes á los elementos morbosos, inflamacion, dolor, espasmo,
ataxia, reumatismo, etc..... aunque opuesta á las grandes divisiones de
que hemos hablado, y no obstante su pretension de dar mucha mas claridad
en la apreciacion de la accion de cada sustancia, no es menos imposible
en el estado actual de nuestros conocimientos.

Respecto á la clasificacion por grupos segun la analogía de los
medicamentos, ya ha sido ensayada por la escuela del Brasil[5] y mas
recientemente por el doctor Teste[6]. Si los esfuerzos de nuestro
ilustrado correligionario no han podido vencer las dificultades
inherentes á su objeto, tiene el mérito por lo menos de haber intentado
lo que el porvenir realizará.


IV.--Efectos fisiológicos.

En el fondo de todas las patogenesias, se halla siempre una accion
primordial del medicamento sobre el sistema nervioso. Esta accion se
espresa por dejadez, por alteracion en la calorificacion y por
indisposiciones morales. La referida accion es notable, no solo por su
unidad original, sino porque puede representar el período de invasion de
casi todas las enfermedades, cuando la sensibilidad, la irritabilidad y
la calorificacion son las únicas afectadas.

Muchos medicamentos producen fenómenos de concentracion, de espasmos que
preceden á la reaccion febril, á la cual suelen unirse algunas veces las
neuralgias. Estos fenómenos difieren esencialmente de los síntomas
nerviosos graves, en que estos se presentan en el período sobreagudo de
ciertas fiebres; fácil es además conocer la distancia que separa á estos
dos órdenes de fenómenos, comparando por ejemplo los fenómenos de la
_brionia_, el _zumaque venenoso_, el _acónito_, la _belladona_, el
_fósforo_.....

Otros varios no han desenvuelto fiebre en la esperimentacion y los
resultados clínicos permiten afirmar que algunos son apiréticos. Los
demás afectan igualmente á la vida vegetativa ó la plasticidad, que á la
circulacion.

Para los medicamentos piréticos mas conocidos, el segundo período, el
período de espansion ó febril tiene numerosos síntomas que espresan
frecuentemente un estado sobreagudo. Estos medicamentos representan la
mayor parte de las afecciones graves piréticas en su período clásico de
reaccion. En esta ocasion, es cuando el medicamento hace sentir su
accion mas allá de los aparatos de la sensibilidad y de la circulacion,
llegando á veces hasta los de la nutricion y de la plasticidad.

Viene despues el estado subagudo, que es el en que la vida ha resistido
convenientemente y que se ha sobrepuesto á las causas de descomposicion.
Esta faz intermediaria entre la agudeza y la cronicidad sigue la marcha
ó el período de la crísis, y da lugar al restablecimiento de la armonía
funcional, ó á la cronicidad; pertenece á todos los medicamentos
piréticos como el cuarto período.

A medida que la accion del medicamento se estiende y propaga á todo el
organismo, la afeccion de la plasticidad se pronuncia mas y domina; se
declaran las localizaciones y absorben los movimientos vitales, ó bien
se presenta una discrasia con síntomas de alteracion de los líquidos y
sólidos propios á cada medicamento; se desenvuelven alteraciones
dinámicas, y se declaran perturbaciones funcionales, porque son las
razones de ser en las lesiones de los órganos, ó de su estímulo; se
alteran los humores como los tejidos, y se declaran lesiones orgánicas:
este es el cuarto período, es decir, el estado crónico.

Este período es estraño á varios medicamentos, sin que se pueda atribuir
en todos, á la imperfeccion de los ensayos fisiológicos, puesto que la
_coloquíntida_ estudiada esperimentalmente por Hahnemann mismo, carece
de este órden de fenómenos crónicos. Los que son susceptibles de
determinarlos, ofrecen variaciones muy notables en sus espresiones
sintomáticas, y son poderosas armas para hacer frente á las formidables
tribus de las lesiones orgánicas y de las caquexias.

Así como un gran número de enfermedades se confunden en su principio
hasta el punto que no es posible saber muchas veces si se presentará una
fiebre inflamatoria, intermitente, tifoídea, una neurose, un catarro,
etc..... así tambien los síntomas primordiales confunden la mayor parte
de los medicamentos en cierta alteracion de la inervacion. En este caso,
todos los medicamentos se parecen. Por esta razon juzgamos pueril y
anticientífica la falta tantas veces lanzada contra la _materia médica
pura_, de dar á todos los medicamentos un gran número de síntomas que se
asemejan y parecen confundirlos.

Las enfermedades solo se caracterizan bien en su período de agudeza; el
estado crónico conduce á las indecisiones del principio; del mismo modo
los medicamentos no son bien conocidos sino por sus síntomas agudos.

La naturaleza pues justifica nuestro método que agranda
considerablemente y precisa la accion de los medicamentos; permite
caracterizar los síntomas que se observan en la mayor parte de las
enfermedades, por particularidades de conjunto y de detalle que sirven
de base á las indicaciones.

Sabido es que las diferencias que existen entre los síntomas de los
diversos medicamentos, son algunas veces casi inapreciables aun para el
observador mas atento. ¿Pero sabria este observador distinguir mejor las
diferencias de estos mismos síntomas en muchas enfermedades? Citaré un
ejemplo: todas las fiebres están acompañadas de alteraciones de la
digestion, del calor, de las secreciones..... en unas, la materia de las
deposiciones diarréicas es amarilla, verdosa, negruzca, mucosa, acuosa,
etc..... en otras, las evacuaciones son precedidas, acompañadas ó
seguidas de vértigos, de incomodidades, de cólicos. Coexiste tambien,
unas veces sed ó adipsia; otras, humedad ó sequedad de la piel,
cefalalgia, timpanitis ó flojedad del vientre..... Pero en todas hay
fenómenos sobresalientes: estreñimiento, sudor, neuralgia, vómitos.....
cada uno difiere por su espresion y sus accidentes, en cada medicamento,
como en cada fiebre. Todos estos cambios de un mismo síntoma y sus
epifenómenos constituyen el diagnóstico diferencial en patologia como en
patogenesia, y obligan al práctico á hacer el exámen mas minucioso.


V.--Dósis infinitesimales.

Las dósis infinitesimales han suscitado una multitud de cuestiones que
están aun por resolver, relativas á la repeticion, alternacion, duracion
de accion y cantidad. Se cree generalmente que es necesario repetir las
dósis de un medicamento con tanta mas frecuencia, cuanto mas aguda sea
la enfermedad. Está tambien admitido dar dos medicamentos, no mezclados,
sino alternados, como por ejemplo, una cucharada de hora en hora, una
vez de _acónito_, y otra de _manzanilla_.

Respecto á la duracion de accion, há ya mucho tiempo que se la viene
dando la misma importancia y aun los mismos límites que marcó Hahnemann.
Bueno será advertir que seria injusto olvidar sus preceptos respecto á
este asunto. Que las afecciones agudas gastan rápidamente la accion de
los medicamentos, y que exigen una repeticion mas ó menos frecuente; que
muchas crónicas no ceden bien sino á dósis pequeñas dadas á largos
intérvalos, es un hecho incontestable adquirido por la esperiencia.

Es natural ciertamente que al abrazar el método que adapta el
medicamento á la enfermedad por la ley de los semejantes, se detenga un
médico ante tan pequeñas dósis; pero nadie ignora, que cuando prácticos
distinguidos las prefieren á las fuertes, arrostrando la injuria ó el
ridículo, es porque creen y les consta, que son mas útiles. Esta
conducta merece ser tomada en consideracion por tres razones: la
primera, porque han estudiado los efectos fisiológicos de los
medicamentos; la segunda, porque su reputacion está interesada en la
curacion; la tercera, porque emplean los medicamentos por la ley de los
semejantes.

Los principiantes no deben fiarse en las dósis miasmáticas,
imponderables, infinitesimales, dinamizadas, como quieran llamarlas, sin
estar antes convencidos por sí mismos de su eficacia en los casos en que
la accion del medicamento esté en relacion con la enfermedad. La última
ilusion que les abandona, es la que les hace recordar el gran poder
curativo de las dósis fuertes. Poco á poco y con la fuerza de los hechos
es como llegan á creer en el poder de las pequeñas.

No hay perjuicio en que empiecen por dósis mas sensibles. Les dirémos al
efecto, que pueden en general emplear con ventaja en las enfermedades
agudas y en las recrudescencias de las crónicas, algunas gotas al dia de
la tintura del medicamento indicado, ó algunos decígramos de su
trituracion.

Se puede con mas frecuencia que la que muchos médicos creen, administrar
dósis mas fuertes aun. No afirmarémos que sea posible dar hoy reglas
para este objeto, pero multiplicados hechos atestiguan la exactitud de
esta asercion para cierto número de casos. Por otra parte, segun Koch,
«cuanto menos análogo sea el medicamento, mas frecuente debe ser la
repeticion,» y Gross agrega, «y mas puede elevarse la dósis.» Este
último pretende, que lo que falte al medicamento de analogía, de
semejanza, debe compensarse con aumentar la cantidad. Debemos consignar
que estos casos son escepciones.

Añadamos que en la época en que Hahnemann proclamaba la necesidad de las
dósis muy débiles, las llamadas infinitesimales, exigia imperiosamente
un régimen rigoroso, mejor dicho, imposible. La esperiencia ha
demostrado que es preciso descender de las alturas especulativas en que
aquel se mantuvo, y dar mas latitud al régimen sin que sea necesario
aumentar las dósis, porque las infinitesimales gozan de cierta
independencia, es decir, que se escapan á las combinaciones químicas, y
que sus moléculas se sustraen á las acciones y reacciones de las
sustancias gástricas y de los elementos químicos de la economía[7].

La accion de las dósis muy débiles cuenta hace mucho tiempo con
numerosas adhesiones, y es el objeto de sérias preocupaciones desde que
las ideas de Hahnemann invadieron las escuelas.

Mr. Trousseau ha podido decir sin causar admiracion: «Si se quiere
obtener los efectos especiales de los medicamentos, es necesario
administrarlos generalmente á pequeñas dósis, porque entonces sus
efectos comunes son poco sensibles.»

Este profesor al proclamar las _dósis mínimas y de ningun modo
comparables á las dósis de los compuestos actuales_, ha conmovido el
edificio de la posologia ordinaria y cada dia mas condenada por algun
órgano de la ciencia.

El director del _Moniteur des sciences médicales et pharmaceutiques_[8],
con motivo de los hechos sometidos á la Academia por el doctor Rilliet
sobre la accion de las dósis muy débiles, manifiesta una viva
impaciencia por ver resueltas las cuestiones de posologia, y dice: «Es
preciso que la discusion se establezca sobre este punto de una manera
categórica. La oscuridad que se deje sobre esto, puede tener
consecuencias mas tristes en el espíritu de la ciencia que lo que á
primera vista aparece.»

El doctor Bossu dice por su parte[9]: «¿Es necesario refugiarse con Mr.
Velpeau en la singularidad de los efectos de las pequeñas dósis de los
medicamentos sobre el organismo? Cuestion es esta que merece una formal
atencion y que está llamada á provocar, mas tarde ó mas temprano, una
esperimentacion concienzuda y sostenida de los principales agentes
terapéuticos.»

Y Mr. el doctor Diday[10] esclama á propósito de las pequeñas dósis:
«Cuestion candente que se ha procurado evitar, pero que será preciso
abordar, mas ó menos pronto, con todo el cuidado que exige.»

Es necesario muchas veces llegar á dósis tan débiles, que no tienen otro
elemento de conviccion que la propia esperiencia, la cual demuestra bien
pronto: 1.º que cuanto mas irritables y dotados de fuerza de reaccion
son los sugetos, tanto mas atenuadas deben ser las dósis; 2.º que estas
dósis, en las enfermedades crónicas, tienen una accion de mayor
duracion, hasta dos y tres semanas para algunos medicamentos; 3.º que
cuanto mas nerviosos, irritables y delicados son los enfermos, menos
regular y durable es la accion: «reaccion fuerte y temperamento vigoroso
son las condiciones mas favorables[11];» 4.º que el punto mas esencial
es la eleccion del medicamento semejante.

Consagramos algunas líneas al tratar de cada medicamento para indicar
las dósis, por lo que ahora no entramos en detalles posológicos. Esto no
obstante, tanto aquí como despues, decimos algo sobre los diversos
grados de debilitacion y atenuacion de las dósis; pero el que quiera mas
detalles, le recomendamos la _Farmacopea_ de Jahr y Catellan[12]. En
esta obra hallarán todo lo que concierne á la eleccion de las
sustancias, su grado de pureza, las cantidades determinadas para las
atenuaciones, los procedimientos y vehículos usados. No hemos querido
hacer mas voluminosa esta obra con nociones que se hallan fácilmente en
otra parte, ni con la descripcion de los caractéres físicos, químicos y
de historia natural mas ó menos familiares á todos.

Siendo la tintura ó alcoholatura la preparacion mas constantemente igual
en sus proporciones y en su grado de actividad, cuando se la hace en
tiempo conveniente y con las partes determinadas de las sustancias
usadas, la indicamos casi con esclusion de los estractos, de los
jarabes, de los polvos..... Para las sustancias salinas, minerales y las
que no se emplean disueltas en el alcohol, nos limitamos á la
preparacion que consiste en dividirlas por trituraciones sucesivas con
azúcar de leche, escluyendo todos los compuestos que no permiten conocer
la proporcion exacta de la sustancia y el grado de su atenuacion.
Desechamos con mas razon toda especie de mezcla y todo medio accesorio
capaz de alterar la accion del medicamento.


VI.--Accion química y dinámica del medicamento.

Es evidente que muchos autores, en odio al dinamismo, han elevado hasta
el absurdo sus pretensiones quimiátricas. Esplican la accion de los
medicamentos por sus efectos químicos sobre la sangre, sin meditar que
las dósis mas débiles, dósis que no pueden tener accion mas que sobre la
vitalidad y por esta sobre los líquidos y sólidos, producen
frecuentemente los mismos efectos, y aun mas prontos y mas durables.

Una de las últimas memorias presentadas á la Academia imperial de
medicina[13], nos da un ejemplo. Quiere el autor esplicar la accion del
percloruro de hierro en el tratamiento de la _púrpura hemorrágica_, y
atribuye los efectos á su accion directa, es decir, química, sobre la
sangre. Es completamente un absurdo.

Se apoya, es verdad, en diversos autores y particularmente en
Burin-Dubuisson, que es el que á su manera ha tratado con mas estension
del percloruro de hierro. Se imaginan que esta sustancia obra justamente
sobre los capilares en el sitio de la hemorragia (es cuestion de
hemorragias internas) como si se aplicase directamente sobre los vasos
abiertos de una úlcera ó de cualquiera otra solucion de continuidad.
Primeramente se administra este medicamento en el estado de pureza, al
interior: se le dilata despues en una gran cantidad de líquido; se
mezcla en seguida con los ácidos y mucosidades de las vías gástricas; en
fin, una vez absorbido, se diluye aun en los humores que le sirven de
vehículo; y si habia de obrar químicamente, lo haria primero sobre las
superficies de absorcion, ó sobre la red de vasos que están en contacto
inmediato con él. Pueril es á la verdad insistir sobre este asunto, pues
apenas se comprende cómo se puede adoptar semejante opinion, mas bien
que reconocer la accion especial y vital del medicamento, su accion
dinámica sobre el sistema nervioso, por la cual son modificadas muchas
veces con increible rapidez las condiciones vitales de los órganos que
son el sitio de la hemorragia.

Las mismas consideraciones pueden servir para establecer la verdadera
accion del hierro en la anemia. Esta accion es de tal modo vital, que el
medicamento obra soberanamente, lo mismo, y mas particularmente á dósis
muy débiles. Por otra parte el hierro no cura todas las anemias hasta
donde es necesario.

La esperiencia obliga á reconocer una anemia paludiana, mercurial,
sifilítica, escrofulosa y la cancerosa..... Hay mas de un medicamento
distinto que goza de mas eficacia que el hierro en las diversas anemias.
No está demostrado, ha dicho Mr. Claude Bernard[14], que la causa de la
clorosis resida en la falta de hierro en la sangre. Muchos trabajos
modernos tienden á probar, y Mr. Reveil lo ha demostrado, que á pesar de
la disminucion de los glóbulos de la sangre, esta contiene las mismas
proporciones de hierro; justa y racional es la tésis que sostenemos, á
saber: que la accion dinámica del medicamento produce los efectos que se
atribuyen falsamente á su accion química, no solo en las circunstancias
ordinarias, sino aun en aquellas para las que se han dado las
esplicaciones que combatimos, y en otras de este género. Separamos sin
embargo los casos en que el medicamento suministra moléculas á la
absorcion y tiende á modificar las cualidades químicas de los líquidos y
los sólidos, por una accion que llamarémos alterante ó reconstitutiva,
pero unida necesariamente á su accion dinámica, la única quizá que será
admitida algun dia, porque puede bastar á esplicar la accion alterante
por la modificacion favorable de las condiciones vitales de la
hematosis.

Al hablar de la accion de los medicamentos, nos servimos de las palabras
_dinamismo_, _efecto dinámico_, con las que queremos dar á entender, no
una fuerza pura en accion, sino una fuerza que no es ni puede estar
separada de la materia. Hace diez años dijimos[15], que las moléculas
asimiladas, una vez sometidas á la fuerza vital, no perdian ni su
individualidad, ni la vitalidad ó propiedades químicas, y que la
propiedad del medicamento era un compuesto de su dinamismo especial y de
sus moléculas; que de aquí la necesidad de admitir, no el dinamismo puro
segun la idea que suscitara la palabra, sino una accion vital y
molecular, una accion dinámica sobre la sensibilidad y contractilidad
(efecto nervioso), y sobre los líquidos y los sólidos (efectos
sanguíneos y alterantes).

Es evidente que las moléculas de un medicamento llevan su accion, por
medio de la absorcion, hasta los últimos elementos orgánicos, es decir,
hasta las fibras y las celdillas rodeadas de una atmósfera nerviosa y
vascular. En estos elementos es donde se verifican los fenómenos íntimos
de la vida al contacto de las últimas ramificaciones nerviosas y
vasculares. En estos elementos es donde tambien suceden las acciones
medicamentosas dinámicas, teniendo por base la molécula orgánica y por
agente la molécula medicamentosa; acciones que no pueden por
consiguiente en caso alguno ser químicas como se viene admitiendo de que
los medicamentos pueden serlo en las primeras vías ó en la superficie de
los tejidos con los que se ponen en contacto, por sus masas mas ó menos
divididas, con la materia de los sólidos y de los líquidos.

No nos hemos distraido de hablar del medicamento como agente dinámico,
por ocuparnos de las propiedades evacuantes, derivativas, etc..... de
algunos de ellos. No hemos dicho nada de los medios domésticos tan
útiles algunas veces. El baño tibio, y en general el agua templada, en
tisana, lavativas y fomentos, calma el eretismo, relaja la fibra y
dispone al organismo á recibir la accion de un medicamento destinado á
combatir una congestion, á regularizar los movimientos vitales.

El agua fria en locion, lavativa, infusion, ó aplicada por medio de un
lienzo empapado, en pediluvios, y aun por inmersion instántanea,
estimula la reaccion, disipa el frio de una manera durable, entona la
fibra, fortifica los tejidos y los escita. Muy frecuentemente las
cataplasmas pueden ser reemplazadas por compresas humedecidas
incesantemente con agua templada ó fria, ó de una solucion del
medicamento dado al interior.

Se puede tambien en algunos casos recurrir á la accion de ciertas
aplicaciones que por la rubefaccion cutánea que producen, pueden ayudar
á la medicacion interna y regularizar la reaccion.....

Aunque limitamos considerablemente los casos en que una revulsion, una
evacuacion...... parecen útiles, estamos muy distantes de condenarlas de
un modo absoluto: estos medios indirectos son á veces necesarios á falta
de un medicamento directo y bien semejante.

Una observacion mas relativa al régimen. Importa arreglar la
alimentacion desde el momento en que pueda ser conveniente. Todos
sabemos la importancia del régimen en las enfermedades crónicas. Pero
recomendamos á los que sean muy severos, que atenuen sus exigencias,
pues hay mas que temer de las innovaciones muy bruscas en las bebidas y
alimentos habituales.

La dieta no debe ser muy severa, porque importa no perjudicar á la
accion del medicamento por las simpatías de un estómago cuyas fuerzas,
estando libres, reaccionan dolorosamente sobre otros aparatos. Es
conveniente que los jugos gástricos no permanezcan mucho tiempo sin
sufrir algun trabajo de digestion por la ingestion de alimentos
adaptados al estado del enfermo. La leche es con frecuencia un medio de
restablecer la salud. El instinto que impulsa al enfermo á desear tal ó
cual especie de alimentos, no debe mirarse con indiferencia.

La dieta prolongada mas allá de los justos límites, determina algunas
veces en las afecciones febriles fenómenos atáxicos y pútridos. Es de
observacion que las heridas y las lesiones tratadas tan felizmente por
el _árnica_, se curan tanto mas pronto, cuanto menos severa ha sido la
dieta; la fiebre misma en lesiones graves se combate y cura con mas
seguridad, si se ha tenido el cuidado de dar á intérvalos convenientes
una alimentacion ligera, como la sustancia de pan, para ocupar lo menos
posible las fuerzas especiales del estómago y del tubo digestivo. En
este caso es preciso fiarse del medicamento.

Pero no nos hemos propuesto redactar preceptos que se hallan en un gran
número de obras especiales, ni dar reglas higiénicas ó dietéticas.

Entremos en materia.



TRATADO METÓDICO DE MATERIA MÉDICA Y DE TERAPÉUTICA.



ACÓNITO (ACONITUM).


§ I.--Historia.

Planta de la poliandria triginia de Linneo; de la familia de las
ranunculáceas de Jussieu. Esta familia tiene muchas especies casi
igualmente activas, y sus propiedades bastante semejantes; pero solo se
ha estudiado el _acónito napelo_, y á él dedicamos este capítulo.

Mucho se ha escrito sobre el _acónito_; pero en nuestro concepto, solo
la escuela hahnemanniana le ha tratado de una manera completa. Para
convencerse, basta leer las páginas que le ha consagrado Giacomini. Mr.
Trousseau hace de él[16] un simple estupefaciente ó narcótico, á pesar
de la multitud de hechos que patentizan sus propiedades antiflogísticas
y antineurálgicas, así como su estensa esfera de accion. La ciencia
posee otros trabajos muy juiciosos, pero sus autores no han pretendido
estudiar mas que una parte de las propiedades de este medicamento. Tal
es Mr. Imbert Gourbeyre, que, en una escelente memoria, considera al
_acónito_ tan solo como antineurálgico.

Aunque el _acónito_ ha sido usado en todos tiempos, las observaciones de
los antiguos son poco seguras para estar ciertos de la identidad de la
planta empleada. Es preciso llegar á Stoerk para obtener las primeras
observaciones sobre este medicamento. Este práctico llama vivamente la
atencion de sus contemporáneos sobre el _acónito_, que administra como
igual á la _cicuta_, en las afecciones reumáticas y aun en tumores
escirrosos. Desde entonces, el _acónito_ ha sido empleado por muchos
médicos, pero en multitud de enfermedades diferentes. Hahnemann le
somete á esperimentaciones sérias en el hombre sano y las comprueba
despues en la práctica. Él es el que determina mas exactamente sus
propiedades, dotando á la terapéutica de uno de sus agentes mas usados.
Staps, Ruckert, Wahle, Baldriani, Devay, Pereira y otros muchos han
contribuido bastante á este resultado. En medio de documentos de todo
género, no podriamos limitarnos á un estudio práctico, adoptando una
division que nos permita utilizarlo todo, sin separarnos de la concision
que nos hemos impuesto.

La accion del _acónito_ no ofrece el desarrollo continuo de efectos que
se puedan comparar á una enfermedad completa y que deba oponerse á los
síntomas de la misma en el órden sucesivo de su aparicion. Esto parece
que obliga á atenerse al método empleado por los esperimentadores; pero
no se opone á que se reunan los elementos por un sistema de racional
apropiacion del medicamento á la enfermedad, agrupando los síntomas por
funciones y aparatos, refiriéndoles á su orígen y marcando los que
caracterizan su accion.

Mas si las enfermedades complejas no hallan en el medicamento el
conjunto de síntomas segun su evolucion sucesiva, no por eso dejan de
estar en correspondencia con él en algunos de sus períodos que pueden
determinarse. En cuanto á las enfermedades simples, están fielmente
representadas en algunos grupos sintomáticos del medicamento apropiado.


§ II.--Efectos fisiológicos.

El _acónito_ abraza en su inmensa esfera de accion un gran número de
afecciones ó de períodos de enfermedades. Es el medicamento mejor
adaptado al elemento inflamatorio, al elemento fluxion sanguínea y á la
hiperemia arterial; y quizá, en todos sus diversos síntomas y hasta en
sus especialidades, afecta al árbol arterial de una manera
hiperesténica.

Muchos autores le atribuyen el aumento de la actividad de las arterias y
la hemitis. Algunos estienden su influencia al sistema fibroso cuya
vitalidad exalta; Rau nos da de la hiperestenia arterial del _acónito_
una esplicacion que me parece convendria mejor á otros medicamentos.
Cree que proviene de que no obrando el _acónito_ sobre el sistema
venoso, resulta un éstasis sanguíneo en los vasos de esta parte del
sistema circulatorio, ó una congestion pasiva de los capilares.

Tampoco han faltado médicos eminentes que asignen á la inflamacion una
falta de vitalidad y de tono del sistema sanguíneo, aun el arterial; la
fiebre para estos no es mas que un signo de debilidad de la vida,
relativamente á la potencia de la causa morbosa. Esto es opuesto á lo
que pretende la escuela vitalista en sus opiniones sobre la reaccion;
todo lo cual nos importa poco.

La accion del _acónito_ sobre el corazon y el sistema arterial se
manifiesta en la universalidad de sus síntomas con una persistencia
notable, que tambien se halla en el fondo de otros medicamentos con
diferencias de forma que les son peculiares. Ello es que esta accion se
manifiesta por el intermedio del sistema nervioso. Así se esplica que el
medicamento pueda compararse á la causa morbífica, porque todas las
afecciones morbosas son _unas_, como las afecciones medicamentosas, por
la unidad del sistema nervioso y el _consensus_ funcional: _Est tamen
una ei eadem omnium morborum forma et causa_.

Es lo cierto que los síntomas del _acónito_ en general demuestran una
espansion inseparable del orgasmo sanguíneo y de la sobreescitacion del
sistema arterial, y que esta exaltacion de la vitalidad procede de
dentro á afuera; no es menos verdadero que una parte de sus síntomas
denotan una debilitacion de la vida, no pura y simple, sino acompañada
de irritacion y de tension con contraccion. Este doble movimiento de
espansion y de concentracion se halla en todos los medicamentos en
diversos grados de intensidad, como lo verémos, con la diferencia, que
la espansion y el movimiento á la periferia dominan en unos, como en el
_acónito_, _belladona_, etc., y que en otros, como en el _arsénico_,
_ácido fosfórico_, etc., es la concentracion, la acumulacion de la
actividad vital sobre los centros la que prepondera. Estos movimientos
de espansion y de concentracion no varian tan solo en intensidad para
cada medicamento, sino que ofrecen orígenes distintos, relaciones
singulares con ciertos aparatos orgánicos, lo cual es comun á la accion
de todos los medicamentos, y lo que les aproxima por un carácter tan
decidido de la accion de las causas morbosas.

La fiebre del _acónito_ ofrece tal aspecto, que cualquiera creeria al
organismo bajo la influencia de un esceso de electricidad que se
acumulase en la periferia ó sobre las superficies internas, las mucosas.

Esta observacion, que es sin duda prematura en el estado actual de la
ciencia, se adapta de diversas maneras á todos los medicamentos
piréticos, y quizá encierre la solucion de las dificultades que se
esperimentan en referir á un estado orgánico ó funcional determinado,
las variaciones que sufren las secreciones en sus cualidades físicas y
en su composicion química. Así es como la saliva es algunas veces ácida
y el sudor alcalino, lo cual es lo contrario del estado normal. Pero si
la piel representando el polo positivo da productos ácidos, y las
mucosas funcionando como el polo negativo dan productos alcalinos, ¿no
habria inversion de los polos, cambio de electricidad, cuando los
productos sufren una alteracion igual? ¿Y no podria tenerse á los
medicamentos como modificadores de este estado? Abandonamos estas ideas
al lector sin detenernos mas ni volver á reflexionar sobre ellas, aun
cuando muchos medicamentos se prestan á hacerlo: así pues, los sudores
son siempre ácidos cuando el conjunto de síntomas exige _acónito_; los
sudores dulzosos y alcalinos no son nunca de su competencia, y
corresponden perfectamente á la _brionia_. Repetidas veces hemos hecho
observaciones de este género. Las deyecciones coléricas nos han parecido
completamente neutras, y constituyen uno de los mas notables caractéres
del _eléboro blanco_.

La indicacion esencial del _acónito_ se funda en que la afeccion morbosa
que le corresponde, tiene su punto de partida al interior. Que la fiebre
exista ó no con localizacion de la inflamacion, la _pars mandans_ está
siempre en la impresion recibida por los centros nerviosos y trasmitida
al corazon. Esto es lo que hace tan importante al _acónito_ en casi
todas las fiebres, y por lo que tiene el sobrenombre de antiflogístico
por escelencia, y esto es lo que le diferencia positivamente de la
_árnica_.

Las causas de las enfermedades en las que el _acónito_ es mas útil,
confirman la importancia de este dato y la naturaleza de su accion
electiva sobre el sistema circulatorio. Estas causas son: una escitacion
moral caracterizada por un movimiento de concentracion al que suceden la
espansion y el reflujo de la sangre á la superficie, como el espanto y
la indignacion contra los cuales se rehace; la accion de un viento frio
y seco que concentra la actividad sobre los centros y provoca su accion
espansiva; el temperamento sanguíneo, una vida animal y de inercia, una
alimentacion muy nutritiva, la juventud y la adolescencia.

Las causas de las agravaciones, tales como el vino, el tacto, el
movimiento, aun el de inspiracion, cualquiera movimiento de la parte
afecta, el calor, el aire de las habitaciones cerradas, el ruido y una
luz muy viva están en los mismos casos. Las causas contrarias, como el
aire fresco, la espiracion, la distraccion, el reposo, el silencio y la
calma, alivian.

Los síntomas conocidos del _acónito_ se prestan mejor que ningun otro
medicamento á la division en estado _prodrómico_, _agudo_, _sobreagudo_
y _crónico_. Esta division surge naturalmente de la accion especial y
progresiva del medicamento sobre la economía. Su primera impresion sobre
el sistema nervioso comprende un gran número de síntomas que
corresponden al período prodrómico de la mayor parte de las enfermedades
febriles; su accion sobre el sistema sanguíneo representa su período
agudo, y su accion consecutiva sobre el sistema nervioso, es decir, la
afeccion de los centros bajo la influencia de las alteraciones generales
suscitadas en el organismo, responde al período nervioso ó _sobreagudo_
de algunas fiebres. Por su accion diatésica en fin, el _acónito_ ofrece
síntomas análogos á los de varias enfermedades _crónicas_.

Verémos despues medicamentos cuyos síntomas ofrecen poca ó ninguna
analogía con el período prodrómico de las enfermedades agudas; que otros
tampoco la tienen con el período maligno ó crónico; así es que cada
agente terapéutico tiene su especialidad; cada uno corresponde á una ó
mas fases diferentes de la enfermedad; cada uno manifiesta una esfera de
accion mas ó menos estensa; y el medicamento que mejor corresponde á la
agudeza de tales afecciones piréticas, no siempre está en analogía con
la malignidad ó alguna otra faz ó período de la enfermedad.

Cuando la materia médica agrande el círculo de sus estudios, no tanto en
la adquisicion de agentes nuevos, como esperimentando mejor los que ya
posee, estenderá considerablemente la esfera de accion y precisará mas
sus indicaciones. Hé aquí pues el objeto de nuestra obra, tan difícil y
aun atrevida quizá, pero que se ha hecho necesaria, y que facilitarán su
redaccion los mas completos materiales: en atencion pues á nuestro buen
deseo y á las inmensas dificultades que nos hemos esforzado en vencer,
juzgamos serán motivos justos para escusar sus muchas imperfecciones, y
que agradecerán sin duda su publicacion los médicos interesados en el
progreso de este ramo tan atrasado de nuestros conocimientos, el mas
importante, la terapéutica.


§ III.--Efectos terapéuticos.

1.º _Estado prodrómico._--Por variados que sean los síntomas nerviosos
del _acónito_, tienen relativamente una marcha mas constante que en
otros medicamentos, y una fijeza de accion mas pronunciada. Este
carácter de fijeza se hace aun mas notable en sus síntomas flegmásicos
(período agudo), nuevo motivo para referirle al elemento inflamatorio.

Distinguimos en las enfermedades dos especies de fenómenos nerviosos:
los de los prodromos debidos á la impresion de la causa morbosa, y los
que suscitan las simpatias de los órganos profundamente atacados, ó la
afeccion de los sólidos y líquidos que reaccionan sobre los centros
nerviosos. Estos dos órdenes de síntomas tienen sus análogos en el
_acónito_ y en otros varios medicamentos. Los primeros pertenecen al
período prodrómico, y los segundos al sobreagudo y diatésico. Veamos los
primeros.

El frio y calosfríos cutáneos del _acónito_ son esteriores, pero
precedidos de indisposiciones internas, de bocanadas de calor y de frio
procedentes del interior. Estas sensaciones internas que se desplegan en
la superficie, en frio mas ó menos intenso con azulamiento limitado de
los dedos de las manos, sin impresiones lineales en los miembros, se
prolongan por algunas horas, rara vez por dias, hasta que el sistema
circulatorio empieza á intervenir activamente. El espasmo contractivo de
los capilares determina el éstasis sanguíneo en la periferia, éstasis
eminentemente activo y espasmódico. Los vasos arteriales y el corazon
mismo sufren una tension contractiva de sus túnicas musculares y
fibrosas, que comunica al pecho un ritmo seco, tenso, y provoca
palpitaciones, ansiedades precordiales, síncopes.

Todo en la economía está vinculado al espasmo central; el cerebro por el
vértigo, la sensacion de vacilacion, de contusion, de tirantez; el
estómago por sensaciones análogas y por náuseas; el sistema muscular por
su debilidad, su endolorimiento, sus dolores erráticos y su lumbago; la
piel por su frio, su palidez, su sequedad; las mucosas en fin, por la
aridez ó sus flujos espasmódicos. El moral produce la inquietud por la
instabilidad de las ideas, la falta de atencion; despues sobrevienen
ensueños angustiosos, delirio, ó ideas fijas muy tristes.

Los síntomas de parálisis que se hallan entre los efectos del _acónito_,
proceden de varios casos de envenenamiento, que admitimos y mencionamos
desde este momento, aunque sus análogos sobrevengan en un estado
agudísimo ó crónico, porque entran en su esfera de accion como efectos
de congestiones activas en los centros nerviosos. La esperimentacion en
el hombre sano solo contiene los rudimentos tales como prurito con
adormecimiento, sensacion de pesadez, convulsion, calambres.

No sucede lo mismo con los vómitos. Estos síntomas del _acónito_
pertenecen todos á hechos tóxicos, y no podemos ver en ellos mas que
esfuerzos eliminadores ocasionados por fuertes dósis. Reconocemos que el
espasmo del estómago se eleve algunas veces hasta el vómito en el estado
prodrómico, y que este mismo fenómeno se produzca por otra causa, la
congestion por ejemplo, sobre el estómago, en los períodos prodrómico y
agudo. Acaso sea necesario referir á esta categoría de síntomas la
sensacion de frio en el estómago, mientras que la ansiedad, la
opresion, la angustia, el pulso pequeño y contraido, aunque debidos á
intoxicaciones, pertenecen á la accion dinámica del _acónito_ por sus
congestiones y su accion sobre el corazon.

En los niños dominan los fenómenos convulsivos en el período prodrómico
de las fiebres: este estado de eretismo espasmódico existe tambien en
las personas muy nerviosas, aunque en estas hay menos regularidad en el
desarrollo de los síntomas; en casos de esta especie es en los que el
_acónito_ cura afecciones para las que la _manzanilla_ ha sido ineficaz,
aunque este medicamento eminentemente nervioso parezca estar mejor
indicado. En las personas muy linfáticas y de constitucion floja, el
_acónito_ tiene menos accion y desenvuelve menos síntomas nerviosos.

La grande utilidad de este medicamento está en las enfermedades febriles
de la infancia en la que el sistema nervioso nunca está completamente
dominado por el sanguíneo; en esa edad de la vida vegetativa que precede
á la del sistema arterial. El _acónito_ está tanto menos indicado en el
viejo, cuanto mas predomina el sistema venoso y con él los síntomas de
una descomposicion incesante é irreparable. Entre estas dos épocas de la
vida, hay una, en la que la circulacion arterial goza de toda su
plenitud de accion desde la pubertad hasta la edad madura. En la
pubertad sobre todo, esperimenta el organismo la necesidad de una sangre
mas rica y mejor oxigenada: el pulmon se hace el centro de una grande
actividad, ó de una formal indicacion del _acónito_ en casos dados,
hasta el momento de la edad madura en la que la actividad vital pasa al
aparato digestivo.

En todo este período floreciente de la vida, el sistema nervioso mejor
arreglado por una hematosis mas perfecta, se sostiene con menos
turbulencia en los límites de una marcha regular hácia la solucion de la
enfermedad; á los síntomas prodrómicos suceden los fenómenos febriles.
El aparato cérebro-espinal, que es el primero que sale del
entorpecimiento, es el último que entra en la calma de una accion tan
poderosa y reguladora como conveniente á las últimas evoluciones de la
vida vegetativa.

Pero prescindiendo de todas estas consideraciones, el _acónito_ es uno
de los mas poderosos agentes de curacion en un gran número de
enfermedades agudas durante su período de concentracion y espasmo, en
aquel período en que el sistema nervioso es el único que parece está en
accion, y es tambien el mejor medio abortivo de ese mismo período, y por
consiguiente, preventivo de los siguientes. La designacion de estas
enfermedades la harémos en el párrafo siguiente. Agreguemos, que si el
_acónito_ no se opone siempre á su desarrollo, contribuye al menos á
regularizar su marcha, y que es útil para prevenirlas y para prevenir
hasta esas fiebres temibles cuyos prodromos se adaptan á sus síntomas y
tienen su punto de partida en los centros; esto es seguramente lo que la
esperiencia ha debido enseñar á todo médico familiarizado con el uso de
este medicamento.

Las impresiones morales violentas en fin, como la cólera y el espanto,
entran en su esfera de accion, porque siendo su efecto el de operar una
concentracion sobre el cerebro ó el corazón, el alma se reacciona por un
movimiento de indignacion, de venganza ó de valerosa resistencia. A
falta de esta resistencia, el _opio_ reclama la curacion.

Una congestion pasiva con estupor y estancacion sanguínea que proceda de
otra causa, no es del recurso de _acónito_. La apoplejía misma no halla
en él un agente curativo, cuando _árnica_ solo es preferible en sus
prodromos frecuentemente despreciados, desapercibidos ó muy rápidos;
pero vuelve el _acónito_ á tener lugar en el tratamiento, cuando
habiéndose vencido con otros medios la congestion, el corazon toma su
influencia activa; en este caso, _árnica_ ó algun otro modificador mejor
apropiado, debe asociársele generalmente.

2.º _Estado agudo_.--El estado agudo de una fiebre francamente
inflamatoria escluye el predominio de los fenómenos nerviosos que
caracterizan los prodromos. Desde el momento en que el estado
espasmódico primordial termina sus calosfríos, el árbol arterial entra
en accion simpática, y la participacion del corazon resume la afeccion,
domina la escena.

Despues de mas ó menos tiempo de duracion de los calosfríos, las
bocanadas de calor que salen al esterior se hacen mas frecuentes, se
presenta la cefalalgia, se pronuncian mas algunos síntomas gástricos,
desaparecen los dolores erráticos, se calienta la piel, la rubicundez
reemplaza á la palidez, y las horripilaciones y la incomodidad dan lugar
á una sensacion de bienestar y de calor halituoso, á veces ardiente,
pero menos intenso que lo que por su fuerza se pudiera creer.

Conveniente es observar que el calor interno se estiende rápidamente á
la superficie siguiendo los gruesos troncos arteriales y las partes mas
vasculares. El pecho y cabeza no tardan en ponerse ardorosos y aun verse
amenazados de congestiones peligrosas. A medida que la accion espansiva
se regulariza, los fenómenos locales se disipan, ó mas bien todo el
sistema vascular capilar se congestiona uniformemente, y la tension de
la fibra se apodera de la turgencia sanguínea. Los síntomas varian poco
en los primeros instantes de una congestion inflamatoria sobre una
víscera ú órgano cualquiera, pero ofrecen particularidades cada vez mas
perceptibles á medida que el órgano se afecta, hasta que la flegmasía se
desarrolla con todo el acompañamiento de síntomas.

Esta regularidad en el desenvolvimiento de los síntomas febriles del
_acónito_ es tal, que la enfermedad aguda que se separa notablemente de
ella, no corresponde á este medicamento. El _acónito_, ha dicho
Hartmann, se dirige perfectamente á los síntomas nerviosos que
despiertan el _consensus_ del sistema arterial y le dominan en el estado
normal. En este sentido, el _acónito_ resuelve los espasmos como la
fiebre: _febris solvit spasmos_. Sin embargo la influencia del sistema
nervioso continúa haciéndose sentir en el carácter activo de los
fenómenos y en un estado de tension de la fibra, tanto mas marcada,
cuanto mas próxima se la observa á la época del estado espasmódico
primitivo. Esta tension es la que, al parecer, tiene como comprimidos
los conductos de la periferia. Ningun medicamento, escepto la _brionia_
en algunas ocasiones, es mas propio que el _acónito_ para provocar y
apresurar el que estalle. Su uso en semejante caso, es seguido de un
sudor que alivia y que es con frecuencia el precursor de un sueño
reparador; sudor bien diferente del que se ha observado en algunos
envenenamientos por el _acónito_, y que es debido, mas que á su accion
armonizadora, á los esfuerzos eliminadores de la economía.

La flojedad subsiguiente al uso de este medicamento es tanto mas pronta
y útil, cuanto mas próximo se halla el enfermo á la edad adulta, en la
que la organizacion goza de la plenitud de la vida y de toda la energía
del sistema sanguíneo. La vida en el niño es ciertamente mas espansiva,
pero se dirige lo mismo á la cabeza que á la piel; en el viejo, los
movimientos vitales se dirigen al interior, á los órganos secretorios, y
sus condiciones patológicas son opuestas á las del niño. Esto esplica el
por qué la misma fiebre que con solo _acónito_ se puede curar en el
adolescente y el adulto, se ha de ayudar su accion con _belladona_,
_manzanilla_ ó café, en el niño segun el grado de predominio nervioso, ó
reemplazarle por la _nuez vómica_ y el _arsénico_ en los viejos.

Creemos haber dicho lo bastante para que el lector aprecie la utilidad
del _acónito_ en las rápidas indicaciones siguientes.

El _acónito_ es el medicamento mas importante de las afecciones
inflamatorias, esténicas, y de los órganos mas dotados de sangre
arterial; aquellos en que domina la fibra muscular son del dominio de
_árnica_, y se modifican especialmente por la _pulsatila_, si abunda la
sangre venosa, y así sucesivamente para otros casos segun el carácter
particular de cada medicamento en su propiedad pirética y flogística.

La plétora simple por esceso de hematosis no es, como se ha dicho,
propia del _acónito_. Es necesario para que este medicamento sea útil,
que la plétora sea irritativa, arterial, mas bien por esceso de
oxigenacion de la sangre en el pulmon, que por esceso de quilificacion:
esta plétora del _acónito_ afecta mas especialmente el pulmon izquierdo
y el corazon; su efecto es casi nulo en el esceso de la hematosis,
porque estiende su accion igualmente á la sanguificacion que á la vida
vegetativa. La plétora general con movimientos tumultuosos del corazon,
congestion caliente de los capilares y una especie de seudo-adinamia, no
corresponde al _acónito_. Este es uno de los casos raros en que es
conveniente la sangría depletiva, con la condicion de que se emplearán
inmediatamente despues los medios higiénicos y terapéuticos capaces de
prevenir este insidioso estado y de oponerse á la costumbre tan fatal de
las sangrías.

Aparte de todo, la plétora es el efecto de una diátesis, en la que la
primera es el síntoma general ó local de un estado morboso, de una
afeccion especial. Las manifestaciones, ya de sangre, ya de bilis, ya de
linfa, equivalen á un estado morboso con predominio de bilis, de linfa,
de sangre. La lanceta no prueba mas la verdad de la poliemia, que el
purgante la de la policolia. No se debe atener el médico al efecto, sino
remontarse á su orígen, á la discrasia; pues si algunas veces, volvemos
á decirlo, se necesita la sangría por la urgencia de los síntomas,
preciso es no perder de vista que solo es un medio de llegar á los que
combaten la disposicion discrásica y dinámica del organismo.

El _acónito_ no es en general análogo de las fiebres y flegmasías mas
que en sus prodromos y en el estado de simple agudeza ó de formacion de
las congestiones activas. Deja de estar indicado desde que la congestion
se ha localizado y que se prepara un trabajo de trasudacion, de
hepatizacion, una alteracion cualquiera de los líquidos ó sólidos. Es
sin embargo cierto, que este medicamento goza algunas veces en el
período agudo de una facultad abortiva disipando la congestion antes que
se desenvuelva una lesion.

Las congestiones activas recientes, ó en vía de formacion, se
manifiestan por los síntomas generales nerviosos, espasmódicos, y
sanguíneos de la reaccion, por la tension de la fibra, por la alteracion
del órgano afecto y la laxitud, por el calor exagerado de la parte, por
la tumefaccion, por los dolores tensivos y dislacerantes, frecuentemente
acompañados de palpitaciones y ansiedad. Tales son tambien los síntomas
correspondientes al _acónito_, salvas algunas escepciones favorables á
las personas muy nerviosas é impresionables. En estas personas, por
pequeña que sea la irritacion, y aun por poco estendida que esté á la
membrana mucosa, da lugar á síntomas generales en los que el sistema
nervioso juega el principal papel: como laxitud, dolores agudos,
calosfríos, espasmos; el _acónito_ no deja de estar indicado en ellos,
aunque la afeccion local no tenga grande importancia por sí misma.

El éstasis sanguíneo en un órgano flogoseado no está en relacion
terapéutica con el _acónito_; porque unas veces el entorpecimiento
nervioso existe por esceso ó por debilidad de la vitalidad, en cuyo caso
los medicamentos indicados son: _arsénico_, _opio_, _centeno
cornezuelo_; en otras, es por la irritabilidad de la fibra, la cual
reclama _árnica_; en otras, en fin, los tejidos se alteran, se forma un
nuevo producto, y segun las circunstancias, pueden estar indicados la
_brionia_, el _azufre_ ó el _fósforo_.

Por otra parte, las congestiones y las flegmasías deben ser tratadas en
general con relacion á la causa, aunque sin perder de vista el cuadro
sintomático. A ninguna enfermedad se adapta mejor esta observacion que á
la hepatitis producida por un acceso de cólera ó una alteracion moral
violenta. El _acónito_ en estos casos debe asociarse á otros agentes
tales como la _manzanilla_ y la _brionia_.

La atencion que debe prestar el médico á las causas morbosas, se
estiende á todas ellas, como lo hemos indicado ya en la introduccion. Es
tan importante la consideracion de la causa, que sin ella, la ley de la
similitud está mal establecida. Todos los dias tratamos toses, diarreas,
neuroses, congestiones y fiebres, con medicamentos apropiados á las
causas, con mas principalidad que á sus síntomas aparentes, como sucede
por ejemplo en las emociones morales, en el enfriamiento, en la
insolacion, en la cólera, nostalgia, etc.

Estraño es por lo menos que hombres que deben estar al corriente del
progreso terapéutico, acusen á los homeópatas de no tener jamás en
cuenta las causas, por atenerse tan solo á los síntomas de las
enfermedades que tratan. No es esta sola la acusacion que se dirige á
los homeópatas, pues Mr. Trousseau se entrega al vano pasatiempo de
relegar la homeopatía entre las doctrinas desechadas. La cuestion de las
causas no es ciertamente cuestion de homeopatía, sino de medicina y del
arte de curar. No tenemos, no, la pretension de colocarnos como
campeones de Hahnemann, ni de erigirnos en críticos de un sistema; solo
abrigamos el deseo de apreciar fielmente los trabajos de nuestros
antepasados y de observar atentamente el movimiento de la terapéutica.
Volvamos á nuestro objeto.

Para determinar con exactitud los casos de susto y de cólera propios de
_acónito_, es necesario recordar que el espíritu debe reaccionar por un
sentimiento afectivo cualquiera, porque la pasibilidad relegaria estos
casos á las atribuciones de otros medicamentos. La reaccion del moral
disipa el abatimiento físico, vuelve las fuerzas, apresura la solucion
de la concentracion y conduce á una espansion febril. El _acónito_ se
opone entonces eficazmente á toda localizacion, generalizando primero
el movimiento espansivo y debilitando despues la sobreactividad de la
circulacion.

El papel activo del _acónito_ le escluye del tratamiento de las
congestiones pasivas y de todas las flegmasías y fiebres de carácter
adinámico ó de postracion, como sucede en las neumonías de los viejos y
en la fiebre tifoídea en su segundo período; así como tambien su
especialidad de accion no corresponde al tratamiento de la metritis
puerperal, de la flebitis y otras afecciones de este género.

Todas las inflamaciones de las mucosas y todas las flegmasías propias
del _acónito_ son muchas veces fáciles de designar, y su eficacia se
comprende fácilmente en afecciones como la angina, la amigdalitis, la
gastritis, etc. Sin embargo, la inflamacion del oido no le pertenece,
como lo verémos estudiando la _pulsatila_; se comprende tambien su
eficacia en los períodos de invasion y agudo de las enfermedades agudas.
Entremos en detalles.

Corresponde á la pleuritis, neumonitis y á cualquiera otra afeccion
aguda del pecho, por la fiebre, la turgencia de la cara, las punzadas en
el costado, la tos dislacerante, y por el terror, la agitacion, la
ansiedad estrema, síntomas característicos de esas especies de
flegmasías en que la respiracion está comprimida. Su indicacion en la
neumonía no se estiende mas allá de los síntomas que manifiestan una
congestion mas ó menos violenta; porque los esputos rojizos pertenecen á
la _brionia_. Una neumonía, sin embargo, puede ser parcial y renovarse
sobre otro punto, mientras que la parte del pulmon afectado
primeramente, ofrezca un grado mas avanzado de la enfermedad, lo cual
esplica la necesidad de volver á veces al _acónito_, si bien por poco
tiempo.

En la simple pleuritis, este medicamento solo está indicado por la
fiebre y la fluxion local. El efecto debe ser pronto; y sin aguardar mas
de un dia, se debe recurrir al _árnica_ ó á la _brionia_, generalmente á
este último, mas tarde ó mas temprano, para evitar la exudacion y el que
se formen falsas membranas. La pleuritis crónica reclama generalmente el
_ranúnculo escelerado_, la _cebadilla_ y el _sulfuro de cal_. Dirémos al
efecto y con relacion á todas las fluxiones y congestiones posibles, que
cuanto mas activas y de sangre roja sean, hasta el derrame plástico,
tanto mas indicado está el _acónito_ en su principio; pero el tiempo de
su uso será tanto mas corto, cuanto mas rápida sea la marcha de la
enfermedad.

Las afecciones catarrales reclaman el uso del _acónito_ en aquellos
casos principalmente en que la flegmasía local domina á la fiebre, pero
con la condicion de que esta haya precedido, aun cuando ya no exista. La
tension, el eretismo, una cefalalgia obtusa, frontal, dolores erráticos,
sed y la sequedad de las superficies exhalantes le indican
suficientemente; y si la causa ha sido un aire frio y seco, el _acónito_
la combate con ventaja; todas las flegmasías están en este caso, hasta
el punto que si la pleuresía no reconoce esta causa, no es propia de
_acónito_.

Debemos confesar que se abusa de este medicamento en estas especies
morbosas, porque es raro que no ofrezcan alguna relacion terapéutica;
pero estas relaciones son mas propias de otros medicamentos que obren
sobre el sistema sanguíneo. La tos fuerte, llena, por ejemplo, no es mas
propia de él que la diarrea catarral ó la otitis y la otorrea de la
misma naturaleza. ¿No se ha dado inútilmente el _acónito_ en muchas
bronquitis y gripes, que la _brionia_, la _cicuta_, el _mercurio_ y la
_escila_ hubiesen curado en menos tiempo? Permítasenos una reflexion
respecto á las bronquitis de los niños. Cuando la tos es húmeda, tragan
á veces masas considerables de mucosidades que no saben espectorar,
resultando un embarazo gástrico para el que un ligero purgante es
frecuentemente muy oportuno, pues tiene la ventaja de desobstruir las
primeras vías y determinar una revulsion favorable sobre el tubo
intestinal; pero una dósis de emético en lavativa ó de vino emético,
seria aun preferible por los efectos especiales del tártaro estibiado.

Otra observacion más relativa á los niños. Desde que se observa en los
niños una tos que por sus accesos mas ó menos violentos con ronquera en
el intérvalo, se teme la invasion del crup, es conveniente agregar el
_sulfuro de cal_ al _acónito_, alternándoles á intérvalos mas ó menos
aproximados. El _acónito_ es, en fin, el primer medicamento que se debe
emplear en el crup sin insistir mucho, si en poco tiempo no produce una
mejoría sensible. La formacion de una simple exudacion en las amígdalas
le escluye formalmente; se debe recurrir al _mercurio_, _iodo_, _bromo_,
_sulfuro de cal_, á menos que no se prefiera alternarle con la
_ipecacuana_ ó la _brionia_ por algunas horas.

Los síntomas del _acónito_ son análogos á los de la angina de pecho, al
asma de Millar, dolor violento detrás del esternon, en la region del
corazon, reproduciéndose por accesos. Esta afeccion está siempre
asociada á una sensacion de debilidad y á un vértigo que puede elevarse
hasta el síncope; el _arsénico_ participa como el _acónito_ de los
honores de la curacion. Hablamos aquí de esta neuralgia en consideracion
á su agudeza y á su sitio.

La peritonitis reclama _acónito_ en su período de concentracion, con
ansiedad, calosfríos violentos, pulso pequeño y contraido, alteracion de
la cara. Es muy poco útil en el primer período, en el estado agudo
simple, á no ser que no se le ayude con otro medicamento mas apropiado,
y es menester aproximar las dósis sin insistir mucho. Conviene mejor en
la gastritis y enteritis que reclaman dósis repetidas con insistencia,
mientras que la enfermedad no se agrave, ó por poco que se alivie, pues
puede bastar por sí solo para triunfar, cuando es simple; la colitis,
cualquiera que sea, obtiene del _acónito_ muy pocas modificaciones
favorables.

En las afecciones reumáticas, bien se puede decir que el _acónito_ solo
es apropiado á la forma febril; se le puede administrar en el período de
agudeza, pero no es indispensable; la _brionia_ llena la indicacion de
fondo, y muchas veces hasta de forma, es decir, que corresponde á la
naturaleza de la enfermedad, así como á su modo de manifestacion.
Citamos la _brionia_ como un medicamento generalmente indicado en estas
afecciones, sin prejuzgar otros, tales como: _zumaque_, _nuez vómica_,
_belladona_, _mercurio_, _quina_, _tártaro estibiado_, etc. En la
electividad propia de los medicamentos, unos se dirigen al corazon,
otros á las membranas serosas, este á la cabeza, aquel á los nervios
espinales. Hé aquí algunos datos sobre las fiebres reumáticas en el
primer período, cuando el _acónito_ puede disputar la indicacion á otros
medicamentos.

Desde los primeros síntomas de la invasion, cuando el diagnóstico está
aun indeciso, el _acónito_ está indicado. Obra siempre muy bien,
cualesquiera que sean las partes afectadas: las membranas serosas, los
tejidos fibrosos y tendinosos ó aponeuróticos, con tal que haya
tumefaccion inflamatoria fija, ardores febriles, dolores lancinantes y
tensivos, pesadez y dolor por el movimiento y el tacto, y sensibilidad
esquisita de la parte. Pero cuando estos casos son debidos á un
principio gotoso, reclaman la _quina_, la _sabina_ ó el _árnica_,
mientras que si el frio húmedo ó el contacto del agua es la causa de la
afeccion reumática, el _zumaque venenoso_ ó la _dulcamara_ deberá
administrarse prontamente en lugar del _acónito_; la _brionia_ le
reemplaza frecuentemente ó le sucede bien pronto cuando hay eretismo,
dolor violento en la cabeza é hinchazon roja y lustrosa de la parte
afecta, acompañando á esto grande susceptibilidad y dolores
intolerables. El sudor en estos casos contraindica el acónito y requiere
mas bien _mercurio_, ó _tártaro estibiado_; el _acónito_ corresponde, en
las fiebres reumáticas, si el calor es halituoso ó madoroso todo lo más.

Omitimos hablar de una multitud de flegmasías en las que el _acónito_
solo cubre ó está indicado en el principio y primer período de agudeza,
pues juzgamos que el lector no olvidará los principios que deciden su
uso. Así pues, la inflamacion de los órganos en que no abunda la sangre
arterial, es poco ó nada análoga á este medicamento: tal es la oftalmía,
que para exigir _acónito_, debe tomarse en sus prodromos, antes del
estado inflamatorio, lo cual sucederá rara vez. Mas la oftalmía franca ó
catarral, que se puede denominar erisipelatosa y en la que los tejidos
próximos al ojo están mas afectados que este órgano ó la conjuntiva,
pertenece al _acónito_, aun cuando bien pronto son otros los
medicamentos oportunos.

El tratamiento de la mayor parte de las fiebres exantemáticas empieza
por la _brionia_ ó por el _acónito_, segun la causa de su especialidad
espansiva y de su accion _regularmente_ inflamatoria. La _belladona_ y
la _pulsatila_ tienen especialidades mas estensas que las de los
anteriores en iguales casos, y aun superan al _acónito_; preceden por el
contrario con ventaja el _azufre_, _mercurio_, _zumaque venenoso_,
_staphisagria_ y _brionia_ en las afecciones eruptivas febriles en que
estos medicamentos puedan estar indicados. La miliar febril simple, y
sobre todo la purpúrea, es muy propia de _acónito_, así como algunas
variedades pertenecen á la _belladona_ y al _zumaque_. El _acónito_ es
mas eficaz que la _belladona_ en el tratamiento de la escarlatina
complicada con la púrpura, si bien es general alternarlos en estos
casos.

En las fiebres del dominio del _acónito_, el estado de tension de los
grandes vasos y del cerebro reacciona dolorosamente sobre el moral,
dando lugar al delirio agudo con ideas fijas que subsisten á pesar de
tener delante la realidad contraria, el coma vigil, la irritabilidad, la
ansiedad y el temor de la muerte. Este último síntoma tiene tanto mas
valor, cuanto mas robustas son las personas y mas bruscamente acometidas
de la enfermedad. El _acónito_ corresponde á la somnolencia debida á la
congestion del cerebro y á una plétora sanguínea de este órgano, pero no
á la somnolencia efecto de la anemia ó de un estado de asfixia; el
insomnio reclama _acónito_ cuando reconoce por causa un eretismo con
orgasmo sanguíneo que puede dominar á la congestion cerebral ó
precederla, y que una violenta impulsion del corazon y la escitacion
febril bastan para esplicarla.

Se han hecho falsas aplicaciones del _acónito_ en las afecciones
inflamatorias del bajo vientre, en las mujeres embarazadas, en las
personas dispuestas á hemorróides, mujeres que se hallan en la edad
crítica, en enfermos de neumonías, afecciones tifoídeas y en una
multitud de casos en que predominan la accion del sistema venoso, la
elaboracion crítica ó pútrida de la sangre, una inflamacion falsa, un
éstasis sanguíneo simulando congestiones flegmásicas, afecciones todas
con las cuales no tiene el _acónito_ relacion alguna. Este medicamento,
repetimos, exige la participacion activa del sistema arterial; pero,
puesto que hemos escluido en general de su accion las afecciones del
bajo vientre y del útero, preciso es establecer una notable escepcion,
comprendida sin embargo en la regla general. Esta escepcion es relativa
á ciertas amenorreas eréticas en jóvenes que aun no han contraido el
hábito á congestiones venosas, si así podemos espresarnos.

Suspendemos aquí el detalle de las indicaciones del _acónito_ en la
inmensa tribu de flegmasías febriles, para terminar diciendo algo sobre
las hemorragias. Las que el _acónito_ cura, son activas, congestivas y
eréticas, con fiebre, calor local, pulsaciones y pérdida de una sangre
roja que se coagula prontamente. Solo el _árnica_ puede disputar al
_acónito_ sus indicaciones hemorrágicas, especialmente cuando predomina
el eretismo, ó si no hay fiebre. Hay no obstante indicaciones sacadas
del órgano asiento de la hemorragia, como la del estómago é intestinos,
que exigen la _nuez vómica_ y el _arsénico_; la epistaxis se acomoda
mejor al _azafran_ y _árnica_; la metrorragia prefiere la _canela_, la
_ipecacuana_ y la _manzanilla_. La hemoptisis reclama siempre el
_acónito_ cuando hay fiebre, si es que no alterna con _árnica_ ó
_brionia_, despues de su efecto sedativo sobre la circulacion. Ya
tendremos ocasion de hablar de otros medicamentos contra las
hemorragias, y se verá que hay algunos que gozan en estos casos de una
especialidad de accion muy notable, como son: _árnica_, _centeno
cornezuelo_, _mil hojas_, _quina_, los _ácidos minerales_ cuya accion en
las hemorragias pasivas y pútridas ya indicarémos.

3.º _Estado sobreagudo_.--Ya sabemos que la utilidad de _acónito_ en
este período de las fiebres es muy limitada. Por regla general, cuando
un enfermo ha llegado á este estado, es muy conveniente prescribir una
cantidad de _acónito_ para tomarla en algunas horas y por fracciones, á
fin de debilitar la violencia de la fiebre hasta el grado que sea dable
en las atribuciones de este medicamento; el _acónito_, en efecto, tiene
entre sus síntomas algunos de los característicos de las fiebres en su
apogeo; su pulso llega por su pequeñez y dureza al mas alto grado de
agudeza; corresponde por lo mismo á la gastritis y pericarditis
sobreagudas; pero es preciso usarle sóbriamente á fin de no dejar pasar
los momentos en que pueden jugar otros medicamentos mas directamente
indicados.

Los síntomas mas graves del _acónito_ son: grande ansiedad, angustia,
inmovilidad, mas bien que postracion ó adinamia; accesos de
desvanecimiento, con opresion momentánea de las fuerzas, con
atontamiento y fijeza de la mirada, cara pálida y aun hipocrática, ojos
hundidos, ó bien cara azulada, inyectada, sudor viscoso, petequias:
estos síntomas, repetimos, pueden indicarle si existen con un estado
erético; sin predominio de los fenómenos nerviosos ó atáxicos, que la
fiebre no haya tenido ni tenga irregularidad estraordinaria en su
marcha, y que los fenómenos locales ó especiales hayan conservado la
relacion de subordinacion con el estado del sistema circulatorio.

Existen en esta época de la fiebre algunos síntomas característicos que
pueden conducir al uso de _acónito_, como la sequedad y el ardor de la
lengua y de la boca que disten de la fuliginosidad, las exacerbaciones
nocturnas, el sudor en las partes cubiertas, sensacion á veces de frio
interno, al que sucede otra sensacion de calor vivo; la sequedad de las
membranas mucosas es muy pronunciada, las orinas sedimentosas, sed
ardiente, pulso tirante y algunas veces pequeño y frecuente.

4.º _Estado crónico_.--Que la fiebre disminuya de intensidad, ó que pase
al estado sobreagudo, ó que se prolongue retardando ó prolongando una
convalecencia mal determinada, el _acónito_ puede estar indicado, pero
alternado con el _licopodio_, el _azufre_, ó algun otro medicamento cuya
accion se estienda hasta la fibra, hasta la nutricion, hasta la
plasticidad. Debilitada ó profundamente alterada la vida por la
enfermedad, reclama otra cosa que un simple antiflogístico como el
_acónito_; porque si la irritacion sanguínea que subsista puede
reclamarle, la indicacion vital que resulta del estado general, debe
llamar la principal atencion del práctico.

No es esto decir que no pueda ser útil aun en las lesiones orgánicas,
sino que será muy accidental y solo por la recrudescencia de la
inflamacion anunciada por calosfríos, incomodidades, calor y fiebre.

Las afecciones crónicas que corresponden á _acónito_ son poco numerosas,
y tienen todas un sello febril ó de eretismo, como se ve por los
síntomas siguientes: irritabilidad moral, insomnio, síntomas gástricos,
piel amarilla y seca, cefalalgia habitual y supra-orbitaria,
movimientos congestivos en diversos puntos, ligeras epistaxis,
palpitaciones, deposiciones duras, negruzcas, pero con forma regular,
orinas encendidas y calientes, rigidez y sensacion como de contusion en
los miembros, pulso vibrátil y agravacion por la noche. Las afecciones
en las que menos indicado está el _acónito_, son: caquexias y fiebres
hécticas, frecuentes recidivas de irritaciones mucosas, ya vaginales, ya
bronquiales, en el engrosamiento de las membranas y su adelgazamiento
por la disminucion de la tonicidad á causa de congestiones vasculares
repetidas.

Se le cree eficaz por algunos síntomas en las leucorreas ligeras, en las
irritaciones uretrales, la _flegmasía alba dolens_ y la eclampsia de las
recien paridas. Juzgamos que serán muy raros los casos de esta especie
en los que el acónito pueda ser útil. Lo mismo decimos de las afecciones
mentales con ideas fijas ó con alternativas de alegría y desesperacion,
ó con temor escesivo de la muerte.

Todos los síntomas de espasmos, preliminares de una afeccion grave,
corresponden mejor al _acónito_ que á ningun otro, inclusos los primeros
momentos de una hernia estrangulada, aun cuando los fenómenos de
concentracion anuncien la participacion de los grandes aparatos
orgánicos en la lesion local, porque aun en este caso, el _acónito_
puede impedirlo; pero los momentos son cortos y pocas veces está el
médico presente.

Importante es apreciar el carácter de las enfermedades crónicas por los
conmemorativos y la etiología, como se ve por el siguiente ejemplo: si
un eczema situado en la pélvis, ó un dartro exudante, ó si, en fin, un
prurito vaginal con leucorrea hubiese desaparecido, desarrollándose
antes una gastralgia, y hay sed, dolor fijo, lancinante, agravacion por
el movimiento y el reposo, sensibilidad en el epigastrio á la presion,
el _acónito_ podrá aliviar; pero para curar es necesario dar los
medicamentos indicados en la enfermedad que desapareció.

Hé aquí otro ejemplo mas á propósito para nuestro objeto: una jóven de
veinte años y de robusta constitucion fué atacada de clorosis; una viva
impresion de miedo, si bien no la suprimió sus reglas, desarrolló un
estado que, fisiológica y patológicamente, era lo mismo, puesto que dió
lugar á un flujo de sangre abundante, á una congestion en el útero que
se presentaba en la época catamenial y hacia difícil la rehabilitacion
del flujo menstrual; habia cólicos, pesadez en las piernas, calor é
incomodidad en el bajo-vientre, hinchazon de la vagina y exudacion
hemorrágica. Estas congestiones han producido un eretismo del útero y un
estado de tension en este órgano, que era un obstáculo irritativo al
restablecimiento del flujo periódico. En esta afeccion se observaron al
principio fenómenos simpáticos nerviosos, espasmódicos; se desarrolló en
el ínterin la anemia, producida por la influencia del eretismo ya
referido, por la disminucion de las secreciones, cefalalgias variadas,
sed, aridez de la piel, ó por sudores debilitantes ó calores acres. El
remedio de este estado crónico será el _acónito_, pero con la sola mira
de sostener el efecto de otros medicamentos.

Las neuralgias que en este párrafo mencionamos como propias de
_acónito_, además de ser congestivas y caracterizadas por un eretismo
general ó local, su accion electiva sobre el nervio trigémino las da el
principal rango. Uno de los caractéres de las neuralgias de este
medicamento es el de que se alivien con el frio, ó por el aire fresco al
menos, por el reposo y la inmovilidad. Generalmente las que corresponden
á _acónito_ son lancinantes y nocturnas, ó si se reproducen por accesos
y hay calor y aun rubicundez en la parte, y que á las lancinaciones
sucede una sensacion como de contusion ó magullamiento.

El carácter del dolor es insuficiente por sí solo para fijar la eleccion
del medicamento, pues el dolor lancinante, por ejemplo, pertenece á mas
de treinta, siendo necesario atender al conjunto de síntomas
característicos, á la _facies_ del medicamento, adaptada á la
constitucion del enfermo, á su género de vida, á las causas que han
producido la neuralgia, cuyas circunstancias todas determinan el
carácter de un medicamento en particular. Las neuralgias reumáticas
debidas á la influencia de un frio seco, las ocasionadas por un calor
escesivo y por el ácido carbónico, son del dominio del _acónito_, así
como las que se sitúan en el corazon, y otras muchas acomodadas á la
discrasia y electividad del medicamento, y que reconocen por causa una
actividad sanguínea, arterial, y quizá una irritacion del neurilema, una
plenitud de los vasos que se estiende á los nervios y sus membranas.

Digan lo que quieran los terapeutistas, entre los cuales se cuentan
algunos modernos, el _acónito_ no es un medicamento principalmente
antineurálgico; su especialidad es la actividad arterial exagerada.
Aunque baste él solo para curar algunas neuralgias, y aun cuando
elevando la dósis se estienda su potencia curativa á mayor número de
estas afecciones, es lo mas regular que se curen administrando despues
del _acónito_ otros medicamentos cuya accion sobre el sistema nervioso
es mas especial ó directa, como la _manzanilla_, el _café_, el _eléboro
blanco_, la _cochinilla_, la _belladona_, el _zinc_, la _nuez vómica_ y
el _arsénico_. En muchas ocasiones, para obtener la curacion de
neuralgias crónicas producidas por una causa mas íntima y oculta, como
la sífilis, la artritis, el herpetismo, etc., hay precision de recurrir
á medicamentos cuya accion, si bien es menos directa sobre los nervios,
es mas profunda y mas constante sobre los tejidos, entre los cuales
podemos citar al _mercurio_, _ácido nítrico_, _azufre_, _thuya_,
_sílice_ y _licopodio_.

No terminarémos este estudio del _acónito_ sin completar el cuadro
sintético de sus efectos, indicando sus relaciones con la constitucion y
parte moral de las personas sometidas á su influencia. En su accion
aguda, armoniza con la constitucion sanguínea, con sugetos bien
nutridos, alegres, indiferentes ó descuidados, jóvenes ó adolescentes;
por su accion crónica, tiene relacion con la misma constitucion
deteriorada y convertida en mas nerviosa á consecuencia de privaciones,
padecimientos y de una hematosis insuficiente; en estos casos, el moral
es triste, inquieto y dispuesto á sobresaltos interiores.

Corresponde tambien perfectamente el _acónito_ á las causas de las
inflamaciones en general; á la primavera, la juventud, una alimentacion
escitante, el uso inmoderado de los placeres, el tiempo seco y frio, la
insolacion, el susto, la cólera, las impresiones vivas y profundas.

El recomendar á los terapeutistas de la escuela hahnemanniana el que
armonicen el medicamento, no solo con los síntomas del físico, sino
tambien con los del moral, no es una cosa insignificante y de poca
importancia: esta recomendacion se enlaza muy bien con la necesidad en
que se halla el práctico de formarse la idea mas justa posible de la
constitucion que el medicamento tiene tendencia á favorecer ó provocar,
por la série de modificaciones que imprime al organismo. Esta necesidad
está limitada al deber de conocer los efectos del medicamento sobre el
hombre sano, para aplicarle á la enfermedad conocida en sus síntomas; y
el conocimiento de los efectos sobre el moral emana de los efectos
físicos.

Más, así como no es posible que el mismo medicamento produzca en todos
los indivíduos los mismos síntomas físicos; así tambien los síntomas
morales de un medicamento varian segun las personas sujetas á la
esperimentacion, sin perder lo que hay de esencial y característico en
ellos. Se concibe bien que las observaciones sobre el modo de
comportarse los séres inanimados sean y permanezcan invariables; que se
sepa la hora y hasta casi el segundo en que se verifica el paso de la
tierra por su perihelio en su inmutable rádio vector; admitimos que no
haya ni aun un segundo de error en el cálculo aplicado á la revolucion
anual de nuestro planeta; que las influencias siderales y las fuerzas
astronómicas no alteren en lo mas mínimo la composicion y densidad de
los astros; pero la ciencia del hombre no puede establecer la certeza en
sus observaciones y estudios analíticos, porque la vida está sometida á
mil influencias distintas, y porque tiene por objeto, por fundamento,
organismos muy variables y susceptibles de ser diversamente afectados.
El hombre difiere de sí mismo á cada instante y en las varias épocas de
su existencia, en sus órganos, en su sensibilidad, en sus disposiciones
de irritabilidad, de absorcion, de escreciones, etc. Supérfluo creemos
demostrar en este momento el cómo influye el físico sobre el moral. Los
medicamentos y las causas morbosas influyen sobre uno y otro, del mismo
modo que el moral influye sobre el físico, sobre la enfermedad y sobre
la accion de los remedios. Esperamos, que en su dia estos estudios harán
resaltar estas verdades, dándolas un carácter práctico y haciendo de los
medicamentos agentes capaces de modificar el organismo, hasta el punto
de hacer cambiar las disposiciones morales que dependan de su estado
físico.

El _acónito_ produce la agitacion, la angustia, la inquietud, el temor
de la muerte ú otros síntomas que se aproximan á los característicos y
que en cierto modo lo son, como los llantos, los gemidos, la
irritabilidad, la misantropía y el miedo, que conduce á huir ó
escaparse.

=Dósis.=--Las afecciones agudas soportan bien las dósis menos débiles de
_acónito_, hasta la misma tintura; y cuanto mas simple y decidido es el
carácter inflamatorio, mas eficaz y pronta es su accion. Lo mismo sucede
cuando se le usa en el período prodrómico. Pero su influencia es de
corta duracion y tanto menos persistente cuanto mas viva es la fiebre;
de esto resulta la necesidad de repetir las dósis con tanta mayor
frecuencia, cuanto mas aguda es la afeccion y que la enfermedad agota
mas pronto su accion. Hay afecciones neurálgicas que se acomodan mejor á
dósis mas elevadas, como, por ejemplo, en el tic doloroso de la cara y
la angina de pecho. Mientras que el carácter inflamatorio persista, aun
cuando se alivie, se debe insistir sobre el _acónito_ y repetir sus
dósis: el mejor indicio de su utilidad es el pulso que disminuye de
frecuencia al cabo de algunas horas. Conviene algunas veces administrar
en el intérvalo del _acónito_ varias dósis de un medicamento cuya accion
es análoga á la suya en la enfermedad que se trate, como la _belladona_,
la _manzanilla_, la _pulsatila_. En las exacerbaciones agudas de las
flegmasías crónicas y en el período subagudo de ciertas fiebres de larga
duracion, la alternacion del _acónito_ y del _azufre_ produce escelentes
resultados. El tipo de la accion benéfica del _acónito_ es la fiebre
inflamatoria: este medicamento la modifica prontamente por una reaccion
seguida de sudor, de calma y de un sueño reparador.

Jamás se verá el médico obligado á elevar la dósis mas allá de 10 ó 12
gotas de la tintura en 6 onzas de agua para todo el dia. La dósis comun,
en la fiebre y la amigdalitis por ejemplo, es de 3 á 4 gotas de la
primera atenuacion diluidas en agua. En las neuralgias ú otras
afecciones muy propias del _acónito_, no se debe bajar de la tercera
atenuacion.



AGARICO MOSQUEADO (AGARICUS MUSCARIUS).


§ I.--Historia.

Familia de los hongos y de la criptogamia de Linneo, de la que se
conocen algunas centenas de especies de _agáricos_, si bien solo nos
ocuparémos del _agárico[17] mosqueado_ ó _pintado_ ú _hongo carmesí_, y
de cuya sustancia activa nada dicen los terapeutistas. Murray[18] sin
embargo ha manifestado el uso que se ha hecho de él en ciertas
induraciones linfáticas de las amígdalas, en las manchas de la córnea,
las úlceras callosas, los temblores musculares y la epilepsia.

Aunque el _agárico moscado_ tiene en su patogenesia varios síntomas que
es preciso separar, como los suministrados por ejemplo por un dartroso,
esperiencias recientes hacen á este medicamento recomendable por
algunos efectos aun no observados. Estamos distantes de atribuirle
propiedades reales contra estados diatésicos y herpéticos como algunos
autores creen, pues este medicamento no parece que tiene una influencia
constante sobre la nutricion.

Pocos medicamentos ofrecen, como el _agárico_, síntomas accesorios
insignificantes ó de valor dudoso, porque son pocos los que tienen una
accion mas completamente limitada á la esfera nerviosa. Inútil es, pues,
buscar en él otros síntomas nerviosos que los llamados por nosotros
esenciales, opuestos á los que resultan de las fiebres graves y otras
perturbaciones y que denominamos consecutivos ó sintomáticos. Menos aun
se hallan indicios que anuncien una lesion de los tejidos y una
alteracion de los líquidos. En cuanto á los síntomas sanguíneos y
gástricos, el valor se deduce de su accion eminentemente nerviosa. No se
puede dar á tales síntomas del _agárico_ la misma importancia que á los
suministrados por el _acónito_ ó la _nuez vómica_, al menos en la misma
categoría. La apreciacion del carácter dominante de un medicamento
indica el valor de los síntomas que de él se separan.


§ II.--Efectos fisiológicos.

La exaltacion intelectual y física, el delirio y el furor, son efectos
inmediatos del _agárico_ á dósis elevadas; son efectos tóxicos tales
como los buscan ciertas poblaciones del Norte que le comen para
proporcionarse cierta especie de embriaguez, como los orientales toman
el _haschisch_ y fuman el _opium_. Bajo este aspecto, la analogía del
_agárico_ con el _opio_ es notable, pues se eleva hasta los efectos de
entorpecimiento y asténicos que tanto abundan en otros. Pero hay la
diferencia que estos efectos, en el _opio_, son producidos por
congestiones y éstasis sanguíneos, mientras que en el _agárico_ dependen
de una lesion simple de la sensibilidad y contractilidad, en lo que son
antagonistas estos dos medicamentos, siendo el _agárico_ mas análogo á
_belladona_ por sus efectos sobre el encéfalo.

Este medicamento parece tener una accion electiva limitada al sistema
nervioso general, pues el circulatorio y la vida vegetativa están como
sustraidos de su influencia, ó deprimidos mas bien. Este carácter de
astenia de los fenómenos nerviosos se estiende á todas las
modificaciones del organismo y da al _agárico_ un sello especial que
rara vez se ve tan marcado en otros medicamentos.

Todos los síntomas del pulso se refieren á su pequeñez, su debilidad, su
fácil depresion; así es que se le observa muy pequeño, muy lento,
filiforme, y aun cuando una causa escitante le acelere, no por eso se
hace mas fuerte. La intermitencia es otro carácter del _agárico_; el
pulso es pequeño, desigual, intermitente, falta una pulsacion despues de
la 10.ª, 30.ª ó 40.ª: hé aquí por cierto un pulso eminentemente
asténico, sin que su carácter deje por lo tanto de ser nervioso.

Dos síntomas solamente indican un aumento de calor, aunque desigual; las
mejillas están quemantes y las manos frias; el calor dura poco tiempo, y
solo tiene lugar en la cama; los calosfríos y sensaciones de frio de
toda especie preceden, y generalmente no son precursores mas que de
espasmos. El frio es casi siempre irregular, y se reproduce por poco que
se descubra ó impresione el aire; la sensacion de frio es á veces
interior y acompaña con frecuencia á los dolores de cabeza y de otras
partes. El sudor febril es nulo, ó solo se le observa por la noche en la
cama, ó como un signo de debilidad despues del cóito, del paseo, ó algun
otro ejercicio corporal.

La falta de memoria, la inaptitud á toda aplicacion, la apatía, una
alegría tonta, una locuacidad sin objeto, un delirio que parece el
último término de la fatiga ó de la instabilidad, ó bien la
indiferencia, la taciturnidad, el abatimiento, la tristeza y el mal
humor, anuncian para el cerebro, no la actividad, sino un estado pasivo
que se ve en la somnolencia y el sueño profundo, dos síntomas referidos
varias veces á propósito de espresar los efectos de la fatiga física y
moral, muscular y nerviosa; la inquietud que se esperimenta en las
piernas y que retarda ó altera el sueño, es circunstancia
característica. El sueño, en fin, no es reparacion de las fuerzas, sino
una tregua incompleta de la irritabilidad, porque es con frecuencia
interrumpida ó agitada por inquietudes, sueños penosos é intranquilos,
siendo preciso hacerse violencia para salir de la cama y tardando mucho
en poderlo efectuar.

Los males de la cabeza no tienen nada de agudos; son dolores sordos,
presivos, como de estremecimiento y adormecimiento; la cabeza está
atontada, pesada y con sensacion como de vacío; hay vértigos acompañados
de distintas circunstancias; se esperimenta dificultad para ver, se
vacila; pero un esfuerzo de la inteligencia, un acto de la voluntad,
tonifican el cerebro y hacen cesar el vértigo; tambien se le hace cesar
girando rápidamente la cabeza, movimiento que acumula mayor cantidad de
sangre.

Los globos oculares están igualmente exentos de dolores; los numerosos
síntomas que suministran, se reducen á prurito, estremecimientos y
presion: esta última es la mas frecuente; la frotacion los calma, aunque
lo realiza mejor la accion del vino y el calor de la cama. Poca ó
ninguna falta nos hacian estas circunstancias para creerlos procedentes
de la debilidad, del mismo modo que algunos fenómenos convulsivos, tales
como los ojos giran en su órbita, los globos se dirigen hácia arriba. En
fin, todos los síntomas de la vision denotan la astenia, como se ve por
el oscurecimiento de la vista, por las manchas en el campo de la vision;
los objetos palidecen ó aparecen cubiertos de una tela de araña, de una
nube; la vista es débil, se ven los objetos duplicados; este es el único
síntoma de ambliopia, así como se consigna otro de miopia que es el de
ser necesario aproximar los objetos para verlos distintamente. En la
audicion notamos, el zumbido, una especie de tintineo al aire libre y un
ruido de glu-glu, parecido al que produce el agua ó vino al salir de una
botella.

Todos los síntomas que acabamos de referir escluyen la idea de una
intervencion activa del corazon. Lo mismo sucede con los que presentan
los órganos digestivos siguientes: dolores y punzadas en el ombligo,
hipocondrios, estómago; cólicos, retortijones, tenesmo sin síntomas
congestivos, flatuosidades con borborigmos, tension, timpanitis; la
lengua está como picoteada en su punta, algo corroida, y presenta capas
de diferente aspecto; el epitelio parece á veces algo levantado en
distintos puntos de la boca, y hay dolor.

Las funciones genitales están asténicas; hay erecciones sin deseos
venéreos; se presentan por la noche, á causa probablemente de la
escitacion que produce la plenitud de la vejiga; si se tienen deseos al
cóito, no hay ereccion, ó se carece de sensacion voluptuosa en el acto.
La eyaculacion seminal es tardía y seguida de debilidad, de fatiga, de
postracion, de sudor abundante; las poluciones nocturnas se presentan
sin ensueños lascivos; y si en la mujer se observa una menstruacion mas
abundante, la evacuacion no va acompañada de sensacion alguna incómoda,
de síntoma alguno de congestion. Los síntomas del aparato urinario no
anuncian flegmasía alguna, pues si el tenesmo, por algunas
circunstancias, podria hacer creer en una afeccion de la próstata, el
carácter bien conocido del medicamento conduce á buscar su orígen en
alguna estrechez ó estado espasmódico.

La cavidad torácica nos presenta sensaciones variadas, sin dolores
vivos; las punzadas sordas, los estremecimientos, las constricciones y
opresiones, son las mas ordinarias y comunes, y los dolores lancinantes
detrás del esternon y en algunos puntos del pulmon, son fugaces. La
sensacion de ahogo ó de opresion domina entre los síntomas suministrados
por el corazon; si hay algunas punzadas y pulsaciones un poco mas
fuertes, carecen de calor y solo ofrecen un carácter nervioso.

Los síntomas relativos á los sistemas nervioso y muscular son numerosos
á contar desde el dolor vivo hasta la debilidad paralítica, último
término del dolor y del espasmo, y resultado infalible del agotamiento
de las fuerzas nerviosas.

En la cabeza existen los síntomas siguientes: dolores tirantes,
presivos, sensacion de un clavo sobre el parietal, punzadas,
dislaceraciones por accesos, prurito, frio glacial en la sutura coronal
que se estiende é invade la frente, contracciones y temblores distintos
de los párpados que se cierran y se abren con dificultad, sensacion de
ardor en los ángulos de los ojos, punzadas en las mejillas y los
maxilares, contracciones espasmódicas de los maséteros, odontalgia que
se limita á una sensacion de prolongacion de los dientes ó un dolor
corrosivo de los molares con pulsacion y dislaceraciones, con dentera de
los incisivos inferiores.

Los músculos lumbares, los del dorso y de la nuca son el sitio de
sacudidas espasmódicas, de dolores generalmente dislacerantes y de
sensaciones de presion, de cansancio, de debilidad, de rigidez. Estos
síntomas son bastante numerosos y variados para simular una afeccion de
la médula espinal. Las mismas sensaciones se hallan en los miembros
superiores é inferiores con síntomas de parálisis: debilidad, laxitud,
temblor, movimientos irregulares, adormecimiento, vacilacion, frio,
sensacion de quemadura, dolor paralizante y aun calambre en el pié. El
calambre está aislado en medio de una multitud de otros síntomas
neurálgicos.

Para establecer exactamente la esfera de accion del _agárico_, nos falta
indicar las modificaciones que induce en los tejidos y las secreciones.

El ojo está seco; hay prurito en los oidos y algunos granos en la parte
posterior del pabellon. El prurito y cosquilleo se observan en la nariz
y en las narices; hay alguna irritacion en el interior, sequedad,
romadizo, coriza y aun coriza fluente; sale de la nariz, por gotas un
humor parecido al agua clara; estornudos frecuentes, y el olfato que en
el coriza catarral está embotado, en el _agárico_ está exaltado. El
prurito es un síntoma muy comun en este medicamento, sin que, como es
natural, se observe erupcion alguna, á cuyo síntoma debemos reunir
tambien los pinchazos como por alfileres en el menton. Al estado de las
encías hinchadas, dolorosas y sangrantes, es preciso agregar el punteado
y erosion de la lengua, las aftas observadas cerca del frenillo, la
salivacion abundante y la sensacion de acorchamiento en toda la boca. La
sed es mas pronunciada que el apetito; las náuseas y los vómitos parecen
depender, como los cólicos, de la flatulencia y de un estado nervioso y
atónico; el tenesmo y las deposiciones suceden á los retortijones; las
deposiciones son al principio blandas ó como rizadas, y la primera parte
escrementicia es la que tiene generalmente el carácter normal. Las
deposiciones diarréicas van siempre acompañadas de dolores y emision de
gases. El ano es el sitio de hormigueo, comezon y prurito, sin otro
síntoma; no se ha observado variacion alguna en las orinas, así en su
cantidad como en su calidad; y el prurito voluptuoso del pubis, del
pene, del prepucio y de la vulva, es un síntoma aislado como el de la
uretra y del escroto, é igualmente que el flujo de un moco viscoso por
el canal de la uretra.

La laringe y el pecho ofrecen pocos síntomas: la tos es seca y
espasmódica, provocada por un cosquilleo en los bronquios: los síntomas
relativos á la respiracion son poco numerosos y puramente nerviosos.

Se sienten algunos pruritos, hasta quemantes, sobre la pared torácica,
un grano en el pezon izquierdo y un dolor de escoriacion en varios
puntos. Se observa el prurito en el dorso y en el brazo; vesículas que
escuecen y corroen, y algunos granos en esta última parte. Los mismos
granos, semejantes en los pequeños á los de mijo é inflamados, se
observan en el dorso de la mano izquierda. La eminencia tenar, el
índice, la tuberosidad isquiática, las piernas, el dorso del pié y sus
dedos, son tambien el sitio de algunos pruritos. Los esperimentadores no
mencionan mas que un forúnculo en la nalga derecha, y una erupcion
miliar, blanquecina, seguida de descamacion, en la pierna izquierda, y
que produce una comezon que obliga á rascarse.

Hemos indicado los síntomas de la esfera vegetativa, no porque los
creamos de gran valor en sí mismos, sino para confirmar su naturaleza
asténica. Verdad es que en la esperimentacion pura no se puede obtener
mas que los rudimentos de la accion de los medicamentos sobre los
tejidos, pero lo mismo sucede con el _agárico_, y sus síntomas no pueden
tener la misma significacion que los de otros medicamentos de accion
electiva sobre la piel.

La astenia y la nerviosidad constituyen, segun lo que se acaba de ver,
el carácter fundamental de la accion del _agárico_. Así pues, los
dolores que presentan los músculos ó los tejidos blancos, lejos de
observarse en ellos fijeza, hinchazon y rubicundez, es la debilidad y la
instabilidad lo que domina. Hay dolores simultáneos en partes separadas,
ó bien que se cruzan de un lado del cuerpo al otro y de arriba á abajo;
algunos se desarrollan en la inmovilidad, ó se agravan, ó vice-versa, se
alivian con el movimiento, la impresion del aire frio: los síntomas,
vértigos y convulsiones, se declaran por accesos mas ó menos frecuentes;
pero todo esto no basta para hallar relaciones entre los síntomas y los
ataques de epilepsia, aun cuando se admita como auténtico el síntoma de
un poco de espuma en las comisuras de los labios.

Dirémos para terminar este asunto que pocos medicamentos tienen una
accion continua, y que cuanto mas se limita su accion á la esfera
nerviosa, tanto mas intermitente es en los fenómenos neurálgicos y
espasmódicos. Esta irregularidad, este ritmo de la accion medicamentosa
es fecundo en indicaciones terapéuticas. Hay igualmente pocas
enfermedades, especialmente nerviosas, que sean continuas, pues como en
los efectos de los medicamentos, las afecciones invaden por la tarde,
por la mañana, por la noche, ó aumentan de intensidad á ciertas horas.
Hé aquí caractéres no menos importantes que los resultantes de la
agravacion ó mejoría producidas por el calor de la cama ó el frio, por
el reposo ó el movimiento, por el agua fria ó caliente, etc. Los
prácticos saben muy bien que estos caractéres tienen mas importancia que
los que emanan de la forma lancinante, tirante, dislacerante, etc., de
los dolores que generalmente son tan distintos en cada medicamento.

La fisonomía general, el carácter esencial y fundamental del _agárico_
está en su accion nerviosa y en la astenia. La actividad del mismo
corazon se debilita: este órgano no se exalta ó es muy accidental el que
se verifique; y si bien hay que reconocer alguna reaccion en la accion
del medicamento, su fiebre no difiere de sus movimientos de calor y
sudor, que están en relacion del estímulo de una emocion viva, ó que
sobrevienen por un ejercicio, aunque sea moderado, en personas
nerviosas, debilitadas y casi desprovistas de calor vital. El _agárico_,
en efecto, corresponde muy bien á las constituciones nerviosas,
debilitadas, ya presenten cierta gordura con abultamiento ó palidez y
aspecto enfermizo, ya sean demacradas y de fibra seca: en uno y otro
caso, el eretismo es una escepcion; la versatilidad nerviosa y la
debilidad constante, hereditaria en los unos ó adquirida por escesos
venéreos en otros, los temblores convulsivos y los sudores debilitantes
son habituales, así como la debilidad muscular y visual, los desbarates
de vientre, las palpitaciones, los vértigos, la somnolencia por el dia,
los ensueños fatigosos por la noche, la flojedad.

El moral está en armonía con el estado orgánico: estas personas huyen de
la conversacion, son indolentes, inconstantes, y descontentos del
presente, se arrojan al porvenir por el poetismo y el gusto á las
profecías; tienen un sueño ligero, interrumpido con frecuencia, y desde
este estado enfermizo llegan basta la manía, á accesos de furor, de
opresion y palpitaciones, á accesos epileptiformes, á neuropatías, á
cierto embrutecimiento. La sensibilidad del cuero cabelludo; el latido
en el vértice de la cabeza, las dislaceraciones lancinantes en el
occipucio y sienes, los sudores por debilidad, sobre todo en las partes
superiores y en el pecho; la rubicundez é inyeccion momentáneas de la
cara, el lagrimeo y los bostezos son mas que suficientes para establecer
una relacion terapéutica entre los efectos del _agárico_ y los síntomas
producidos por los accesos venéreos y el funesto vicio del onanismo,
vicio que desarrolla en los órganos de la generacion los mismos efectos
que el _agárico_.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Las enfermedades, como la ambliopia amaurótica, la odontalgia, los
dolores osteócopos, los espasmos clónicos, los accesos epileptiformes,
las gastralgias y gastro-atonías con sensacion de hambre, las diarreas y
cólicos flatulentos, las neuralgias de la cabeza, del tronco, y el asma
que se cura con _agárico_, deben ser mas valoradas. _Belladona_ es con
frecuencia el medio principal, y el _agárico_ su mejor auxiliar, pero
generalmente á dósis bastante fuertes, si nos es permitido invocar
nuestra propia esperiencia. La _belladona_, _ácido fosfórico_ y algunos
otros contienen al parecer en su patogenesia la esfera de accion del
_agárico_.

Este medicamento está indicado en ciertas cefalalgias con sensacion de
frio en la cabeza, en la hemorragia asténica de las encías, en ciertas
aftas indolentes, en convulsiones sin fijeza, limitadas á algunos
músculos, con agilidad y movimientos fáciles, en ciertas erupciones
pruritosas ó miliares, en el prurito de los dedos de los piés y en los
sabañones de los niños delicados y de personas nerviosas.

Algunos lectores podrán quizá juzgar que hemos dado poca importancia á
este medicamento, pero les dirémos que no obramos así con todos, y que
si lo hacemos con algunos es con el objeto de trazar mejor un estudio
sério de la materia médica y manifestar el que hemos seguido.

=Dósis.=--El _agárico mosqueado_ se administra bajo la forma de tintura ó
alcoholado. Es uno de los medicamentos que mas fácilmente se atenúan y
dividen. La dósis que preferimos es una gota de la primera atenuacion
hasta 5 ó 10 de la tintura en una pocion de 150 gramos, para tomar á
cucharadas en las veinticuatro horas.



ALOES (ALOE GUMMI).


§ I.--Historia.


El _aloes_ es un jugo resinoso de una planta de la familia de las
liliáceas, de Jussieu, y de la hexandria monoginia, de Linneo. Este
medicamento es uno de los empleados antiguamente como purgante.

Hahnemann y sus discípulos investigaron sus efectos especiales y
dinámicos en el curso de sus esperimentaciones y las apuntaron como vía
de nuevas aplicaciones. Los efectos del _aloes_ han sido aceptados por
Mr. Trousseau[19], pero evita el citarle, como lo hace siempre, por no
rendir homenaje á los trabajos del sabio reformador de la materia
médica.


§ II.--Efectos fisiológicos.

El _aloes_ llama la atencion del práctico por su accion congestiva sobre
el sistema venoso en general y el de la vena porta en particular, como
lo prueban los dolores cólicos, las deposiciones sanguinolentas y el
calor del bajo-vientre que acostumbra provocar. En la práctica se
observa que es muy conveniente á los temperamentos melancólicos,
venosos, con constitucion gastada por los abusos de la mesa. Corresponde
principalmente al sexo femenino ó al hombre en la edad madura y en la
vejez. No limita su influencia al abdómen, sino que la estiende al
pecho, á la cabeza, á todo el sistema venoso, á las membranas mucosas
que se engrasan, toman un color mas oscuro y pierden su tonicidad.

Los síntomas del _aloes_ son: tosecilla seca, eructos frecuentes, gases
fétidos, apetito irregular, sed, estreñimiento ó deposiciones diarréicas
y disentéricas con ardor pruritoso en el ano y cólicos; las orinas son
escasas, ardorosas, sucias; hay á veces tenesmo, escitacion irritativa
de los órganos genitales, sensacion de plenitud en el bajo-vientre,
diminucion del flujo menstrual con cólicos y tenesmo uterino, ó aumento
de las reglas en mujeres débiles; las venas subcutáneas están
abultadas; la piel es terrosa, seca, y se agrieta fácilmente; las
cavidades esplánicas, sobre todo el abdómen, son el sitio de dolores
tensivos, de latidos, de una sensacion de calor incómodo. La region
hepática está con frecuencia timpanizada, tirante, caliente; el enfermo
esperimenta dolores agudos, incomodidades, angustias, y la cabeza misma
no está exenta de síntomas congestivos con sensacion de una barra ó peso
en la base del cráneo.


§ III.--Efectos terapéuticos.

El _aloes_ produce, segun resulta de sus efectos fisiológicos, una
actividad, una plenitud venosa, que sus indicaciones están claramente
limitadas á los casos morbosos caracterizados por esta venosidad, lo
cual esplica el por qué, á pesar de las recomendaciones de los
terapeutistas, la administracion del _aloes_ no determina los
hemorróides, si bien molesta con frecuencia al bajo-vientre: esto
esplica tambien cómo este medicamento, dado para libertar al cerebro de
congestiones crónicas, segun los consejos de la rutina, hace á estas
mismas congestiones mas tenaces y agrega fenómenos mas graves, como la
hipocondría y los éstasis venosos abdominales.

Preciso es, para utilizar las propiedades del _aloes_ y obtener felices
resultados, administrarle á dósis débiles, si bien con cierta
continuidad algunas veces. Es utilísimo en las plétoras de la cabeza,
del pecho, del abdómen, cuando dependen de un raptus sanguíneo que tenga
su punto de partida del sistema de la vena porta. Se le emplea con
ventaja en todos los accidentes congestivos debidos al molimen
hemorroidal incompleto, abortado, suprimido, y tambien al molimen
catamenial en las mismas circunstancias. Generalmente en estos casos el
sistema venoso de todo el organismo y el del abdómen en particular, han
sido muy escitados por causas como la buena mesa, la vida sedentaria y
la edad madura, causas que tienden á exagerar la accion de este sistema,
dilatando sus vasos por congestiones y éstasis frecuentemente repetidos,
y que se estienden á otras cavidades y á otros órganos, ya por simpatía,
ya por las leyes de la fluxion.

Las enfermedades que dependen de este estado de cosas, son aun propias
del _aloes_, como algunas palpitaciones, embarazos gástricos,
infartaciones del hígado y la diarrea biliosa. En todos estos casos la
indicacion del _aloes_ se saca de los síntomas concomitantes enumerados
entre los efectos fisiológicos.

=Dósis.=--En las dósis débiles, por ejemplo, una gota, mas ó menos, de la
tintura, son en las que se hallan los efectos mas especiales y útiles
del _aloes_. Dada esta dósis en agua por pequeñas fracciones, modifica
la vitalidad y disipa las congestiones y los éstasis venosos, mientras
que las dósis elevadas les agravan siempre. La derivacion ejercida por
las dósis de la misma sustancia, como 10 ó 20 centígramos de una vez, si
alivian momentáneamente, perjudican algun tiempo despues, por la
exageracion del estado venoso y por una escitacion anormal de la mucosa
recto-anal que puede simular algunas veces las hemorróides, pero que se
limita ordinariamente á desarrollar la diátesis; y que crea fenómenos
sérios á medida que se desarrollan los efectos del medicamento.



ALÚMINA (ALUMINA.--ARGILLA).


§ I.--Historia.


Se estrae la _alúmina_ del alumbre por medio del amoníaco segun los
procedimientos indicados en la farmacopea. El precipitado obtenido es la
_alúmina_ pura, ú óxido de aluminio.

Este medicamento, desconocido hasta hace poco, ha sido empleado
primeramente en Alemania. Hahnemann hizo de él un objeto de sus estudios
y le introdujo en la materia médica. Debemos sin embargo citar al
profesor Ficinus, en Dresde, y á los doctores Wesse y Sciler que le han
recomendado en las diarreas y disenterías rebeldes.

La mayor parte de los autores modernos guardan silencio sobre la
_alúmina_, pero los que deseosos de seguir los progresos de la
terapéutica, hacen mencion de este medicamento, están acordes sobre la
naturaleza eminentemente crónica de su accion y de sus efectos mas
especiales. El doctor Teste[20] está sobre esto muy esplícito, y los que
dan á la _alúmina_ alguna importancia en el tratamiento de las
enfermedades agudas, solo han procedido por ideas teóricas. Aislan los
grupos de síntomas que demuestran alguna agudeza, de otros grupos á que
están unidos y de los cuales dependen, y que revelan una lesion profunda
de la vitalidad en el sentido de la atonía, así como una falta de
plasticidad, en lo cual este medicamento es opuesto á la _thuya_ y al
_carbonato de cal_, cuya accion electiva se ejerce en la misma esfera,
pero exagerando la fuerza plástica ó determinando su aberracion.


§ II.--Efectos fisiológicos.

La accion de la _alúmina_ produce á la larga una diátesis asténica que
no solo escluye el eretismo como elemento esencial, sino que le encadena
y evita. Los accidentes febriles que figuran en esta diátesis, solo son
tendencias del organismo para proporcionar al sistema nervioso
ganglionar el grado de actividad que ha perdido, porque la _alúmina_
obra particularmente sobre este sistema, y sus estados febriles sugieren
la idea de una fiebre lenta, especie de fiebre regeneradora que produce
sus mas grandes modificaciones en la esfera vegetativa, en la
plasticidad. Los mismos dolores y los fenómenos de la sensibilidad ponen
de manifiesto la afeccion del sistema nervioso de la vida de relacion,
al no presentar los caractéres de la esencialidad, y al referirse en
general á la afeccion de los órganos de la vida animal, resultando que
no puede asignarse á ningun grupo de síntomas un estado agudo
suficientemente caracterizado. Este carácter de la _alúmina_ emana del
conjunto de sus síntomas y está además apoyado por la clínica.

Otro carácter que se debe consignar, es el que consiste en la
disposicion particular de la piel á lesiones, que asténicas en un
principio, no dejan de acompañarlas algunos fenómenos de irritacion, si
bien estos aceleran el movimiento de descomposicion y no el de
restauracion: esta exaltacion de la fuerza de descomposicion y de
eliminacion quizá no sea debida mas que á el processus plástico, lo cual
esplicaria tambien la falta de colecciones serosas, de exudaciones y de
hipertrofias, entre los fenómenos atribuidos á la _alúmina_. En este
sentido y bajo su influencia, es como se manifiestan las afecciones de
las membranas mucosas.

Los fenómenos simpáticos generales son con principalidad nerviosos; la
misma escitacion sanguínea está subordinada á aquellos, y estos
fenómenos arrancan de un estado de debilidad y de discrasia
correspondientes á las lesiones producidas por un vicio, como el
herpetismo, que obra en la profundidad de los tejidos, sobre la vida
vegetativa y sobre el conjunto de las membranas mucosas. Lógico es
pensar, y los hechos lo prueban superabundantemente, que los diversos
vírus ó miasmas crónicos que atacan al organismo, afectan diversas
formas en los distintos períodos de sus evoluciones, es decir, que se
manifiestan en la piel, en los gánglios linfáticos y las glándulas, en
los huesos y los órganos parenquimatosos, sobre las membranas mucosas y
en las misteriosas vías de la nutricion; que vuelven á la piel ó á los
órganos anteriormente afectados por ellos, modificándose en su espresion
fenomenal; y que en estos diversos estados, bajo las diferentes formas,
todos estos vírus ó miasmas, inclusa la misma sífilis, pueden merecer
los epítetos de primario, secundario, terciario, quaternario, segun el
aparato orgánico que afecten en una época dada de su marcha invasora.
Pero esta marcha es tanto mas oculta, y dificulta tanto mas conocer la
causa del mal, cuanto mas se generaliza este por una propagacion
creciente, y á medida que, partiendo de un órgano ó aparato orgánico
determinado, penetra sucesivamente en todos, y concluye por fijarse,
confundiéndose con los hábitos funcionales y vitales, con sus
propiedades convertidas en menos refractarias ó vivas, pero no por eso
menos perniciosas.

Combatido el organismo por tantas y tan funestas causas, puede sufrir
distintas alteraciones que correspondan á la competencia de diversos
medicamentos. La _alúmina_ reclama los casos en que no haya que deplorar
lesiones orgánicas internas, sino los en que la vitalidad esté
disminuida, y en los que falten ciertos materiales necesarios á la
nutricion del sistema cutáneo y de sus accesorios; lo cual esplica el
que la piel esté dispuesta á varias lesiones que tienden á estenderse
por la carencia de jugos reparadores, y que las uñas sean frágiles y que
los cabellos se sequen y se caigan.

Hay pocos medicamentos, cuyos síntomas morales exijan una apropiacion
tan exacta á los de la enfermedad, y cuyo conjunto de síntomas mejor
caracterice su accion general sobre la economía, como la _alúmina_. Las
facultades mentales están decaídas, la inteligencia apática, versátil;
la memoria es débil, el humor variable, y con mas frecuencia importuno é
irascible; muchas veces hay ansiedad ó indecision, que es el carácter
moral de las personas que hace mucho tiempo padecen ó que están
sometidas á la instabilidad de una salud cada dia mas alterada, y
entregadas á las dudas de su restablecimiento. Y si á pesar de sus
temores exagerados, de su ineptitud á todo trabajo y de su decaimiento
moral, hay á veces momentos lúcidos de actividad intelectual, es para
hacer despues mas penosa su vuelta al estado anterior y para mas
lamentarse de su impotencia.

Las funciones de la vision y de la audicion están en armonía con este
estado, pues se observan alteraciones varias, debilidad de la vista,
estremecimiento y centelleo en el campo de la vision; tendencia á
llevarse la mano para separar moscas y telas blancas que revolotean; se
ve un círculo alrededor de la luz, y los objetos aparecen amarillos; en
el oido hay zumbidos, ruidos como de campanas, silbidos, ó de otra voz
que no es la suya.

Entre los síntomas que confirman la influencia de la _alúmina_ en el
sistema circulatorio, es el de un frio interno que se espresa por
calosfríos y que persiste á pesar del calor esterior, que generalmente
es parcial y limitado á las estremidades, aunque en ocasiones recorre
todo el cuerpo. Los piés y manos están temblorosas y heladas, pero no
azuladas; no hay sed, pero sí existe, como en todas las discrasias que
alteran profundamente la economía, una gran sensibilidad al frio, frio
que penosamente se corrige en la cama, pero que solo con esta
circunstancia se mejora. Además, el movimiento aumenta el frio, y parece
que cada esfuerzo obra disminuyendo la suma de fuerzas radicales.

No es raro que la reaccion se límite al desarrollo de calor en las
estremidades y la cara con dolores congestivos en la cabeza, vértigos,
palpitaciones, incomodidades y rubicundez oscura de las mejillas. El
calor y el orgasmo tampoco son generales, y los calosfríos alternan con
el calor, el cual rara vez es universal, ni interno á la par que
esterno; pero va acompañado de escitacion sanguínea y abatimiento, si
bien no tiene constancia ni gran duracion y que la sed no se hace
sentir. Esta fiebre empieza ordinariamente por la tarde, durante el frio
fisiológico de la digestion, y afecta el tipo tercianario.

Al asignar á esta fiebrecilla muchos síntomas del pecho y de las
vísceras abdominales, se la aproxima naturalmente á la fiebre héctica, ó
mas bien, á esa fiebre completamente nerviosa, remitente, cuya
existencia escluye las lesiones orgánicas y que es el resultado de una
discrasia generalmente herpética, de una caquexia que puede denominarse
_mucosa_ por el carácter particular que la dan las alteraciones de las
membranas mucosas y la alteracion de los jugos escretados por ellas.

La falta de calor vital demuestra la debilidad orgánica y la poca
actividad del processus plástico. El sugeto es friolero, y tiene frio
aun cuando en distintos sitios siente calor. La debilidad de la vista y
del oido se observa en los otros sentidos, en particular en el del
gusto; sus sensaciones varian mucho, pues esperimenta sabor amargo,
ácre, dulzoso, mucoso, insípido; el apetito no es menos variable; hay
repugnancia á los alimentos, y siente la necesidad de tomarlos, y aun
hambre y vacuidad del estómago.

La mayor parte de las neuralgias son congestivas, pero en un organismo
debilitado, en el que la sangre no está enérgicamente dirigida por la
tonicidad de la fibra; la rubicundez limitada de la cara, en la que se
reflejan los sufrimientos del sistema ganglionar, tiene el mismo orígen,
y los capilares ejercen una influencia pasiva.

Los dolores vivos, aunque esten acompañados de calor y ardor, no tienen
nada de inflamatorios. En general, los dolores, las punzadas en la
cabeza y otras partes aumentan en la accion de bajarse y de comer; y por
una razon directamente opuesta á los mismos efectos que se observan en
el _acónito_, la comida fatiga y el trabajo de la digestion altera la
cabeza. El calor de la cama alivia la mayor parte de los padecimientos,
y, sin embargo, el aire libre produce buen efecto, porque en este estado
la accion de uno y otro tiende á fortificar la fibra. El simple contacto
aumenta el dolor, y la presion fuerte le alivia, porque corrige
momentáneamente la relajacion de los tejidos. La menor cantidad de
bebidas alcohólicas produce pesadez y enerva, y los alimentos escitantes
hacen laboriosa la digestion. En fin, á los dolores sucede pronto el
abatimiento, la debilidad, contracciones espasmódicas, temblores
asténicos, movimientos involuntarios, conmociones de los músculos ó una
grande postracion despues del menor ejercicio ó tan solo por la accion
de hablar y pensar. A estos fenómenos acompañan sensaciones de calor
incómodo, y se complican con otros fenómenos paralíticos, de cuyos
síntomas presenta la _alúmina_ un rudimento.

Los dolores de los dientes no tienen la violencia que se observa en
otros medicamentos: son variados, y la mayor parte irradian á otros
puntos; se estienden al oido, á la sien, á la garganta; aparecen por la
tarde y la noche, se agravan si ya existen; los dientes parece que se
alargan, la masticacion aumenta el dolor, y este parte del fondo del
alvéolo. Al considerar los otros caractéres de la alúmina y el estado de
las encías, se puede admitir una alteracion de la mucosa alveolar,
porque existen alrededor de los dientes ulceraciones semejantes á
pequeñas escrecencias, y porque el resto de las encías está hinchado, da
sangre con facilidad y los dientes mismos están sucios y cubiertos de
mucosidades.

Hay sensacion de arañamiento en la garganta, sequedad de la nariz y de
la boca sin sed, á pesar del calor interno; pero estos fenómenos son
pasajeros, pues habitualmente hay abundancia de saliva y de moco nasal,
que con frecuencia es puriforme. Esto es, en general, lo que ocurre en
las membranas mucosas. La ocular presenta algunos indicios de irritacion
y sequedad, sobre todo por la tarde; pero lo mas natural es que haya
secrecion abundante de lágrimas, aglutinacion de los párpados por un
moco espeso que corre en cierta cantidad, y los ojos están legañosos. La
conjuntiva puede ponerse rubicunda é hinchada sin gran dolor; las
alteraciones de la vista, los orzuelos frecuentes, la caida de las
cejas, la debilidad y la parálisis del párpado superior confirman la
accion asténica del medicamento que obra del mismo modo en el oido. El
órgano del olfato padece igualmente; los escozores, los pruritos y los
estornudos no son mas que el preludio de corizas interminables, ó que se
reproducen por la causa mas pequeña, porque dominan los síntomas del
coriza y de la abundante secrecion nasal. Estas mucosidades pasan con
frecuencia de las fosas nasales á la garganta, observándose al efecto
como una especie de silbido en las mismas y una alteracion de la voz,
que está como ronca, y denota el engruesamiento de la mucosa de la
faringe. Como este estado secretorio es muy pronunciado en la membrana
pituitaria, predispone á los catarros y epistaxis pasivas y abundantes.

La accion de la _alúmina_ en el pecho representa exactamente la
bronquitis en personas que ya la han padecido con frecuencia, y hasta la
tísis mucosa, por lo cual se observa ronquera, diversas sensaciones de
arañamiento que escitan á toser, ruido mucoso en la traquearteria,
opresion, estertor mucoso, tos seca de toda especie, aun la nerviosa y
por accesos, seguida generalmente de espectoracion abundante, sobre todo
por la mañana; el moco escretado se mezcla algunas veces con la saliva y
otras con un poco de sangre; la obstruccion de la mucosa pulmonal
produce además frecuentes opresiones, peso en el pecho y embarazo
congestivo. Punzadas, dolores de escoriacion y otras sensaciones
dolorosas, que podrian referirse al pulmon, no son en este medicamento
mas que un efecto de la afeccion de la mucosa de las vías aéreas ó de
las pleuras.

Los síntomas que surgen de los órganos digestivos, por numerosos que
sean, tienen un carácter de astenia que se revela por gases abundantes
que salen por arriba ó por abajo, ó que producen, cólicos y timpanitis,
con circunstancias en estremo variadas. Se debe notar la falta de
vómito, si bien hay náuseas bajo una multitud de formas. Consignarémos
pues el estado mucoso de la lengua, la saliva mas ó menos espesa y
abundante, la incomodidad, el malestar, la pesadez en el vientre, las
mucosidades que barnizan los escrementos duros ó que constituyen las
deposiciones diarréicas, y, en fin, la inercia de los intestinos que
produce ordinariamente el estreñimiento, aunque las materias fecales no
siempre tengan la forma natural y no sean escasas.

En esto la _alúmina_ está en oposicion directa con la _nuez vómica_;
pues por una accion contraria á la de este último medicamento, las
deposiciones son difíciles, el intestino débil y el recto inerte; la
defecacion se efectúa por los esfuerzos musculares abdominales; el ano
es el sitio de varios pruritos y hormigueos, mas que de sensaciones
dolorosas, que solo se reducen á ligero ardor, á algo de escozor y á
punzadas. Se observan algunos tumores hemorroidales atónicos, con
exudacion mucoso-sanguinolenta ó con flujo de sangre negra, que gota á
gota llega á colorear los escrementos, sin otro dolor que algo de ardor
y pequeñas punzadas.

Los órganos génito-urinarios presentan calor, sequedad, dolores,
debilidad, inercia, irritaciones pasajeras y secreciones aumentadas; la
membrana mucosa, así como la de los labios, párpados y el ano, presenta
un color rojo oscuro que indica la estancacion de sangre venosa en los
capilares. Apenas hay prurito en la uretra ó la vagina, ni aun en el
acto de orinar ó con la leucorrea. Esta es abundante y de consistencia,
con color muy vario, pero generalmente es serosa y acre; las reglas son
escasas ó suprimidas, y aun cuando persistan con abundancia, hay laxitud
y padecimientos que dan á este flujo un carácter pasivo.

Los síntomas de las membranas serosas son pocos y sin carácter
particular, pues estos órganos no parecen atacados por la _alúmina_, y
ya hemos consignado que las colecciones serosas no son de su dominio:
todo esto puede servir para establecer sus relaciones con el sistema
exhalante en general y los estados morbosos que le reclaman.

El sistema glandular tampoco parece afectado por la _alúmina_, á no ser
que se le atribuya una ligera amigdalitis, y que algunos fenómenos
abdominales induzcan á creer en la infartacion de las glándulas
mesentéricas; los gánglios linfáticos, en fin, no ofrecen alteracion
alguna. No sucede lo mismo con el sistema cutáneo, en el que se
presentan miliares lentas, nodosidades, tuberosidades indolentes,
vesículas, rágades, dartros hasta crustáceos, con prurito, hormigueo,
rubicundez oscura en las mejillas y punta de la nariz.

La mayor parte de las lesiones cutáneas son exudantes y húmedas. La piel
además tiene disposicion á inflamarse y supurar, sobre todo en las
estremidades, resultando con frecuencia úlceras atónicas muy rebeldes.
Se desarrollan tambien erosiones de un rojo oscuro en las membranas
mucosas esteriores, en la entrada de la vagina, en el prepucio y los
labios, los cuales se hinchan y cubren de vesículas y costras. La
plasticidad está disminuida, falta energía en sus operaciones, pero no
hay aberracion de su tipo, ni degeneraciones é hipertrofias de los
tejidos.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Los servicios que puede prestar la _alúmina_ son mas numerosos que lo
que se ha creido, especialmente en enfermedades cuya rebeldía cansa á
los enfermos y á los médicos. Se trata de las leucorreas,
espermatorreas, catarros pulmonal y vesical, diarreas, corizas, que por
su duracion, por la frecuencia de sus recidivas ó por la coincidencia
con convalecencias penosas, son el orígen de mayores indicaciones. Las
membranas mucosas en general tienen un color rojo oscuro en su parte
esterna, y se observan en ella erosiones, tumefacciones, vesículas,
úlceras superficiales, efecto de la laxitud de los tejidos, de una
especie de descomposicion, y con frecuencia de un vicio herpético, por
no decir que es la regla general. La _alúmina_ puede en estos casos
curar los infartos amigdalares, las anginas y las hinchazones mucosas;
su naturaleza es herpética, y por lo menos la cronicidad es el carácter
dominante. Así pues, este medicamento se adapta á la angina herpética,
al herpes de la mucosa vaginal, etc.

En estas circunstancias, la _quina_ y el _arsénico_ pueden agregarse con
ventaja. Sin embargo, el _carbonato de amoníaco_ y el _borax_ tienen mas
analogía con _alúmina_, y por consiguiente obran en el mismo sentido en
un tratamiento de larga duracion. Las dósis mas considerables, pero
siempre perfectamente divididas, son en estos casos de la mayor
utilidad.

Este estado de las mucosas suele existir en las fiebres del mismo
nombre, en su período de decrecimiento y cuando aparentan durar
indefinidamente. En este caso, además de la debilidad muscular y de la
fatiga, por hablar, pensar y por el menor movimiento, hay una multitud
de accidentes neurálgicos ó neuropáticos; palpitaciones, movimientos
fluxionarios abortados que hace que los enfermos lo refieran á la
sangre; afecciones paralíticas en personas que tienen los caractéres de
la _alúmina_, y aun está indicada cuando se presentan algunos síntomas
de irritacion simulando la inflamacion.

El práctico comprende que aun es útil en algunos casos de gastro-atonía
y en varias hemorragias de los viejos y personas debilitadas; en ciertos
casos de gota irregular, aun con irradiaciones á las vísceras, cuando en
el dedo gordo del pié hay dolores y rubicundez lustrosa, indicada entre
los síntomas de la _alúmina_.

El cólico saturnino puede ser tambien de _alúmina_, cuando sea ya
antiguo; igualmente juega en algunas consecuencias sifilíticas cuando
los enfermos han sido mal tratados ó se les ha dado muchos medicamentos,
y si las membranas mucosas están afectadas con preferencia. En todas
estas circunstancias no debe haber tumefacciones sero-subcutáneas, y el
estado moral y físico del enfermo debe reunir la mayor analogía posible
con el cuadro que de este medicamento dejamos trazado.

Muchas enfermedades podrian requerir el uso de _alúmina_ en las mismas
personas, y aun la hernia, de la que este medicamento presenta algunos
síntomas; pero está especialmente indicada en varias erupciones
herpéticas, en las que la vitalidad de la piel parece languidecer y
alterarse su tejido, por una inercia vegetativa, por falta de jugos
reparadores. En estos casos, el prurito, las rubicundeces oscuras,
ciertos sabañones, son modificados ventajosamente por esta sustancia,
del mismo modo que la _ozena_ ó el herpes pituitario si se quiere,
cuando depende de un estado análogo de la mucosa nasal.

La _alúmina_, en fin, es de una utilidad incontestable en las fiebres
lentas con exacerbacion hácia la noche, sin predominio de calor, escepto
las efervescencias de sangre, en fenómenos congestivos irregulares
interrumpidos por calosfríos. Estas fiebres están acompañadas de
debilidad y alteracion de las mucosas en personas reumáticas y
herpéticas que han abusado del régimen vegetal, y en aquellos, en fin,
que presentan un estado general semejante al de la _alúmina_.

=Dósis.=--La _alúmina_ es un medicamento que obra muy bien y desarrolla
sus efectos especiales en un estado de division conveniente y de
atenuacion bastante débil, es decir, á la primera, segunda y tercera
trituracion. La cantidad debe algunas veces elevarse á un gramo por dia
y por dósis. En un gran número de casos han bastado atenuaciones mas
elevadas. Se le administra entonces en agua, mientras que las
trituraciones se toman poniendo la cantidad de polvo sobre la lengua, y
bebiendo despues una cucharada de agua pura.



AMBRA GRISEA (AMBAR GRIS).


§ I.--Historia.

El _ambar gris_ se cree hoy que es el producto de los intestinos de
ciertos cetáceos, y se le considera como una concrecion biliaria; es una
especie de gomo-resina que se prepara con alcohol para el uso en
medicina. Tambien se puede atenuar por trituracion.

Los señores Trousseau y Pidoux colocan al _ambar gris_ en la clase de
los antiespasmódicos con la _valeriana_ y los _éteres_, con el
_alcanfor_ y el _almizcle_. Los antiguos le consideraban como un
medicamento capaz de escitar y fortificar los nervios; Rhassis le daba
una accion especial sobre el corazon, y Abanus sobre el cerebro.
Recientemente Mr. Cloquet ha indicado su eficacia contra las fiebres
atáxicas, las dispepsias nerviosas y los catarros crónicos, y Riviere le
prescribe contra la gastro-atonía. Ha sido mirado generalmente como un
escelente medio para la epilepsia y la hipocondría. Preciso es confesar
que un medicamento cuyas indicaciones se limitan á semejantes
generalidades, bien merece que se le descuide algo y mas hubiera valido
someterle á esperimentaciones formales, como lo ha hecho la nueva
doctrina, especialmente en Alemania y los Estados-Unidos.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Este medicamento no afecta lo bastante la vida vegetativa para dar lugar
á lesiones orgánicas, pues si bien desarrolla exantemas, su carácter no
está ni en la cronicidad, ni en la rebeldía. Los exantemas que provoca
se limitan á veces á cosquilleos, pruritos, ardores, ligeras
hinchazones, rubicundeces pasajeras, ya en la piel, ya en las membranas
mucosas. Los exantemas en la piel consisten casi únicamente en granos
rojos, forunculáceos, y en manchas herpéticas furfuráceas. El prurito
ardiente hace pensar en las molestas sensaciones que producirá una
erupcion que se cree inminente.

Los síntomas del _ambar_ van acompañados generalmente de eretismo y de
tension, si bien su limitacion y la astenia constituyen el fondo. La
turgencia sanguínea es rara y puramente accidental; solo se la observa
parcialmente.

Entre las afecciones aliviadas por el _ambar_, se cuentan las neuroses,
en las que se aplicó este medicamento en collares, de la misma manera
exactamente que hoy se aplican las cadenas metálicas. La electricidad
puede con mas razon reclamar estos casos.

El conjunto de fenómenos á los que se da el nombre de fiebre, no son del
dominio de este medicamento; pero corresponde á una especie de
fiebrecilla, de irritacion sanguínea, generalmente nocturna, precedida
de susceptibilidad moral, de ideas molestas, de escitacion de las
facultades intelectuales, que dan lugar á un despecho interior, á
conatos al llanto, á la ansiedad, al abatimiento. El enfermo se agita,
se estira, efectúa el movimiento como para bostezar; su estado se agrava
hácia la noche, no puede dormir; las manos y los piés están helados,
adormecidos, temblorosos; frio interior sin calosfríos, pero con laxitud
y pesadez de cabeza que le fatiga; la cara y las partes genitales se
conservan calientes; tiene apetito y se dispone á satisfacerle. El calor
que sobreviene ni es ácre ni angustioso; ocupa con preferencia la
cabeza, el cuello, las estremidades, y con frecuencia va acompañado de
prurito y de picotazos, sobre todo en los dedos y en las palmas de las
manos. La imaginacion es viva, penetrante, la palabra fácil; pero el
ejercicio abate, enerva. El sudor es algunas veces general y de larga
duracion, acompañado ó seguido de sueño, á no ser que la opresion se
presente al mismo tiempo que un gran calor. Esta fiebrecilla es
provocada por la fatiga, el trabajo mental, la falta de sueño, pero no
por el pesar ú otras causas inmediatamente deprimentes.

Los dolores del _ambar gris_, que son completamente neurálgicos, no
presentan fenómeno alguno congestivo. Dependen de un estado neuropático
anterior, ó simplemente de una sobreescitacion actual del sistema
nervioso; á los vértigos acompañan sensacion de debilidad en el cerebro,
aniquilamiento, incomodidad precordial, calor en el estómago ó calosfrío
interior; la cabeza está como sujeta y apretada; se esperimenta á veces
afluencia de sangre y la cara está pálida; los dolores son tirantes ó
semejantes á los que produciria una saeta. En el intérvalo de los
dolores, así como por efecto de una debilidad consecutiva, hay la
sensacion como si los cabellos se desprendiesen de la cabeza; la memoria
se debilita, la inteligencia es lenta, y la astenia general es casi
continua.

Los fenómenos nerviosos y neurálgicos que se observan en los miembros y
las estremidades, son mucho mas asténicos que los otros. Consisten en
movimientos convulsivos, en calambres, rigideces, pesadez, y mas
especialmente, en adormecimientos y ataques bruscos de parálisis sin
persistencia. La sensacion de tirantez domina en los dolores
superficiales; los de las articulaciones simulan la artritis, y los
internos son presivos y contractivos. Estos caractéres dicen bastante
para apreciar en qué afecciones reumáticas, artríticas, epileptiformes y
paralíticas se ha podido emplear el _ambar gris_, y el partido que se
haya podido sacar en casos de este género.

Los síntomas concernientes á los órganos de los sentidos, espresan el
mismo eretismo, confundido primero con el orgasmo, pero tendiendo
siempre á la debilidad, á la astenia. Los ojos, la nariz y los oidos no
presentan nada de especial; conveniente es consignar que mas bien hay
ardor, sequedad y exhalacion sanguínea, que coriza. A pesar del calor
ácre y de la sequedad, de la sensacion de arañamiento en la boca y
garganta, á pesar de las vesículas y ampollas que se observan, no hay
sed. Tampoco existe salivacion, ni el menor aflujo de saliva, lo cual
está en armonía con el estado de tension y de eretismo que se observa en
los enfermos curados por el _ambar_, ni del mismo modo se presenta
tumefaccion sensible en las amígdalas y garganta, á pesar de algunos
síntomas de angina.

Los síntomas del estómago, tales como flatos, eructaciones ruidosas,
amargor, inflacion del estómago, provocados por los esfuerzos de
espectoracion; las náuseas, regurgitaciones, digestion penosa,
movimientos congestivos en la cabeza durante la digestion, con necesidad
de acostarse por una sensacion de debilidad en el epigastrio, se
manifiestan por la mañana y por la tarde. Se nota tambien pirosis,
espasmos del estómago, tirones que se propagan hasta la cara, y
presiones en los hipocondrios. El vientre está abultado, hay borborigmos
y espulsion de gases que ocasionan con frecuencia dolores y otras
sensaciones penosas. Los dolores cólicos y las deposiciones diarréicas
no son mas características que el estreñimiento; el tenesmo y el cólico
gaseoso lo son más, así como tambien el prurito en el ano, el flujo de
sangre despues de las deposiciones y otros síntomas de hemorróides.

Indicarémos para los órganos génito-urinarios, el aumento de las orinas,
su sedimento oscuro, su mezcla con la sangre, y el ardor en todo el
canal al orinar, y además, leucorrea espesa, por lo comun nocturna,
irritacion vaginal, punzadas y reglas anticipadas; y en el hombre,
prurito violento, ereccion y prurito voluptuoso sin escitacion de las
partes esternas.

El estado de la laringe y del pecho merece mas atencion, y es el orígen
de indicaciones preciosas en las personas nerviosas y de constitucion
delicada, con voz ronca, tos por la noche generalmente; la tos se
presenta algunas veces por accesos de una violencia estraordinaria; su
carácter es espasmódico, sostenido ó escitado por una sensacion de
ardor, de cosquilleo en la laringe que se hace insoportable y se propaga
hasta el estómago; la tos simula á veces á la coqueluche con sensacion
de escoriacion en un punto limitado de la laringe, silbido y aflujo de
saliva á la boca. Hay dolores agudos que atraviesan el pecho y dorso,
espectoracion fácil y sucia, dolores y quebrantamiento, opresion
espasmódica que se disipa comiendo, palpitaciones con palidez de la
cara, sensacion de constriccion del pecho, ansiedad precordial y
bocanadas de calor.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Segun el cuadro precedente se puede determinar fácilmente los casos de
espasmos epileptiformes ó efémeros, las neuralgias, las palpitaciones,
los accesos de opresion, las toses convulsivas, sobre todo nocturnas,
las hemorragias y las hemorróides, las dispepsias, la ictericia y las
gastropatías que el _ambar gris_ debe curar. Es un medio muy útil contra
el eretismo febril y el estado nervioso de los tísicos, de las personas
delicadas con piel seca y que la tos fatiga particularmente.

=Dósis.=--En semejantes casos el jarabe de _ambar gris_ ó su tintura,
tomada por gotas en un terron de azúcar, hasta la cantidad de diez á
quince gotas en veinticuatro horas, son dósis convenientes. En la mayor
parte de los otros casos, en aquellos especialmente en que predomina el
elemento nervioso, conviene atenerse á una de las primeras atenuaciones,
por ejemplo, una gota de la tercera dilucion en agua. El jarabe de
_ambar gris_ se prepara magistralmente, segun la necesidad, en la
proporcion de dos á diez gotas de la tintura por onza de jarabe de
azúcar.



AMMONIACUM GUMMI (GOMA AMONÍACO).


§ I.--Historia.

Gomo-resina del _Ferula ammoniacum_, de la familia de las feruláceas,
umbilíferas de Jussieu; se la prepara por trituraciones sucesivas ó por
la disolucion en alcohol (tintura). La _goma amoníaco_ es un medicamento
conocido desde la antigüedad, pero que hoy está casi abandonado. Los
antiguos, en general, utilizaban sus propiedades para las afecciones
catarrales asténicas ó con infarto de las glándulas ó de las vísceras.
En nuestros dias, Mr. Cruveilhier le ha usado en las afecciones
asmáticas.


§ II.--Efectos fisiológicos.

La _goma amoníaco_ posee una accion notable sobre las membranas serosas,
lo cual interesa ya lo bastante para ser indicado; y á esta accion
debemos una gran parte de sus síntomas, y quizá es la causa indirecta de
otros, puesto que parecen ser la espresion de una desarmonía funcional,
una consecuencia. La afeccion del neurilema ejerce probablemente su
influencia.

Todas las articulaciones son el sitio de dolores, de tumefacciones
subagudas; téngase presente, subagudas ó crónicas, que presentan el
cuadro de los padecimientos de ciertas personas afectadas de artritis
irregular ó de reumatismo vago, tenaz. El moral está en armonía con
esta disposicion patológica: mal humor, taciturnidad, repugnancia
universal, incapacidad de pensar: este estado general coincide con una
astenia general.

En la cabeza, las meninges espresan la afeccion por dolores agudos,
dislacerantes, sensaciones de presion, de hinchazon, de embarazo en
diversos puntos, y se observan tambien punzadas en el cuero cabelludo y
prurito. Los ojos se alteran; hay á veces fotofobia, y generalmente
sequedad, presion, ardor, hormigueos. La sequedad de la conjuntiva
existe sin hipersecrecion, mientras que en todas las membranas mucosas
esta secrecion es seguida de flujos mas ó menos abundantes y de
flegmorragia, sobre todo por la nariz y los intestinos. La orina es
abundante.

Los violentos dolores abdominales, los pinchazos, la sensacion de
presion dolorosa en el hipogastrio, pueden referirse al peritóneo, así
como las punzadas en el cordon espermático. La pleura por su parte está
afectada de manera que hace recordar ciertas pleuresías crónicas con
derrame seroso: respiracion angustiosa, elevada, acelerada, opresion,
punzadas en el lado izquierdo, peso hácia el dorso y presion en el
esternon ó en la profundidad del pecho.

Las estremidades y el tronco son el sitio de dolores artríticos y
reumáticos que justifican lo que dejamos dicho. Las articulaciones son
las principalmente afectadas: en algunas, se observa punzadas,
dislaceraciones y aun hinchazon de los dedos de los piés, ardor y
dolores lancinantes en el dedo gordo del pié.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Aun cuando este medicamento esté casi abandonado por los modernos, se
debe, sin embargo, confirmar su eficacia en casos análogos á los en que
los antiguos le empleaban, pues la esperimentacion fisiológica apoya
esta asercion. La _goma amoníaco_ está indicada en personas poco
irritables ó sanguíneas, en los viejos, cuando las membranas mucosas son
el punto de la astenia ó hipersecrecion, ó que las serosas padecen de
irritaciones crónicas que han debilitado los tejidos y dispuesto á
derrames y exudaciones serosas. La pleuresía crónica y ciertas
hinchazones articulares de los piés y manos están en este caso, así como
tambien algunas dispepsias, bronquitis y catarros asmáticos ó
flegmorrágicos, diarreas, amauroses, irritaciones de la uretra, de la
vagina, etc., con esceso de secrecion mucoso-purulenta.

=Dósis.=--La _goma amoniaco_, triturada con agua, da una emulsion que
puede emplearse con tanta utilidad como la tintura, á la dósis de 20
gotas: se puede igualmente prescribir varios centígramos. Se administran
las trituraciones á la dósis de 1 á 2 decígramos varias veces al dia.
Pero el práctico verá con sorpresa mejores efectos con dósis mucho
menores, tales como una debilísima fraccion de la tercera atenuacion en
150 gramos de agua.



AMMONIACUM CARBONICUM.--A. MURIATICUM (SUBCARBONATO Y CLORHIDRATO DE
AMONÍACO).


§ I.--Historia.

El _amoníaco_ es un gas tan violento que solo se usa combinado con otros
cuerpos y en estado de sal. Las dos sales mas conocidas y usadas son el
_subcarbonato_ y el _clorhidrato_. En cuanto al amoníaco líquido, que es
agua saturada de _gas amoníaco_, le tratarémos en un apéndice á este
capítulo. Los antiguos conocian las sales de amoníaco, pero rara vez las
usaban solas. Los más se servian de diversas composiciones, tales como
el _espíritu de Minderero_, el _de asta de ciervo_ y la _sal volátil_,
etc. Se considera á las sales de _amoníaco_ como estimulantes,
resolutivas, diuréticas, sudoríficas, y se las usa en casos de infartos
crónicos, de catarro, etc.

Solo hablarémos del _subcarbonato_ y _clorhidrato_ por tener los dos
efectos semejantes, y permitir por lo tanto confundirlos en un mismo
estudio. Despues de Hahnemann se han ocupado muchos autores sobre el
modo de que la ciencia fije sus efectos y propiedades. Preciso es citar
á Hartlaub y Nenning, Wibmer y Ruckert. Huxham cita el caso de un hombre
en el que el uso del _subcarbonato de amoníaco_ desarrolló una afeccion
escorbútica.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Tenemos en estas sales una accion que es comun á la de todos los
alcalinos por su carácter fundamental: si, bajo su influencia, la fuerza
plástica no sufre alteraciones que hagan degenerar su tipo y den lugar á
productos nuevos, á escrecencias, á vegetaciones, ni aun á exudaciones
que constituyen falsas membranas, y que no confundimos con las capas
mucosas, ni á exudaciones simples y mucoso-purulentas, la fuerza
plástica se debilita hasta el punto que los elementos orgánicos
presenten una falta de cohesion, una especie de descomposicion
incipiente; la sangre se empobrece, los sólidos se ponen flácidos, los
líquidos se alteran, las fuerzas se debilitan, las membranas mucosas y
serosas se convierten en puntos de secreciones abundantes, el tejido
celular se engruesa y deja distender las células por la serosidad, el
organismo entero está en un estado de atonía y deterioro que puede ser
precedido de cierta turgencia sanguínea con sequedad de las superficies
exhalantes y secretorias, y que le subsigue siempre. El aumento de
secrecion de los riñones, de la piel, de las mucosas, constituye el
período intermedio al estado febril erético y á la infiltracion serosa
de los tejidos, efecto de la defibrinacion de la sangre.

Este estado es el cuadro de los efectos crónicos ó de dósis repetidas de
_subcarbonato_ y _clorhidrato de amoníaco_. La analogía de este cuadro
con el de las personas linfáticas ó de una constitucion sanguínea
alterada por una vida penosa, un mal régimen y una habitacion fria y
húmeda indican claramente el uso de estas sales en tales personas. Pero
como por otra parte sus efectos crónicos son precedidos de algunos
fenómenos de escitacion, se sigue que los sugetos que se hallan en un
estado opuesto al que acabamos de señalar, tienen, habida consideracion
á otras circunstancias de agudeza ó de estacion, condiciones favorables
á la accion de estas sustancias.

En los fenómenos de escitacion es necesario, por consiguiente, reconocer
el predominio de la vida material orgánica sobre la de relacion; de
suerte que las sales de _amoníaco_ están poco indicadas en las personas
nerviosas, inteligentes, vivas, y lo están mas en las que son blandas,
frias ó entregadas á la vida animal. En todos estos casos el moral
presenta la mayor parte de los síntomas ordinarios de las afecciones que
alteran profundamente la vida nutritiva, como la tristeza, la inquietud,
la dificultad de pensar, la aversion al trabajo, la ansiedad y el mal
humor: estas dos últimas disposiciones del espíritu, que se manifiestan
con preferencia en el estado agudo ó febril, y por la tarde, época
natural de la sobreescitacion sanguínea en las fiebres humorales,
catarrales, mucosas, etc., son propias de las _sales de amoníaco_.

=A.= _Estado agudo._--El _carbonato de amoníaco_ tiene en su patogenesia
síntomas de sobreescitacion sanguínea continuos y remitentes, y se los
puede dividir en dos períodos: el de eretismo y de relajacion, ó agudo y
subagudo: el de este medicamento, sin embargo, es mas bien subagudo,
comparado con el de medicamentos francamente piréticos.

El período de eretismo revelado por la esperimentacion pura y por el uso
clínico, dura poco; se espresa por ebulliciones de sangre, aliento
ardoroso con latidos, punzadas en la parte afecta y particularmente en
el cerebro: movimientos fluxionarios pasajeros en los ojos y otros
puntos, generalmente en los principios de las membranas mucosas y en los
órganos de los sentidos; ojos, oidos, nariz, boca, bronquios, ano, y
partes genitales. Estos órganos son el sitio de un orgasmo que se eleva
hasta la tumefaccion, con sequedad, calor, ardor, exudacion sanguínea.
Movimientos semejantes se observan en la piel, en la que se presentan
manchas y placas escarlatinosas, forúnculos, todo con fiebre, y
alternativas de calosfríos y bocanadas de calor. Los síntomas febriles
se manifiestan ó se agravan durante la primera parte de la noche, y
ofrecen una gran variacion del pulso, el cual, unas veces es lleno,
otras blando y otras duro. Pocos estados febriles, como no sea el estado
catarral, producen tanta ansiedad, tanta agitacion, tanta
irritabilidad; tambien se observan intermitencias en la fiebre con
accesos separados por muchos dias, hasta el número de siete.

El _carbonato de amoníaco_ representa con bastante exactitud en su
patogenesia el cuadro de una fiebre mucosa y de la erisipela que
acompaña al estado mucoso, en los linfáticos, frioleros y dispuestos á
las afecciones catarrales, con el aire esterior, la humedad y el frio.

En medio de los diversos síntomas de coriza y aun de angina, el enfermo
arroja un moco sanguinolento y aun sangre pura por una ú otra nariz; los
labios están secos, hendidos, escoriados; la boca de un color rojo
oscuro y ardorosa; hay vesículas, aftas en la lengua, lo cual tiene
lugar en los primeros dias y durante el período de flojedad que se
prolonga indefinidamente; las encías están tumefactas, pálidas ó rojas,
y sangran fácilmente; la faringe está irritada, escoriada y de un color
rojo vivo ú oscuro. Despues de los primeros dias de eretismo, hay
aumento de las secreciones salival y mucosa. Domina el gusto ágrio,
aunque puede ser dulzoso, el aliento es malo, no hay apetito, el
disgusto es continuo, especialmente para la carne y alimentos grasos y
cocidos; la sed varía, si bien suele ser muy pronunciada en los primeros
dias; las náuseas conducen con frecuencia á vómitos mucosos, ágrios; el
epigastrio está caliente, dolorido, es el punto de unas punzadas que se
observan tambien en toda la estension del vientre; hay además una
sensacion de malestar, de constriccion ó de plenitud. Los dolores
cólicos abaten, las deposiciones son escasas con tenesmo, ó diarréicas
con ó sin conatos; la orina es mas bien clara, si bien llega á ser
sanguinolenta algunas veces.

En los casos en que el pecho es el mas comprometido, se observa un ardor
constante, aflujo de sangre, tos seca muy fatigosa acompañada de calor
en la cabeza y varios síntomas de pleuresía y bronquitis intensa.

El período de relajacion se espresa insensiblemente despues de algunos
dias, siendo notable por el restablecimiento de todas las secreciones y
por el incremento de las mismas. Las deposiciones fecales, sin embargo,
continuan siendo sólidas y escasas, ó lo llegan á ser por la
persistencia de una irritacion que se concentra en los órganos
digestivos, y complica ó sostiene el embarazo gástrico. El sudor es
considerable, y tambien un signo esencial de las indicaciones de las
_sales de amoníaco_ en las fiebres mucosas. Necesario es agregar las
frecuentes alternativas de frio ó de impresion de frio; los dolores
contusivos y constrictivos mezclados de punzadas en las cavidades
esplánicas; las orinas muy abundantes, blanquecinas y turbias; ciertas
manchas y erupciones miliares y vesiculosas en la piel y sobre el límite
de las membranas mucosas; el sudor circunscrito á las articulaciones en
fin, síntoma que, unido á otros, hace reconocer cierto grado de orgasmo
en las sinoviales ó membranas serosas articulares. En tal estado, la
cabeza está siempre pesada, dolorida, con vértigos y náuseas, ó presion
sentida ordinariamente de dentro afuera como en la _belladona_.

=B.= _Estado crónico._--Este estado sobreviene poco á poco, despues de una
duracion variable, pero siempre larga, del período precedente. Entonces
la astenia y la inmovilidad de los síntomas dominan, escepto algunas
ocasiones en que la persistencia de la tos, ciertos dolores y el
estreñimiento reproducen la irritabilidad y el eretismo. La cara, sin
embargo, está pálida, hinchada, con una espresion enfermiza; la menor
emocion, el trabajo mental y el de la digestion congestionan el cerebro
con calor y sensacion particular de tension. La piel está pálida y ha
perdido su tonicidad; todos los síntomas que se observan, anuncian una
tendencia á la descomposicion: los ardores y punzadas agudas, las
vesículas llenas de serosidad acre y quemante, los granos que pican y
escuecen despues de rascarse, dejan escoriaciones rebeldes para curarse;
las erupciones miliares, las rubicundeces escarlatinosas, así como los
equímosis ó eritemas pasivos, las escoriaciones entre las piernas, los
granos forunculosos, los orzuelos, hinchazon y esfoliacion de los dedos,
las grietas de los labios, de las manos, que se ponen tumefactas cuando
se las deja colgantes: estos fenómenos de estancacion de los líquidos en
tejidos debilitados son propios del _carbonato de amoníaco_.

Sus dolores espresan la naturaleza de su accion: hay por lo tanto
diversas sensaciones y modificaciones funcionales. En la cabeza, los
dolores no son agudos, pero sí tenaces, pasivos, vertiginosos, con
náuseas, punzadas rápidas, sensacion de vacuidad ó de escoriacion,
síntoma que se repite en otros órganos, tanto al interior como al
esterior: la sensibilidad del cuero cabelludo está aumentada, pero por
un simple predominio de la nerviosidad sobre la sangre; el infarto, si
le hay, es reemplazado por los jugos linfáticos y serosos, y el tejido
se debilita y los cabellos se caen.

La odontalgia se alivia por la aplicacion de paños calientes, y se
agrava por la presion de los dientes de ambas mandíbulas; el dolor pasa
por todos los grados, desde la sensacion de dentera como por ácidos,
hasta violentas dislaceraciones. Las encías están encendidas ó pálidas,
el epitelio corroido; sangran fácilmente.

El sistema muscular no ofrece particularidades notables; las punzadas y
las sensaciones de contusion, de pesadez, de quebrantamiento, de
cansancio y de frio, los calambres ligeros, las contracturas y la
debilidad muscular, manifiestan tambien el aniquilamiento de la
vitalidad, espresado por los estremecimientos musculares, los
hormigueos, los adormecimientos parciales y momentáneos, por una
debilidad muy grande y el marasmo.

Los ojos no presentan rasgos de inflamacion franca, pero sí una
turgencia humoral subaguda que ya hemos indicado anteriormente hablando
del estado de las mucosas en la fiebre. Se observa la fotofobia por la
mañana á la primera impresion de la luz, y ya se sabe que la fotofobia
se manifiesta con frecuencia bajo la influencia de medicamentos
eminentemente asténicos; así como la debilidad de la vista, el pestañeo
y estremecimiento de los párpados, y nieblecillas que parecen revolotear
en el campo de la vision.

En el oido hay ruidos imaginarios, sensaciones como de golpes, y
zumbidos con disecea. La nariz, aparte de las diferencias dependientes
de la disposicion de las partes, no ofrece otros síntomas que los demás
órganos, si no es el flujo de un líquido acre y mas abundante, y de
algunos granos forunculosos.

La palidez de la piel cuando no es habitual, ofrece variaciones
inherentes á la accion del medicamento sobre los sistemas sanguíneo y
nervioso en general; se nota comunmente una hinchazon que es la del
tejido celular de los miembros, y los rasgos de la cara espresan el
sufrimiento.

Los granos, las vesículas escocientes sobre los labios y sus comisuras,
las grietas y costras en los mismos puntos, reunidas á los síntomas
análogos ya indicados en las mucosas y la piel, son de gran valor en las
fiebres y en los estados mucosos febriles, subagudos, diferenciando á
este medicamento de otros que no provocan esos fenómenos sino despues de
la fiebre, en la convalecencia, como una crísis.

Entre los síntomas que suministra el estómago, se notan, entre otros del
estado agudo y que simulan la gastritis mucosa y la saburra gástrica,
numerosos fenómenos de gastroses, cuyo cuadro es el siguiente: disgusto,
náuseas y hambre hasta canina, el trabajo de la digestion fatiga
muchísimo, hay pesadez, incomodidades y endolorimiento del estómago,
vómitos, sensacion de vacío, flatuosidades, algunas veces corrosion,
sensacion de frio y ardores con abatimiento. Los síntomas de las _sales
de amoníaco_ nos presentan tambien el cuadro de enteritis crónicas, de
infartos hepáticos, de diversas afecciones de los órganos abdominales,
como se ve por estos síntomas: dolores tensivos y compresivos, punzadas,
sensacion de plenitud, de borborigmos, de constriccion, dolores cólicos,
flatuosidades, gases abundantes, tumor herniario, diarrea, hemorróides.

Apenas se observa turgencia en la mucosa de los órganos
génito-urinarios. Su estado, bajo la influencia de este medicamento, es
la astenia con ó sin obstruccion de la mucosa. Las mismas disposiciones
presentan los órganos de las funciones sexuales y partes adyacentes. Si
hay deseos venéreos, los órganos no corresponden, y si se escitan los
deseos, no existen; la debilidad general produce este estado, y la
grande agitacion de la sangre provocada por el cóito lo demuestra
igualmente, así como los timbres producidos por simples deseos
venéreos. Se manifiestan poluciones frecuentes, dolores, y el descenso
de los testículos en el hombre; en cuanto á la mujer, pruritos en la
vulva, ardores, escoriaciones, leucorreas blancas, acuosas, abundantes,
generalmente acres; la sangre menstrual es descolorida, pobre en
fibrina, acre y escoriante; reglas anticipadas, copiosas, precedidas de
violentos dolores de vientre y acompañadas de varias incomodidades,
tales como odontalgia, tristeza, grande abatimiento, bostezos y
estremada sensibilidad al frio.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Estos diversos grupos de síntomas dan á conocer suficientemente la
utilidad de este medicamento en muchas afecciones de personas de
constitucion floja, mas ó menos linfáticas, debilitadas hace mucho
tiempo ó bien que aun conservan lozanía. Son poco impresionables, tienen
una vida mas material que intelectual, y las fuerzas musculares no están
en relacion con las apariencias de su salud.

Las afecciones agudas propias de las _sales de amoníaco_ se hallan
reducidas al círculo de la fiebre mucosa y de las irritaciones de esta
membrana, cuando tienen una influencia importante. La fiebre es
remitente ó intermitente; el coriza, la bronquitis y las
subinflamaciones de las membranas mucosas, especialmente en el período
de la hipersecrecion ó relajacion, son propias de este medicamento. En
iguales casos, no es raro que haya recidivas; los sujetos tienen
análogas indisposiciones y las contraen fácilmente al aire frio y con la
humedad; tampoco es raro que la mayor parte de las mucosas se afecten
simultáneamente, ó que se desenvuelvan en diferentes puntos movimientos
fluxionarios y que la afeccion se estienda á las membranas serosas.

Las sales de amoníaco son muy eficaces en corizas con ozena, en ciertas
irritaciones de estómago con astenia, en algunas cefalalgias crónicas
unidas á corizas, en varios casos de hidrotorax y de pleuresía crónicos,
en diversas bronquitis antiguas con flegmorragias complicadas con
padecimientos asmáticos; en vaginitis rebeldes, leucorreas irritativas y
otras afecciones de este género, cuando los síntomas generales y aun los
locales armonizan con los del medicamento, principalmente si la piel
está pálida, terrosa, fácil á escoriarse, hinchada y aun edematosa;
cuando las orinas son abundantes, las secreciones mucosas exageradas,
que hay epistaxis, hemoptísis, flujos hemorroidales poco abundantes, con
atonía de las mucosas que están infartadas y aun momentáneamente
irritadas. Estas sales son tambien eficaces en los infartos glandulares,
linfáticos, precedidos de dolores erráticos y reumáticos, en la miliar
crónica con prurito y ardor, en el herpes furfuráceo pruritoso, en
diversos dolores musculares y artríticos, con caquexia, adormecimiento,
pesadez, temblor y grande debilidad en los órganos de la vida de
relacion. El tic doloroso de la cara puede ser, en ciertos casos, propio
de este medicamento. Pero no podemos admitir, como se hace en muchos
_Manuales_, la eficacia del _carbonato de amoníaco_ en un estado
tifoídeo cualquiera ó simplemente inflamatorio.

La dismenorrea, que este medicamento cura, es un simple accidente del
estado general, del que se han de sacar las indicaciones terapéuticas,
entre las que se halla la de la esterilidad por atonía uterina, como
sucede en el raquitismo y las escrófulas. Como medicamento adaptado al
estado general es como se puede sacar partido de él en la gota, de la
cual tiene algunos de sus síntomas, como picotazos, punzadas,
dislaceraciones en el dedo gordo del pié, estremecimientos, hormigueos,
dolor quemante, tumefaccion dolorosa y roja en el dedo gordo del pié. La
amaurosis y el bocio no entran en su esfera de accion sino por
circunstancias del estado general. Las verrugas y vegetaciones, de
cualquier género que sean, solo reclaman el uso de este medicamento como
condiciones de afeccion de nutricion y de debilidad de la actividad
orgánica. Algunos médicos le han aconsejado en la diabetes, enfermedad
poco conocida y contra la que pocos medicamentos están indicados como
curativos, y sí solo como paliativos. Ningun hecho clínico, ninguna
indicacion sintomatológica puede invocarse en favor de esta pretension,
como no sea la abundancia de las orinas y su calidad física, pero no
química y el estado de caquexia. Esto no obstante, en tales
circunstancias puede ser útil.

=Dósis.=--Las tres primeras atenuaciones en trituracion, á la dósis de
algunos centígramos varias veces al dia, hasta un gramo en veinticuatro
horas, son las dósis y las preparaciones mas simples y convenientes en
los estados crónico y anémico. Es preciso limitarse á una de las
atenuaciones superiores, la sesta, por ejemplo, en algunos casos mas ó
menos agudos con grande susceptibilidad.

La tercera trituracion es frecuentemente preferible en las afecciones
febriles subagudas: se dan cinco centígramos por hora. La _digital_ debe
preceder en su uso en las fiebres saburrales ó mucoso-gástricas, con
lentitud del pulso al principio.



AMMONIACUM CAUSTICUM (AMONÍACO LÍQUIDO.--ALCALI VOLÁTIL).


Escluimos en esta obra, como ya se ha dicho, las acciones químicas y
mecánicas de los medicamentos, por lo que no cuestionarémos aquí sobre
las propiedades corrosiva y vesicante del amoníaco líquido, ni de los
efectos sudoríficos y diuréticos de las _sales de amoníaco_ á fuertes
dósis, ó de sus efectos locales estimulantes por su aplicacion tópica en
fumigacion ó de otro modo.

Independientemente de la accion del _amoníaco líquido_ sobre el cerebro,
accion que le constituye en el mas poderoso antídoto de los licores
alcohólicos, existe otra no menos directa sobre las membranas mucosas,
que da lugar á sentir el poco uso que de él se hace y la falta de datos
suficientes de sus efectos en el hombre sano. Hé aquí algunos dignos de
llamar la atencion: grande debilidad muscular, temblor y aniquilamiento
de las fuerzas, accidentes asmáticos, sudores, orgasmo sanguíneo,
secreciones mucosas abundantes.

Se le ha preconizado en los envenenamientos por el ácido hidrociánico y
por el ópio; se le da con resultados á la dósis de una ó dos gotas en un
vaso de agua. Administrado de esta manera disipa prontamente la
embriaguez producida por bebidas alcohólicas, y tambien ha disipado y
corregido las hemicráneas graves y los accesos de asma.

Todo anuncia que el _amoníaco líquido_ puede gozar de grande eficacia en
los casos graves en que, aunque indicado el _carbonato de amoníaco_, sea
insuficiente para vencer la astenia y la falta de vitalidad agravada
incesantemente por leucorreas escesivas, por flegmorragias abundantes,
por falta de nutricion en personas debilitadas, combatidas por plétoras
serosas y afectadas de caquexia mucosa.



ANACARDIUM ORIENTALE (ANACARDIO DE ORIENTE).


§ I.--Historia.

Arbol de la familia de las terebintáceas, Jussieu; _pentandria diginia_,
Linneo. Los frutos de este árbol consisten en una almendra encerrada en
un receptáculo muy duro. Entre este y la almendra se halla un líquido
acre, cáustico, negruzco; es la sustancia usada con el nombre de
_anacardio_. Se prepara por tintura ó en trituraciones. Son pocas las
observaciones conocidas de este medicamento antes de Hahnemann; despues
de él, Thorez, Lobethal, Wahle y Romani han publicado algunas.

Hasta hoy las esperiencias confirman los efectos fisiológicos y
terapéuticos del anacardio, siendo sensible que no sea mas usado, y que
la mayor parte de los terapeutistas modernos le hayan escluido de sus
tratados. Luego se verá que sus propiedades pueden ofrecer ventajas,
máxime cuando hoy las afecciones del sistema nervioso dominan ó
complican la mayor parte de las enfermedades.


§ II.--Efectos fisiológicos.

El _anacardio_ es análogo por el conjunto de sus efectos á aquellas
constituciones en las que el sistema nervioso está afectado, ya por el
esceso de trabajos intelectuales, ya por la alteracion repetida de la
sensibilidad, el hábito de las emociones y de los estimulantes morales,
de las pasiones y de los placeres sensuales.

Este estado conduce al marasmo, á la palidez, á un aspecto enfermizo con
rubicundez fácil, pero pasajera de las mejillas, ojos apagados y los
signos de la decadencia física y moral. El _anacardio_ está en relacion
con el cerebro y el sistema nervioso de la vida de relacion.

Esceptuados algunos fenómenos simpáticos que se despiertan en la cabeza
y el epigastrio, la fiebre del _anacardio_ es absolutamente igual á la
que ocasionarian un trabajo intelectual prolongado, una emocion de mucha
duracion en una persona nerviosa; el sueño es pesado ó bien agitado por
ensueños penosos. Las personas son frioleras, el frio se hace penetrante
cuando sobreviene la fiebre, y recorre rápidamente el cuerpo; hay
calosfríos, temblor general, y los piés y manos están helados. Algunas
veces se desarrolla un calor sensible al tacto, y que no lo es si no se
toca; las palmas de las manos y la cara se ponen calientes, se declara
la sed, y los labios están secos; tanto el calor como el frio se
reparten con irregularidad y existen parcialmente en varios puntos, como
en las fiebres nerviosas, especie de ataxia benigna, en la que se
mezclan sudores frios, sobre todo en la frente, y á consecuencia de los
que sobreviene siempre un sudor que calma la agitacion febril, cuando es
abundante y general. Se ha observado en la esperimentacion una fiebre
notable por una sensacion de frio que con nada se puede disipar, calor
en la cabeza y las estremidades, coriza y frio alternante con calores
incómodos; el calor era seco, la agitacion nerviosa muy pronunciada y se
unian calambres en la pantorrilla á los demás fenómenos nerviosos.

Orígen y causa hasta cierto punto de la sobreescitacion nerviosa que
conduce á la astenia física, el estado del moral es en un todo conforme
á esas disposiciones del sistema nervioso ganglionar y de relacion,
disposiciones que, aun cuando la astenia sea profunda y tienda á la
descomposicion, la escitacion tiene aun sus momentos de elevarse hasta
la cólera, y la risa insensata, hasta la vivacidad de la memoria de los
sentidos, hasta el encendimiento de la cara, las sofocaciones, la
sensibilidad escesiva de los ojos á la luz. Hé aquí, en fin, el estado
habitual del moral: debilidad de las facultades intelectuales,
indiferencia profunda, temores pueriles, alucinaciones de los sentidos,
como si el alma estuviera aislada é independiente del cuerpo; hay
frecuentemente mal humor, desaliento, y una tristeza que se eleva hasta
la hipocondría. Pero en el fondo hay siempre una falta de voluntad y de
inteligencia. Este estado del moral es análogo al en que se halla el
organismo; en él se ven las consecuencias de una fatiga intelectual y
física, un abuso de estimulantes morales y sensuales, un juicio alterado
y una semejanza preciosa con ciertas afecciones mentales para las que el
_anacardio_ será un medicamento eficaz.

Los vértigos, la sensacion de calor incómodo á la menor aplicacion del
espíritu, la de presion de dentro afuera y varias otras sensaciones
estupefacientes y de vacío en la cabeza, son síntomas mas constantes
para esta parte, que las dislaceraciones, los rasgos dolorosos, las
sacudidas nerviosas, las punzadas, los golpes como de retraimiento, las
sensaciones de frio y de ardor quemantes que se manifiestan en las
diversas partes del sistema muscular y hasta en el dedo gordo del pié,
sin escluir la cabeza. En el resto del cuerpo, se observan rigideces
musculares, dolores y chasquidos en las articulaciones, adormecimiento,
pesadez, contracciones espasmódicas, estremecimientos, temblores, y
todos los síntomas que anuncian ó acompañan á las afecciones
paralíticas, afecciones contra las que puede emplearse muy útilmente.

Los fenómenos convulsivos son menos pronunciados en este medicamento que
en los otros que contienen _estricnina_ y cuyo tipo puede ser la _nuez
vómica_.

Todo conduce á creer, sin embargo, que el _anacardio_ la contiene, pero
combinada con otros principios activos que modifican su accion. Quizá
con ensayos mas completos y una accion mas intensa, el _anacardio_
produzca los espasmos tetánicos, el trismus y las neuralgias mas agudas
y duraderas; en sus efectos conocidos se descubre el rudimento,
principalmente en las estremidades inferiores, como se ve en los
siguientes síntomas: sobresaltos en la cama, estremecimientos,
endolorimiento universal, sacudidas, golpes repetidos y como eléctricos,
ráfagas neurálgicas ó irradiaciones dolorosas.

El sistema cutáneo solo es afectado indirecta ó accidentalmente por el
_anacardio_, y sus efectos característicos de herpetismo no tienen aquí
importancia alguna, pues solo se refieren á la accion general del
medicamento. Siempre es preciso tener en cuenta los ardores pruritosos,
el prurito algunas veces general y voluptuoso, cuya significacion es mas
bien nerviosa, si se tienen presentes, la palidez, la sequedad de la
piel, el aspecto enfermizo, los ojos apagados, el calor y el frio
desigualmente repartidos, las rubicundeces fugitivas, el calor en las
palmas de las manos, su sequedad, ó su sudor viscoso, su temblor, la
quemazon en la punta de los piés, que son otros tantos signos que
revelan la astenia y la nerviosidad.

Las membranas mucosas no presentan síntomas mas importantes que la piel.
La conjuntiva no está afectada; la accion del _anacardio_ se limita al
nervio óptico y á los nervios del movimiento; el lagrimeo es debido á
dolores constrictivos, y lo mismo sucede comparativamente con los
órganos del oido y del olfato. El romadizo, el coriza, el estornudo, se
manifiestan con una especie de fiebre catarral, con epistaxis algunas
veces, que indica sequedad y sobreviene cuando se suena la nariz con
fuerza. Los labios están secos, rodeados de una zona rugosa con prurito,
y las encías, que están hinchadas, dan sangre al menor frote. Vesículas
dolorosas invaden la boca que está seca, con gusto amargo, lengua seca,
blanca, como raspada, con sensacion de pesadez é hinchazon. El aflujo de
saliva ni escluye la sed, ni la sensacion de sequedad en la garganta,
cuya circunstancia prueba, en union con la sequedad general de las
superficies mucosas, que el aflujo de saliva es debido á alguna cosa
espasmódica, mas que á la accion simpática del estómago despues de la
comida.

El disgusto, las náuseas, muchos síntomas dispépsicos se hallan entre
los efectos del _anacardio_ unidos á cierto eretismo que se espresa por
la tension y la sed despues de haber comido, por picotazos, sensacion de
presion, por acumulacion de gases sin espulsion inferior, y que por la
parte superior solo hay algun eructo, mientras que constituye una
especie de gastritis la manifestacion de varios síntomas nerviosos,
tales como: pirosis, eructos quemantes, acedías, sequedad de la
garganta, hipo, aflujo de agua á la boca, sensacion de debilidad,
punzadas en el estómago, síntomas todos que sobrevienen ó se agravan
despues de la comida y á la que siguen siempre, abatimiento,
incomodidades angustiosas, somnolencia, inaptitud al trabajo y
tosecilla. A estos desórdenes de la sensibilidad y de la contractilidad
cuyo sitio es el abdómen, es preciso agregar deposiciones blandas,
necesidad frecuente de defecar, particularmente despues de la comida;
esfuerzos inútiles ó defecacion lenta como por atonía de los intestinos,
ó una diarrea con esfuerzos. Hé aquí un estado erético, que se
manifiesta por los síntomas siguientes: prurito, exudacion en el ano,
hemorróides dolorosas, orinas claras y frecuentes estando en ayunas;
orinas turbias con sedimento, conato frecuente á orinar, prurito en la
uretra, sensacion de ardor en el glande durante la miccion, flujo de
humor prostático despues de orinar, irregularidad de las sensaciones y
de los actos sexuales, ó predominio de la astenia, leucorrea, en fin,
con escoriacion y prurito.

Los órganos de la respiracion, como los de la digestion, presentan
muchos síntomas nerviosos: la menor irritacion produce una sensacion de
titilacion y de hormigueo que determina la tos. Esta es corta, seca,
ruidosa y por accesos; impide dormir algunas veces, hay esputos de
pedacitos mucosos grisáceos ó de materia purulenta y mezclados con
sangre. Se observa una gran variedad de dolores, de punzadas, de
presiones, que se suceden con frecuencia por golpes ó sacudidas rápidas;
respiracion acelerada, opresion angustiosa que los llantos alivian y que
el movimiento y el aire esterior disipan; el asma nervioso en fin, los
dolores reumáticos del tronco y la pleurodinia están altamente
representados en la patogenesia del _anacardio_.


§ III.--Efectos terapéuticos.

La fiebre de _anacardio_ ofrece algunas indicaciones clínicas en las
fibrillas mas ó menos nerviosas, y no existe sin alguna lesion orgánica;
están ordinariamente unidas á artritis irregulares y á cefalalgias
crónicas, ó á un estado nervioso causado ó sostenido por la aplicacion
escesiva del espíritu, en cuyos casos hay siempre debilidad habitual de
las facultades morales y de los sentidos.

Este aniquilamiento moral y físico constituye el fondo de las afecciones
mentales propias de este medicamento, mas que la obstinacion y el mal
humor; la inercia de las facultades está unida á la inercia de la
sensibilidad, á la del sistema muscular, á un estado de estupidez, de
embrutecimiento, del que salen de cuando en cuando los enfermos, por la
influencia de ciertas escitaciones y de un delirio á veces lipemaniaco.
El _anacardio_ será aun un medicamento escelente en ciertos casos de
ninfomanía que coincida con el estado general que hemos designado, á la
altura y por la misma razon que la _ignatia_ ó el _mercurio_; su
indicacion abraza la idea de una aberracion de la sensibilidad, de una
especie de aberracion libidinosa.

Las afecciones paralíticas curables por el _anacardio_, son el último
grado de las neuralgias, de la nerviosidad y de la debilitacion. Está
indicado en ciertos casos de hipocondría, de histerismo, de asma
nervioso, de coqueluche degenerada, cuando el estado general armoniza
con el de _anacardio_ y corresponde á las mismas causas, incluyendo en
este mismo estado general la debilitacion de los sentidos, sus
alucinaciones y su discrasia.

No discutirémos los demás casos patológicos en que se ha creido indicado
este medicamento, contentándonos con los que preceden, y advirtiendo al
lector, que en el cuadro sintético de sus efectos, hallará mas de una
vez la ocasion de administrarle en algunas afecciones amauróticas,
catarrales, flegmorrágicas por la astenia que sucede al eretismo, y en
accidentes eréticos é irritativos abdominales de fiebres nerviosas en su
período subagudo.

=Dósis.=--El _anacardio_ es un medicamento que exige toda la variedad de
dósis que nos ofrece la posologia, desde su alcoholatura ó tintura hasta
las atenuaciones elevadas. El uso y una esperiencia razonada, son las
que pueden poner al práctico en estado de discernir la dósis mas
conveniente en un caso dado. No creemos que sea necesario jamás dar mas
de dos ó tres gotas de la tintura al dia; mas frecuentemente se obtendrá
todo lo que se pretenda, de una gota ó algunos glóbulos de la tercera ó
sesta atenuacion en un vaso de agua para tomar á cucharadas de hora en
hora ó con mas espacio.



ANTIMONIUM CRUDUM (ANTIMONIO CRUDO).


§ I.--Historia.

Este mineral es un sulfuro ó protosulfuro de _antimonio_, y se prepara
por trituracion con azúcar de leche. El nombre de _antimonio_ procede de
los funestos resultados que produjo en los religiosos que estudiaron sus
efectos.

El _antimonio_ parece haber sido conocido desde la mas remota antigüedad
médica, si bien se limitaba á emplearle al esterior. En los siglos XV y
XVI se le honró, y muchos médicos disertaron larga y vivamente en pró y
en contra de su uso. Fué condenado por un decreto de la facultad de
Paris del 3 de agosto de 1566 y prohibido por un acuerdo del parlamento.
Cincuenta años despues, la facultad escluia de su seno á uno de sus
miembros, á Mr. Paulmier, por haber contravenido al decreto, lo cual no
impidió que un gran número de médicos prescribieran en secreto
preparaciones de _antimonio_. En 1637 fué sin embargo admitido en la
farmacopea en calidad de purgante, por un acuerdo del parlamento, y un
nuevo decreto de la facultad del 16 de abril de 1637 ordenó su uso. Bien
pronto se reanimó la discusion, y Guy Patin[21] se presentó como uno de
los mas fogosos adversarios de un medicamento que debia conquistar un
rango distinguido en la materia médica y ser preconizado contra todas
las enfermedades ó poco menos.

El _antimonio crudo_ y el _tártaro estibiado_ son los solos antimoniales
conocidos por sus efectos fisiológicos y los únicos que deben formar
parte de nuestros estudios.

Se observa bastante analogía en los efectos de uno y otro para no dejar
de reconocer la presencia de una misma sustancia; en uno y otro hay sin
embargo bastantes particularidades para dar la debida importancia á las
que pertenecen á cada uno de los dos. Los tratarémos, pues,
separadamente, anticipando á su estudio especial la idea general, de que
si los dos tienen relaciones bien marcadas con el nervio neumo-gástrico,
se nota la diferencia de que el _antimonio crudo_ afecta mas
particularmente la parte inferior, y que el _tártaro estibiado_ obra con
especialidad sobre la superior.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Los efectos del _antimonio_ sobre el moral espresan la agitacion y el
mal humor, con frecuencia la tristeza, la taciturnidad y la inquietud
sobre su suerte. El delirio es pasivo; hay síncope y sensacion de
debilidad y de vacuidad de la cabeza, somnolencia por el dia y sueño
inquieto por la noche. Los calosfríos y el frio dan lugar al sueño y al
calor, y en la cama se declara el sudor, que puede presentarse en todos
tiempos: á veces es abundante, pero siempre fácil, dulce, inodoro y sin
ardor en la piel; se observa un sudor frio y pegajoso; el sugeto está
muy friolero, y si se manifiesta el calor, es por movimientos
congestivos en la cabeza y otras partes, frecuentemente con frio en los
piés ó sensacion de frio interno.

El _antimonio_ presenta en sus efectos, aunque rara vez, un estado
febril notable por su intermitencia. Fuera de esta especie de accesos,
el pulso es concentrado, pequeño, raro, irregular, ofreciendo unas veces
dos pulsaciones mas rápidas, y otras, dos mas lentas; es el pulso
completamente abdominal. En los accesos, el pulso es lleno y acelerado;
hay palpitaciones, movimientos congestivos, rubicundeces de la cara, si
bien esta escitacion del sistema sanguíneo es precedida de grande
postracion, de lentitud en el pulso, y de frio generalmente de larga
duracion, agravado por el movimiento y la accion del aire. El calor es
escesivo y con sed, agravado por el menor movimiento; el sudor es de los
mas copiosos, y el calor que le sucede de nuevo, pone fin al acceso.
Estas especies de accesos de fiebre sobrevienen ordinariamente por la
tarde y el sudor tiene lugar durante la noche. El sudor aparece algunas
veces al mismo tiempo que el calor; pero es mas frecuente que estos dos
estadios sean de mucha duracion y distintos; lo escesivo del sudor es
característico, á no ser que los vómitos y una salivacion estraordinaria
detengan la fluxion cutánea ó abrevien su duracion. Cuando los vómitos
preceden al acceso ó complican el estadio del frio, es cuando se
observan los sudores frios, el síncope, grande ansiedad y palpitaciones
violentas.

El vértigo, el dolor de cabeza estupefaciente, un estado en el cerebro
semejante al que acompaña á la embriaguez, y algunos dolores mas ó menos
vivos en la cabeza, conducen á la eleccion del _antimonio_ en ciertas
neuralgias reumáticas del cuero cabelludo y de la cara, y contra los
dolores que coinciden con afecciones cutáneas mal desarrolladas, ó con
una supresion del sudor y el abotagamiento de la cara.

Las neuralgias del resto del cuerpo son generalmente tirantes, se
presentan á lo largo del dorso, en las profundidades de los miembros y
en las articulaciones, particularmente en la rodilla, en la cadera, en
los dedos de piés y manos, en el dedo gordo con una forma artrítica. Se
observan algunos dolores contusivos, pesadez y adormecimiento de los
piés; grande debilidad muscular, sin síntomas de parálisis, á no ser que
se tengan por tales algunos accidentes espasmódicos, convulsivos de los
músculos, calambres en fin, particularmente en los miembros inferiores,
ó tambien un temblor general y movimientos convulsivos de la cabeza y de
los miembros, precursores de la muerte, en casos de envenenamiento. La
vista está alterada, hay ceguera y abolicion del oido, y por lo general
zumbido de oidos, sordera pasajera y varios accidentes neurálgicos sin
importancia. La voz es débil, ronca, y aun nula, si bien reaparece en
el reposo.

Los fenómenos de la vida orgánica son mas importantes para la clínica, y
confirman los que acabamos de consignar en la vida de relacion. Hay
aumento en las secreciones, como ya lo hemos visto con el sudor: ahora
la indicamos para las mucosas de los ojos, de la nariz, de las vías
aéreas, digestivas y genitales. Pero no se deben olvidar los síntomas
que indican la sequedad de estas superficies, aunque solo sea accidental
y momentáneamente, como la sequedad de la nariz que sobreviene al aire
libre, mientras que el coriza, el romadizo y la acumulacion incesante de
mucosidades en la nariz, constituyen el estado ordinario.

Si la tos, así como la garganta, ofrecen sequedad, preciso es reconocer
un pasajero estado de espasmo en los bronquios y laringe, bastante
propio del _antimonio_, derivándose de aquí fenómenos asmáticos muy
caracterizados, y la tos por accesos con ardores en el pecho. Es muy
comun que los esputos sean viscosos y que el aumento de salivacion se
convierta en tialismo. Se observa, sin embargo, entre los efectos de
este medicamento una tos seca, pequeña, profunda, que se puede denominar
gástrica y que es simpática de una plenitud ó de un embarazo del
estómago; el ano, merced á los tumores hemorroidales, es el sitio de una
exudacion serosa, que emana con frecuencia de la membrana mucosa. La
miccion es abundante y frecuente, el color de la orina es mas bien
natural que oscura, las poluciones son mas frecuentes, no tienen
carácter activo, y la leucorrea es acre ó consiste en una serosidad
sanguinolenta.

Por lo espuesto hasta ahora, se puede comprender que el _antimonio_ no
tiene lugar en el tratamiento de una enfermedad francamente
inflamatoria, porque esceptuados los accidentes febriles intermitentes,
todos sus fenómenos indican el período de flojedad en las enfermedades,
ó el subagudo y crónico. Las mucosidades segregadas son, en general,
dulzosas é insulsas, la lengua pálida, húmeda ó cubierta de una capa
generalmente mas bien blanquecina que de un amarillo sucio; la faringe
está espasmodizada, é impide la deglucion y se estiende al exófago; la
disfagia depende algunas veces de un infarto que se resuelve por la
espulsion de mucosidades y saliva, infarto mucoso, fluxionario, que
puede llegar hasta constituir una angina.

El estado del estómago é intestinos es el de una plenitud gástrica ó
intestinal, mas bien mucosa y saburral que biliosa; las regurgitaciones,
la saliva y las mucosidades que afluyen á la boca tienen el gusto de los
alimentos; hay náuseas, anorexia y sed, algunos eructos insípidos ó un
poco ágrios, regurgitaciones gaseosas y malestar, que se eleva hasta la
angustia, con cólico, pinchazos en el vientre, conato á vomitar, vómitos
mucosos, á los que se une la bilis por efecto de los espasmos y sudores
generales. Los vómitos escesivos con enfriamiento, sudor frio, síncope,
sed violenta, sensibilidad del vientre, hinchazon en el epigastrio,
dolores presivos y lancinantes, proceden de casos de intoxicacion y
entran en la esfera de accion del medicamento en las raras
circunstancias en que los síntomas son producidos por la marcha de una
enfermedad ú ocasionados por ciertas indigestiones, á los que hay que
agregar cólicos violentos, borborigmos y flatulencias, meteorismo,
dolores intolerables, desesperantes en el vientre, calores hasta
ardientes, y endolorimiento.

Las deposiciones son con mas frecuencia diarréicas é irregulares, la
diarrea alterna con el estreñimiento, ó mas bien se presentan primero
deposiciones insuficientes, duras, amoldadas, y despues blandas y
líquidas. Las materias de las deyecciones son poco coloradas, acuosas,
sanguinolentas á veces, pero no contienen ventosidades ni mucosidades
espesas y consistentes. Las secreciones producidas por el _antimonio_ no
tienen el carácter de irritacion.

La piel está floja, generalmente pálida, y la cara del mismo color y
abotagada. Se presentan edemas en diferentes puntos de las estremidades,
hay algunas veces una hinchazon pálida, serosa por todo el cuerpo, como
si el procesus plástico y la actividad nutritiva estuvieran detenidas;
en otras ocasiones la misma causa da lugar á un marasmo general y
siempre con gran debilidad. Una multitud de accidentes
seudo-inflamatorios se presentan en la superficie, tales como,
tumefacciones rojas y calientes en el pabellon de la oreja, granos en la
nariz que se escorian y trasforman en úlceras con costras y flujos de
sangre, tumefaccion de los párpados que están rubicundos y legañosos.
Fenómenos semejantes se presentan en las encías, que sangran con
facilidad, así como tambien los alvéolos y dientes cariados, en los que
los dolores de los mismos se aumentan despues de comer, por el agua fria
y por la tarde; vesículas sobre la lengua é incomodidad en la garganta;
irritacion del ano con secrecion mucosa, hemorróides, escoriaciones que
dan una sangre negruzca y que son el punto de dolores quemantes;
espulsion de gases que arrastran á veces mucosidades en su salida;
ciertas hinchazones rojas y calientes, principalmente en los dedos,
proceden de la estancacion de sangre en los capilares y recuerdan los
sabañones.

Los síntomas cutáneos son ricos en erupciones, como lo prueban las
sensaciones de presion y las punzadas locales que á aquellas se
refieren, y mas aun el prurito, del que ninguna erupcion está exenta; en
el cuero cabelludo está acompañada de alopecia; en las irritaciones hay
hinchazones, erupciones, inflamaciones de los ojos, de los oidos, de la
nariz y otros puntos. Importa notar que el _antimonio_, además de las
escoriaciones en el ano, produce fenómenos semejantes en los ángulos de
los párpados y de los labios, en cuyos puntos supuran; el zinc tambien
las produce, pero menos húmedas. Las erupciones, propiamente dichas,
pueden ser miliares y urticarias, aunque lo mas general es que consistan
en granos rojos ó blancos, rodeados de una auréola de ampollas y
vesículas que se trasforman rápidamente en costras; pero los síntomas de
este género mas dignos de atencion son los granos duros y conoideos de
las producciones sicósicas, los tubérculos, pústulas, y conos semejantes
á los de la varicela, síntomas que ponen de manifiesto la accion del
_antimonio_ sobre el dérmis. Estos fenómenos no se separan de la lesion
profunda de la nutricion general, que está como suspensa, y cuya
alteracion produce aglomeraciones plásticas, como colecciones serosas,
abundantes secreciones y la debilidad muscular.

El conjunto de estos síntomas está caracterizado por una falsa flogosis,
por úlceras fistulosas, por un accidente de gangrena en el pié, por la
hinchazon roja del talon con punzadas quemantes, por sabañones rojos y
dolorosos. Indicarémos igualmente que todos los síntomas eruptivos
tienen la misma interpretacion al reunirlos con la alopecia, con la
antigua existencia de los clavos y de las placas córneas, de las manchas
hepáticas, de la lividez de las uñas, de su decoloracion, de su
deformidad; pues no parece sino que la fuerza plástica no abandona la
periferia sin haber arrojado primero una especie de aumento de
actividad.

No hay medicamentos, aun entre aquellos cuya accion es mas asténica y
deprimente, que no despleguen al principio de accion algunos síntomas
hiperémicos, que no tengan un momento de orgasmo, un movimiento de
escitacion, sino siempre sanguíneo, nervioso al menos, y como tal,
fluxionario generalmente. El _antimonio crudo_ no está exento de este
período esténico por una accion directa sobre el sistema nervioso
ganglionar é indirecto sobre el sistema sanguíneo, resultando, por
consiguiente, que este último es de muy poca importancia para la
práctica y que no reporta indicacion alguna si no acompañan los
fenómenos de la vida vegetativa y del sistema gástrico. La accion
hipostenizante del _antimonio_ sobre el trisplánico es bien manifiesta,
y se estiende á los sistemas sanguíneo y nervioso cérebro-espinal,
ejerciéndose directamente sobre las funciones digestivas, respiratorias
y plásticas; de aquí resulta su influencia particular sobre las
membranas mucosas y serosas, sobre los tejidos blancos y fibrosos, sobre
el tejido celular, en fin. Los fenómenos que espresan la inflamacion y
el orgasmo sanguíneo son de carácter pasivo y sanguíneos por accidente.
La misma apoplejia, que está anotada entre los efectos del medicamento,
es simpática de la afeccion del trisplánico y se refiere á las
congestiones cerebrales por indigestion ó por lesion del estómago. El
mismo orígen tienen las palpitaciones y la irregularidad del pulso.

Consta además que la irregularidad del pulso es un síntoma no equívoco
de ciertas afecciones gastro-intestinales. Este fenómeno, sin embargo,
podria muy bien depender de la accion directa del antimonio sobre el
nervio neumo-gástrico, de la misma manera que el asma y los accidentes
asmáticos dependen de su esfera de accion. Los síntomas convulsivos y
espasmódicos, siempre parciales y locales, no implican su accion directa
sobre el cerebro y la médula espinal, pero sí la accion simpática de los
nervios por anastómosis, por perturbaciones profundas de la vida
vegetativa y de las vísceras abdominales. A la misma causa se refiere la
escitacion genital, y, sin embargo, es necesario reconocer que esta
escitacion puede proceder del orgasmo visceral que establece la accion
del _antimonio_ en el sistema nervioso ganglionar como preludio á sus
efectos asténicos y depresivos.

Las constituciones mas favorables á la accion del _antimonio_, son
notables por el desarrollo de las vísceras abdominales, con un tejido
celular adiposo abundante ó escaso; tienen los sentidos obtusos y están
sujetas á la tristeza y afecciones deprimentes, ó á la alegría que
resulta de la satisfaccion de los instintos animales ó de las tendencias
del amor físico. Los climas mas cálidos y la estacion del estío son para
la mayoría de las constituciones circunstancias armónicas con la accion
del _antimonio_. En las personas colocadas en tales condiciones de clima
y estacion, la piel se atrae una parte de la actividad visceral, que por
su atonía entra fácilmente en la esfera de accion de este medicamento,
tanto mejor, cuanto que la salud ó la armonía funcional exige en el
estío y en países cálidos un régimen sóbrio, mas escitante que escesivo
en cantidad, y capaz de producir mas escitacion que trabajo á los
órganos digestivos; pues la menor plenitud del estómago y ciertos
desvíos de régimen ocasionan digestiones laboriosas, aumentan la
debilidad de los intestinos y gastan la actividad de los nervios
ganglionares ya debilitada. Estos efectos son tanto mas análogos á los
del medicamento de que nos ocupamos, cuanto que los órganos en que se
desarrollan están en relaciones simpáticas con la superficie cutánea,
esa zona periférica de la vida vegetativa.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Ya estamos en el dominio de las fiebres intermitentes gástricas, ora
procedan directamente de esta perturbacion, de esta debilidad
gastro-intestinal, ora que un enfriamiento, una impresion de frio, y
especialmente de frio húmedo en la piel, las determinen por la
repercusion de su propia actividad á los órganos de la vida orgánica.
Esto es aplicable igualmente á las afecciones reumáticas, pues el
_antimonio_ reclama muchas de las que se han creido propias de la
_dulcamara_, especialmente si se trata de dolores reumáticos
repercutidos al interior y de las diarreas que les reemplazan.

La fiebre propia de _antimonio_ es remitente y terciana ó cotidiana.
Desde el principio se observan en los labios ó sus comisuras los
gérmenes de erupciones que deben despues hacerse crustáceas, y cuyo
carácter febril dejamos ya indicado. La observacion práctica demuestra
que puede agravarse por una cefalalgia interna, hacerse intolerable y
aun llegar á despertar síntomas nerviosos y un eretismo que no cede sino
con la diminucion de los síntomas gástricos. La menor dósis que se puede
dar en este caso, es un centígramo de la sustancia ó un gramo de la
primera trituracion. Esta medicacion hace cesar el eretismo, acelera la
solucion de la fiebre ó del acceso por abundantes sudores, que se
presentan simultáneamente con el sueño. El adormecimiento, la anorexia,
el disgusto, la lengua mucosa y las orinas sedimentosas persisten en los
momentos de remision y reclaman nuevamente este medicamento. Muchas
fiebres gástricas sin agudeza, las designadas con el nombre de mucosas,
exigen el uso de _antimonio_, cuando una indigestion ó un estado
saburral mas ó menos habitual figura como causa en la etiologia ó en la
recrudescencia y su prolongacion.

Las anginas con gastricismo muy pronunciado, sin rubicundez, con
ronquera, debilidad de la voz y sensacion de un cuerpo estraño en la
garganta que escita vanos esfuerzos de deglucion, deben ser tratadas con
este medicamento. En las afecciones de pecho de los niños es necesario
auxiliar á este medicamento con _ipecacuana_, porque hay en su esfera de
accion terapéutica ciertas hipersecreciones de las mucosas, sin
esceptuar la blenorrea del recto, el embarazo gástrico y
gastro-intestinal con salivacion, sin calosfríos, pero con sensacion de
frio, y gastropatías á consecuencia de los escesos de una alimentacion
empalagosa, farinácea, indigesta. En este caso, la hepatitis misma es de
la competencia de _antimonio_, entendiéndose por tal una exacerbacion
subaguda de una hepatitis preexistente y crónica.

La fiebre reumática aguda no pertenece á este medicamento. No tiene
lugar en su tratamiento, sino cuando la reaccion languidece, y que los
síntomas gástricos se pronuncian mas en el sentido de su accion. Los
síntomas estacionarios se manifiestan al mismo tiempo, y entre otros, el
sudor, las orinas abundantes, cargadas de una nubécula; hay tambien
afeccion de las articulaciones y de los tejidos blancos con hinchazones
subagudas.

Los dolores reumáticos apiréticos no son propios de antimonio, á no ser
que haya hinchazones articulares indolentes; el reumatismo muscular no
le pertenece. Pero es raro que no tenga indicacion en la gota producida
por los escesos de la mesa; pues aun cuando este medicamento no hiciese
mas que combatir las causas y regularizar las funciones digestivas, la
gota se modificaria ventajosamente, sin prejuzgar y sin perjudicar las
indicaciones particulares de la _nuez vómica_. La odontalgia que el
_antimonio_ puede curar, se renueva comiendo, se agrava con el agua
fria, se hace congestiva por la noche con un calor que parece ascender
del pecho, y hay con frecuencia hemorragia de las encías.

En algunas erupciones subagudas, sintomáticas de saburras ó embarazos
gástricos, el _antimonio_ puede ser eficaz, si las erupciones son
pustulosas, miliares, vesiculosas. Corresponde tambien á las
escrescencias epidérmicas, como los clavos, ciertas verrugas y
producciones sicósicas, aun cuando estas producciones no esten
acompañadas de síntoma alguno gástrico. Los fungus articulares y otras
escrescencias nacidas en los tejidos blancos, si no se curan con el
_antimonio_, serán accesibles á la accion de la _stafisagria_, del
_carbonato de cal_ y otros medicamentos. En la supuracion de los ángulos
de la boca, de los párpados, de la nariz, ó simplemente en las
escoriaciones con costras en su circunferencia, el _antimonio_ es el
rival del _grafito_ y del _zinc_; es importante en los exantemas
tuberculosos de la cara, en los que se manifiesta, por lo menos igual,
si no mejor que el _carbonato de cal_.

Concluirémos indicando que el _antimonio_ está con mas frecuencia
indicado en los viejos que en otras edades, porque la vida está
concentrada al interior en la vejez, y apenas conserva la escitacion
necesaria al sistema nervioso ganglionar. Las secreciones de las
glándulas están aumentadas á espensas de las de la piel: los viejos son
naturalmente dispuestos á los flujos mucosos. El _antimonio_, en fin,
está muy indicado en los grandes comedores, en los que usan alimentos
abundantes y no fermentados, ó insulsos, y en las embarazadas. La
somnolencia y las afecciones comatosas de estos sugetos pueden reclamar
el uso del medicamento que acabamos de estudiar.

=Dósis.=--Las trituraciones, es decir, las bajas atenuaciones del
_antimonio_ son útiles, si bien no negamos la eficacia de la sesta y aun
duodécima atenuacion á la cantidad de algunos glóbulos. Preferimos uno ó
dos decígramos de la primera, segunda ó tercera atenuacion, dósis que se
puede repetir aun de hora en hora en los casos febriles. Las
atenuaciones mas elevadas solo son útiles en las afecciones
perfectamente apiréticas y dermóides.



ANTIMONIUM TARTARICUM (ANTIMONIO TARTARIZADO.--TÁRTARO ESTIBIADO).


§ I.--Historia.

Es el _tartrato antimoniado de potasa_, ó tartrato de potasio y de
_antimonio_. Gran número de médicos de diversas escuelas han contribuido
á enriquecer la materia médica con preciosas observaciones sobre las
propiedades de este medicamento, y todas concuerdan con las
esperimentaciones fisiológicas de Stapf, de Moor, etc..... Unas y otras
se corroboran mútuamente al establecer las relaciones especiales de este
medicamento con el sistema nervioso ganglionar, y al reconocerle
propiedades análogas á las del _antimonio crudo_, si bien mas intensas.

Se conoce el abuso que de este medicamento ha hecho el sistema italiano,
y las singulares publicaciones á que ha dado lugar el
contra-estimulismo. Los prácticos mas discretos han sacado un dato
precioso. Para ellos, el _tártaro estibiado_ era el medio antiflogístico
mas seguro y mas cómodo, á la dósis de 5 centígramos en 1 ó 2 litros de
agua tomada por fracciones. A esta dósis se obtienen los efectos
sedativos del medicamento, la diminucion y desaparicion de la fiebre y
una suspension sin accidente y sin mas evacuacion que un sudor dulce y
continuo.

Por este medio se obtiene tambien la cesacion de la fiebre con turgencia
y violenta neuralgia en las partes superiores del cuerpo, ó con
flegmasía, como en la otitis congestiva y en ciertas fluxiones de la
mejilla con fiebre violenta. Tales son en resúmen los efectos de la
_ipecacuana_ á igual dósis, y aconsejamos que no olvide nadie esta
advertencia, porque hay casos en que el _acónito_ y otros medicamentos
al parecer indicados, son ineficaces, y porque hay fiebres cuyo
carácter, mas bien gástrico ó catarral, que inflamatorio, ceden muy bien
al _tártaro estibiado_ empleado de esta manera.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Nos limitarémos á algunos puntos de comparacion entre los efectos del
_tártaro estibiado_ con los del _antimonio crudo_. La fiebre provocada
por el primero es mas marcada, los síntomas de reaccion mas violentos,
así como los de concentracion y el frio, que se elevan hasta el síncope;
el ardor epigástrico, los vómitos, las deposiciones, los espasmos, en
particular los del exófago, son mas pronunciados, y todavía mas los
síntomas relativos al pecho: pulso pequeño, respiracion corta, opresion
asmática, hepatizacion del pulmon, inyeccion de la mucosa pulmonar y
espectoracion abundante. El _tártaro estibiado_, por sus síntomas
diatésicos, produce una alteracion profunda de la vida, y espresa su
modo de accion sobre el sistema nervioso ganglionar, accion debilitante
que tiende al aniquilamiento del influjo nervioso en los tejidos y
órganos de la vida vegetativa del organismo en general, y de los
pulmones y vísceras abdominales en particular; su accion se estiende
hasta el reblandecimiento y ulceracion de las mucosas.

No es pues de admirar que se cuente, entre los efectos generales, el
frio interno, la grande disposicion al frio, los sudores frios, los
sudores y las secreciones mucosas abundantes y dulzosas, insípidas mas
bien que ácidas ó elaboradas, la angustia y la agitacion, accesos de
vértigo, coma letárgico, abatimiento, debilidad muscular estremada,
temblor de los miembros, adormecimiento é insensibilidad, principalmente
de los miembros, neuralgias, calambres, convulsiones, salto de tendones,
desfallecimiento, sin que á pesar de esto haya parálisis.

Debemos consignar un carácter particular que no carece de importancia en
las indicaciones del _tártaro estibiado_, el cual consiste en el
endolorimiento y sensibilidad exagerada de todo el cuerpo, mas notable
en el epigastrio y vientre; se la observa igualmente en el interior: el
estómago está sensible y se resiente hasta del contacto de los alimentos
que se ingieren: esta sensacion se reproduce en los intestinos como si
estuvieran llenos de cuerpos duros; y por otra parte, el adormecimiento
y la estrema debilidad muscular, las manchas de color oscuro bastante
grandes é indolentes, la insensibilidad de los dedos cuya punta está
seca y como muerta, pueden pasar por el último término de la
sensibilidad exagerada, y revelar la naturaleza asténica y su orígen en
la influencia de los nervios de la vida orgánica.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Las afecciones mas comunes que requieren el uso del _tártaro estibiado_,
tienen por carácter la integridad, la relajacion de la fibra, las orinas
turbias ú oscuras, las secreciones exageradas no suficientemente
elaboradas, á lo cual podemos agregar: un estado de gastricismo, laxitud
muscular pronunciada, agravacion del malestar y de los padecimientos
abdominales estando sentado, las náuseas, deseo de ácidos, irregularidad
del apetito y de la sed; y para los casos crónicos, palidez habitual,
hinchazon de la cara, postracion, pesadez y embarazo de la cabeza,
apatía moral.

Las fiebres intermitentes con somnolencia, conatos á vomitar, saliva
filamentosa y aumentada, y sin sed notable, grande sensibilidad al frio
antes del acceso, son del dominio del _tártaro estibiado_. La fiebre es
con mas frecuencia remitente, con accesos por la tarde hácia la noche.
El frio y calor son menos notables que el sudor, el cual es abundante y
supera á los otros estadios en duracion. El pulso débil y fácil de
deprimir, y que se hace pequeño y apenas sensible en el estadio del
frio, es una indicacion esencial para el _tártaro estibiado_. Este
medicamento no tiene uso en cualquiera otra fiebre que no tenga carácter
catarral, reumática y gástrica. En estas afecciones está indicado por la
angustia ó la agitacion y el abatimiento, por la apatía moral y una
astenia profunda cuyo punto de partida es el gran simpático.

Las afecciones reumáticas que corresponden al _tártaro estibiado_, no
son febriles, ó tiene la fiebre el carácter que dejamos consignado,
observándose siempre una afeccion gástrica ó hepática y que los
accidentes reumáticos son articulares.--No es raro que esten acompañadas
de dolores lancinantes en los músculos, calambres en las piernas y
aparezcan ó se agraven por intérvalos. Las punzadas y el dolor profundo,
la crepitacion y el edema de la parte, caracterizan al reumatismo
articular que corresponde á este medicamento, cuya accion no es menos
eficaz cuando la referida afeccion se limita á los tejidos blancos que
cubren la articulacion.

La fiebre gástrica del _tártaro estibiado_ es mas biliosa que saburral;
en el sistema gastro-hepático hay orgasmo y plenitud; tension,
hinchazon, calor, latido, pesadez, pandiculacion, somnolencia,
agravacion por el mas ligero alimento, y muchas veces erupciones
variadas, entre otras, la miliar roja, vesículas en los labios y aftas
en la boca. Su accion parece terminar en las dos superficies cutánea y
mucosa con lesion de su tejido, y es raro que las afecciones que restan
en su esfera de accion no ofrezcan algunas de las erupciones de que
acabamos de hablar, ó cierta lesion de la mucosa gastro-intestinal,
tales como aftas, vesículas, inflamacion foliculosa y ulceraciones.
Ultimamente, el reblandecimiento producido por este medicamento, es una
adquisicion para la ciencia, por lo cual puede empleársele en la
gastromalacia de los niños y en casos análogos en los adultos.

No pasarémos en silencio la reciente aplicacion que se ha hecho del
_tártaro estibiado_ en el primer período del cólera y contra la
colerina. Su accion especial sobre los nervios ganglionares, su
tendencia á aniquilar la vitalidad y los fenómenos de la mas íntima
nutricion, justifican esta aplicacion, si no de una manera absoluta, en
los casos al menos en que ni _ipecacuana_ ni el _eléboro_ están
indicados. Sabemos que el _tártaro estibiado_ ha sido para muchos
terapeutistas objeto de curiosas investigaciones y de brillantes
estudios; pero tambien hemos visto pasar estos trabajos sin producir los
óptimos frutos que sus autores se prometian. En opinion de estos
autores, el _tártaro estibiado_, el _calomelano_, el _opio_ y la _quina_
curan todas las enfermedades: no deberiamos ocuparnos de materia médica
si no se supiese sobre qué fundamentos se han elevado tales pretensiones
y con qué facilidad se ha descuidado el estudio de la accion electiva y
de las especialidades de cada medicamento.

El _tártaro estibiado_ es un escelente medicamento á las mas débiles
dósis para la diarrea y la disentería crónicas, en los flujos de vientre
rebeldes, que se reproducen por la menor causa, y sobre todo por la
menor falta de fuerza, por el trabajo corporal y por el movimiento; en
los cólicos con abatimiento y sensacion de aniquilamiento en el momento
de las deposiciones, cuya materia es mucosa, sanguinolenta á veces, y su
consistencia es blanda ó líquida.

Para las afecciones del pecho hay en este medicamento otras indicaciones
importantes. Corresponde perfectamente al período de ciertas neumonias,
en el que la agudeza de los síntomas empieza á ceder, no por efecto de
la resolucion, sino porque la persistencia de la hepatizacion produce la
exudacion por falta de vitalidad de los tejidos y por el estado
edematoso de los pulmones; el dolor ha disminuido ó desaparecido; la tos
es húmeda, con espectoracion abundante que alivia; la inervacion de
este órgano está entorpecida, la respiracion solo es posible estando
sentado, las mucosidades obstruyen los bronquios; la ansiedad y
sofocacion inminente anuncian el edema.

Por las razones espuestas el _tártaro estibiado_ es útil en ciertos
asmas húmedos, en el catarro sofocante, en todos los casos de parálisis
inminente del pulmon, y si el _ácido muriático_, el _arsénico_ y el
_fósforo_ no están mejor indicados. Los accidentes de un asma con
sensacion de constriccion, amenazada la inervacion del pulmon por un
estado pletórico de este órgano, por una congestion humoral, son tambien
del recurso del _tártaro estibiado_, así como la hepatizacion ó la
astenia nerviosa que resulta á veces del crup. Pero es necesario
distinguir bien las propiedades de este medicamento de las del
_fósforo_, porque el _tártaro estibiado_ no está indicado por la
hepatizacion, sino por la falta de inervacion que sostiene el infarto
del tejido pulmonar y determina su lesion. Así, pues, está indicado en
las toses, síntomas de este estado del pulmon; las toses son precedidas
de espasmos de la glotis, de la laringe y de los bronquios; están
acompañadas de estertor mucoso, de salivacion y debilidad de la
respiracion. Por los referidos datos puede ser útil en algunos casos de
crup, simplificando la dolencia y oponiéndose al infarto pulmonar,
resultado del estado espasmódico, de la dificultad de la respiracion, en
una palabra, de la lesion nerviosa, de la inminencia de la parálisis del
pulmon.

Indicarémos algo acerca del uso de este medicamento en los derrames
pleuríticos, asemejando su accion á la de la _scilla_. Si el tártaro
estibiado goza de alguna virtud contra esta afeccion, es tan solo
devolviendo su energía al pulmon y restableciendo sus movimientos, que
pueden dar por resultado el facilitar la reabsorcion del líquido
derramado en el saco pleurítico.

Nos falta mencionar la eficacia probable del _tártaro estibiado_ en
ciertas amaurosis, precedidas ó acompañadas de chispas delante de los
ojos con vértigos. Es preciso en estas circunstancias determinar la
influencia ejercida por el estómago y los nervios ganglionares sobre los
ojos. Este dato se aplica al _acné juvenilis_, á ciertas producciones
sicósicas, á erupciones de granos con auréola roja, y á pústulas
seguidas de costras y de una pequeña cicatriz cóncava.

=Dósis.=--Se administra el _tártaro estibiado_ á la dósis de 5 centígramos
por litro de agua azucarada, tomada á cucharadas cada hora y media por
uno ó dos dias; se le administra tambien en trituracion: algunos
centígramos de la primera ó segunda y tercera, en agua, para el dia,
repitiendo esta dósis varias veces. El vino emético es una preparacion
antimonial que merece usarse en los niños á la dósis de algunas gotas
repetidas con frecuencia.



ANTROKOKALI (CARBON POTASEADO).


§ I.--Historia.

Esta sustancia es un compuesto de sosa y antracita. Se ha empleado por
primera vez como medicamento por el doctor Polya (de Pesth), quien
consignó su utilidad en las afecciones herpéticas en una memoria (1837),
siendo esperimentada y aplicada á la clínica por el doctor Klinger, en
1839, y despues por otros varios.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Los efectos fisiológicos de este medicamento pueden resumirse del modo
siguiente: aumento de la actividad cutánea y de la secrecion urinaria;
diarrea, anasarca, erisipela crónica. Pero es necesario notar que el
sudor abundante, generalmente nocturno ó en la cama, solo se presenta
cuando el sugeto esperimenta irritacion en la garganta, con sequedad,
sed y síntomas de angina. Pero este sudor no tiene lugar ínterin
subsistan la diarrea ó la afeccion faríngea, sino despues que una y otra
han cesado. La orina sigue siendo abundante; el sudor en fin, no se
presenta si hay vomituriciones sin diarrea. La accion, pues, especial de
este medicamento en la piel cambia de rumbo, dirigiéndose á la mucosa
intestinal, y del mismo modo pasa de esta á la piel, resultando que las
afecciones cutáneas y mucosas se suplen ó reemplazan.

La escitacion sanguínea, en fin, es siempre la primera que se manifiesta
bajo la forma fluxionaria, con calor y prurito en la piel, pulso febril,
calor general, opresion y palpitaciones violentas, calosfríos que
alternan con ardores, calor y sequedad de la faringe y sed viva; ardor
al orinar y prurito en el orificio de la uretra; erecciones frecuentes y
menstruaciones anticipadas. La escitacion parece terminar con diuresis,
mucosidades, diaforesis: esta relajacion general reviste entonces el
carácter asténico por infiltraciones serosas, por flatulencia que se
eleva hasta la timpanitis, por un exantema urticario, por pústulas y
nudosidades pruritosas que se presentan por la noche y desaparecen por
el dia, por una erisipela crónica. El embarazo gástrico no es constante.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Es sensible, que los ensayos hechos hasta el dia con el carbon
potaseado y que anuncian en él propiedades muy notables y muy
especiales, no sean completos. No se debe sin embargo despreciar este
medicamento en ciertas diátesis ó caquexias herpéticas, en las
afecciones catarrales y gástricas ó intestinales antiguas, con flujos
exagerados, sudores, agravacion nocturna, sabañones, fluxiones
herpéticas y escrofulosas.

=Dósis.=--Pueden emplearse con éxito las tres primeras atenuaciones, es
decir, las trituraciones á la dósis de 1 á 4 ó 5 decígramos al dia. Las
otras divisiones posológicas, desde la sesta atenuacion, son útiles en
las mismas circunstancias que las hacen preferibles en otros
medicamentos.



ARGENTUM METALLICUM (PLATA METÁLICA).


§ I.--Historia.

Este metal parece haber sido empleado por los árabes en el siglo XVII en
ciertas afecciones mal apreciadas, pero aun esto se habia dado al
olvido, hasta que Hahnemann le sometió á la esperimentacion. Se hallan
sin embargo en 1827[22] observaciones de fiebres intermitentes curadas
con algunas dósis de limaduras de _plata_. El doctor Muller fué, despues
de Hahnemann, el primero que llamó la atencion sobre este nuevo agente,
que realmente merece ocupar un lugar importante en la materia médica.


§ II.--Efectos fisiológicos.

La accion prolongada de esta sustancia en el organismo presenta alguna
analogía con el estado de las personas en que predomina el elemento
nervioso de la vida de relacion, no precisamente por la nerviosidad, ó
el temperamento nervioso, sino por el desarrollo de la accion nerviosa
cerebral modificada, ó exaltada por la cultura del espíritu y su
aplicacion á los trabajos intelectuales.

Su accion especial sobre el sistema nervioso cérebro-espinal no es
dudosa; obra además sobre la vida vegetativa en los fenómenos mas
íntimos de la nutricion intersticial y sobre los vasos sanguíneos.

=A.= _Apreciacion de sus efectos en los órganos de la vida de
relacion._--El moral, por la carencia casi total de síntomas, parece
anunciar la influencia de una voluntad firme é ilustrada, sobre el
aparato sensitivo; dos son tan solo los síntomas consignados: el uno es
presa una idea fija del sugeto, y el otro, mal humor, que es un síntoma
comun á la mayor parte de medicamentos de accion profunda. Se puede
notar con mas razon el disgusto y el cansancio que hacen preferible el
silencio á la tendencia á conversar.

El sueño es estremadamente agitado por ensueños vivos y angustiosos. Lo
notable en estos ensueños y que apoya las indicaciones que se sacan del
moral, es que versan, en general, sobre los sucesos del dia, que se
razona y se convence uno de su realidad mientras dura, para olvidarlos
al despertar. El sueño no parece reparador; se podria decir, que
sustraido de la influencia del moral, el organismo cae en el
abatimiento; así es que se nota grande decaimiento al despertar,
sintiéndose despues como molido; por la mañana, hay laxitud y debilidad,
sensacion de quebrantamiento, flojedad estando adormecido; al principio
del sueño en la primera parte de la noche, dificultad de dormirse,
vértigos, estremecimientos convulsivos: estos movimientos convulsivos se
presentan durante la siesta, ó desde que se ha dormido, simulando
algunas veces á una conmocion eléctrica en los miembros. Unidos estos
síntomas á otros varios, tales como: vértigos, aturdimiento completo al
reconcentrarse en sí mismo, hacen pensar en la epilepsia, así como
tambien, la obnubilacion, los vértigos por accesos, oscurecimiento como
si la cabeza estuviese llena, atontamiento, sensacion de vacío en la
cabeza, sueño vertiginoso, imposibilidad de reunir las ideas, sensacion
como de embriaguez y de conmocion eléctricas en los miembros, accesos de
compresión en el cerebro, dolores calambróides en los músculos,
calambres con sensacion de acortamiento de los tendones, contraccion de
los dedos, debilidad paralítica.

Los dolores afectan principalmente las partes profundas, el periostio y
los huesos; revisten casi todas las formas, pues en los músculos son
calambróides y como de quebrantamiento; en los huesos y periostio, son
dislacerantes, quemantes, osteócopos, y muchas veces calambróides y
lancinantes; los dolores superficiales se manifiestan por pequeños
puntos y suelen agravarse con el tacto. Pero los dolores que ocupan las
superficies internas, las mucosas, ofrecen la sensacion de escoriacion.
Se observan dolores que aumentan gradualmente en algunos segundos, y que
desaparecen súbitamente en su maximum de agudeza; otros son rápidos como
rayos, y pueden considerarse como los precursores del dolor. En general,
los dolores desarrollados por la influencia de la _plata_, tienen, por
la profundidad, el carácter lancinante, el ardor, la forma de
sacudimiento y la agudeza rápida, numerosos puntos de analogía con los
dolores osteócopos y los de las lesiones orgánicas.

Una singularidad de este medicamento consiste en que su accion se limita
á síntomas insignificantes en los dientes: sensibilidad en una muela
cariada; los dientes de la mandíbula inferior se unen á los de la
superior como si el esmalte estuviese cubierto de goma. Análoga es su
accion en las vísceras y órganos de la vida orgánica, en las que, como
vamos á ver, no desarrolla neuralgia ni dolor alguno propiamente dicho.
Pero indicarémos antes el carácter de su accion sobre la piel. No induce
modificacion en su tejido ni aun en el epidérmis; no hay granos, ni
manchas, ni rasgo alguno herpético. Los dos granos forunculosos que se
han observado, pertenecen mas bien á las partes subyacentes, al tejido
celular. Todos los síntomas de la superficie cutánea, consisten en
sensacion de prurito de todas especies y en todas partes, ya con calor ó
ardor, ya sin estas sensaciones; el prurito obliga á rascarse y se
presenta por la tarde en la cama y otras veces por la mañana; en ciertas
circunstancias degenera en un picor muy vivo. Algunos puntos, en fin,
producen la sensacion de una escoriacion con dolor quemante, resultando
de todo esto que la afeccion de la piel es como la de las membranas
mucosas.

=B.= _Apreciacion de los síntomas en los aparatos de la vida
orgánica._--Se debe tener presente el predominio del apetito aun cuando
el estómago esté lleno. Tambien se hace sentir el hambre y la acompaña á
veces alguna incomodidad. Se comprende que en ciertos estados diatésicos
desaparezca el hambre; solo dos ó tres síntomas indican la pérdida ó
diminucion. La pirosis, los eructos quemantes, algunas regurgitaciones
con vértigos, pinchazos y meteorismo, indican la accion de la plata
sobre el estómago. Se observan sensaciones de presion sobre el vientre,
dolores cólicos, timpanitis, meteorismo, pero ningun dolor, porque los
únicos que se han referido para el abdómen, pertenecen á los músculos
psoas, á la íngle y anillo inguinal.

Las deposiciones son mas bien normales, ó cuando más un poco líquidas;
se manifiesta una sensacion de presion, vómito una sola vez al tiempo de
defecar, y un malestar en el vientre seguido de deposicion, por la
mañana. El ano es el punto de varias sensaciones de prurito, como si se
espulsasen lombrices; las orinas son mas abundantes, y hay un poco de
ardor, ó punzadas al orinar. Varios síntomas espresan el dolor como de
contusion en los testículos, dolores profundos en su sustancia,
dislaceraciones á lo largo de los cordones; poluciones, en fin,
nocturnas y pasivas.

Las funciones de los sentidos, inclusa la audicion, no dan indicios de
alteracion alguna, y los mismos órganos no ofrecen mas que los fenómenos
comunes á las membranas mucosas, como prurito en los ojos, punzadas y
tirones en los oidos; y tambien debemos indicar la tumefaccion de
algunas glándulas submaxilares, con punzadas vivas, la hinchazon del
labio superior, ó una tumefaccion del mismo, con ardor, rubicundez y
dolor.

Las membranas mucosas, en general, presentan un estado erético con
sequedad, la cual se manifiesta varias veces y con diversas formas en la
boca, la lengua y otras partes; pero esto no obsta para que se indique
la salivacion, si bien ocurre en un estado de espasmo y de contraccion
producido por el reposo. Respecto á las encías hay que agregar, que
están doloridas al tacto; que la lengua está seca, y se pega al paladar;
que esta sequedad de la lengua solo es á veces una sensacion de
desarmonía con su humedad real, y que su punta presenta un ardor
quemante, y vesículas algunas veces con dolor de escozor tambien
quemante.

La mucosa nasal difiere del estado de sequedad de la boca. ¿Consistirá
en que está contigua á la de la garganta mas particularmente afectada
por la accion de la plata, ó en que los esperimentadores usaban tabaco?

Ni los oidos ni los ojos ofrecen flujo alguno; pero es preciso tener en
cuenta el orígen primitivo: irritacion en la nariz como por un coriza;
las dos narices están como tapadas; latido en la fosa nasal; pinchazos,
estornudos, cosquilleos, fuertes epistaxis al sonarse: este estado es
seguido de un coriza fluente muy pronunciado, cuya duracion supera á la
de la sequedad.

La faringe es la parte del sistema mucoso en la que mas se concentran
los síntomas: la sensacion de escoriacion es aquí dominante, y para
darla mas realidad, se presenta con especialidad en el acto de la
deglucion y con la tos; hay tension al bostezar, presion y arañamiento
por todo el dia, mucosidades espesas, de color gris, gelatinosas, que se
desprenden fácilmente al espectorar por la mañana: esta época debe
tenerse presente. Existe en la laringe una sensacion como de
taponamiento que ocasiona un dolor contusivo en la faringe, y como una
hinchazon que dificulta la deglucion y produce vanos esfuerzos para
tragar; arañamiento mas desagradable que doloroso, que se estiende á
todo el velo del paladar; dolor grande que se propaga á uno ú otro oido
por la trompa de Eustaquio, á veces un hormigueo pruritoso; diferentes
sensaciones, arañamiento irritante que obliga á toser; los accesos de
tos son provocados al bajarse y riendo, y van seguidos de espectoracion
mucosa fácil, lo cual, en union de otros síntomas, indicaria una
irritacion crónica debida á una hipertrofia de los folículos mucosos,
que efectuan una secrecion abundante y rápida. La espectoracion mitiga
la tos, y es blanquecina y muy acuosa; cuando hay tos seca, es provocada
por un arañamiento en los bronquios.

Se perciben ciertos ruidos anormales en el acto de la respiracion, entre
otros, el chirrido y el zurrido metálico. Las punzadas y otros dolores
se limitan á las paredes: hay hipo, opresion como por un gran peso sobre
el pecho, ardor presivo en la region del corazon y frecuentes
palpitaciones espasmódicas sin dolor ni sensibilidad. El pulmon, el
corazon, así como las demás vísceras están sustraidas á la accion
directa del sistema nervioso cérebro-espinal, y no esperimentan dolores.
Todas las neuralgias de la _plata_ se presentan en los órganos de la
vida de relacion. Esto, así como el prurito en la piel y la sensacion de
escoriacion en las mucosas, son caractéres sobresalientes. La influencia
de la _plata_ en la vida vegetativa procede de su accion especial sobre
la estremidad de los vasos capilares, y no por una accion particular
sobre los nervios ganglionares: esto es lo que resulta de los caractéres
que acabamos de indicar en la mayoría de sus síntomas relativos á la
vida vegetativa, de su prurito y de sus efectos terapéuticos.

La calorificacion esperimenta modificaciones que se espresan por
calosfríos, por una sensacion como si corriese agua por la piel,
horripilaciones, calores repentinos é irregulares que confirman, en
efecto, la afeccion particular, el espasmo del sistema capilar, que se
estiende á los grandes vasos, como lo prueban las palpitaciones
espasmódicas y algunos fenómenos de la respiracion; la fiebre es nula,
el sudor insignificante y la reaccion limitada á la aceleracion del
pulso, con sed, y á una fuerte pulsacion de las carótidas del lado
izquierdo, síntoma que pertenece mas bien al espasmo; todo lo cual es lo
menos que puede producir el gran desarrollo de la actividad nerviosa. A
pesar de todo, estos ligeros fenómenos de reaccion tienen la
significacion práctica de que la _plata_, indicada ya para combatir las
lesiones de tejido y las enfermedades de los huesos, por sus dolores
característicos y profundos, por su accion sobre las estremidades de los
vasos capilares sanguíneos ó linfáticos, así como en la plasticidad,
tiene una indicacion mas claramente espresada en estas lesiones, cuando
se desenvuelven en un estado de salud dado, que son infebriles, ó con
ligera fiebre vespertina, ó que los sugetos no son muy dispuestos al
frio, y que la nutricion general está menos afectada en sus atributos
vegetativos que en algunos de sus efectos especiales ó locales.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Para apreciar las indicaciones reales de la _plata metálica_, basta que
el lector recuerde lo que dejamos espuesto en sus efectos fisiológicos.

1.º Está indicada en varias afecciones dolorosas, neurálgicas, hasta con
caquexia desarrollada en el curso de la dolencia ó despues de
tratamientos por grandes dósis, sean cualesquiera los medicamentos
empleados: estas dósis dejan en pos de sí un eretismo que reconoce por
causa una discrasia, que podriamos llamar medicamentosa; se observan
dolores profundos, vivos, rápidos, osteócopos y otras neuropatías que
afectan simultáneamente la sensibilidad y la contractilidad, lo cual
ocurre con preferencia en los tratamientos mercuriales, yódicos,
alcalinos, arsenicales, capaces de modificar la constitucion del sugeto,
de producir obstrucciones é infiltraciones en los órganos internos.

2.º En ciertas lesiones orgánicas y degeneraciones de tejido: de las
mamas, del útero, laringe, lengua, estómago, en las periostitis y
osteitis crónicas, en las cáries, osteo-sarcomas, generalmente con
dolores y sensibilidad física y moral exaltada.

3.º En las laringitis crónicas sin fiebre, sostenidas por la
conversacion ó el canto, exentas de vicio herpético, y producidas mas
especialmente por irritaciones repetidas, enfriamientos frecuentes, por
la accion de sustancias acres, de medicamentos absorbidos en cantidades
considerables y suficientes á modificar estas partes y otras porciones
de las mucosas, en particular la génito-urinaria. Las trituraciones de
_plata_ tienen en estos casos una accion mas segura y mas pronta.

4.º En el insomnio producido por ideas ilusorias durante la primera
parte de la noche, con prurito variado y nerviosidad.

5.º En algunas otras afecciones, tales como la flatulencia y los
borborigmos rebeldes, en personas nerviosas de ambos sexos, con
eretismo, facilidad ó disposicion á los espasmos y aumento de orina;
diabetes; ciertos estados que se elevan hasta la epilepsia y el
histerismo por medicaciones que han alterado el organismo, con
palpitaciones, impotencia ó astenia genital, dependiente de la
imaginacion ó de las medicaciones, así como algunos corizas crónicos y
ciertos casos de artritis con debilidad muscular y sin alteracion de las
funciones digestivas, pero sí con sequedad de la piel y aumento de las
secreciones urinaria y mucosa.

6.º Es probable su indicacion en la diabetes, pero con seguridad en los
flujos urinarios de los niños, así como en la incontinencia nocturna,
cuando la orina está alterada, en la consecutiva al parto en mujeres
delicadas, y cuando esta escrecion es repentina ó involuntaria.

=Dósis.=--Las trituraciones, ó las tres primeras atenuaciones, son las
dósis mas útiles generalmente. Sin embargo, se han obtenido resultados
completos con atenuaciones mas elevadas, aun en las necrosis
escrofulosas, casos en que el _azufre_ debe preceder á la _plata_. En
todas las lesiones esternas se puede usar una preparacion de _plata_ en
forma de tópico, ya bajo la forma de pomada, compuesta con un gramo de
una de las trituraciones y cinco de enjundia ú otro cuerpo graso, ya en
mistura con un gramo de la tercera trituracion para empapar
constantemente una compresa.



ARGENTUM NITRICUM (NITRATO DE PLATA).


§ I.--Efectos fisiológicos.

Damos á este medicamento una accion fundamental análoga á la de la
_plata metálica_. Hay caractéres comunes á los dos, pero al indicarlos,
establecerémos un diagnóstico diferencial. Produce en primer lugar un
espasmo erético que unas veces suprime todas las secreciones mucosas, y
otras las aumenta en parte, ó desenvuelve una relajacion espasmódica que
dilata todos los conductos; pero sea cual quiera el estado de las
secreciones, las orinas son siempre frecuentes y abundantes, aunque
pálidas y claras. Estas dos circunstancias denotan en los dos
medicamentos un espasmo de los vasos; espasmo, que si es ya notable en
la _plata metálica_, es mayor en el _nitrato_: las palpitaciones y
latidos no se limitan al corazon, sino que se presentan tambien en el
epigastrio y pecho; el frio y calosfríos se elevan basta la
horripilacion convulsiva, y están acompañados de bostezos,
pandiculaciones, estiramientos, abatimiento estraordinario y aun
ansiedad. La ansiedad y malestar siguen tambien á las palpitaciones; el
bostezo y los calosfríos se presentan por accesos; el espasmo del
exófago se une á la timpanitis del estómago, con eructacion y
regurgitacion acuosa; estos accidentes se presentan por accesos como
otros muchos síntomas. Los fenómenos de reaccion y de calor febril son
nulos, lo cual constituye un estado nervioso constante y fundamental
mucho mas pronunciado en el _nitrato_ que en la _plata metálica_.

El sudor nocturno y matutinal es propio del _nitrato de plata_: este
síntoma es característico, y parece resultar de su diminucion ó
cesacion, á la que sigue el espasmo, los calosfríos de la tarde, por lo
que parece estar indicado en fiebres intermitentes cuyos accesos carecen
del estadio de calor, ó es muy corto.

El sueño es agitado, y con ensueños que hacen despertar con frecuencia.
El vértigo es angustioso; el atolondramiento de la cabeza produce
sensaciones penosas, especialmente en el occipucio; la concepcion es
lenta, difícil, y el moral está en apatía; el aspecto es enfermizo, y la
piel sucia y como arrugada.

La sensacion de escoriacion que se presenta en diversos puntos de las
membranas mucosas, es comun á los dos medicamentos; pero en el _nitrato
de plata_ es mas pronunciada y se estiende más; por esta razon hay dolor
como de ulceracion en el paladar y de escoriacion en la lengua, la cual
se hincha y se pone dolorosa como si estuviera ulcerada; sus papilas
son prominentes hasta formar pequeños granos rojos, y es tal el ardor de
la lengua, que parece quemada. El dolor de ulceracion se siente
vivamente en la garganta y el estómago, y el vientre está como
escoriado. La mucosa bucal está algunas veces seca, árida: esta sequedad
se estiende á los labios y garganta, el epitelio se levanta y la boca
parece ulcerada; el dolor de ulceracion existe tambien en la uretra.

Los dolores que en la _plata metálica_ se limitan al sistema de la vida
de relacion, en el _nitrato de plata_ se estienden á algunas vísceras:
el dolor en estas, consiste principalmente en punzadas vivas y rápidas,
cuyo carácter es comun á los dos medicamentos; las punzadas en el lado
izquierdo del pecho, en el hígado, en el bazo, en los riñones, en la
garganta, en la cual se observa una angina que se desarrolla súbitamente
despues de un dolor vivo durante la noche, induce á pensar, en atencion
al carácter general del medicamento, que este dolor es debido á un
espasmo de los vasos de estos órganos y á un punto de estancacion
sanguínea, que es el momento inicial de una flogosis. Los dolores del
_nitrato de plata_ en los órganos de la vida de relacion, son mas
pronunciados y mas durables al parecer, y ningun músculo está exento;
produce algunas neuralgias particulares que simulan una ciática, una
inflamacion, ó una neuralgia de la rodilla, una afeccion de los huesos
de la nariz como si estuvieran rotos. Los dolores son generalmente mas
vivos y tirantes con un carácter convulsivo y rigidez. Esta afecta
especialmente la médula, está acompañada de estremada laxitud por la
tarde, y produce la sensacion de fatiga con rigidez de los músculos de
la pierna como despues de una marcha forzada.

El _nitrato de plata_ afecta mas al _sistema muscular_: debilidad con
temblor, estremecimiento con temblor de las piernas, sensacion de
quebrantamiento en las pantorrillas, pesadez paralítica en las piernas,
debilidad paralítica y estenuacion de las estremidades inferiores. Estos
síntomas y el abatimiento general son mas pronunciados despues de comer
y por la tarde, y en esta época se presentan con preferencia una
cefalalgia con pesadez y plenitud, y calosfríos, que, para la _plata_,
son eminentemente característicos del espasmo del sistema circulatorio.

Harémos notar otro punto de analogía entre estas dos sustancias: es el
prurito en la piel y las membranas mucosas esteriores; lo es tambien la
afeccion particular de estas membranas en la garganta, en los ojos, en
la nariz, en los oidos y en los órganos génito-urinarios.

Pero en la accion de la _plata_, esta afeccion es muy poco manifiesta,
así como lo es mas en la garganta. El _nitrato de plata_, sin embargo, á
pesar de no ser tan rico en ensayos fisiológicos, se nos presenta con
mas claridad: produce tintineo en los oidos, prurito, disecea, ligera
exudacion mucosa; en la nariz, estornudos, prurito, granos que dan
sangre, coriza; en los ojos, una especie de oftalmía pruritosa, con
rubicundez de la conjuntiva, que está inyectada, tumefacta y que
asciende hasta el reblandecimiento; hay fotofobia y alteracion de la
vista, flujo mucoso abundante, legañas y costras en el borde libre de
los párpados que se invierten hácia afuera; los síntomas se mitigan al
aire libre. La tumefaccion de la conjuntiva está separada por la
carúncula lagrimal que se hincha y aun se sale como si fuera un pedazo
de carne roja. En la garganta se segregan tantas mucosidades, que
obligan á arrancar sin cesar; tosecilla escitada por pequeños esputos
viscosos, oscuros, amarillentos; en el fondo de la faringe se fija un
dolor como de ulceracion, está como hinchada, y dificulta la deglucion
como si hubiera un cuerpo estraño. Se agregan á veces síntomas
espasmódicos y desarrollan un flujo de saliva y de mucosidades, si bien
lo mas general es sequedad y aridez.

Los órganos génito-urinarios presentan un estado análogo al de los demás
órganos: la orina es abundante, pálida y clara, y su emision frecuente
es fácil; hay ardor con frecuencia, sensacion de hinchazon en el canal
de la uretra; se espelen algunas gotas de orina despues de haber
orinado; el chorro se bifurca, se presenta una exudacion mucosa en la
uretra y se siente dolor de escoriacion; se han observado úlceras en el
prepucio; el pene está hinchado y un testículo mas duro y grueso. En
fin, el orgasmo sanguíneo local acelera la menstruacion, provoca
poluciones, pero sin aumentar la propension al cóito ni las sensaciones
voluptuosas.

En la region renal, hay dolor como de luxacion estando sentado,
inquietud, fatiga y dolor sordo; dolor mas profundo y mejor determinado
que arranca quejidos; dolores vivos, punzadas en los riñones, en los que
se esperimenta una sensacion penosa que impide bajarse. En atencion á
estos síntomas y á los de las orinas, el _nitrato de plata_ está mas
indicado en la diabetes que la _plata metálica_.

Los accidentes de los bronquios, del pulmon y de los órganos digestivos,
confirman la idea general que nos hemos formado del _nitrato de plata_:
tos seca por titilacion en la laringe, plenitud en el pecho con dolores
variados, ansiedad, tendencia á suspirar, tos convulsiva por accesos,
accidentes asmáticos, mucosidades abundantes en momentos dados. La
acumulacion de saliva en la boca está acompañada generalmente de una
sensacion de astriccion; los calambres en el estómago ponen fin al sueño
por la mañana; hay latidos acompañados de emociones internas; una
sensacion de torsion se estiende al vientre; las flatulencias y la
timpanitis carecen de borborigmos, pero sí hay horripilaciones: este
síntoma acompaña tambien á la gastralgia y se une á la rigidez de los
músculos de las piernas. Las deposiciones son naturales, mas
frecuentemente diarréicas con tenesmo, la materia es mucosa y contiene
gases y aun sangre; uno de los caractéres de las deposiciones es el de
efectuarse por la noche y la mañana; generalmente en estas alteraciones
de los órganos digestivos, el malestar es muy pronunciado, y el apetito
se disminuye y se satisface prontamente.

Entre los caractéres diferenciales de este medicamento respecto á la
_plata metálica_, se deben contar las afecciones cutáneas: para el
_nitrato de plata_, el prurito de la piel degenera en erupciones;
vesículas pruritosas en el dorso, en el pecho; granos pruritosos en el
cuero cabelludo, en la nuca, con sensacion de escoriacion al rascarse;
elevaciones pruritosas en el cuero cabelludo y en la nuca; una erupcion
semejante á la sarna, pústulas en el epidérmis de los labios, granos
dolorosos en las comisuras de la boca; el sistema linfático no parece
atacado, pues solo se observa una sensacion de hinchazon y de tension en
las glándulas axilares.

En vista de lo espuesto, fácil es apreciar que el _nitrato de plata_
posee una accion fundamental mas intensa que la _plata metálica_, y que
presenta algunas diferencias importantes.


§ II.-Efectos terapéuticos.

El doctor Kopp ha publicado un notable trabajo sobre este medicamento en
su _Memorabilia médica_, t. III. Le ha usado muchas veces en los casos
siguientes: deformidad de los huesos, afecciones orgánicas del corazon,
aneurisma, hipertrofia del corazon, angina de pecho, asma crónico,
epilepsia, de cuyo uso se felicita mucho. Hé aquí cómo esplica las
propiedades del _nitrato de plata_. Para él, este medicamento goza de
una accion especial sobre los huesos y el gran simpático, y por
consiguiente sobre los nervios del corazon y de las grandes arterias, y
que ha observado sus pulsaciones estando acostado el enfermo. Atribuye á
este medicamento el eretismo del corazon y de los grandes vasos, así
como la propiedad de rebajar la sensibilidad exaltada. En su concepto,
el _nitrato de plata_ acelera la formacion de los mamelones carnosos en
las heridas, porque aumenta el tono y fuerza de los vasos capilares. La
epilepsia que este medicamento cura, es debida, en su concepto, á la
alteracion de la circulacion determinada por el espasmo de los vasos
sanguíneos del cerebro ó de la médula oblongada. Aplica este dato á
ciertas cefalalgias y neuralgias que él ha curado con el _nitrato de
plata_, así como á afecciones nerviosas del útero, á metrorragias
rebeldes, á epilepsias catameniales, cuando el espasmo de los vasos del
útero produce desórdenes particulares de la circulacion y de la
inervacion. Los calambres tenaces del estómago, la cardialgia crónica y
aun melánica, se curan por la accion de este medicamento, que tambien es
especial sobre la estremidad de los capilares. En este sentido, el
_arsénico_ tiene la misma indicacion, y la cianosis perteneceria á los
dos.

El empirismo ha hecho uso del _nitrato de plata_ contra la epilepsia y
algunas afecciones, cuyo carácter no determina y en las que ha
fracasado; se le ha empleado tambien en estrecheces de la uretra, en el
asma por alteracion de la circulacion, y para gastralgias espasmódicas
en personas delicadas. Hoy se pueden apreciar mejor las aplicaciones de
este medicamento, así en estas afecciones, como en otras que están en
relacion con sus efectos, tales como: afecciones sifilíticas rebeldes y
antiguas, laringitis y anginas herpéticas, disfagia espasmódica, accesos
epileptiformes é histéricos; algunas erupciones psóricas y herpéticas
pruritosas, ciertas fiebres intermitentes nerviosas é irregulares,
neuralgias espasmódicas, diarreas ó disenterías con agravacion por la
noche y por la mañana; en ciertos períodos de tifus abdominal en los que
ya le han empleado algunos médicos italianos, y en lesiones orgánicas
análogas á las que hemos indicado al hablar de la _plata metálica_, y
cuando se la ha usado despues del _nitrato_.

=Dósis.=--La estremada facilidad en descomponerse esta sal de plata, hace
dudar del valor de sus trituraciones; pero el resultado de su uso no
justifica estas aprensiones. Se han exagerado sus dósis, es verdad; pero
tambien lo es, que los médicos, atenidos estrictamente á la posologia
hahnemanniana, no han sacado todos los resultados que podian esperar: no
creemos necesario el limitarse á los glóbulos y atenuaciones elevadas.
La segunda y tercera trituracion, así como la sesta y duodécima
atenuacion, son suficientes generalmente á la dósis de algunos
centígramos ó de algunas gotas.

No nos hemos propuesto estendernos sobre el uso de los medicamentos por
los métodos revulsivo, derivativo, contra-estimulante, etc.; y respecto
á su uso esterno[23], los señores Trousseau y Pidoux dan los mas ámplios
detalles, así como no consignan los mejores datos para el uso médico é
interno de los medicamentos. Recordarémos sin embargo los buenos efectos
del _nitrato de plata_ en ciertos casos de oftalmía ulcerosa, de diarrea
irritativa antigua, de fiebre tifoídea y de gonorrea rebelde á un
tratamiento racional y metódico. El colirio se compone de 5 centígramos
de _nitrato de plata cristalizada_ para 30 gramos de agua destilada. La
lavativa se compone de 20 centígramos para 500 gramos de agua destilada,
y en las inyecciones uretrales entran de 10 á 15 centígramos para 30
gramos del mismo líquido. Este medicamento es uno de los mejores
modificadores de las membranas mucosas, sitio de flegmasías subagudas ó
crónicas rebeldes.



ARNICA MONTANA (ÁRNICA).


§ I.--Historia.

De la familia de las corimbíferas, de _Jussieu_, y de la singenesia
poligamia, de _Linneo_.--Este medicamento era mucho mas conocido en la
antigüedad que en la época en que el célebre reformador de la materia
médica descubrió sus propiedades por la esperimentacion en el hombre
sano, dotando á la terapéutica con uno de sus mas poderosos agentes.
Ratier decia[24] que el árnica obra sobre las vías digestivas y
secundariamente sobre el cerebro, concluyendo con estas palabras: «Es
inútil hablar de sus pretendidas cualidades vulnerarias, que le han
valido el nombre de _panacea lapsorum_.» Aun para los medicamentos mas
útiles era indispensable llegar á confirmar sus propiedades por ensayos
en el hombre sano, para que su uso en el enfermo se hiciese con reglas
positivas, pues los datos tradicionales caen en el olvido. Esto no
obstante, dos siglos antes de Ratier y de Hahnemann[25], se han escrito
estas palabras: «En las contusiones y las caidas tiene el _árnica_ una
virtud tan grande y es tan directa, que apenas se encuentra en los tres
reinos de la naturaleza un remedio simple tan eficaz.» En el dia,
gracias á los trabajos modernos y á los ensayos fisiológicos de esta
planta, sus propiedades se han divulgado de otro modo y se han
confirmado para siempre con la esperiencia. Pero es triste el ver que
este medicamento no se halle mencionado en la mayor parte de las
materias médicas de nuestra época.


§ II.--Efectos fisiológicos.

No podemos decir que el _árnica_ amortigüe la circulacion capilar como
el _carbon vegetal_, porque el éstasis sanguíneo que determina en las
últimas ramificaciones del sistema arterial, y no venoso, no es un
éstasis pasivo: su accion es erética; produce en los vasos un movimiento
de constriccion, por una accion especial sobre la fibra orgánica, ya
muscular, ya fibrosa, siendo opuesto en esto á la _stafisagria_, cuyos
equímosis son pasivos. Se ha querido comparar la accion del _árnica_ á
la de la _pulsatila_, despreciándose el carácter fundamental del último,
que tiene una accion especial sobre el sistema venoso. Ni aun el
_arsénico_, por sus efectos sobre el sistema capilar, puede compararse
con el _árnica_, sino mas bien con el _carbon vegetal_.

La accion especial del _árnica_ sobre la estremidad de los vasos
sanguíneos arteriales, y hasta en el sistema capilar en general, se
confunde con su accion sobre la fibra orgánica, accion que parece
directa si se considera que el carácter del _árnica_ es obrar de la
circunferencia al centro, y de afectar todos los sistemas, especialmente
las membranas fibrosas, el periostio, las membranas serosas y hasta las
mucosas. La estremidad de las últimas ramificaciones nerviosas son las
que parece sienten primeramente, ó de un modo mas pronunciado, su
influencia, y los centros nerviosos solo se afectan despues del golpe ó
directamente por la afeccion de los vasos capilares, lo cual esplica su
accion sobre el cerebro y la médula oblongada. La _árnica_ está, pues,
indicada por la condicion de que la irritabilidad de la fibra, el
eretismo y la afeccion de la red capilar y nerviosa constituyen el fondo
de la enfermedad ó son el efecto de una conmocion, de una violencia
esterior, y aun del estupor seguido de reaccion. Este eretismo repentino
ó consecutivo al estupor, á la inercia momentánea, se observa en todos
los aparatos y en todas las funciones. El moral ofrece, por una parte,
la postracion, la indiferencia, la falta de atencion y de memoria; y,
por otra, la ansiedad, la agitacion, el mal humor, la irritabilidad. Los
órganos, en general, presentan estos dos grupos de síntomas bien
diferentes: exaltacion y decaimiento de las propiedades vitales.

La exaltacion tiene un sello nervioso evidente; sobreviene despues del
decaimiento ó de una impresion que se estiende desde la periferia á los
centros, y nunca es tan viva como en la periferia ó en los órganos de
los sentidos. De aquí se deduce que el delirio no se halle en los
efectos de la _árnica_; la escitacion del cerebro se limita á la
ansiedad, al esceso de la sensibilidad que no puede soportar la luz, el
sonido y el ruido; y si el eretismo del cerebro provoca el delirio, es
pasajero y sin carácter particular. Es mas propio de este medicamento el
producir sueños, que simulan el delirio, ó una somnolencia comatosa con
agitacion y estravagancias. El incremento de la sensibilidad no existe
tan solo en los ojos y los oidos, sino que se estiende á toda la
superficie cutánea, en la que la sensibilidad y la contractilidad
adquieren una agudeza estraordinaria y se elevan hasta las convulsiones
y el tétanos. Lo contrario no se observa jamás, y el decaimiento de las
fuerzas, el coma, la parálisis de un lado del cuerpo, que son otros
efectos de la _árnica_, no constituyen nunca un estado de insensibilidad
general.

Los accesos de desfallecimiento, la parálisis, la caida de las fuerzas,
la rigidez de los músculos, la pesadez y adormecimiento de los miembros,
no están aislados de algunos síntomas eréticos, tales como cansancio
doloroso, estremecimiento muscular, laxitud con temblor y agitacion,
ansiedad en los miembros, fogaradas de sangre, calor congestivo hácia
los centros, calor febril con frio en diversos puntos, especialmente en
las partes inferiores.

Las sensaciones dolorosas de contusion y luxacion caracterizan al
_árnica_; sin embargo, los dolores tirantes, presivos y calambroideos,
las neuralgias reumáticas y el prurito quemante, abundan entre sus
efectos, y están siempre acompañados de cierta tension de la fibra con
falta de movimiento, carencia de secreciones y sensibilidad exagerada;
tambien se hallan entre sus efectos dolores por frio en la piel,
punzadas y dolores por sacudidas, ó afectando puntos limitados, el
cráneo particularmente.

Los síntomas febriles carecen de fijeza y regularidad. El espasmo
periférico con frio, escalosfríos, pulso lento y duro, es de mas
duracion que en cualquiera otro medicamento pirético, y solo cesa cuando
el calor, mas ó menos general, anuncia la participacion del corazon en
la afeccion: así, pues, la sensacion de frio se desarrolla en la cama y
dura toda la mañana; el frio interior que siente al despertar persiste
por todo el dia; se manifiesta un violento frio al bostezar y recorre
todo el cuerpo; una sensacion de calor incomoda é impide dormir; hay
accesos de calor angustioso, y tambien interno con frio general y seco
que concluye por hacerse insoportable; pero el frio sobreviene al
moverse en la cama y destaparse; la sensacion de calor seco recorre el
dorso; se presenta por la noche un sudor de olor ágrio, pasajero,
angustioso, general y con frecuentes interrupciones; hay, en fin,
sensacion de frio, aun cuando se tenga un calor regular. La fiebre
consiste en movimientos de calor y de congestion, que se estienden á la
cabeza, con frio en otros puntos; en pequeños accesos de calor que
parece brotan por humaradas y se reparten por todo el cuerpo; la sed no
está en relacion con los fenómenos de frio y de calor febril,
persistiendo durante el frio y con mas frecuencia durante el calor.

El _árnica_ es un medicamento que no se adapta al elemento inflamatorio;
sus fluxiones son eréticas, sus congestiones no terminan ó se estienden
en superficie, y se disipan por resolucion, como sus equímosis, ó mas
bien rubicundeces eritematosas.

Los síntomas del _árnica_ denotan una escitacion sanguínea de los
órganos internos, sin que se le atribuya por eso una accion francamente
inflamatoria. Los dolores simpáticos, su irradiacion á otros órganos,
así como el estado del pulso y de la calorificacion, dan á ciertas
afecciones un carácter de nerviosidad manifiesto. Bajo su influencia,
ningun órgano está exento de síntomas de irritacion sanguínea y
nerviosa, de fenómenos congestivos y hemorrágicos, de los que darémos
una idea en la enumeracion de los síntomas del pecho y de algunos
órganos, y son los siguientes:

Tos seca, generalmente por titilacion en la parte superior de la
tráquea-arteria, ó en los bronquios; tos con sensacion de escoriacion en
el pecho, tos con punzadas en la cabeza; tos con lancinaciones en el
vientre; tos que produce una sensacion de quebrantamiento en todo el
cuerpo; punzadas en el dorso, en el pecho y otras partes en el acto de
la inspiracion; tos con esputos de sangre, respiracion corta, opresion
con ansiedad, incomodidad en la cabeza ó el vientre, dolor en la parte
inferior del esternon al inspirar, punzadas aumentadas con la
inspiracion, é inspiracion rápida y difícil ó lenta; sensacion de
escoriacion en el pecho; espectoracion sanguinolenta; todo el torax está
como quebrantado y contundido á cada movimiento de la respiracion;
ansiedad en el pecho.

El estornudo y la ronquera son los principales síntomas de la garganta y
de la nariz. Para la tos, las punzadas, ardores, lágrimas quemantes;
para los oidos, ardor, punzadas, zumbidos: estos síntomas tienen
necesidad de unirse á otros para que tengan un valor inflamatorio; todo
lo mas que en ellos se ve, es un orgasmo sanguíneo, un estado de
irritacion sanguínea y nerviosa. Los órganos génito-urinarios la
ofrecen en un grado mas marcado; dolores variados afectan á la uretra;
los síntomas de hematuria no son equívocos; la orina es generalmente
encendida, escasa, difícil de evacuar; el tenesmo puede elevarse hasta
la retencion de orina; hay escitacion venérea, erecciones,
menstruaciones anticipadas.

Pero si el elemento inflamatorio en su estado agudo conviene poco á este
medicamento, no sucede lo mismo con los dos períodos opuestos de una
afeccion febril á consecuencia de una conmocion, de una lesion mecánica
por un instrumento quirúrgico que obra profundamente en los tejidos,
produciendo la deplecion rápida de una cavidad, la estraccion del feto,
y todo lo que obra hácia afuera mecánicamente. El primer período de las
afecciones producidas por tales influencias, representa exactamente el
período de espasmo febril, de contraccion, de calosfrío y de fiebre
propia de _árnica_. Pero si en una época dada de esta fiebre, se postran
los centros nerviosos y sanguíneos por la influencia de una conmocion
cualquiera, que provoca la alteracion, y la comprueban los fenómenos de
inercia cerebral, de estupor, de tifoidismo y aun de ataxia, la
indicacion del _árnica_ es natural y precisa.

En semejantes casos, se observan tambien síntomas de irritaciones
viscerales, hepáticas y gástricas, mas ó menos estendidas á los
intestinos, en los que se desarrollan con el estado tifoídeo.

El cuadro del último período se halla constituido por los síntomas
siguientes: vértigos, dolor de cabeza estupefaciente, atontamiento de la
cabeza, somnolencia angustiosa, cefalalgia presiva, punzadas en el
cerebro con náuseas y vómitos al menor movimiento, vértigos y náuseas
al leer, ardor en la cabeza y frio en el cuerpo, descomposicion de los
rasgos de la cara, calor seco y rubicundeces pasajeras de las mejillas,
dilatacion ó contraccion de las pupilas, obnubilacion, exaltacion de la
audicion, ó disecea y diminucion de esta facultad, epistaxis, calor y
ardores pasajeros en la nariz y los oidos; disuria y supresion de las
orinas; aliento pútrido, fétido; labios secos, escoriados, ardorosos,
tumefactos; sequedad y ardor en la boca; disfagia; ruido al tragar, como
si el exófago fuera inerte; gusto pútrido, eructos é hipo; saliva
sanguinolenta; ruido de gases en el vientre; deposiciones
sanguinolentas, purulentas, involuntarias; las palpitaciones del corazon
se parecen mas al estremecimiento; postracion de fuerzas, desaliento,
coma.

El _árnica_ no es pues un medicamento capaz de producir discrasias,
estados crónicos con modificacion alguna particular de los humores. Su
accion es rápida, y su corta duracion no le permite llegar á la esfera
vegetativa de una manera marcada. Estas apreciaciones resultan tambien
de los síntomas cutáneos siguientes: hormigueo y prurito lancinante y
quemante; pequeños granos purulentos; granos sensibles al tacto, algo
purulentos y rodeados de una auréola roja; especie de diviesos
dolorosos; mancha roja, pruritosa en el glande, en el prepucio, con
granos que incitan á rascarse; ulceraciones en las comisuras de la boca;
tumefaccion de los labios, de la nariz, del pié; hinchazon activa de los
gánglios submaxilares.

Antes de pasar á la aplicacion razonada del medicamento, debemos
manifestar que el conjunto de síntomas del _árnica_ recuerda la
constitucion nerviosa y sanguínea, é irritable de un adulto, y que en
este sentido son análogas la _nuez vómica_ y la _brionia_.

De lo espuesto se deduce, que son propias del _árnica_ las afecciones
con aumento de irritabilidad, eretismo sanguíneo y tension de la fibra,
aun en los períodos malignos y atáxicos, siempre que, como hemos dicho,
procedan de la periferia, que tengan su punto de partida en el sistema
capilar y en las últimas ramificaciones nerviosas, aun cuando la causa
no sea una lesion esterior y mecánica, pues basta que la red nerviosa
esté particularmente afectada por la causa morbífica.

En esto es precisamente en lo que _árnica_ es opuesta á _acónito_ y en
lo que difiere de _arsénico_ cuya accion principal es de los centros á
la circunferencia; de esto resulta la diferencia práctica de los
fenómenos de postracion y tifoidismo de los dos medicamentos; fenómenos
tan característicos para el _árnica_, que Stohl daba el _opio_ como
antídoto, y no el _café_ ó la _nuez vómica_. La escuela italiana, y mas
especialmente uno de sus mas instruidos representantes, el profesor
Giacomini, solo ha considerado esta faz del _árnica_, y por ella le ha
clasificado entre los medicamentos hipostenizantes, recomendándole por
lo tanto en las fiebres y afecciones inflamatorias, en armonía sobre
esto con los antiguos autores, pero mas en armonía con su sistema en el
que solo admite en los medicamentos una accion irritante ó debilitante,
hiperesténica ó hiposténica.


§ III.--Efectos terapéuticos.

=A.= _Fiebres traumáticas._--Ya podemos trazar el cuadro de las
indicaciones terapéuticas de la _árnica_ sin minuciosos detalles. Los
prodromos de la fiebre de este medicamento son espasmódicos y eréticos;
los calosfríos tienen mas irregularidad y duracion que los de
_acónito_, y su calor no es nunca tan general y regular, es mas acre y
se complica con rubicundeces y movimientos congestivos sin gran fijeza.
La reaccion ofrece mas tension que la de una escitacion benéfica. La
ansiedad domina á la concentracion y á la reaccion; y la escitacion
dolorosa de la sensibilidad de la piel y de los sentidos conduce á
buscar la calma, el silencio, la oscuridad. Esta escitacion, este
eretismo, se elevan hasta el mayor grado que precede á la crísis ó á la
adinamia; pero en este caso, los fenómenos nerviosos atáxicos no son
estraños á la enfermedad. Todo esto es relativo con principalidad á las
fiebres traumáticas, cualquiera que sean, y á los efectos generales de
toda conmocion violenta. Pero la _árnica_ no constituye por sí un
tratamiento completo, si bien basta admirablemente para prevenir
aquellos; no hay médico que posea este medicamento heróico, que no haya
observado, que las fracturas, heridas, contusiones graves, caidas y
otros casos de este género tratadas por el _árnica_, no ofrezcan fiebre
ni complicacion.

Los fenómenos pútridos de las fiebres graves, traumáticas, ó que se
presentan despues de una violenta sobreescitacion nerviosa propia de
_árnica_, reclaman generalmente la cooperacion de otros medicamentos,
como, por ejemplo, el _opio_ que se asocia bien al _árnica_ en ciertas
meningitis, en las fiebres cerebrales. En todas estas graves afecciones,
corresponde al coma, á la pérdida del conocimiento, al estupor, pero sin
delirio; la epistaxis que no produce alivio alguno, tambien pertenece á
este medicamento y conduce á pensar en la _quina_ y los ácidos
minerales.

=B.= _Flegmasías._--Si persiste el eretismo primitivo, indicará al
práctico hasta qué punto debe fiarse del _árnica_, ó alternarla con
otros agentes auxiliares, ó sustituirles, como sucede en algunas
inflamaciones exudativas y con derrame, en las que parecen mejor
indicados la _brionia_, el _tártaro estibiado_, la _senega_, la
_digital_ y el _azufre_. La pleuritis solo reclama _árnica_ en su
principio, ó por su orígen reumático, pleurodínico; la peritonitis
puerperal exigirá _árnica_ por la accion de las maniobras del parto ó
por la irritacion de la fibra. Las inflamaciones eréticas, tales como
las artritis, las flogosis por lesion mecánica y las irritaciones
crónicas en la piel por frotacion ú otra causa flegmásica, se modifican
felizmente por este medicamento, solo, ó alternado con el _azufre_. Este
carácter de irritabilidad de la fibra, de sensibilidad exagerada, con ó
sin rubicundez de los tejidos, hacen al _árnica_ muy eficaz en ciertas
escoriaciones de los pechos en las nodrizas; en escoriaciones de los
labios, de los dedos, con rubicundez. El _grafito_ y el _licopodio_
están generalmente indicados despues de _árnica_, y aun pueden darse
alternados, cuando no hay rubicundez y cuando se trata de rágades mejor
caracterizadas.

La accion atribuida al _árnica_ sobre el tejido celular, es una analogía
abusiva de su accion sobre la fibra, sobre las ramificaciones nerviosas
y la red vascular; por cuya razon no está justificada su eficacia en la
erisipela flegmonosa, en el flemon y quemaduras profundas; está mejor
indicada en las erisipelas superficiales ó eritematosas, en la
rubicundez simple y activa, y en los equímosis que complican una herida,
una contusion. Juega indispensablemente este medicamento en todas las
inflamaciones de los órganos contusos ó lesionados mecánicamente, ó
divididos; por lo cual puede ser muy útil en ciertas orquitis, hepatitis
y otras flegmasías.

=C.= _Congestiones._ _Lesiones mecánicas._ _Hemorragias._ _Apoplejía._--La
árnica debe estar clasificada entre los principales medicamentos de
accion congestiva, como _belladona_, _pulsatila_, _azafran_,
_ipecacuana_, etc. Ya se conoce cuáles son los caractéres que deben
reclamar este medicamento en el tratamiento de una congestion, aun
cuando se efectúe en un órgano debilitado; y que ni su estado puede ser
el solo dato que deba tenerse presente, ni el medicamento mas principal
puede ser suficiente para todos los períodos de la enfermedad.

Siempre que una lesion mecánica ha obrado sobre los tejidos, la árnica
está indicada, pues no solo se opone al desarrollo del orgasmo local,
sino que impide el desenvolvimiento de los fenómenos generales, y hasta
de la fiebre. Inútil creemos insistir mas sobre este punto. Su relacion
directa con el sistema capilar, halla su aplicacion natural en los
equímosis, y cuando la sangre se ha estravasado en los tejidos heridos ó
contundidos, ningun medicamento acelera mas su reapsorcion, que
_árnica_. La _calendula oficinal_, el _cystus canadensis_, la _cicuta_,
la _consuelda mayor_, el _zumaque_ y la _ruda_ poseen propiedades
análogas á las de _árnica_ como vulneraria. Conviene tener presente que
en ciertas inflamaciones traumáticas, las del ojo por ejemplo, el
_acónito_ debe ser alternado ó preferido al _árnica_, por la
constitucion del órgano. La mayor parte de las hemorragias están en su
esfera de accion, en circunstancias sintomáticas análogas á sus efectos;
pues son activas, irritativas, aun en un organismo debilitado, asténico.
Se observa que _árnica_ es completamente eficaz en ciertas hemorragias
que complican á una fiebre atáxico-adinámica, en cuyo caso, dado este
medicamento á dósis comunes, nos ha parecido que obra como estimulante
de la contractilidad de los vasos sanguíneos y que aumenta la tonicidad
del sistema nervioso. Así se esplica el valor de su propiedad en los
equímosis y escoriaciones en enfermos sumidos en cama por mucho tiempo.

En las hemorragias por golpes ó heridas debe considerarse la _árnica_
como un hemostático escelente, y tanto mas eficaz, cuanto que es el
mejor _vulnerario_, con cuya palabra se espresa una multitud de cosas.

En la apoplejía, independientemente del estado congestivo y hemorrágico
propio de _árnica_, está aun indicado este medicamento por el eretismo
local y muchas veces general, que precede ó acompaña al derrame. Bajo
este aspecto, como bajo el de las causas de la apoplejía, tales como
irritaciones reumáticas, eretismo habitual del cerebro, abuso de bebidas
escitantes, etc., _árnica_ es un medicamento tan heróico, que no
comprendemos cómo hay médicos que recurran á la sangría; pues seria
suficiente para iniciarse en los estudios esperimentales sobre este
medicamento el que se le emplease para combatir los vértigos y otros
síntomas precursores de la apoplejía, y se convencerian de su poderosa
eficacia. Dirémos, sin embargo, que este medicamento no es el único á
propósito para disipar los síntomas irritativos y congestivos del
cerebro y para curar la apoplejía, pues casi siempre toman parte en el
tratamiento el _acónito_, la _belladona_, el _opio_, el _zumaque_ y la
_nuez vómica_, reservándonos hablar de la utilidad que _pulsatila_,
_carbon vegetal_, _opio_, _azufre_ é _ipecacuana_ pueden prestar en los
éstasis sanguíneos pasivos, en el estado varicoso de la base del cráneo
y en otros casos particulares.

Los éstasis capilares con cefalalgia frontal, producidos por el calor y
el ardor de las estufas en las habitaciones, exigen _acónito_; pero
_árnica_ es preferible cuando estos éstasis capilares, estas especies de
congestiones son ocasionadas por una marcha forzada al sol, como lo
hemos observado frecuentemente en las columnas espedicionarias de
Africa, cuando nuestros soldados caian asfixiados ó atacados de una
apoplejía capilar.

Algunos autores, al hablar de las virtudes del _árnica_, la han
aconsejado en casi todas las enfermedades; mas la falta de indicaciones
precisas les ha hecho recorrer todo el cuadro nosológico relativo á cada
medicamento.

Ya hemos puesto al lector en el estado de determinar por sí mismo los
casos en que _árnica_ puede ser útil accidentalmente en las enfermedades
de que hemos hablado; ya puede apreciar las ventajas de su uso en los
dolores violentos que siguen al parto y acompañan á la matriz á su
contraccion natural; en los accidentes producidos por las maniobras del
comadron y la introduccion de varios cuerpos en las aberturas naturales;
en la irritabilidad que se manifiesta en los tejidos distendidos por una
coleccion serosa, ó cuando se estrae rápidamente el líquido derramado;
en la irritabilidad, en fin, de la fibra por un trabajo corporal
violento.....

=D.= _Neuralgias._--Rico este medicamento en síntomas y dolores, está con
frecuencia indicado en afecciones neurálgicas, reumáticas, artríticas,
por el carácter erético é irritativo que estas presentan, como, entre
otras, las cefalalgias por accesos, los tics dolorosos, las neuralgias
del ojo, las odontalgias de las personas nerviosas y sanguíneas ó
provistas de músculos fuertes y poco tejido adiposo, especialmente
cuando estas neuralgias sobrevienen por una insolacion, por el cansancio
de un trabajo corporal y por movimientos violentos. _Arnica_ es
preferible á la _sabina_ en accesos de gota aguda, en sugetos sanguíneos
é irritables, y cuando hay hinchazones y eretismos de la sensibilidad en
los tejidos. En todos los casos neurálgicos, neurodínicos y artríticos,
el _azufre_, dado alternativamente con _árnica_, es con frecuencia
eficaz. Sabido es que el _árnica_ es el mejor medio para combatir el
lumbago producido por el cansancio ó por una distension de las fibras
musculares, ó en dolores análogos que ocupan el cuerpo del músculo; su
alternacion en ciertos casos con el _cobre_ la hace ser de grande
eficacia.

=E.= _Distension de la piel. Forúnculos. Tos. Delirium tremens. Disentería
pútrida. Tétanos. Parálisis._--La _árnica_ tambien está á veces indicada
en las enfermedades crónicas, si bien esta indicacion se refiere tan
solo á edemas y otras tumefacciones de los tejidos, en las que la
materia derramada ejerza la accion de cuerpos estraños irritantes; es
decir, en irritaciones crónicas despertadas por una causa mecánica, como
la frotacion, pruritos lancinantes con sensibilidad en la piel, úlceras
rodeadas de un círculo rojo y sensible, de granos forunculosos, de
antrax que se reproducen tenazmente en personas musculosas, sanguíneas,
irritables, afectadas de una especie de diátesis, que la _árnica_, el
_azufre_ y muchas veces la _nuez vómica_ curan radicalmente. Ciertas
toses rebeldes é irritantes pueden por lo menos ser paliadas por
_árnica_, y mas de una bronquitis; los mismos catarros crónicos se han
modificado ventajosamente por este medicamento; pero donde ha sido mas
eficaz es en las laringitis crónicas y por irritacion, y en algunas
coqueluches. _Arnica_, en fin, casi siempre está indicada en el
_delirium tremens_ ó corea alcohólica. Solo nos resta indicar ciertas
disenterías pútridas, el tétanos traumático y las parálisis, que pueden
exigir _árnica_.

Mas no terminarémos sin prevenir á los lectores contra las exageraciones
del doctor Starke y otros médicos, sobre las agravaciones que casi
siempre ven aun por las mas débiles dósis, _Arnica_ es uno de los
medicamentos que en muchas circunstancias puede ser empleado en tintura
y á la dósis de algunas gotas en un vehículo inerte, como el agua pura ó
azucarada, dósis que todos los dias demuestran su utilidad, no solo en
las lesiones mecánicas, sino tambien en la gota y algunas neuralgias,
tanto internas como esternas. El uso esterno de los medicamentos en
compresas empapadas en una atenuacion, es con frecuencia muy útil, y
reemplaza ventajosamente á otros tópicos menos útiles y mas incómodos,
ayudando á la accion del mismo medicamento tomado al interior. No se
curan más, pero sí tantas disenterías pútridas con _árnica_, como Stohl
curaba, ni menos parálisis y amaurosis que Colléri. ¿Consistirá esto en
que se han reducido sus dósis? La escala posológica es vasta; no se debe
el médico limitar á las dósis mas débiles, privándose del beneficio de
las otras. Estended por una parte la variedad de las dósis; aumentad por
otra el número de los medicamentos, especificando sus indicaciones, y la
terapéutica será tan rica como poderosa.

=Dósis.=--Este medicamento es el mas usado al esterior contra las
contusiones y lesiones mecánicas: se ponen de 10 á 20 gotas por medio
litro de agua, para empapar compresas que se aplican á las partes
heridas. Esta dósis conviene mejor que otras mas fuertes que puedan
provocar una irritacion erisipelatosa y sostener las heridas sangrantes
y frescas por muchos dias; es decir, por el tiempo que bastaria para su
cicatrizacion, si se hubiese empleado una dósis mas débil. A la vez que
al esterior se da al interior una gota de la tintura en un vaso de agua,
para tomar en el espacio de un dia. En cualquiera otra circunstancia
esta dósis puede ser conveniente, á no ser que la estremada
impresionabilidad del enfermo haga recurrir á una gota ó algunos
glóbulos de la tercera ó sesta atenuacion, y aun á dósis mas débiles.



ARSENICUM ALBUM (ARSÉNICO).


§ I.--Historia.

Vamos á tratar aquí del ácido _arsenioso_, llamado tambien _óxido
blanco_ ó _deutóxido de arsénico_, y vulgarmente _arsénico_: las demás
sales ó compuestos arsenicales son muy poco conocidos para que nos
ocupemos de ellos, si bien algunos hechos nos hacen esperar que la
terapéutica tendrá en ellos, por ejemplo el _sulfuro de arsénico_, un
medicamento muy precioso. ¡Cuáles no serian ya la riqueza de la materia
médica y el poder del arte de curar, si, desechando la ciencia vanas
preocupaciones y cuestiones de amor propio, se dedicase á los estudios
serios!

Los antiguos solo conocieron el _sulfuro de arsénico_ nativo. Paracelso
le empleó, y Brandt fué el primero que se dedicó á apreciar su accion á
principios del siglo pasado. El _arsénico_ es muy poco empleado, y,
segun Mérat y Delens[26], no tiene indicacion en medicina. Su uso está
limitado á aplicaciones esternas, generalmente escaróticas. Los indios
le administraron antes que nosotros en las fiebres intermitentes,
mordeduras de animales venenosos, el cáncer, etc.; las _píldoras_
asiáticas son una esportacion de la India.


§ II.--Generalidades.

Bien podemos decir con el estudioso Lobethal, que el arsénico es un
medicamento inagotable en efectos fisiológicos y terapéuticos. Su
monografía completa exigiria un gran volúmen, como puede juzgarse por
las dos memorias del doctor Imbert-Gourbeyre sobre las _erupciones_ y
_parálisis arsenicales_. Este erudito profesor ha dicho, que la accion
terapéutica del _arsénico_ era quizá mas estensa que la del _azufre_.
Pertenece á este autor la indicacion á los señores Trousseau y Pidoux
del camino que deberian haber seguido para hacer verdaderamente útil su
artículo sobre el _arsénico_[27].

Los autores se han hallado embarazados para establecer la electividad
del _arsénico_, ante la importante influencia que ejerce en cada aparato
orgánico, pues se le ha dotado de una accion especial sobre los mas
principales. En una obra de las mas modernas sobre este asunto, se dice
que obra de una _manera insidiosa_: 1.º _sobre las vías digestivas_; 2.º
_sobre los órganos de la cabeza_; 3.º _sobre el aparato cutáneo_, y 4.º
_sobre la envoltura cutánea_. ¿Y por qué no sobre las membranas mucosas,
sobre el corazon y sobre el pulmon? Sin duda ha sido, porque, á causa de
su influencia sobre los sistemas venoso y exhalante, le han tomado por
un disolvente, por un antiplástico, por un agente propio á producir
hidropesías y caquexias de todo género. Fundados algunos en sus efectos
sobre el sistema capilar y sobre el corazon, han adoptado la opinion de
la accion especial del _arsénico_ sobre estos aparatos; así como otros,
basados en sus efectos mas graves, le han atribuido una potencia
deletérea maligna, causa de gangrenas, de lesiones orgánicas, de
putridez[28].

Para salir de este laberinto y apreciar con mas exactitud los efectos
del _arsénico_, es necesario admitir varios grados en su accion, ya
considerándola inicial, ligera, pasajera y limitada á la esfera
nerviosa, ya mas viva y afectando la circulacion, ya violenta y
oprimiendo la vida, ya, en fin, obrando con intensidad, ó con una
duracion suficiente á modificar profundamente la vitalidad, los líquidos
y sólidos. Este es el método natural que hemos seguido, pues por
numerosos que sean los síntomas fisiológicos, tóxicos y clínicos del
_arsénico_, se les puede agrupar para constituir la unidad de una accion
especial y generadora de estos mismos síntomas, fijando el punto de
partida en el sistema nervioso ganglionar que ningun medicamento afecta
de un modo tan profundo, tan especial y tan universal. Desde este centro
se puede conducir su accion á todos los sistemas, con el carácter de su
índole destructora. Los sistemas mas profundamente atacados, son sin
duda alguna los de la nutricion y de la vida vegetativa.

En toda la esfera de accion del _arsénico_, se observan las mas notables
alteraciones, desde la simple dispepsia hasta el cólera epidémico; desde
la simple fiebre intermitente hasta la tifoídea y atáxica; desde la
vesícula efémera hasta la petequia pútrida ó la úlcera fagedénica;
desde el simple espasmo, hasta la epilepsia ó el asma mas violento;
puede empezar por el eritema y concluir por la gangrena; se inicia por
una neuralgia y suele elevarse hasta el aniquilamiento de las fuerzas;
el sistema nervioso ganglionar juega en todos estos trastornos, lo anima
todo, es la atmósfera vital de todos los tejidos y aun del mismo cerebro
que está bajo su dependencia, así como las vísceras que pertenecen á la
vida orgánica y elaboran los materiales. Todas estas afecciones, todos
estos estados patológicos, se producen y desarrollan, ya por la accion
débil ó inicial del _arsénico_, ya por una accion fija, mas profunda,
rápida ó lenta, completa en fin, acciones especiales todas, que pueden
referirse, si se quiere, á una sola, alterante: esta es la venosidad, es
decir, la influencia directa de este medicamento sobre la sangre venosa.

La sangre, por una parte, se regenera incesantemente por el quilo
vertido en sus vasos, y por la respiracion; por otra, suministra el
alimento del cuerpo dejando en la trama de los órganos los materiales
apropiados á cada uno de ellos, y abandonando los gastados ya y, por lo
mismo, inútiles ó perjudiciales. Este trabajo de apropiacion, de
asimilacion, de descomposicion y de eliminacion, se verifica por dos
corrientes opuestas al través de todo el organismo y está dirigido por
los nervios ganglionares. De esta manera se comprende el cómo, segun el
grado ó la especialidad de accion de los nervios ganglionares, la sangre
admita mas sustancias constitutivas, y sustancias mas ó menos
elaboradas. De aquí resulta una modificacion de sus cualidades físicas y
vitales capaces de influir en la nutricion general y la inervacion; por
lo mismo el régimen tiende á producir modificaciones notables en un
sentido, ó en otro, segun los elementos de que se compone y su cantidad;
y hé aquí por qué el régimen debe ocupar un lugar en el tratamiento de
todas las enfermedades, y en particular de las enfermedades discrásicas,
y el por qué los medicamentos á su vez tienden á operar modificaciones
de este género, por su accion sobre los nervios ganglionares.

El carácter del _arsénico_ es el de modificar mas particularmente el
sistema de la vena porta. Los vasos se ingurgitan y dan lugar á todos
los síntomas que espresan la plenitud, con la índole especial de la
accion del _arsénico_, tales como dolores quemantes, ansiedad, etc.

Como alterante, y á consecuencia de su accion sobre el sistema venoso,
el _arsénico_ obra sobre los sistemas exhalante y absorbente,
determinando la diátesis serosa de la que es un modificador muy eficaz,
y por consiguiente goza de grande influencia sobre la plasticidad. Los
autores que han pretendido esplicar esta influencia por su accion
directa y tóxica, no han observado que era precisamente uno de los
efectos mas lentos y crónicos del arsénico.

Es preciso no olvidar, que el _arsénico_, como todos los medicamentos de
una esfera de accion muy estensa, obra de dentro afuera en sus
relaciones con el sistema sanguíneo, pero que lo realiza de una manera
irregular é inconstante. Su accion sobre la vida vegetativa es, por el
contrario, mas concentrada, porque su tendencia final es oprimir y
desorganizar.

El _eléboro blanco_ parece seguir en su accion el mismo camino que el
_arsénico_, pero se limita mas al aparato gástrico; y si bien su accion
es menos estensa, en cambio se concentra más, y, por otra parte, si su
accion es menos intensa, ataca del mismo modo las fuerzas radicales, con
escepcion de la putridez y desorganizacion de los tejidos.

El eretismo, la irregularidad y la ataxia de la _manzanilla_ y su misma
versatilidad, corresponden perfectamente á los efectos perniciosos del
_arsénico_ en su forma benigna. El _arsénico_ posee en alto grado la
mayor parte de los síntomas de los medicamentos secundarios y aun de
otros mas importantes. La semejanza de sus efectos con los de la _nuez
vómica_ deja entrever la diversidad de su orígen y la alteracion
especial de la médula espinal en este último medicamento. La
_ipecacuana_, análoga á _arsénico_ muchas veces, se distingue, entre
otras cosas, en que los espasmos congestivos y tónicos del segundo son
debidos á la intermitencia del influjo nervioso y aun á su
aniquilamiento. El _arsénico_ y el _centeno cornezuelo_ tienen muchos
puntos de contacto, pero se observa en el último una influencia especial
sobre las estremidades vasculares á las que parece limitar su esfera de
accion.

El _arsénico_ obra de distinta manera que _árnica_ en los vasos
capilares: el primero paraliza la irritabilidad por el foco mismo de su
accion, que es el sistema nervioso ganglionar, mientras que el segundo
tiene por centro el cerebro. Por esta razon, la accion espansiva de
_arsénico_ converge bien pronto hácia los centros á los que oprime tanto
más, cuanto mas viva es su espansion, mientras que _árnica_ provoca una
reaccion tanto mas pronunciada, cuanto mas profunda ha sido la
concentracion. La comparacion que han establecido algunos autores entre
el _arsénico_ y la _manzanilla_ no carece de fundamento; pero la accion
del primero es maligna y profunda, y representa todo lo que hay de mas
violento, como el dolor, la inflamacion, la lesion de los tejidos. La
accion de la _manzanilla_ ofrece cierta exaltacion viva, pero no
profunda, mucha movilidad en los síntomas, y un desarreglo fácil de los
aparatos bilioso y nervioso, y una apropiacion especial á las
enfermedades de los niños.

Si la accion de la _belladona_ sobre el cerebro y sistema nervioso de la
vida de relacion es directa y activa, la de _arsénico_ en los mismos
órganos es indirecta y pasiva; si la una oprime exaltando, el otro
exalta oprimiendo; la electividad, en fin, de la _belladona_ se dirige á
los centros vasculares, mientras que la de _arsénico_ está en las
estremidades, en los capilares. El _carbonato de cal_ tiende á deprimir
la vitalidad por el procesus plástico; el _arsénico_ tiende á destruir
la vida vegetativa por la inervacion trisplánica; el _carbon vegetal_
apaga la vida por la inercia de los vasos capilares; el _arsénico_ apaga
la circulacion capilar por la inercia de la vitalidad; el _mercurio_
disuelve, descompone los líquidos y sólidos por una accion directa sobre
el sistema linfático; el _arsénico_ llega al mismo resultado por su
accion directa sobre el sistema nervioso ganglionar, y ambos en su
accion crónica y final conducen al mismo aniquilamiento de la
inervacion, á los temblores y á las parálisis; y si no hay medicamentos
mas antiplásticos que estos, téngase en cuenta que los dos son muy
flogísticos. Las inflamaciones de _arsénico_ son grandes en profundidad,
violentas, desorganizadoras por la gangrena, y las del _mercurio_
estensas en superficie y desorganizadoras por supuracion.

Por incompletos que sean estos diversos términos de comparacion en el
estado actual de la ciencia, hemos creido conveniente esponerlos, no
sin deplorar los vacíos de la materia médica y las vanas discusiones de
la prensa y sus folletines.


§ III.--Síntomas característicos.

El _arsénico_ modifica muy poco ó nada la inteligencia; la voluntad
permanece lúcida y firme; pero obra poderosamente sobre los sentimientos
y el carácter, en lo cual son análogos la _nuez vómica_ y otros
medicamentos: esta disposicion del _arsénico_ manifiesta su accion
especial sobre los nervios ganglionares y la vida vegetativa.

La ansiedad es grandísima, la agitacion escesiva; no se halla reposo en
parte alguna, el abatimiento es á la vez inmenso y el decaimiento de
fuerzas espantoso.

Este abatimiento, esta postracion, esta pérdida de las fuerzas, existen
tambien aisladas de otros síntomas; sobrevienen por accesos, por
cualquiera causa, complican fácilmente á otros síntomas y hasta impiden
el poderse mover.

Los síntomas relativos al corazon, á la circulacion, á la reaccion, ó al
sistema nervioso cérebro-espinal, son con frecuencia periódicos y marcan
estadios que simulan la fiebre intermitente.

El pulso es pequeño y acelerado, débil y pequeño, ó pequeño é
intermitente; algunas veces tirante y frecuente, y en otras muchas con
movimientos tumultuosos del corazon.

La sed es ardiente, inestinguible; á veces no existe; podria decirse que
el organismo no percibe la sensacion.

Los dolores son angustiosos, y sobre todo quemantes; llegan á ser
insoportables; las afecciones, las lesiones y dolores internos tienen el
mismo carácter de ardor quemante.

Las fluxiones y congestiones denotan el éstasis sanguíneo y tienden á la
gangrena. La inflamacion tiene un carácter maligno, con rubicundez
lívida, quemazon y tendencia á la gangrena.

La propiedad de los dolores de _arsénico_ es la de calmarse por la
aplicacion del calor esterior.

Las secreciones en general son acres, corrosivas, quemantes, con
especialidad en el coriza y la leucorrea.

La ansiedad por la tarde despues de acostarse y por la mañana, y hácia
la mitad de la segunda parte de la noche, caracteriza tambien su accion,
así como el sudor al principio del sueño, la agravacion de los síntomas
en el reposo, y su mejoría estando de pié ó levantado y andando.

En fin, los insignificantes síntomas de vértigos, vómitos, neuralgia,
diarrea, coriza..... producen una inmensa debilidad, en oposicion al
síntoma que parece haberla determinado. La _ipecacuana_, el _centeno
cornezuelo_ y el _eléboro blanco_ convienen con _arsénico_ en conducir á
un abatimiento súbito y total de fuerzas, aun por un síntoma de poca
importancia y sin gravedad por sí mismo.

El _arsénico_ es un medicamento muy propio para las personas debilitadas
y en las que la resistencia vital es casi nula; juega en sugetos de
distintos temperamentos y en los que el sistema gástrico ha perdido su
actividad, por abusos, por un género de vida exuberante en digestiones
de alimentos suculentos y abundantes; en personas de predominio venoso;
en indivíduos jóvenes aun, y de carnes frescas y vigorosas, pero en los
que la vitalidad sufre frecuentes alteraciones, y que la causa mas
pequeña destruye la armonía funcional; está indicado en todos los que el
malestar menos importante provoca desfallecimientos y abatimientos que
parecen no tener causa alguna. Los ancianos se adaptan fácilmente á
_arsénico_, y se usa en ellos con mas frecuencia que en los jóvenes,
porque el sistema venoso domina en la vejez, en la cual este sistema
esperimenta obstáculos y plenitudes, causadas, ya por el uso de los
órganos, ya por la super-abundancia de materiales de descomposicion, de
moléculas gastadas y muy animalizadas; productos que los tejidos arrojan
en las venas para eliminarlas despues de la última elaboracion en el
sistema de la vena porta. En esta edad efectivamente, el movimiento de
descomposicion supera al de plasticidad y de composicion, que es el que
domina en la infancia. Existen sin embargo una multitud de
circunstancias en las que el _arsénico_ puede dar á este movimiento toda
su preponderancia, y modificar las organizaciones jóvenes, en las que se
operan concentraciones peligrosas en el sistema nervioso ganglionar, en
las vísceras abdominales y en los aparatos linfático y quilífero.

El moral espresa exactamente las modificaciones producidas en el cuerpo
humano por el _arsénico_, desde la impresionabilidad sensorial hasta la
apatía melancólica; desde los temores y pesares incesantes, hasta el
disgusto de la vida; desde la ansiedad mas viva, hasta el desaliento mas
completo. Todos los síntomas morales parecen emanar de la profundidad de
los órganos y de las vísceras que padecen; influyen pues sobre las
facultades afectivas y sobre los instintos, pero no sobre la
inteligencia y la voluntad; el cerebro, en efecto, no está nunca
afectado idiopáticamente, sino de un modo secundario; el delirio de
_arsénico_ es siempre pasivo y debido al mal estado de los sólidos y
líquidos.


§ IV.--Estado prodrómico.--Efectos fisiológicos y terapéuticos.

La violencia de los efectos del _arsénico_ presenta en los simples
prodromos de la fiebre fenómenos de una gravedad inminente. Este
medicamento no es insidioso, si se tiene en cuenta que los síntomas poco
graves á que corresponde conmueven de tal manera al organismo, que las
circunstancias de que se rodean no inspiran seguridad; así es que un
vómito por ejemplo, con frio moderado al principio de una fiebre, se le
verá complicado con una postracion considerable, con una sed ardiente,
con un síncope.

Todos los síntomas en conjunto anuncian, desde el primer momento, un
profundo ataque de la vitalidad, una índole maligna y atáxica, un
carácter de putridez y destruccion.

En general, la concentracion es viva, el calor interno quemante en
ciertos puntos; la sed grande y ardiente, á menos que la sensacion no
sea abolida; la palidez es estremada; la piel está seca, áspera, fria,
azulada por placas ó por digitaciones, y el azulamiento de los dedos
todos se estiende á las manos y piés con frio glacial, á lo cual se une
el aniquilamiento súbito de las fuerzas y algunas veces hasta el
síncope. Los vértigos, los dolores violentos, la angustia y la debilidad
muscular obligan á acostarse, ó provocan náuseas y vómitos. No es rara
la somnolencia en este estado, aun en medio de los mas violentos
calosfríos; el enfermo parece consumirse en pocas horas, los ojos se
hunden, la estancacion de sangre en los capilares produce la cianosis,
un frio marmóreo se estiende por la periferia y mas principalmente en
el interior, ó se presenta en el epigastrio una sensacion de ardor
quemante llena de ansiedad. En este estado, los espasmos no parecen ser
otra cosa que sacudidas irregulares de impotentes influjos nerviosos en
la trama orgánica amenazada de postracion; la vida lucha con la muerte,
por medio de tirones dolorosos, de calambres, de temblores, de quejidos
acompañados siempre de una ansiedad estremada, de un pulso pequeño,
vivo, concentrado. La sed es ordinariamente inestinguible, sobrevienen
sudores frios, diarrea y dolores violentos en el corazón ó en otros
puntos.

Una de las prácticas mas útiles en las constituciones epidémicas
malignas, es administrar el _arsénico_ desde el principio, y desde que
se observan los primeros síntomas de una afeccion sometida á la
influencia de este genio maléfico; de esta manera se podrá detener el
desarrollo ó combatir en un principio, las neuralgias, diarreas y
fiebres que despues hubiesen sido graves. En casos análogos, la
_manzanilla_ y el _mercurio_ son á veces sus mejores auxiliares.

Es indudable que en la mayor parte de las enfermedades caracterizadas,
cuando desde el principio puede preveer el médico su marcha, es muchas
veces mejor y mas útil insistir poco en los medicamentos que parecian
mejor adaptados á los primeros períodos, para usar cuanto antes los
indicados en el estado característico del período principal que se
prevée y previene. Así se concibe cómo el _zumaque_ y el _arsénico_
alternados desde el principio del segundo período de la fiebre tifoídea,
y continuados hasta el fin del período grave, han producido muchas veces
el mejor efecto, del mismo modo que el _eléboro blanco_ y el _arsénico_
obran mejor al principio del cólera.


§ V.--Estado agudo.--Efectos fisiológicos y terapéuticos.

A una concentracion estremada que puede elevarse hasta la postracion de
la vida y destruir al indivíduo, sucede despues una reaccion
desordenada. Cualesquiera que sean el calor, la sequedad y su acritud,
el calosfrío se reproduce por la impresion del aire esterior, por la
ingestion del agua fria deseada con vehemencia, y aun por la sola
sustraccion del calor aplicado. La sed persiste; los fenómenos gástricos
se manifiestan ó aumentan de intensidad si ya existian; el ardor
interior no disminuye, á no ser que se presente la diarrea, y aun en
este caso se concentra algunas veces sobre el intestino y el ano. El
vientre está quemante, aun al esterior; se observan con frecuencia en la
piel eflorescencias vesiculosas, urticarias, penfigosas, y eritemas que
no tienen persistencia.

Hay á veces movimientos de calor como por ondulaciones, ebulliciones de
sangre que oprimen, y ocasionan palpitaciones ó vértigos y diversos
dolores. El sueño produce en su calma orgánica una especie de relajacion
con sudor general que es la mas útil. La calma que se advierte al
despertar indica ordinariamente mas debilidad; el calor es con mas
frecuencia angustioso con la cabeza despejada; el vientre parece ser
siempre el sitio de congestiones y de calor, produciendo por
consiguiente la imposibilidad de dormir, la ansiedad y la necesidad de
moverse sin cesar en la cama.

A intérvalos mas ó menos largos, en el mismo dia, y alternando con los
síntomas de concentracion, se repiten diversos fenómenos reactivos ó de
espansion menos regulares, que son propios de _arsénico_: estos
fenómenos se asemejan unas veces á fiebres intermitentes, otras á
estados crónicos sometidos á exacerbaciones. En estos casos, los
movimientos congestivos sobre el cerebro, sobre el vientre ó el pecho,
acompañan siempre á los movimientos de espansion y pueden dominar la
escena; pero se distinguen siempre por algunos de los caractéres ya
mencionados. En este caso es cuando principalmente se manifiestan el
decaimiento rápido de las fuerzas, los síncopes, los sudores frios, los
vómitos, las diarreas aliviadas por la aplicacion del calor, los dolores
concomitantes son quemantes, y se observa intermitencia ó una agravacion
hácia el final de la noche.

El _arsénico_ corresponde á una multitud de afecciones sin carácter de
malignidad, como ciertas intermitentes, por ejemplo, pero siempre en
casos semejantes se observa irregularidad en los accesos y una especie
de caquexia palúdica, ó un estado asténico en el que la nutricion está
paralizada, y es inminente, si ya no ha comenzado, la diátesis serosa.


§ VI.--Estado sobreagudo.--Efectos fisiológicos y terapéuticos.

El período sobreagudo de la accion de _arsénico_ solo es inferior en
síntomas al período crónico ó diatésico. Es el resultado de la
influencia del medicamento sobre todas las potencias del organismo á la
vez, y de las perturbaciones que induce en la esfera nerviosa. Esta se
altera secundariamente por las modificaciones producidas, no solo en el
sistema circulatorio, sino en los elementos constitutivos de la sangre y
de los líquidos, y de estas modificaciones, debidas á la accion del
_arsénico_, dependen los cambios operados en la vida vegetativa, real y
profundamente atacada ya en la época de los movimientos críticos y del
desarrollo de las lesiones consecutivas.

En este estado sobreagudo se observan los síntomas mas discordes y
opuestos en gravedad, lo cual esplica, no solo la especialidad atáxica
de este medicamento, sino el fundamento de los dos hechos siguientes: el
primero, relativo á la variedad de las dósis que han provocado los
síntomas fisiológicos, desde los envenenamientos con muerte casi
instantánea, hasta los producidos por las mas débiles dósis; el segundo,
referente á la distinta receptividad medicinal de las personas sometidas
á la accion de esta heróica sustancia.

Como la accion del _arsénico_ se concentra en el sistema nervioso que
preside á las funciones nutritivas y vegetativas, y como de estas emanan
los graves desórdenes que estallan en otros aparatos, resulta que la
reaccion y las inflamaciones que produce tienen el carácter de tension y
de quemazon que, aun en lo mas intenso de su agudeza, se alivia por el
calor esteriormente aplicado, como si este calor se opusiese
momentáneamente á la descomposicion, á la alteracion de los líquidos y á
su estancacion asténica.

Siendo consecutiva esta accion sobre la sangre, de la que ejerce este
medicamento en la inervacion, claro es, que debe ser de la misma
naturaleza; es decir, atáxica y maligna; el corazon es afectado en este
sentido, y despues de él todas las vísceras mas provistas de vasos
capilares de toda especie, porque su tenuidad les coloca en los límites
de la esfera sanguínea, y donde, por consiguiente, son mas dependientes
de la vida vegetativa. Lo mismo sucede en el aparato linfático; todos
los tejidos, todos los sistemas son atacados, ya directa, ya
indirectamente por este medicamento.

=A.= _Fiebres nerviosas. Cólera._--El _arsénico_ es el medicamento de las
fiebres é inflamaciones nerviosas sobreagudas que ofrecen los
caractéres de la ataxia, de la putridez, de la tendencia á la gangrena,
caractéres que se espresan por síntomas particulares en el período
prodrómico y agudo, como lo hemos consignado. Por esta razon, prácticos
distinguidos administran el _arsénico_ en las fiebres pútridas y
tifoídeas desde el principio, limitándose casi á este medicamento en
toda la duracion de la enfermedad, dando con esta práctica el ejemplo de
que es mas útil la simplificacion del tratamiento, que una gran variedad
en las prescripciones. Está, pues, fuera de duda, que cuando la fiebre
se presenta con todos sus caractéres se la puede detener y aun hacerla
abortar: puede estarse seguro de poder dominar sus elementos, de impedir
sus manifestaciones mas graves, de conducirla, en fin, dulcemente á la
curacion. Creemos tambien que es generalmente mas útil, hecha ya la
eleccion del medicamento, persistir en su uso, á fin de que pueda
desplegar toda su unidad de accion y toda la estension de sus efectos, á
cambiar de medicamentos, por influir menos convenientemente sobre la
marcha de la enfermedad.

Cuando cambios esenciales en los síntomas exijan otros medicamentos, aun
se puede obtener ventaja en persistir en el uso del que corresponde al
fondo, al genio de la enfermedad, limitándose tan solo á alternar con el
mismo el que mejor se adapte á la forma; esto no obstante, no debe
olvidarse el sabio precepto de los maestros, de reemplazar prontamente
un medicamento por otro semejante en las afecciones graves, sobreagudas,
en las que su accion se gasta y agota pronto, pero con la condicion de
no abandonar por mucho tiempo y aun de no cesar del todo en la
administracion del que llenaba la indicacion principal.

Los caractéres del _arsénico_ se confunden á veces, en cuanto á la forma
de las fiebres graves en los detalles de sus síntomas, con los del
_zumaque_, y aun de la _brionia_ y otros medicamentos. ¿No sucede lo
mismo en el cuadro patológico de las fiebres tifoídeas?

Con el auxilio de los síntomas que han precedido al estado sobreagudo
grave, es siempre fácil el diferenciarles. Pongamos algunos ejemplos.
Para el _zumaque_, este estado es precedido de mas espansion en la piel,
de un orgasmo mas general y mas fijo; para la _brionia_, es precedido de
estreñimiento que coincide con dolores congestivos en las partes
superiores; para el _beleño_, ha precedido una exaltacion de los
sentidos y delirio violento, y para el uno y el otro hay en el
tifoidismo disecea y diminucion ó supresion de las orinas. El _carbon
vegetal_ reemplaza ventajosamente al _arsénico_ en las afecciones
orgánicas y disentéricas graves con timpanitis, aun cuando no se haya
observado cambio importante en los síntomas con el uso del último.

El arsénico, en fin, está especialmente indicado: 1.º en el momento de
las flegmasías graves, en que el esceso de inflamacion amenaza aniquilar
la vida, siendo, por otra parte, muy digno de notar que siempre los
fenómenos iniciales de tales inflamaciones indican la postracion de los
capilares locales, ó la accion de un principio deletéreo; que la vida
vegetativa es atacada primitivamente, y los fenómenos espasmódicos
primordiales denotan un carácter nervioso grave; 2.º en aquel momento de
la fiebre grave, en el que los síntomas nerviosos graves se desenvuelven
en medio de la postracion, que no atacan los órganos de la vida de
relacion sino despues de afectada la plasticidad y en plena tendencia
pútrida. En atencion á estos datos, es fácil distinguir la adinamia
arsenical de la de _acónito_, _opio_, etc..... porque en el _arsénico_
se une á la ataxia desde el principio ó antes de los fenómenos de
reaccion mas graves, y en el _acónito_ es debida á una simple plenitud
que detiene esta reaccion, y que en el _opio_ depende de la congestion
cerebral.

En vista de lo espuesto, las aplicaciones clínicas del _arsénico_
ofrecen pocas dificultades, y todos los casos de curacion obtenidos por
este medio en todas las escuelas proclaman altamente el carácter de su
accion. Es sensible que los profesores modernos no hayan tenido todos el
buen juicio de servirse de este medicamento en enfermedades mortales con
harta frecuencia, como el cólera por ejemplo. Una multitud de trabajos
modernos prueban hasta la evidencia la eficacia de este medicamento en
esta terrible enfermedad, y abrigamos la creencia, como otros varios
autores, que las dósis un poco mayores que las usadas por médicos
meticulosos han producido buen efecto.

El envenenamiento por el _arsénico_ ofrece el cuadro mas acabado del
cólera en su período ciánico. Esta enfermedad y las flegmasías
sobreagudas con dolores quemantes, éstasis venosa, cianosis, manchas,
petequias, tumefacciones lustrosas y lívidas, y síntomas generales
graves, del mismo modo que la gangrena, que es el resultado con edema
elástico, distension por gases, putrefaccion incipiente, angustia, cara
térrea, descompuesta, así como tambien las úlceras quemantes, fétidas,
costrosas, saniosas, inflamadas, de bordes elevados, dolorosos en el
reposo y por el frio, como si la calma acelerase la descomposicion y que
el estímulo del movimiento y del calor la detuviese, son propias del
_arsénico_.

Siendo el _arsénico_ el medicamento esencial de todos los desórdenes
graves de la economía en que la vitalidad está profundamente atacada y
los líquidos dispuestos á una funesta alteracion, es necesario no
olvidarle en el tifus y gangrenas de hospital, en la fiebre amarilla y
la peste, al menos en ciertos períodos de su evolucion.

Despues de lo que acabamos de indicar, creemos conveniente consignar el
dato práctico importante, de que no se confundan los síntomas de las
fiebres nerviosas graves con ciertos síntomas de la inflamacion de la
píamadre y de la sustancia gris del cerebro, tales como delirio
continuo, movimientos desordenados, trismus, rechinamiento de los
dientes y varias parálisis que se presentan en el último período de las
enfermedades febriles y flegmásicas. Estos síntomas constituyen una
meningitis que, aunque sintomática, exige medios directos que no siempre
son los de la fiebre en cuya finalizacion se les observa, como suele
suceder en la fiebre tifoídea, en la exantemática, en la neumonía
reumática, etc. El _arsénico_, sin embargo, puede estar indicado en el
tratamiento de estas especies de meningitis.

=B.= _Fiebres intermitentes._--La importancia de este medicamento en el
tratamiento de las fiebres intermitentes es bien conocida. Se
necesitaria un volúmen para discutir los trabajos que se han publicado
desde medio siglo, por lo menos, hasta los de Mr. Boudin[29]. Nuestro
plan, como se ve por el carácter de esta obra, no es el de citar,
discutir y clasificar las memorias y observaciones terapéuticas, porque
con este método, si bien se ilustra al lector sobre los casos en que se
ha administrado un medicamento dado, y se le puede instruir con la
historia del mismo, nada se le enseña respecto de los casos en que no
deba usarse; porque estos trabajos carecen de indicaciones precisas, y
como estas forman, por el contrario, nuestro principal objeto, bastan
algunas páginas que resuman los estudios fisiológicos y terapéuticos
para llenar lo primero, y alguna reflexion de los lectores para
comprender con certeza lo que de esto pueden prometerse en el estado
actual de la ciencia.

El _arsénico_, por su estado prodrómico, corresponde á ciertas fiebres
de accesos, cuyos prodromos esten caracterizados por un abatimiento
estremado con ansiedad y sed, sin que se puedan referir estos fenómenos
de una concentracion que parece debia hacerles graves, ni á la diarrea,
ni á los vómitos, ni al estado gástrico, ni á la cefalalgia que acompaña
ordinariamente á este estado general. Corresponde á los estadios de frio
y calor violento y escesivo, como hemos consignado ya en las páginas
precedentes, y con los mismos caractéres generales que les hemos dado, y
sobre los que no juzgamos á propósito insistir más.

En las fiebres que se presentan por accesos, es necesario distinguir el
fondo de la forma. Esta es la espresion sintomática que varía segun los
indivíduos, en las diferentes estaciones, y segun la causa que
constituye la naturaleza de la fiebre y su carácter fundamental. La
causa, para el _arsénico_, es el miasma palúdico, el cual,
independientemente de la forma de reaccion, produce síntomas que son su
fondo, y que consisten en una ansiedad con sed, abatimiento grande que
conduce al desfallecimiento con angustia precordial, y en gastricismo
que termina con vómitos, con diarrea, ó en una simple irritacion de
estómago.

Tres medicamentos corresponden á los caractéres fundamentales de las
afecciones palúdicas: la _ipecacuana_, la _quina_ y el _arsénico_. Todos
tres podrán ser menos aptos en cuanto á la forma de los accesos y de la
reaccion que cualquiera otro medicamento, pero ninguna fiebre
verdaderamente palúdica se curará sin uno de los tres, porque todos
abrazan sus caractéres fundamentales, y porque los tres tienen las
mismas tendencias que el miasma palúdico. Estas tendencias caquécticas,
deprimentes de la actividad vital y plástica, las espondrémos en el
capítulo de la _quina_. Por ahora nos limitamos á indicar la
_ipecacuana_ por sus relaciones con el primero y mas débil grado de esta
depresion y de esta caquexia, y al _arsénico_ por sus relaciones con el
grado mas violento y la espresion mas elevada de la deplastizacion y de
la desorganizacion, lo que le hace mas á propósito en general y mas
frecuentemente indicado que la _ipecacuana_ y la misma _quina_, en las
fiebres intermitentes crónicas tenaces y mal tratadas. Pero los tres
tienen el mismo punto de partida en la afeccion del trisplánico con una
espresion sintomática poco diferente, ya en la concentracion, ya en la
reaccion que se manifiesta por una turgencia sanguínea, cuyo
desenvolvimiento sigue las proporciones de la concentracion y marcha por
accesos mas variados que para la mayor parte de otros medicamentos.

En _arsénico_, el estado general espresa mas eretismo; pero á esta
tension de la fibra y á este orgasmo sucede una astenia mayor y una
diminucion de la cohesion de los sólidos y líquidos. Del mismo modo,
despues de los espasmos, los desfallecimientos y la escitacion
sanguínea erética, sobrevienen á cada acceso sudores mas fuertes, mas
prolongados y mas debilitantes. En todas estas circunstancias, en fin,
se observa sed, alivio por la aplicacion del calor, aumento del frio al
descubrirse, agravacion al beber, y se confirma que el estadio del calor
disipa los dolores, y que el sudor disminuye la angustia.

=C.= _Fiebres eruptivas._--En la mayoría de los casos, el _arsénico_ es el
medicamento mas apto para conjurar el peligro en las fiebres
exantemáticas que tienden á la malignidad y á la metástasis con
abatimiento de las fuerzas vitales. Aun está mas indicado en un estado
mas avanzado, cuando hay putridez, desaparicion del exantema regular, y
presentacion de petequias y ataxia. La _belladona_ calma las fiebres
eruptivas con violenta turgencia, congestion en la cabeza, delirio,
calor quemante en la piel, sequedad de la boca, y sed ardiente; pero si
no aliviase y el delirio se hiciese subagudo, _arsénico_ será eficaz.

En las fiebres eruptivas malignas, importa tener presente la asfixia
cutánea de que se ha hablado[30] á propósito de la viruela confluente.
La piel cubierta de la erupcion, es impermeable al aire, y no da paso á
la materia de la transpiracion, resultando de esto graves desórdenes, la
disolucion de la sangre y la muerte. Se concibe bien que en este estado
sea refractaria la enfermedad á todo medicamento, y que la _aireacion_
de la piel sea preferible al mismo _arsénico_.

=D.= _Flegmasías. Neurosis._--Un gran patólogo aleman recomienda el
_arsénico_ con el _carbon vegetal_, en la angina diftérica maligna,
gangrenosa, ya por los síntomas tifoídeos generales, ya por el estado
de la garganta y aun de la exudacion plástica. Esta exigiria mas bien el
_bromo_, el _sulfuro de cal_ y el _mercurio_; pero proponiéndonos en
este momento investigar los agentes que modifican el estado de la sangre
de una manera especial, debemos preferir el _arsénico_ á los
medicamentos mas relacionados con las exudaciones plásticas.

El _arsénico_ conviene mas en los focos purulentos, en las exudaciones
serosas, en las afecciones de las glándulas y en las de los tejidos
atacados en profundidad y dispuestos á la gangrena ó afectados ya de
ella. Está sin embargo especialmente indicado en la inflamacion
erisipelatosa del escroto, particularmente la de los desollinadores, á
causa sin duda de su electividad sobre los capilares. Por esta razon es
eficaz en la piogenia, y en los derrames serosos con inflamacion
crónica, alternado en este caso con el _azufre_.

Hemos dicho ya, que es del recurso de _arsénico_ toda inflamacion grave,
cuando ha llegado al punto en que la estancacion de los líquidos
acumulados y la distension escesiva alteran los tejidos y tienden á
gangrenarlos; como por ejemplo, la enorme dilatacion que sufre la
conjuntiva palpebral en la oftalmía erisipelatosa. En general, la
oftalmía que corresponde á los efectos de _arsénico_, se presenta con
tumefaccion, sensacion de quemazon, ulceracion; y de esta manera se
presenta tambien la oftalmía escrofulosa en los niños; otros
medicamentos deben preferirse cuando los síntomas son menos intensos,
tales como _mercurio_, _azufre_ y _carbonato de cal_.

Puede jugar aun el _arsénico_ en oftalmías sobreagudas dependientes de
una causa reumática, de un exantema, de la menstruacion. La mayor parte
de los fenómenos graves que se manifiestan en los puntos en que se
distribuye el nervio neumo-gástrico durante una enfermedad aguda, son
propios de _arsénico_, y lo son tanto más, cuanto que estas afecciones
tienen mucha gravedad, como las carditis y las neuroses de los órganos
respiratorios.

La carditis aguda con todos los desórdenes orgánicos del corazón y los
terribles accesos de sofocacion y ansiedad que produce, puede ceder con
_arsénico_ que parece fortifica la accion propia del corazon contra el
aflujo é impulsion de la sangre, y que regulariza la contraccion de sus
fibras. Despues de _acónito_, segun las indicaciones, es _arsénico_ el
que mejor corresponde á la inflamacion aguda ó á las neuroses intensas
del corazon.

Entre las neuroses de los órganos respiratorios, indicamos primero la
opresion. Se ha recurrido á _arsénico_ cuando el enfermo parece débil
para respirar profundamente, y que los esfuerzos de los músculos que
concurren á la respiracion son insuficientes. Mas si los esfuerzos para
efectuar esta funcion, tienden á cesar por parálisis, no solo de los
músculos, sino tambien del pulmon, _tártaro estibiado_ es el medicamento
mas racional á que debe dirigirse el práctico. Pero sea de esto lo que
quiera, el _arsénico_ es un escelente medio que puede emplearse en los
accesos de sofocacion, tanto asmáticos como gastrálgicos, puesto que
ataca directamente los orígenes de la inervacion ganglionar. Así pues,
el catarro sofocante le reclama en primera línea, especialmente si la
_ipecacuana_ ha sido ineficaz. El asma de Millar ó la angina de pecho es
mas propia de _arsénico_, despues de _acónito_ algunas veces. El
_arsénico_ cura con preferencia el asma en general, cuyos accesos
reaparecen por la mañana antes de amanecer. En esta circunstancia obra
perfectamente y de un modo análogo á la _nuez vómica_ ó alternándole con
esta por dias.

La eficacia del _arsénico_ debe muchas veces unirse á la del _zumaque
venenoso_, _tártaro estibiado_, etc...., en la neumonía de los viejos,
en las complicadas con fiebres graves y en las flegmasías viscerales
adinámicas y pútridas; en estos casos se le administra antes ó despues
del _mercurio_, el _carbon vegetal_, el _ácido fosfórico_.....

Una de las afecciones graves con la que los síntomas del _arsénico_
tienen mas analogía, es la gastritis sobreaguda, pues es sabido que la
ansiedad y la sensacion de ardor quemante son síntomas característicos
de su accion. En algunos casos puede el _fósforo_ ser su auxiliar, así
como el _acónito_ que se administra antes.

La disentería pútrida reclama el uso de _arsénico_, lo mismo que la
hematémesis, la melena y las hemorragias pasivas ó pútridas con calor
quemante general ó local y ansiedad estremada. Estas afecciones
requieren tambien á veces los _ácidos fosfórico_ y _clorhídrico_, el
_carbon vegetal_, ó la _nuez vómica_.


§ VII.--Estado subagudo.--Efectos fisiológicos y terapéuticos.

El _arsénico_ tiene pocos ó ningun síntoma pura ó simplemente
inflamatorios, porque su accion sobre el corazon y el sistema vascular
es especial y subordinada á una alteracion profunda de la vida que
tiende al aniquilamiento de la inervacion. Sus inflamaciones afectan
formas atáxicas, gangrenosas, malignas. En cuanto á los síntomas propios
á un estado subagudo, no están aislados de estas formas graves ni de la
adinamia. Las afecciones subagudas de _arsénico_ presentan tambien mas
ó menos graduados los síntomas que caracterizan su accion, tales como:
abatimiento considerable, pérdida rápida de las fuerzas, calor acre,
pulso pequeño y frecuente, desfallecimientos, angustias, éstasis
sanguíneos, tumefacciones con sensacion de ardor, edemas, dolores
quemantes, gran sed, ó adipsia; casi siempre estas afecciones, así como
las mas agudas, se agravan por las bebidas frias y acuosas, por estarse
sentado ó andar, y por el frio esterior.

=A.= _Afecciones mucosas, catarrales._--Estas afecciones tienen por regla
general un carácter de lentitud y astenia que aumenta las secreciones y
relaja los esfínteres. Las membranas mucosas abundan en moco, la piel en
sudores, pero con alternativa á intérvalos, de ardor y sequedad; cuando
esto último existe, que es lo mas frecuente, las orinas suplen á las
demás evacuaciones, ó bien se forman colecciones serosas, edemas, y á
veces una hinchazon general blanda y blanca del tejido subcutáneo. Hay
tambien fiebres lentas, con ó sin lesion orgánica, pleuresías,
endocarditis y pericarditis subagudas, estados mucosos, que los antiguos
llamaban pituitosos, con fiebre vespertina, sudor matutinal y otros
síntomas que pueden exigir la _quina_, el _sílice_.... Mas á pesar de
todo, no conocemos mejor medio que el _arsénico_ en fiebres catarrales
con ansiedad y debilidad, eretismo violento, coriza fluente con calor
quemante en la nariz y que se alivia por la noche y al calor de la cama.

=B.= _Gastropatías._--Este medicamento modifica ventajosamente la
gastritis crónica y la gastrose agravadas por los alimentos y las
bebidas frias; es tambien el remedio de las indigestiones por abuso del
agua fria, de los frutos acuosos y de las dispepsias producidas por
dósis exageradas de la _quina_, del _opio_ y de las bebidas alcohólicas
tomadas por costumbre.

=C.= _Fiebres lentas. Afecciones subirritativas._--Sabidos son los
servicios prestados por el _arsénico_ en las fiebres intermitentes que
se hacen irregulares por falta de tratamiento ó por efecto de los
febrífugos inconsideradamente empleados, especialmente cuando hay
congestion venosa abdominal, infarto del bazo, lientería, caquexia,
edemas, flujos colicuativos. Casi siempre la _belladona_, el _azufre_ y
la _quina_ son útiles en esos casos. El _arsénico_, en fin, entra en el
tratamiento de varias caquexias, de la clorosis, de las colecciones
serosas, cuando hay fiebre remitente, eretismo fugaz, flujo colicuativo,
sudores matutinales, reabsorciones purulentas.....

En los primeros tiempos de la atrofia por falta de nutricion de un
órgano ó de todo el organismo, teniendo el aparato de la quilificacion
por punto de partida, con eretismo febril, el _arsénico_ es uno de los
principales medios que, con el _carbonato de cal_, se puede emplear,
escepto los medicamentos mejor indicados por la causa determinante.

Los síntomas de _arsénico_ le colocan antes del _azufre_, el _hierro_,
el _mercurio_ y el _subcarbonato de potasa_ en las leucorreas con
sensacion de ardor, fiebre lenta, caquexia y síntomas locales
subinflamatorios.

Su indicacion en las afecciones reumáticas está en la subagudeza con
mejoría de los dolores, por el calor y sudores, casi siempre nocturnos ó
matutinales.

Algunas afecciones, en particular las del sistema nervioso con fiebre,
cuando reclaman el uso de _arsénico_, ofrecen síntomas de irregularidad
y gravedad propios de esta sustancia; tales son: algunas neuralgias
febriles ó fiebres larvadas neurálgicas, el eretismo convulsivo, cierta
fiebre urticaria y la mielitis; en esta, la utilidad del _arsénico_ es
secundaria. Pero en el ergotismo convulsivo, cualquiera que sea la
violencia de la fiebre, este medicamento es un medio escelente; muchas
veces el _cornezuelo de centeno_ es específico, cuando no es él mismo la
causa de la enfermedad.


§ VIII.--Estado crónico.--Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Es fácil formarse una idea exacta de los fenómenos diatésicos del
_arsénico_, teniendo en cuenta su modo de obrar, que ya conocemos en
parte, y que debemos continuar esponiendo aun, á pesar de algunas
repeticiones, consignando al efecto los siguientes fenómenos: debilidad
estraordinaria,--agitacion,--ansiedad,--insomnio,--acritud de las
secreciones,--calor seco quemante,--sed,--palpitaciones,--dolor sordo en
el corazon,--plétora venosa
abdominal,--hipocondría,--hemorróides,--colecciones serosas,--dolores
quemantes,--alivio por el calor,--agravacion por la ingestion del agua
fria,--agravacion por la noche,--sudor por la mañana al dormirse,--ardor
de las deposiciones,--estreñimiento ó deposiciones involuntarias,
insensibles,--diarrea con ardor pronunciado y con quemazon en el ano.

Todas las causas de astenia que obran lentamente y que á la par que
debilitan rechazan al interior la actividad de la piel, como los
enfriamientos y la humedad, tienden á producir modificaciones análogas á
las del _arsénico_, y afectan el sistema nervioso ganglionar. Son
tambien propias de la esfera de accion de _arsénico_ las causas que,
aunque con lentitud, aceleran el movimiento de descomposicion, que
fatigan las vísceras, ya por irritaciones nerviosas y sanguíneas, ya por
una alimentacion muy animalizada, así como las que aumentan la actividad
venosa, principalmente en el vientre.

En el estado crónico desarrollado por este medicamento, se observan
grupos de síntomas especiales que sobresalen del cuadro de nuestras
apreciaciones. Este estado está caracterizado, en general, por una
tension y por un eretismo que conduce á la inercia de la fibra y á los
flujos colicuativos, al marasmo, á la postracion paralítica. El
_arsénico_ corresponde por la multitud de sus síntomas á muchas
enfermedades, en las que es un auxiliar útil, y en ocasiones es el único
é indispensable medio de curacion.

=A.= _Afecciones del corazon y de los vasos capilares._--Las relaciones
especiales del _arsénico_ con el corazon le hacen muy eficaz en la mayor
parte de las lesiones de este órgano. La _spigelia_ es mas análoga al
_arsénico_ por sus efectos en este órgano, que el _acónito_ y el _azoato
de potasa_, porque la primera tiene, como el medicamento que estudiamos,
una accion mas profunda y mas crónica sobre el centro de la circulacion.
Los dos se adaptan mejor á las pericarditis, á las endocarditis, á las
lesiones crónicas seguidas de carditis agudas, de reumatismo ó de
artritis. La _brionia_, y á veces el _cólchico_, tienen una indicacion
evidente en las afecciones francamente reumáticas y gotosas del corazon,
cuando hay eretismo febril, neuralgia, punzadas violentas con síntomas
graves como el desfallecimiento.

La _spigelia_, y mas aun el _arsénico_, corresponden á las palpitaciones
de corazon tumultuosas y como en tropel, movimientos ondulatorios, ruido
como de una cascada, pulsacion de las carótidas, grande dificultad de
respirar al cambiar de posicion, espasmo del pecho, ansiedad.... Los
dolores quemantes no indican en este caso mas que _arsénico_; pero aun
hay otras particularidades, como la existencia habitual de dolores
sordos en el corazon, lancinaciones de vez en cuando, especialmente por
la impresion del frio en la region precordial, y un pulso mas frecuente
por la mañana que por la tarde. Este estado del pulso es tambien el de
las lesiones orgánicas del corazon; el sueño parece activarlas, como si
concentrase en el centro de la circulacion las fuerzas vitales
distraidas de los órganos que reposan.

Los toxicólogos han apreciado muy bien las relaciones del _arsénico_ con
el corazon al indicar entre las principales lesiones que produce las
manchas de un rojo violado y el reblandecimiento de su membrana interna.
Se podria tambien darle análogas lesiones en los capilares, en los que
su accion es bien manifiesta por la estancacion de sangre, la cianosis,
las manchas grisáceas, las digitaciones, la detencion de la circulacion,
las tumefacciones gangrenosas, la gangrena. El hecho es, que el
_arsénico_ se ha manifestado como un poderoso medicamento en una
multitud de casos acompañados de estos síntomas.

=B.= _Afecciones del sistema nervioso. Manías. Parálisis. Espasmos.
Neuralgias._--Es notable que, aun cuando no parece que el _arsénico_
tenga influencia sobre las facultades intelectuales, provoque una
monomanía angustiosa, una tendencia al suicidio por preocupaciones
inquietas y llenas de angustia, el suicidio lipemaníaco: estos fenómenos
están acompañados de ansiedad precordial, de palpitaciones, de sensacion
de constriccion en el corazon, de un estado venoso, de estancacion
venosa, en fin, en las vísceras, que se propaga al encéfalo. El
_arsénico_ en esto es muy semejante al _oro_, al _mercurio_ y al _carbon
vegetal_, cuya accion sobre el sistema venoso y los capilares se
relaciona igualmente con la de _arsénico_ sobre el moral.

La parálisis que depende de _arsénico_ afecta con particularidad los
miembros inferiores; es precedida de temblores, de dolores, de
contracturas, de convulsiones. La ciencia no puede aun marcar con
exactitud la diferencia de la _parálisis arsenical_ de la de otros
metales, como el _estaño_, _bismuto_, _antimonio_, _zinc_, _plomo_ y
_mercurio_.

La parálisis de _arsénico_ depende de la afeccion de la parte inferior
de la médula espinal, mientras que la producida por el _mercurio_ se
estiende á toda ella. En la de _antimonio_ parece que solo se afecta la
parte superior, y en el _plomo_ la parte media, dependiendo de esto los
síntomas particulares de estas diversas parálisis.

La parálisis arsenical afecta tambien las partes superiores de la
médula, en las que pueden presentarse dolores, adormecimiento,
hormigueo, contracciones espasmódicas, efectos directos del _arsénico_,
lo mismo que los calambres, los edemas, palidez, diminucion de calor,
marasmo sin atrofia. En medio de estos desórdenes, la vejiga y el recto
funcionan bien.

Hungría, que es el punto en el que mas particularmente se observa la
parálisis arsenical, es tambien donde se ve establecida la singular
costumbre de tomar el _arsénico_ á grandes dósis como escitante, y con
el intento de conservar la frescura del aspecto y la gordura. No nos
detenemos mas sobre esto, porque no es la ocasion ni la oportunidad de
hablar de otro modo de este uso del _arsénico_.

Las dósis débiles están reservadas para los casos en que la reaccion
vital y la accion nerviosa son débiles en el sentido de los síntomas
cuyo cuadro hemos dado. Por esta razon en el baile de San Vito con
debilidad muscular y caquexia caracterizada, y que se ha resistido á los
medicamentos mejor indicados, cede con el _arsénico_ y el licor de
Fowler, del mismo modo que el _delirium tremens_ de los borrachos y
ciertas neuropatías espasmódicas y paralíticas debidas á una irritacion
espinal. Sin prejuzgar la naturaleza del mal de mar, debemos indicar que
una de las especialidades del _arsénico_, es el aliviar esta
incomodidad, con especialidad cuando se le administra despues de la
_coca de Levante_ (_cocculus_).

El tic doloroso, la hemicránea, las cefalalgias y las neuralgias que
corresponden á la esfera de accion del _arsénico_, proceden de una
ingurgitacion venosa gastro-hepática, de una estancacion sanguínea ó
serosa, con irritacion subaguda de las meninges ó de los nervios
ganglionares, lo cual les asimila á las neuralgias de la _nuez vómica_.
Esta apreciacion se aplica á la mayor parte de los padecimientos
crónicos que corresponden al _arsénico_: la fisonomía espresa un
profundo padecimiento. Es de observacion que la ciática se agrava
despues de comer y que el dolor es quemante. El reumatismo articular
crónico tiene hinchazones y está acompañado de una discrasia serosa ó
anémica. La gota tiene los mismos caractéres: hay mas rigidez é
hinchazon con manchas rojas ó lívidas. La mayor parte de las neuralgias
propias de este medicamento se agravan en el reposo.

No creemos que sea indispensable en la práctica distinguir las diversas
gastralgias, de la que se ha dado el nombre de neuralgia celíaca. Los
caractéres de esta, por la violencia de los síntomas y por la forma
intermitente, son indicantes del _arsénico_ y casi siempre de la _nuez
vómica_ tambien; los dos representan la neuralgia celíaca en sus efectos
fisiológicos. Pero estos dos medicamentos se completan mútuamente por su
accion electiva sobre los intestinos, sobre los nervios ganglionares y
por la naturaleza de su dolor. Se adaptan igualmente á violentas
gastralgias con dolor vivo, quemante, dislacerante, que se eleva hasta
el furor ó el síncope: este dolor parece situarse encima de la apófisis
sifóides, irradia pronto hasta el cuello ó se divide siguiendo el
trayecto del gran simpático; está, en fin, acompañada de mas ó menos
opresion, y deja despues del acceso una sensacion de vacuidad en el
estómago, desórdenes en la nutricion ó en la defecacion y una grande
laxitud.

Estas especies de neuralgias son en general muy rebeldes, tienen un
curso variable y fenómenos particulares en los intérvalos de los
padecimientos: en estos intérvalos presentan indicaciones para el
_fósforo_, el _eléboro_, la _manzanilla_, la _ipecacuana_ y aun el
_bismuto_.

Las gastro-enteralgias, los cólicos biliosos, nefríticos y hemorroidales
exigen muchas veces _arsénico_, pero ayudado generalmente por la _nuez
vómica_, la _belladona_....

=C.= _Afecciones venosas y mucosas. Vómitos. Asma. Hemoptísis. Flujos de
vientre._--El _arsénico_ es casi siempre tan necesario como el _azufre_
y la _nuez vómica_ en el tratamiento de los padecimientos hemorroidales;
sus síntomas indican suficientemente su importancia terapéutica en estas
afecciones, y en las siguientes, en las que está indicado con
frecuencia:

1.º En los vómitos rebeldes del embarazo que se han resistido á la
_ipecacuana_ y _nuez vómica_; 2.º en el asma y catarro sofocante, como
ya queda dicho; 3.º en ciertas hemoptísis; 4.º en la estomatitis y
varias afecciones de la boca y de la laringe; 5.º en la disentería, la
diarrea, la lientería; 6.º en la enfermedad de Bryght. Se notan, en
efecto, entre los síntomas de este medicamento algunas especialidades
relativas á los riñones y orinas albuminosas: el _arseniato de potasa_
(licor de Fowler) parece preferible en este caso, así como en otros
varios; 7.º en la afeccion varicosa ó irritacion crónica de la próstata
y del ano, con tenesmo, sensacion de quemazon....

=D.= _Afecciones cancerosas, ulcerosas, escrofulosas. Colicuacion._--La
accion electiva del _arsénico_ en la plasticidad é inervacion ganglionar
le da un gran valor en el tratamiento de las caquexias y de las
afecciones especiales de una gravedad inminente: 1.º en el cáncer del
tejido celular, de las glándulas, del útero, pues consta que goza de una
accion especial en los cánceres esteriores, aplicado directamente y como
tópico; 2.º en las úlceras sarnosas, dartrosas, fagedénicas; en el
cáncer corrosivo, que tambien se modifica por el _oro_, el _azufre_, el
_ácido azótico_, la _thuya_, las _sales mercuriales_; 3.º en las
desorganizaciones de los tejidos de naturaleza escrofulosa y la caquexia
tambien escrofulosa en los niños y adultos, con irritabilidad, marasmo;
en todos estos casos se le administra á dósis sensible, y es tanto mas
útil, cuanto mas grave es la forma morbosa, y que los síntomas son mas
pronunciados, tales como alteracion profunda de la constitucion,
diarrea, supuraciones saniosas, fiebre consuntiva.

Se facilita ó completa su accion algunas veces con el _mercurio_ ó el
_azufre_, la _belladona_ y el _sílice_.

El _arsénico_, con el _ácido fosfórico_, la _pulsatila_, etc., es el
remedio estremo de las diarreas de los niños escrofulosos; el _carbonato
de cal_ le sustituye cuando se supone existen ulceraciones de la mucosa
intestinal: este mismo medicamento es aun preferible al _arsénico_ en
algunas oftalmías ulcerosas con fungosidades ó simplemente con ciertas
escrescencias ó vegetaciones conjuntivales. El _arsénico_, en fin, es
casi siempre el indicado en los niños, cuando en una afeccion aguda hay
calor quemante, movimientos convulsivos durante el sueño y espresion de
ansiedad en la cara.

La afeccion oscura, conocida con el nombre de reblandecimiento del
estómago en los niños que aun maman, exige mejor _arsénico_ que
_acónito_ en el período de reaccion; mas tan pronto como los intestinos
participen ó no de la grave lesion de la mucosa del estómago, el
_arsénico_ es uno de los mejores medicamentos, así como la _creosota_,
el _carbonato de cal_ y otros varios que los síntomas puedan reclamar.

=E.= _Afecciones cutáneas._--Llegamos á las afecciones cutáneas que el
_arsénico_ abraza en su esfera de accion y que él representa
eminentemente en muchos casos. Pero es preciso evitar dos abusos en su
administracion: el de dar dósis muy atenuadas, á las que propende la
escuela hahnemanniana, y el de prescribir igualmente dósis muy fuertes.
Despues de haber usado por algun tiempo el _arsénico_, es preciso dar
algunos medicamentos de accion suplementaria ó análoga, para volver á
él, si la mejoría obtenida no le contraindica.

Pocos tratamientos exigen mas perseverancia, si bien las indicaciones de
_arsénico_ en estos casos proceden de sus síntomas y de su electividad.
Mas es probable que las dósis muy débiles sean aquí infructuosas, porque
la afeccion ocupa la zona mas apartada del foco de influencia arsenical,
y porque los tejidos de la superficie periférica están debilitados,
menos dispuestos á la reaccion y profundamente atacados en su vitalidad
y constitucion.

Indicamos: 1.º las afecciones pruritosas, en particular las del ano, del
escroto, de la vulva, con ó sin alteracion de la piel ó de la mucosa, é
igualmente el prurito general, con especialidad en personas dispuestas á
la congestion hemorroidal ó de circulacion venosa entorpecida, y en las
que la nutricion padece por escesos que las debilitan lentamente; 2.º la
costra láctea simple solo reclama _arsénico_ cuando el niño está
caquéctico: este medicamento puede jugar mejor en la costra serpiginosa,
en la tiña maligna, en el favus ulceroso con exudacion abundante y
aniquilamiento del indivíduo; el _zumaque venenoso_ puede alternarse
ventajosamente con él en muchos casos, si bien al hablar de la
_zarzaparrilla_ manifestarémos los casos en que puede ser mas útil; 3.º
los dartros saniosos y corrosivos, y en general las erupciones escamosas
y húmedas con quemazon, si bien reclaman el _mercurio_, el _zumaque_ y
la _stafisagria_ son igualmente eficaces. El _azufre_ debe
frecuentemente preceder ó seguir despues de _arsénico_ en las afecciones
cutáneas rebeldes; 4.º el acné rosáceo de la nariz y de las mejillas, la
zona y la erisipela del escroto en los deshollinadores; 5.º las
erupciones crónicas urticarias, miliares, papulosas, liquenoídeas y
pitiriáseas, cuando la sensacion de quemadura va unida al prurito.

=F.= _Derrames serosos._--Acabarémos esta revista terapéutica con las
indicaciones sacadas de la electividad del _arsénico_ sobre los vasos
capilares y los sistemas exhalante y absorbente, electividad que le da
tanta eficacia en los derrames serosos de toda especie. Distinguirémos
al efecto dos clases de hidrohemias correspondientes á los efectos del
_arsénico_: 1.ª la que resulta del empobrecimiento de la sangre y de la
astenia profunda; 2.ª la que procede de un obstáculo en la circulacion
de la vena porta ó de la acumulacion de la sangre en las arterias
pulmonales, con dilatacion pasiva de los vasos, estancacion en las
estremidades capilares, exudacion ó depósito, por un procedimiento
cualquiera, de la serosidad en los tejidos, en las cavidades, ya de los
miembros inferiores, ya del abdómen ó del pecho, ya del pulmon mismo.

=Dósis.=--De las preparaciones arsenicales de uso mas simple y fácil deben
preferirse las diversas atenuaciones cuyas dósis, por otra parte, es
fácil graduar segun los efectos que se quieren producir. Deben usarse
con preferencia las trituraciones en el tratamiento de las
intermitentes: 1 ó 2 decígramos de la primera, de la segunda ó de la
tercera, en tres ó cuatro dósis, en el intérvalo apirético, y que se
pueden repetir por tres ó cuatro dias. Las afecciones cutáneas exigen
con frecuencia las mismas dósis: el licor de Fowler es en estos casos de
uso muy cómodo á la dósis de una á diez gotas al dia en varias tomas:
esta preparacion es tambien útil muchas veces en las afecciones
gangrenosas esternas, á la dósis de 10 á 20 gotas por litro de agua, que
se puede emplear en lociones y aplicaciones tópicas. Las fiebres
nerviosas y exantemáticas requieren dósis mas débiles. Casi siempre las
afecciones nerviosas y neurálgicas, así como las crónicas, escepto á
veces las enfermedades cutáneas, tambien crónicas, no exigen otras.

El _arsénico_ es un medicamento en el que es necesario saber utilizar
todos los grados de la escala posológica, desde algunos centígramos de
la primera trituracion hasta las gotas ó glóbulos de la trigésima
atenuacion y aun mas allá, porque los efectos de estas diversas dósis
tienen grados de accion distintos á los que conviene recurrir, segun que
se procure obtener efectos alterantes ó que se quiera combatir estados
morbosos en los que predomine el elemento sanguíneo ó el nervioso.

Los antídotos del _arsénico_ son de varias especies. Como todo veneno,
tiene su antídoto químico y neutralizante, que es el protóxido de hierro
hidratado, del que apenas nos ocupamos en esta obra, pero que le
hallarán los lectores en escritos especiales y en formularios. Solo
indicarémos los principales antídotos adaptados á los efectos dinámicos
del _arsénico_: estos antídotos son múltiples como los grupos de sus
síntomas principales.

Las afecciones crónicas y paralíticas que resultan de los vapores y
emanaciones arsenicales ó de la accion prolongada de las dósis débiles
ceden á la _quina_ en su elemento intermitente y gástrico, con el
_carbon vegetal_, en su forma venosa y cianítica, y hasta los efectos
gastrálgicos con sensacion quemante, el estado hidrohémico, las
congestiones asténicas y las hemorragias pasivas. El _sulfuro de cal_ y
el _grafito_ curan las supuraciones y las irritaciones crónicas en la
piel; el _azufre_ y el _mercurio_ combaten la diátesis serosa con
temblores y espasmos; los baños calientes _sulfurosos_ hacen cesar las
contracturas.... En fin, los efectos dinámicos del _arsénico_,
inmediatos á la ingestion de esta sustancia, exigen la _nuez vómica_, en
los fenómenos gástricos, en la postracion de fuerzas y las deposiciones
alvinas especiales; el _opio_ juega en la cianosis con adormecimiento
paralítico, y la manzanilla en la irritabilidad....



ASA FOETIDA (ASAFÉTIDA).


§ I.--Historia.

Es una gomo-resina estraida del _férula asa fœtida_, género de la
familia de las umbilíferas, de _Jussieu_, pentandria diginia, de
_Linneo_.--Boerhaave, Whyt, Millar y Kopp la consideraban como un
escelente antiespasmódico. Otros prácticos recomendaron despues su uso
en varias enfermedades, como Hufeland en la cáries, y Bergius en las
fiebres intermitentes....

Los hechos que poseemos de este medicamento tienen el doble
inconveniente de ser incompletos y de estar basados en datos rutinarios.
Sin embargo, las esperimentaciones hechas en el hombre sano han
suministrado síntomas que anuncian un medicamento activo; pero es
preciso no confundirlos con otros síntomas procedentes de enfermedades
curadas con fórmulas compuestas, y de casos de envenenamiento en los que
la _asafétida_ no ha jugado sola; en resúmen, admitimos, en union con el
mayor número de terapéuticos, algunas de sus propiedades reveladas por
la clínica, y asentimos ciegamente á la eficacia que se la atribuye en
las flatuosidades, las indigestiones, los cólicos, la timpanitis, la
odontalgia, las convulsiones, la parálisis, y en casi todas las
enfermedades, á ser ciertas las aserciones de una treintena de autores.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Giacomini atribuye á la asafétida una accion hipostenizante vascular y
espinal, á la cual refiere todos sus efectos y facultades resolutiva,
sudorífica, antiséptica, calmante, antiespasmódica.

De todo lo que hemos podido recoger y observar, resulta que la accion de
la _asafétida_ á dósis elevadas es primeramente escitante, dirigiéndose
electivamente á los nervios espinales, al corazon y al sistema gástrico;
que á dósis exageradas, ó usada por mucho tiempo, sus efectos son
sedantes, debilitantes y desorganizadores en fin; bajo su influencia se
altera la digestion, la nutricion se debilita, se forman obstrucciones
linfáticas y cesa la plasticidad en los órganos de jugos blancos y en
los límites de la vida orgánica. En este estado de cosas, no estando el
sistema nervioso suficientemente regido y escitado, estallan varios
desórdenes que conducen á la astenia por espasmos y temblores
paralíticos, mientras que las sensaciones de plenitud, las congestiones
pasivas, los infartos, las lesiones atónicas de los tejidos, las
alteraciones de las secreciones mucosas y el desarrollo de lombrices
denotan una caquexia enteramente especial.

Brera[31], célebre profesor de Pádua, habia entrevisto esta filiacion de
los síntomas, cuando atribuyó la utilidad de este medicamento, en los
casos de helmintiasis, á la accion dinámica, que combate, dice, la
condicion orgánica propia al desarrollo de las lombrices.


§ III.--Efectos terapéuticos.

No siempre es necesario, para utilizar las propiedades de la
_asafétida_, el que haya fenómenos procedentes de un estado caquéctico;
basta que estos fenómenos puedan ser considerados como el principio, ó
ser referidos al sistema nervioso ganglionar.

Sin embargo, las neuralgias que este medicamento combate eficazmente,
están siempre complicadas con discrasia, debilidad relativa de la
nutricion ó del predominio de los jugos blancos. Los dolores de
_asafétida_ sobrevienen ó se agravan cuando el organismo está mas
particularmente sometido á la inervacion ganglionar; es decir, durante
el reposo, y no se modifican por el movimiento, en atencion á que
siempre desarrolla la actividad de la inervacion cérebro-espinal. Esta
circunstancia es la que distingue los dolores de este medicamento de los
del _zumaque_ y del _arsénico_, que se agravan con el reposo, así como
de los de la _quina_, que se aumentan con el movimiento. Además, los
dolores de la _asafétida_ proceden de dentro afuera y de abajo arriba;
no son jamás continuos, sino que se manifiestan por intérvalos y son
precedidos ó seguidos de convulsiones parciales de los músculos y de
adormecimiento.

Las palpitaciones que este medicamento combate son simpáticas; su accion
no ataca al corazon directamente: tales son las palpitaciones que
acompañan al histerismo, la clorosis, la plétora venosa abdominal, la
caquexia escrofulosa; y en general las alteraciones funcionales del
corazon están caracterizadas por la ansiedad, por padecimientos
asmáticos. En estos casos, la _asafétida_ armoniza mas en su estado
nervioso con el _café_, la _nuez vómica_, la _ignacia_; y en su estado
diatésico con el _mercurio_, el _ácido azótico_ y el _fosfórico_. Su
accion empieza por la escitabilidad de los nervios de la vida orgánica,
y produce una estremada susceptibilidad del estómago, palpitaciones en
el abdómen, cierta agitacion y convulsiones musculares; de suerte que
las dispepsias, que cura mejor, son las precedidas de esta sensibilidad
de los órganos de la digestion, y en particular del estómago.

Los cólicos gaseosos y la flatulencia reclaman la _asafétida_ cuando hay
sensibilidad en los intestinos y sensacion de frio en el bajo vientre; y
sus indicaciones, en semejantes casos, son muy diferentes de las de la
_belladona_ y de los medicamentos piréticos, así como tambien del
_eléboro blanco_, del _arsénico_, de la _manzanilla_ y de los
medicamentos atáxicos; del _acíbar_ y de los medicamentos que
corresponden al molimen hemorroidal; del _carbon vegetal_ en fin, del
_fósforo_ y de los medicamentos adinámicos.

Este medicamento obra solamente como paliativo en la hipocondría, cuando
la plétora venosa abdominal está acompañada de gases, de pinchazos, de
sensibilidad, cuando esta plétora ocasiona síntomas histéricos, tales
como constriccion, bola histérica con esfuerzos de deglucion y espasmos
uterinos, la _asafétida_ puede curar por una accion opuesta á la de la
_sepia_ (gibia), por adaptarse mas la primera al orígen nervioso de los
mismos fenómenos.

La _asafétida_ es preferible al _oro_ en las periostitis y cáries
superficiales de los huesos de la nariz, en las tumefacciones de los
cartílagos y engrosamiento del periostio, cuando sobrevienen estos
accidentes despues de la accion del mercurio.

Enumerarémos la principal propiedad de la _asafétida_ empezando por las
inflamaciones lentas, de naturaleza escrofulosa. Este medicamento es
siempre útil, hasta en la cáries de los huesos con flogosis del
periostio y sensibilidad de la parte, en lo cual difiere del _oro_, del
_sílice_, del _grafito_ y de la _plata_, asemejándose, por el contrario,
á la _belladona_, _pulsatila_ y _mercurio_, si bien estos medicamentos
son superiores en la inflamacion del periostio y de los huesos. En un
período mas avanzado de la afeccion, la _asafétida_ es inferior al
_ácido azótico_, al _mezereum_, al _ácido fosfórico_, á la _plata_ y á
la _stafisagria_. Esta última tiene relaciones con la _asafétida_ en las
úlceras escrofulosas que se estienden á los huesos; pero ni una ni otra
son suficientes para constituir el tratamiento de aquellas.

=Dósis.=--Las trituraciones de _asafétida_ se usan en las afecciones
humorales crónicas y en personas linfáticas, hasta la cantidad de un
gramo por dia en varias veces; pero la segunda y tercera trituracion son
las mas usadas. Se puede preparar una bebida dulcificada con miel ó
jarabe de azúcar. La tintura puede emplearse de la misma manera, á la
dósis de una á cinco gotas en veinticuatro horas; pero es preferible
recurrir á una ó dos gotas de la sesta y aun de la duodécima atenuacion
cuando se trata de afecciones gastropáticas en relacion con sus efectos.


ASARUM EUROPÆUM (ASARO DE EUROPA).


§ I.--Historia.

Planta de la familia de las aristoloquias, _Jussieu_; de la ginandria
monoginia, de _Linneo_. Se usa la planta entera, con la que se prepara
la tintura. Ha llamado la atencion el _ásaro_ por los síntomas violentos
de vómitos que los autores le atribuyen; pero lo único notable que hay
en él son los síntomas especiales y su accion dinámica referidos por los
esperimentadores.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Este medicamento obra poderosamente sobre el sistema nervioso, y
secundariamente sobre el aparato circulatorio; los efectos fisiológicos
que espresan su accion en el cerebro consisten en vértigos y dolores
sordos y presivos mas bien que lancinantes; la cabeza está pesada y
atolondrada; hay atontamiento y abatimiento moral, á pesar de los
fenómenos de irritacion y exaltacion; que solo son pasajeros y
accidentales. Los sentidos están embotados, y la vista y el oido están
particularmente debilitados.

Un buen número de síntomas representan padecimientos reumáticos, como
son las sensaciones de constriccion, de presion, de quebrantamiento, de
adormecimiento; las punzadas rápidas y pasajeras, temblores y
estremecimientos musculares. Las partes blancas no están menos afectadas
por la accion del _ásaro_; pues casi todas las articulaciones son el
sitio de punzadas, cansancio, presiones, constricciones, y con
especialidad dolores de luxacion.

Todos los síntomas se agravan en general por el movimiento y la
impresion del aire esterior; pero tienen de particular que están mas ó
menos mezclados de sensacion de frio y que se localizan á un punto dado,
como el ángulo del ojo, una parte del cuero cabelludo, un diente, el
estómago, un dedo del pié..... Esta sensacion se parece algunas veces á
un soplo, á una corriente de aire frio; otras veces es producida por los
líquidos escretados, la saliva por ejemplo, que parece fria. Si bien hay
síntomas, aunque raros, de calor ardiente, parecen accidentales.

La secrecion mucosa nasal clara y abundante, la saliva acuosa, y las
lágrimas, son en los efectos de este medicamento mas bien un resultado
de los vómitos y espasmos que les acompañan que no de la relajacion ó
flojedad.

Estos mismos vómitos son eminentemente espasmódicos, y sus esfuerzos
violentos conmueven toda la economía, y están acompañados de
constricciones, temblores y estremecimientos musculares, de una
sensacion de quebrantamiento en los miembros, y de dolores congestivos
en la cabeza. Los vómitos son precedidos de calosfríos parciales y
generales, y de flujo de saliva; cada esfuerzo corta á veces la
respiracion; la materia del vómito es nula, las deposiciones son
diarréicas y notables por una consistencia como resinosa, y de color
gris, y por líquidos sanguinolentos algunas veces.

Este estado manifiesta en el _ásaro_ una accion electiva sobre las
membranas musculares, su fibra se contrae violentamente, y es probable
que los músculos de la vida de relacion se afecten de la misma manera.

La misma apreciacion se deduce de los síntomas del pecho. La tos es
escitada por una constriccion, por una sensacion de apretamiento, y
algunas punzadas espasmódicas; produce una espectoracion abundante de
mucosidades no elaboradas, que provocan la opresion hasta que son
espulsadas. Los silbidos bronquiales prueban tambien el espasmo que
afecta á las fibras musculares de los bronquios y la acumulacion de
mucosidades insípidas.

Las punzadas en el pecho son numerosas, y su carácter es el de
manifestarse en el acto de inspirar; tambien en este caso se observan
las sensaciones de constriccion y de presion, como indicio de la accion
del medicamento sobre la fibra y sobre la rapidez de las punzadas y el
hipo.

Algunos de los dolores lancinantes y tensivos se refieren al corazon; la
afeccion de este centro de la circulacion resulta del carácter nervioso
de la fiebre, como se deduce de los síntomas siguientes: somnolencia,
calosfríos y náuseas, calosfríos parciales, frio glacial, azulamiento de
la cara, manos frias con calor general, y sensacion de frio en la piel.
El carácter diferencial del calosfrío y del frio de este medicamento es
el reproducirse con el menor movimiento y de no escitar sed. Esta solo
existe durante el calor, que es irregular, mal repartido y mezclado con
calosfríos. La cabeza está mas ardorosa al principio, el sudor se
manifiesta con preferencia en las partes superiores del cuerpo, lo cual
tambien es uno de los efectos del _centeno cornezuelo_; el sudor, en
fin, se hace general por la noche, en cuya época termina. El calor se
presenta generalmente por la tardecita, y el frio por el dia.

A este conjunto de síntomas agregarémos la particularidad de que el
movimiento agrava los vértigos y los dolores de cabeza, y que el
contacto del aire ó del agua calma los síntomas. Es, por último,
importante indicar la falta de fenómenos que indiquen la accion del
_ásaro_ en la nutricion y la plasticidad, en el sistema linfático y las
membranas mucosas y serosas.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Un medicamento que goza de una accion electiva tan marcada sobre la
fibra orgánica, y cuyos efectos se aproximan tanto á los de ciertas
afecciones reumáticas, no solo está indicado en los vómitos
espasmódicos, sino en los espasmos del corazon y en las neuralgias de
los órganos carnosos. Merece seguramente ser empleado en las toses
convulsivas caracterizadas por los síntomas que acabamos de referir, en
las fiebres nerviosas gástricas, de que ya hemos hecho mérito, y en los
dolores reumáticos y artríticos trasladados; es decir, que habiendo
abandonado los músculos de la vida de relacion, se han fijado en túnicas
musculares ó fibrosas de las vísceras, del estómago, de la vejiga, del
corazon, y aun en este mismo órgano, al que este medicamento afecta
quizá tanto como la _spigelia_.

=Dósis.=--Este medicamento está muy poco usado para poder fijar su
posologia: la primera atenuacion, ó la tintura, á la dósis de dos á diez
gotas, y hasta veinte á veces en agua, es aun la preferible, con tanta
mas razon, cuanto que la _brionia_, en su calidad de medicamento mas
conocido, es susceptible de usarse con mas exactitud en varias
afecciones que el _ásaro_ podria combatir.



ASPARAGUS OFFICINALIS (ESPÁRRAGO).


§ I.--Historia.

Se usan las ramas tiernas de esta planta colocada por _Jussieu_ en la
familia de las esparragíneas, y de la hexandria monogínea, de _Linneo_.
El espárrago es cultivado, y su uso como alimento se eleva á la mas
remota antigüedad. Debemos á Broussais el uso de esta sustancia como
medicamento, ó, por mejor decir, á él debemos el rehabilitar su uso,
porque Sethi, médico griego, le administró ya en el siglo XII contra las
palpitaciones, y otros varios le imitaron antes de la escuela de
Val-de-Grâce.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Es digno de notar que las observaciones antiguas esten acordes con las
modernas, para confirmar las relaciones de la accion de este medicamento
con las membranas mucosas bajo el aspecto hiperémico con hemoptísis,
flujo hemorroidal, hematuria, escitacion génito-urinaria, esceso de la
menstruacion, abundancia de una saliva dulzosa y de mucosidades
bronquiales, aumento de las secreciones biliosa é intestinal, diarrea,
orina y mucosidades aumentadas de las superficies génito-urinarias.
Todos estos síntomas han sido revelados por la esperimentacion.

Esta hiperemia, este orgasmo de las membranas mucosas, esplica otros
síntomas, tales como opresion, tos violenta y por accesos, sed,
sensacion de plenitud en el vientre, irritacion de la nariz y de los
ojos, aturdimiento de la cabeza, somnolencia, y aun algunos síntomas
neurálgicos y neuropáticos.

La accion del _espárrago_ sobre el corazon está unida á la que ejerce en
la secrecion urinaria y aun en las demás secreciones: esta accion parece
que tiene su orígen en el orgasmo de la membrana interna. Por otra
parte, se presenta relacionada con la inervacion del corazon, alterando
los movimientos de dilatacion y contraccion. Se podria, pues, admitir,
que es un hipostenizante cardíaco-vascular y algo análogo á la
_spigelia_ y _asafétida_. Mas por su accion sobre las secreciones ó
sobre las membranas mucosas, es decir, sobre el sistema exhalante, es
preciso asemejarle al _azoato de potasa_ y á la _digital_.


§ II.--Efectos terapéuticos.

Creemos que este medicamento es útil en los desórdenes funcionales del
corazon; en las palpitaciones llamadas nerviosas, y que quizá reconocen
por causa una hiperemia y aun una hinchazon mas bien edematosa y
subirritativa de la mucosa cardíaca y vascular. Nos ha sido muy útil en
las afecciones catarrales con somnolencia por el dia, ansiedad,
palpitaciones, irritacion de los bronquios y vías urinarias, con orinas
y esputos mas abundantes. En una palabra, el _espárrago_ devuelve la
calma y el sueño nocturno, y hace desaparecer en poco tiempo la
irritacion y las palpitaciones.

=Dósis.=--Se comprende toda la utilidad que puede sacarse de una
alimentacion en la que entren los _espárragos_ en cantidad notable. En
fin, la tisana de las ramas, el jarabe y la tintura que se preparan,
tienen la ventaja de poderse dosificar mejor y emplearse en todas las
épocas del año. Casos hay en los que se debe recurrir á la tercera y
sesta atenuacion, á la dósis de algunos glóbulos ó gotas en agua.



ASTERIAS RUBENS (ESTRELLA DE MAR).


§ I.--Historia.

La _estrella de mar_ es un zoófito del género de los equinodermos
pedunculados. Este medicamento se ha administrado en otro tiempo como
aperitivo y antiepiléptico. Para usarle en este último concepto, se le
quemaba y se hacia respirar el humo á los enfermos. La confianza que
inspiraba al doctor Petroz el célebre Cotugno, le decidió á
esperimentarle en sí mismo y en otras personas, pasando despues á
emplearle en varias enfermedades. Los efectos terapéuticos no han
confirmado completamente las esperanzas que se abrigaban, especialmente
como antiepiléptico. Pero sea de esto lo que quiera, el tiempo y la
esperiencia darán á la _estrella de mar_, en la materia médica, una
importancia que quisiéramos contribuir á que la lograse.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Se pueden establecer algunas relaciones entre la accion de este
medicamento y el sistema nervioso, la piel y los órganos generadores.

La escitacion cerebral no es dudosa; es parecida á la de la embriaguez;
los sentidos están tambien escitados, é igualmente los órganos de la
vida de relacion sobre los que refleja la modificacion de los centros. A
esta afeccion del sistema nervioso se agrega una escitacion particular
del sanguíneo, que se espresa por fenómenos congestivos en distintos
puntos, empezando por el cerebro, que es, mas que otros órganos, el
sitio de un eretismo y de una turgencia sanguínea que conduce á la
astenia de los músculos de relacion y de los sentidos.

La digestion, la respiracion y las funciones en general sufren una
modificacion análoga; pero, además de los síntomas que la espresan, se
observa un estado congestivo y los rudimentos de las lesiones de tejido;
dolores fijos, terebrantes; calor, aflujo de sangre, particularmente en
la cara, en el cerebro, en las mamas, en la matriz; y, por último,
cualquiera que sean los grupos de síntomas morales, nerviosos,
sanguíneos y febriles, ofrecen una irregularidad que confirma el
predominio de la accion del sistema cérebro-espinal.


§ III.--Efectos terapéuticos.

La _estrella de mar_ combate las congestiones apopléticas que se
desenvuelven lentamente y por movimientos fluxionarios sucesivos: en
estos casos se observa la debilidad de la vista, las pulsaciones de las
carótidas, sofocaciones en la cabeza, vértigos bruscos y como por
sacudidas, contracciones musculares en las piernas, y estreñimiento.

Este medicamento produce los mejores efectos en las afecciones
escirrosas y cancerosas de los pechos y de la matriz, aun cuando haya
úlcera; que sus bordes esten reenversados y que haya supuracion icorosa
y vegetaciones rojizas como las del fungus hematodes.

La accion que se la ha atribuido sobre el dérmis para desarrollar
escrescencias sicósicas, tendria en la práctica frecuentes aplicaciones
en muchas lesiones rebeldes y que interesan todo el espesor del dérmis.
Aun seria muy útil en casos de impotencia para escitar los órganos
genitales; varios hechos comprueban esta propiedad en mayor grado quizá
que en el _fósforo_. La _estrella de mar_, en fin, podrá combatir
ventajosamente una epilepsia cuyos accesos sean precedidos de
estremecimientos por todo el cuerpo y caracterizados por un ataque
repentino, cara violada, espuma en la boca y que las sacudidas son
violentas. Se observan alucinaciones sin pérdida de conocimiento.

=Dósis.=--Algunas gotas ó un gramo de la tintura constituyen las dósis á
que se debe recurrir, siendo sin embargo preferibles unas gotas de la
tercera ó sesta atenuacion en los casos de irritabilidad y congestion
cerebral.



AURUM (ORO).


§ I.--Historia.

Nos ocuparémos primero del _oro metálico_ preparado para el uso
homeopático por trituraciones y atenuaciones sucesivas segun las reglas
de la farmacopea. Completarémos este capítulo con algunos datos sobre
las sales de _oro_.

Este metal en polvo fué empleado por los árabes, en el siglo VIII, en la
melancolía; se le ha ensalzado despues como utilísimo en la misma
dolencia, en la debilidad del corazon, en la ambliopia amaurótica, la
disnea, las palpitaciones, la fetidez del aliento, la alopecia, y
recientemente, en la melancolía elevada hasta el suicidio, y en otras
afecciones que los efectos producidos por el _oro_ en el hombre sano han
hecho apreciar mejor.


§ II.--Efectos fisiológicos.

El estudio razonado de los síntomas fisiológicos de este medicamento y
de los hechos prácticos obtenidos con él, nos prueba que el carácter
final de su accion es la debilitacion de la contractilidad de la fibra,
y que este efecto está acompañado de congestion, de fluxiones, de
orgasmo, cuya espresion puede efectuarse en el cerebro, el pulmon y
otras vísceras, la nariz, el pié y todas las partes del sistema cutáneo.
Estas congestiones y estos éstasis sanguíneos venosos están en relacion
bastante exacta con los efectos de las meditaciones profundas y de un
asíduo trabajo mental, del abuso de la mesa y de las bebidas
alcohólicas, en una palabra, de la plétora venosa abdominal. Otras
veces, la atonía de la fibra se espresa por afecciones nerviosas, por
desórdenes funcionales, por espasmos pasivos, por la debilidad de los
tejidos y la pérdida de su contractilidad. La influencia del _oro_ queda
ya demarcada en su simplicidad electiva, y representa una multitud de
estados morbosos que reconocen por causa todo lo que tiende á
desarrollar directamente una astenia general, como son: el pesar y odio
prolongados, una alimentacion insuficiente, la escrófula con su
exuberancia de jugos blancos insuficientes á la escitacion de los
órganos, la infeccion sifilítica constitucional ó hereditaria, el abuso
del _yodo_, del _mercurio_ y de las sustancias minerales en general, aun
en los casos en que estas causas no hayan todavía producido efectos
sensibles sobre el conjunto de la economía.

La patogenesia del _oro_ tiene tres órdenes de síntomas perfectamente
establecidos: 1.º los síntomas nerviosos efémeros, unidos á los de
escitacion sanguínea; 2.º síntomas nerviosos fijos, asociados al estado
diatésico, al orgasmo pasivo del sistema sanguíneo y á la pérdida de la
contractilidad de la fibra; 3.º los infartos, las lesiones de tejidos,
especialmente de los tejidos blancos, tales como los huesos, la piel y
las glándulas. Estos tres órdenes de síntomas tienen una mútua
dependencia entre sí, y se suceden necesariamente en el órden indicado,
á causa de la accion prolongada del medicamento que nos ocupa.

En el primer órden de síntomas, la fiebre tiene mas tonicidad, y el
sistema nervioso está mas sensible; la escitacion sanguínea está al
parecer bajo su dependencia, y de cuya escitacion resultan: la
impaciencia y la cólera, el insomnio, las sensaciones vivas, los dolores
dislacerantes en la cabeza, el centelleo de los ojos, la contraccion de
la pupila, la escesiva finura del olfato, calor y escozor en la boca,
sed ardiente, calor y sensibilidad en diversos puntos del abdómen y en
otras partes, erecciones dolorosas, exaltacion del apetito venéreo,
sensibilidad grande de todo el cuerpo, punzadas y dislaceraciones casi
en todas partes, estremecimientos, dolores calambroídeos, calosfríos
febriles, frio; aumento de calor despues, prurito en el corazon y en
casi todo el cuerpo.

En el segundo órden de síntomas, la fiebre ha perdido ya su tonicidad,
de lo cual resulta la manifestacion de los fenómenos nerviosos
siguientes: ansiedad, melancolía, pusilanimidad, temblor nervioso como
por impotencia de dominarse, vértigos, cefalalgia contusiva, latidos en
la cabeza, contusion en la misma, sensacion de presion y de tension en
todas partes, dilatacion de la pupila, color azulado en los ángulos
internos de los ojos, ardor en los mismos, hemiopia, ruido en el oido,
olor pútrido en la nariz al sonarse; saliva y mucosidades abundantes y
dulzosas, gusto pastoso, pútrido, anorexia, náuseas, dolor presivo,
eructos, borborigmos, desarrollo de gases, estreñimiento, orina mas
abundante en cantidad que la bebida ingerida, erecciones frecuentes,
deseos venéreos, poluciones. Estos síntomas de exaltacion de los órganos
genitales solo se esplican por la plétora venosa abdominal, y se
completan con la gonorrea prostática, la flacidez del pene, los dolores
presivos y la hinchazon del testículo. Tambien se observan en esta
segunda série, la pesadez de los miembros, el adormecimiento y el sueño
irresistible por el dia; dominan el frio y el calosfrío, el calor es
infebril y sin sed, el frio es por lo general superior al calor de la
cama, ó bien alternan el frio y el calor, el sudor es parcial y muchas
veces matutinal. Se presenta igualmente susceptibilidad al frio,
movimientos congestivos en la cabeza, en el pulmon, en el corazon,
útero, intestino grueso; opresion y punzadas en el pecho, disnea
asmática, palpitaciones de corazon, sensacion de ardor, latidos en las
vísceras abdominales; la sangre parece hervir en los vasos; la sensacion
de ardor quemante es seguida de muchas punzadas, dolores y congestiones.

Los síntomas del tercer órden constituyen el grado mas avanzado de la
accion del oro: la melancolía se eleva hasta el desaliento y el disgusto
de la vida; el moral se resiente de la debilitacion de la voluntad, y la
tristeza y la morosidad son interrumpidas por raptos de mal humor y de
cólera impotente; los trabajos intelectuales fatigan y aniquilan. Hay
además: tumefaccion de los párpados, grano indolente en el borde del
párpado inferior, hinchazon roja de la nariz, mancha roja-oscura,
prurito quemante en la nariz, coriza, romadizo, costras y escoriaciones
en la nariz, salida de pequeños granos en la cara, abotagamiento de la
misma, ampolla escociente, grano quemante en el labio inferior, aftas en
la boca, tumefaccion y hemorragia de la encía, grano purulento,
ulceracion en la encía, infarto de los gánglios submaxilares, dolores
lancinantes y sensibilidad en el epigastrio, ardor en el estómago;
punzada, hinchazon dolorosa en el ano, ardor quemante en la uretra y la
vagina, infarto doloroso del testículo; tenesmo uterino, grande
opresion, erupciones de pequeñas pústulas en el cuello y el pecho,
tumefacciones exantemáticas y nudosidades cutáneas en la cabeza, en los
brazos, en las piernas, con prurito muchas veces, granos supurantes en
la cara, prurito en distintos puntos, hinchazon de los piés, rubicundez
de los dedos, rubicundeces erisipelatosas.

Este último órden de síntomas, en union con el segundo, es el orígen de
las indicaciones terapéuticas, pues el primero solo contribuye como
conmemorativo en los preludios.

Reconocemos en el _oro_ una accion predominante sobre el sistema
nervioso ganglionar, con una electividad sobre la fibra muscular,
dispuesta en forma de envoltura ú organizada como membranas. Esto es
todo lo que nos autoriza á hablar de la fenomenología del _oro_,
inclusas las curaciones obtenidas con este medicamento. Uno de los
grandes caractéres diferenciales del _oro_, es el no tener en su
patogenesia síntoma alguno que indique la irregularidad, la ataxia, la
putridez, ningun síntoma que establezca relaciones entre su accion y las
fiebres esenciales ó los ataques graves á la vitalidad, y por lo mismo
con la parálisis; sin embargo, las esperiencias hechas hasta hoy nos
parecen insuficientes respecto á este punto.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Bosquejemos ahora las enfermedades que son del dominio del _oro_. Este
medicamento es el que mejor responde á la melancolía con disgusto de la
vida y con tendencia al suicidio angustioso. A esta tendencia acompañan
movimientos congestivos en el corazon, en el pecho, en el epigastrio, y
están unidos siempre á la alteracion de la circulacion venosa en las
vísceras, á la atonía que resulta de congestiones repetidas, á los
éstasis de sangre venosa en los vasos abdominales.

Se curan tambien con el _oro_ varias afecciones neurálgicas y
espasmódicas, la odontalgia, la hemicránea y algunos padecimientos
histeriformes y asmáticos producidos por las mismas causas ó unidas á un
mismo estado. Aun en las neuralgias mas simples en apariencia, se
observa siempre la discrasia, que es indicadora de este medicamento, con
una sobreescitacion de los sentidos, y á veces, tan solo de los órganos
genitales ó de la sensibilidad general. Los dolores generalmente son
quemantes ó por lo menos nocturnos, en lo cual son análogos del _oro_,
el _mezereum_, el _estaño_, la _spigelia_, el _arsénico_ y el
_mercurio_. Entre los síntomas histeriformes propios del _oro_, es
preciso contar el erotismo y la ninfomanía por abuso de los placeres:
estas afecciones tienen su orígen en un estado congestivo crónico de los
órganos de la reproduccion.

Las congestiones pasivas son tambien las causas de esas opresiones
constrictivas con palpitaciones, angustias y sensacion de una bola ó de
un vapor que ascienden á la garganta ó al cerebro, que se manifiestan
con preferencia por la noche, y que el _oro_ disipa igualmente. Lo mismo
decimos de las hepatitis ó de la ictericia con dolor en el hígado, de
ciertas afecciones del corazon relacionadas con las hemorróides, y aun
de estas mismas con la hipocondría.

Una de las propiedades mas especiales del _oro_ es la de dirigirse á la
atonía de las membranas musculares. Es á estas membranas y á su
contractilidad, lo que la _quina_ á los tejidos en general y á su
vitalidad; tonifica, escita la accion de la fibra. Esta accion del _oro_
se estiende á las túnicas de los vasos y á todos los órganos huecos, por
lo cual es un medicamento precioso y muchas veces superior á la _sal
marina_, á la _sepia_ y á la _nuez vómica_ en el estreñimiento por
atonía del intestino grueso, en ciertas relajaciones de los órganos
genitales de la mujer, en el descenso de la matriz, en la hernia
intestinal, en las gastro-atonías y las gastralgias rebeldes.

Se ha citado un gran número de casos de escrófulas de distintas formas
curadas ó aliviadas por el _oro_[32], del mismo modo que algunas
inflamaciones é induraciones de gánglios linfáticos, infartos del
hígado, de las glándulas mamarias y de los testículos, hasta escirros y
úlceras de mal carácter; la cáries misma de los huesos de la cara, de la
nariz, del oido, de la faringe, exóstoses de la cabeza y de la tibia,
periostitis con supuracion y fístula, la ozena sifilítica, ciertas
inflamaciones erisipelatosas con tumefaccion roja-oscura de la piel de
la nariz, oftalmía escrofulosa y algunas infiltraciones serosas.

En general, los infartos linfáticos del _oro_ tienen una sensibilidad
exagerada; pero la mayor parte de estas afecciones rara vez las cura el
_oro_ solo, aun cuando esté indicado por el estado general y la mayor
parte de los síntomas especiales; forma parte de un tratamiento en el
que entran medicamentos capaces de cubrir sucesivamente indicaciones
múltiples.

La semejanza que presentan entre sí las diátesis escrofulosa y
sifilítica, como se observa entre ciertas formas de la escrófula y
algunos fenómenos remotos de la sífilis, conduce naturalmente á
tratarlas por este medicamento[33]. La sífilis antigua degenerada, y
ciertos accidentes ocasionados por el abuso del _mercurio_ y del _iodo_,
se combaten tambien con el _oro_ cuando hay periostitis, dolores
osteócopos, neuralgias congestivas, éstasis sanguíneos, lesiones de la
faringe y de las fosas nasales. El _oro_, ayudado con el _sulfuro de
cal_, es el mejor medicamento en la mayor parte de las afecciones
mercuriales, así como tiene muy poca influencia en las enfermedades de
la piel, escepto algunas sifílides con manchas rojizas y escoriaciones ó
grietas.

El _café_ y el _alcanfor_ son los mejores antídotos de los efectos
dinámicos del _oro_; sus congestiones pasivas esternas ceden con la
_stafisagria_ y el _mercurio_. Como antimercurial y antisifilítico, son
sus análogos el _sulfuro de cal_, el _iodo_, la _clematis_. Por otra
parte, el _fósforo_, el _mercurio_, el _ácido azótico_, la _sepia_, la
_nuez vómica_.... son análogos del _oro_ en el estado diatésico; los
dolores, los abatimientos, las debilidades musculares, se alivian ó
cesan con el movimiento, con la accion del aire y la influencia de la
luz que parecen combatir la atonía de la fibra.



AURUM MURIATICUM (HIDROCLORATO Y DEUTOCLORURO DE ORO).


Esta sal de _oro_, cuya accion sobre la vida vegetativa y los tejidos es
mas profunda y mas enérgica que la del _oro metálico_, no produce una
astenia y una diminucion de la tonicidad de la fibra tan ostensibles
como el último. La _belladona_ y el _sulfuro rojo de mercurio_ son los
antídotos mas frecuentes; el frio y el calor agravan igualmente sus
padecimientos, mientras que el movimiento pasivo del carruaje y la
distraccion les alivian.

Tiene esta sal casi las mismas propiedades que el _oro metálico_, y
ataca con mas eficacia á la gota, los granos de mal carácter en los
labios, los chancros y las úlceras corrosivas, las lesiones de tejidos,
muchos accidentes tenaces de la sífilis ó del abuso del _mercurio_. Se
adapta mejor, en fin, á los efectos producidos por los pesares.



AURUM SULFURICUM (SULFURO DE ORO).


Esta sal de _oro_ tiene una accion mas erética, aun cuando conserva las
mismas propiedades. El frio y el movimiento pasivo agravan los
padecimientos que el reposo de la cama alivian. Sus síntomas carecen del
ardor quemante, que es reemplazado por las punzadas. Es mas eficaz en la
hipocondría, las neuralgias, ciertas enfermedades de la boca, de la
piel, de la nariz y de los ojos, en el catarro crónico, los infartos y
las ulceraciones mismas del útero, en los restos de la sífilis, algunas
erisipelas, la clorosis, y ciertos casos de paraplegia. Es conveniente
en los tratamientos de larga duracion, recurrir á estas tres
preparaciones del _oro_, porque cada una de ellas obra en el mismo
sentido, aunque de diverso modo en los desórdenes nutritivos y lesiones
orgánicas.

Entre los síntomas que las distinguen, se cuentan para el _oro
metálico_, la hemicránea con náuseas y vómitos, el coriza fluente que
tambien pertenece al _hidroclorato_, lo mismo que las hemorróides, la
leucorrea blanca y espesa, la tos seca, las palpitaciones que
sobrevienen estando acostado sobre el dorsal.

La vacilacion de la cabeza pertenece mas bien al _hidroclorato_: esta
sal no produce erupcion en la cara, pero sí infartos gangliónicos en el
cuello; tiene aun el _hidroclorato_ entre sus síntomas, la leucorrea
amarilla (efecto tambien del _sulfuro_), el desarrollo de granos en los
grandes labios antes de las reglas, la tos mucosa y con esputos
amarillos: estos esputos pertenecen tambien al _sulfuro_, así como las
sofocaciones por la mañana.

Al _sulfuro_ pertenecen: la alopecia, el coriza seco, la palidez de la
lengua y de las encías, la sensacion de una bola que rueda en el vientre
y el estreñimiento, síntoma opuesto al de las otras dos preparaciones.
Le pertenecen tambien: la incontinencia de orina y la ronquera: esta es
rara en el _hidroclorato_, y no la tiene el _oro metálico_; este y el
_sulfuro_ poseen el dolor de las parótidas y una especie de tortícolis.
La tumefaccion de los pechos con sensibilidad al tacto, escoriaciones en
el pezon seguidas de punzadas, son particulares del _sulfuro_, así como
una viva escitacion, pero rápida é impotente, de los órganos genitales.
El infarto del testículo pertenece mas al _hidroclorato_ y al _sulfuro_
que al _oro metálico_. El _sulfuro_, en fin, parece tener una accion
sobre la médula espinal, y especialmente sobre su parte inferior, de
donde proceden la vacilacion de las piernas, la incertidumbre de los
movimientos y el adormecimiento de los piés.

=Dósis.=--Las trituraciones del _oro metálico_ son muy útiles en la mayor
parte de los casos de diátesis que son de su dominio. Las dósis menores
son mas necesarias en todas las demás circunstancias; como, por ejemplo,
una gota de la sesta ó duodécima atenuacion en agua, ó algunos glóbulos
de estas diluciones y aun de la trigésima.

Bastan generalmente estas débiles dósis para las sales de _oro_; algunas
veces se debe recurrir á dósis mas elevadas, tales como 5 centígramos de
la sustancia para 500 gramos de agua destilada, administrando una sola
cucharada todas las tardes. Hay conveniencia en emplear al esterior una
solucion de la sal de _oro_ administrado al interior, tal como 7 ú 8
decígramos de la segunda ó tercera atenuacion en 120 gramos de agua
pura, para lavar las úlceras, empapar compresas y tenerlas húmedas y
siempre aplicadas á los tumores..... Se puede obtener una pomada
aurífera útil en ciertas adenitis, mezclando un gramo de cada una de las
tres trituraciones de _oro_, ó 5 centígramos de una de sus sales, con 30
ó 60 gramos de manteca ú otro vehículo conveniente.



BARYTA (BARITA).


§ I.--Historia.

Se emplea indistintamente el _subcarbonato_ ó el _hidroclorato de
barita_. Muchas veces esta última sal es mas activa y posee quizá una
accion mas pronunciada sobre la piel; tambien debe ser preferida en el
tratamiento de las afecciones cutáneas que le son propias; entra en fin
en la composicion de varios remedios secretos contra los dartros.

Las sales de _barita_ introducidas en nuestros dias en la materia
médica, se han abandonado casi inmediatamente. Se las preconizaba en las
afecciones escrofulosas, pero el _yodo_ es al parecer el que las ha
reemplazado. Esto no obstante, la _barita_ debe conservar su lugar en la
materia médica entre el _yodo_ y el _manganeso_.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Las sales de _barita_ referidas obran particularmente sobre el sistema
linfático en general, desde los gánglios hasta la piel. Es uno de los
medicamentos que merecen el nombre de alterantes; modifica la grasa de
los humores en el sentido del linfatismo y de la produccion de
materiales nutritivos menos animalizados.

Todo indica en este medicamento que su esfera de accion no se limita á
estados discrásicos, al empobrecimiento de la sangre y á la exageracion
del sistema linfático. Entre sus síntomas nerviosos, los dolores son
profundos; consisten en tirones acompañados de calosfríos, de sacudidas,
de malestar, y seguidos de temblores y debilidades paralíticas, que
algunas veces vienen precedidas de sobreescitacion de los sentidos. Este
medicamento difiere del _causticum_, por las hinchazones serosas y por
sus tumefacciones blandas. El reposo agrava y el movimiento alivia los
dolores, así como los demás fenómenos nerviosos de la barita; es
necesario agregar, que el lado izquierdo, que es el menos ejercitado, es
el mas afectado, lo cual constituye un indicio mas de la naturaleza
asténica de sus síntomas.

Esta es la conclusion, que por otra parte debe deducirse de las
infiltraciones que siguen al marasmo, de la necesidad de estar sentado ó
echado, de la pesadez en todo el cuerpo, de la debilidad intelectual y
física, de la sensacion de frio, y de la facilidad á resfriarse.

La fiebre de la barita consiste totalmente en frio; la horripilacion se
apodera del enfermo, y recorre todo el cuerpo; molesta mas á la cabeza y
el epigastrio, y solo es interrumpida por un calor ligero y pasajero; el
sudor se presenta por la noche. Durante esta se presentan ciertos
movimientos congestivos ó de efervescencia sanguínea y palpitaciones de
corazon con ansiedad; el sueño es agitado.

Lo que aun puede caracterizar á la _barita_, es una sensacion en el
corazon como si estuviera escoriado, la imposibilidad de echarse sobre
el lado izquierdo, las palpitaciones violentas, la somnolencia por el
dia, la grande impresionabilidad al frio; la debilidad de los sentidos
de la vista y del oido, con chispas ó puntos volantes delante de los
ojos, y la exaltacion del olfato; las pulsaciones en el oido, sobre todo
por la noche; la debilidad de los órganos genitales y del apetito
sexual; la odontalgia nocturna, y tumefaccion de las encías antes de la
menstruacion; las escoriaciones en la lengua y sequedad de la boca, las
punzadas y tumefacciones de la laringe y de las amígdalas, la sensacion
de un tapon en la garganta; el gusto ágrio, la anorexia ó pronta
saciedad, un dolor de escoriacion en el estómago y ano, así como tambien
en el escroto; la voz profunda ó la ronquera; la rigidez de la columna
vertebral, varios dolores reumáticos que afectan con preferencia los
tejidos blancos, los huesos, los vasos y gánglios linfáticos, las
sensaciones de picaduras, de quemazon y de escoriacion en la piel; la
rebeldía, en fin, á desaparecer las lesiones cutáneas.

Las afecciones de los tejidos radican sobre los vasos y gánglios
linfáticos, principalmente en el cuello; hay erupciones húmedas en la
cabeza detrás de las orejas, en el periné, con inflamacion crónica de
los párpados y de la conjuntiva, y sudores fétidos en los piés.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Los efectos terapéuticos emanan de los cuadros sintomáticos que
preceden. Se emplea pues con eficacia este medicamento:

1.º En ciertos casos de debilitacion grave, ya de la inervacion, ya de
la nutricion, y mas particularmente en la parálisis de la lengua y en la
debilidad senil. Un práctico aleman le ha considerado como la panacea de
los viejos. Se ha usado en catarros sofocantes, en los accidentes por
debilidad del pulmon, en afecciones paralíticas consecutivas á la
apoplejía, en fluxiones asténicas, y por lo mismo, en ciertas
congestiones cerebrales metastásicas de los viejos.

2.º En los sudores fétidos de los piés en personas escrofulosas, y en la
alopecia que sobreviene despues de las fiebres graves: usado al
esterior, en pomada, es un buen auxiliar del mismo administrado al
interior.

3.º En algunos dolores reumáticos, aun en el tic doloroso de la cara, en
el lumbago con rigidez muscular, en personas cacoquímicas. El
_subcarbonato de potasa_, el _grafito_, el _yodo_, etc..., tienen
propiedades análogas. Las relaciones de la barita con el lado izquierdo
del cuerpo le hacen mas apto á combatir las afecciones de esta parte,
especialmente cuando dominan los calosfríos y el sudor, y que el
movimiento y el frio agravan las indisposiciones.

4.º La _barita_ obra tambien sobre la garganta, y la clínica ha
sancionado este hecho. Se la ha observado mas eficaz en las amigdalitis
subagudas y los infartos crónicos que persisten despues; se opone á la
reproduccion de las que proceden por el menor enfriamiento; antes ó
despues de este medicamento se puede dar el _grafito_ y el _bromo_; se
ha empleado tambien la _barita_ con resultado en anginas graves con
infarto considerable de las parótidas, de las amígdalas, de los gánglios
submaxilares, en la escarlatina con sequedad en la garganta y dolor
lancinante al tragar: en este caso el _sulfuro de cal_ es el mejor
auxiliar; pero si la angina llegase hasta el punto de alterar los
tejidos y aun gangrenarlos, la _cantárida_ y el _arsénico_ son los
preferibles.

5.º La última série de afecciones propias de la _barita_ están
comprendidas en los infartos escrofulosos del cuello, en erupciones de
la cabeza, oftalmía escrofulosa con sensacion de quemadura, de presion,
con vesículas en la conjuntiva y secrecion sebácea en los párpados;
infarto de las glándulas del mesenterio, acompañado de infiltracion
general, deposiciones blandas sin diarrea, acidez de los jugos
gástricos; los niños son tímidos y perezosos; hay sensibilidad en el
abdómen. A pesar de la accion de la _barita_ en la tabes mesentérica, es
preferible el _azufre_, el _carbonato de cal_, la _belladona_, el
_sulfuro de cal_, el _sílice_ y aun el _arsénico_; pero en todos los
casos tiene la _barita_ un momento oportuno en el tratamiento
antiescrofuloso; acaba de desinfartar los gánglios, corrige el
desarreglo de vientre que subsiste despues del _carbonato de cal_,
disipa las induraciones que ha dejado la inflamacion, y aun los tumores
de carácter escrofuloso que se presentan espontáneamente.

En los casos rebeldes ó mas graves, se prefiere el _hidroclorato_ ó el
_acetato_ al subcarbonato de _barita_. Por otra parte, aun cuando este
último tenga aplicaciones mas frecuentes en las afecciones cutáneas, es
preciso establecer la distincion que le separa del _hidroclorato_ en sus
efectos terapéuticos; el _subcarbonato_ corresponde mejor á los dartros
húmedos y exudantes, y el segundo á los secos, que se presentan en las
caquexias como síntoma de la falta de materiales nutritivos necesarios á
la reparacion y conservacion del tejido cutáneo.

En fin, no creemos inútil volver á indicar que los niños, los viejos y
los escrofulosos son los que presentan indicaciones mas frecuentes de
este medicamento, cuya accion espresa una pobreza real del sistema
sanguíneo y de la hematosis.

Terminarémos emitiendo una opinion que nos ha sugerido este estudio, y
que se apoya tambien en hechos particulares de nuestra práctica: se
refiere al uso de la _barita_, y particularmente el _hidroclorato_, en
el tratamiento de las fiebres mucosas de curso lento y en la diátesis
verminosa, en la que los jugos gástricos están alterados y dejan á la
circulacion materiales imperfectos; la hemos administrado con gran
resultado en ciertas dispepsias gastrálgicas, con dolores de escoriacion
en el epigastrio, en personas que habian abusado de tisanas y agua
templada, en algunas diarreas mucosas con tenesmo, en corizas, en
irritaciones de la mucosa bucal y en ciertas fiebrecillas y sudores
nocturnos, afecciones todas que persisten tenazmente á consecuencia de
fiebres mucosas.

=Dósis.=--La insuficiencia de las dósis, así como su cantidad exagerada,
han tenido mucha parte en los reveses atribuidos á la _barita_ y del
olvido en que ha caido. Este medicamento nos parece que es del número de
aquellos que precisa dársele en general á dósis medias; es decir, á la
primera, segunda ó tercera trituracion, en cantidad de uno ó dos gramos
divididos en varias dósis para el dia.



BELLADONNA, ATROPA BELLADONNA (BELLADONA).


§ I.--Historia.

Planta de la familia de las solanáceas, de _Jussieu_, y de la pentandria
monoginia, de _Linneo_. Al principio de este siglo la _belladona_ estaba
casi olvidada, á pesar de la importancia que se la habia dado en la
terapéutica. Su poderosa accion fué el motivo que desvió á los médicos
de usarla, por no ocurrírseles el atenuar sus dósis. Se limitaba su uso
á enfermedades graves y rebeldes, «á aquellas, dice Ratier[34], que
exigian recursos farmacológicos usuales.» Sin embargo, algunos médicos
ingleses y alemanes, Himly, Greding, Holbrook, Will, Blacket, Herber,
Munch, Hufeland, y los franceses Ibrélisle, Andrey, Giraudy, Sage,
Pauquy, Méglin, Lisfranc, Chaussier, Cruveilhier, publicaron cada uno
multitud de observaciones interesantes sobre las diversas propiedades de
esta maravillosa solanácea[35], cuando el R. P. Debreyne se esforzó en
reunir todos estos trabajos, resumiéndolos de una manera tan ambigua
como incompleta, en su monografía sobre la _belladona_[36].

Muchas escuelas solo han considerado á la _belladona_ como un
hipostenizante vascular. Uno de nuestros terapéuticos modernos esplica
su virtud preservativa de la escarlatina por el narcotismo. Merat y
Delens[37] solo han mencionado una de las menos interesantes
observaciones de Hahnemann sobre sus propiedades; nosotros queremos ser
justos y verídicos atribuyendo á este último el movimiento que llamó la
atencion de todos sobre este poderoso agente terapéutico.

La profilaxis, la preservacion de enfermedades por débiles dósis de
medicamento, es una conquista reciente de la ciencia, y la posteridad
reconocerá á Hahnemann por su autor, no solo por sus observaciones sobre
la profilaxis de la escarlatina[38], sino por los principios que sentó,
y por la práctica de los inspirados en la de Hahnemann. La profilaxis,
en efecto, no se limita á la escarlatina; comprende enfermedades
hereditarias, un buen número de agudas, y hasta el cólera. Esto es lo
que multitud de hechos permiten hoy confirmar, y lo que armoniza
perfectamente con los datos que resultan de las modificaciones
fisiológicas y terapéuticas del organismo por la influencia de agentes
morbosos ó medicinales. Es posible modificar la vitalidad y sus
condiciones fisiológicas en un sentido que hace imposible el desarrollo
de una enfermedad, es decir, la modificacion patológica del organismo.
Ya recogerémos sobre esto materiales para utilizarlos algun dia si Dios
quiere.


§ II.--Generalidades.

Los síntomas recogidos en los casos de intoxicacion y en las
esperiencias sobre el hombre sano, están perfectamente acordes para
asignar á la _belladona_ una accion electiva sobre el encéfalo, y por
consiguiente sobre los sistemas sanguíneo y linfático, como lo prueban
por otra parte los hechos clínicos. La _belladona_ tiene una grande
analogía de accion con el _acónito_, si bien la primera obra
directamente sobre el sistema nervioso, é indirectamente sobre el
sanguíneo; su accion es igualmente espansiva de dentro afuera. Mas, como
ya dejamos dicho, y el lector lo confirmará frecuentemente por sí mismo,
toda accion espansiva supone otra de concentracion equivalente en el
medicamento que la provoca, pero en cierta época de la duracion de su
accion y en cierto grado de su intensidad. Los dos puntos estremos de
esta accion, sus dos polos, son los centros nerviosos y sus
irradiaciones á las superficies interna y esterna; de aquí nace la
influencia directa de la _belladona_, ya sobre los centros nerviosos y
sanguíneos, ya sobre la piel y las mucosas, hasta el punto que se ha
podido muy bien decir, que uno de los efectos fundamentales de este
medicamento era un éstasis sanguíneo en la red capilar. Bajo todos los
puntos de vista, su esfera de accion es inmensa.

Por su accion espansiva y por su electividad sobre el encéfalo, la
_belladona_ se adapta con preferencia á la infancia, á las
constituciones linfáticas, á los jóvenes y personas en las que la piel
goza aun de grande permeabilidad, y el sistema circulatorio de grande
energía. Tambien las constituciones secas y nerviosas, en las que las
membranas mucosas tienen, á espensas de la superficie cutánea, mayor
suma de actividad y de hiperemia, son igualmente del dominio de la
_belladona_. Esta se adapta tanto mas á una enfermedad dada, cuanto mas
manifiesta es la afeccion encefálica, punto de partida de la dolencia,
su carácter es mas congestivo, y la persona enferma tiene un cerebro
física y psíquicamente mas desarrollado.

La _belladona_ es uno de los medicamentos, en el que es mas difícil
determinar sus dósis. Es verdad que el principio general que indica que
las mas bajas sean para las enfermedades agudas, es aplicable á la
_belladona_; pero tambien lo es, que ningun medicamento tiene tanta
necesidad como este de las variadas dósis de toda la escala posológica.
Se la ha visto despertar afecciones simpáticas latentes, suscitar
neuralgias, provocar congestiones, y desarrollar rubicundeces en la
piel; y esta consideracion la ha valido, en concepto de algunos médicos,
el que se la deba contar entre los medicamentos aptos para combatir las
enfermedades crónicas y los herpes aun bajo sus formas mas degeneradas.
Bien se puede decir que su accion sobre la piel es mas aguda que
crónica, y que corresponde á los exantemas escrofulosos y á las lesiones
de tejido con hiperemia. El _carbonato de cal_ es el medicamento mas
análogo á _belladona_ en estas especies de afecciones; el _grafito_ y la
_staphisagria_ lo son mas en su accion crónica.

Creemos conveniente omitir la multitud de puntos de contacto y analogía
entre la _belladona_ y otros medicamentos, por no ser difusos; pero sí
indicarémos, que, alternada con algunos otros, como el _acónito_ ó el
_mercurio_ por ejemplo, es útil todos los dias y produce resultados
incontestables. El vino y el café son los antídotos generales de la
_belladona_; pero es necesario, en fin, combatir sus síntomas especiales
con sustancias de efectos análogos.

Desde la primera impresion del medicamento en la economía, hasta lo mas
completo é intenso de su accion, se observan, como en todos los
policrestos, estados tan distintos, que permiten dividir los efectos en
períodos, prodrómico, agudo, sobreagudo, crónico, y formar grupos que
representan diversas afecciones morbosas; pero en este medicamento hemos
preferido variar la manera de estudiarle y adoptar otro género de
esposicion. Primeramente, sin embargo, vamos á dar una idea general de
los efectos de la _belladona_, enumerando los de su principio activo, la
_atropina_: dilatacion é inmovilidad de la pupila, alteracion de la
vision, somnolencia y ofuscacion de las ideas, alucinaciones de la
vision, anestesia, sequedad de la boca y de la garganta, pérdida del
apetito, palabra difícil, delirio, disfagia, rubicundez de la piel,
pesadez y temblor paralítico. Estos síntomas en conjunto pertenecen al
sistema cérebro-espinal; al cerebro primero, y despues á la parte que
este preside en el sentido de la vista, en el pensamiento y la locucion;
á la médula espinal, en la parte que esta tiene en las fibras radiadas
del íris, en los constrictores de la faringe y los esfínteres, y en
fin, sobre los músculos de relacion.

Por medio de la médula espinal, obra poderosamente la _belladona_ en el
corazon y los capilares, siendo por lo mismo uno de los principales
medicamentos piréticos; y la plenitud, tension de la arteria, prontitud
y vivacidad de las pulsaciones, constituyen uno de los caractéres
esenciales de su indicacion en las fiebres, aun cuando la postracion se
haya estendido al sistema muscular. El pulso miserable y filiforme no
impide que la _belladona_ juegue en el último período de las fiebres y
de las afecciones graves; pero es preciso en estos casos que haya toda
la semejanza posible entre sus efectos sobre el sistema nervioso y la
piel. Hé aquí pues los datos prácticos esenciales.


§ III.--Efectos fisiológicos y terapéuticos sobre el sistema nervioso.

A grandes dósis, la _belladona_ escita los sistemas nervioso y
sanguíneo; y á mayores aun, debilita primero y paraliza despues los
movimientos orgánicos, por lo cual la escuela italiana la ha atribuido
una accion hipostenizante. Pero en estos efectos estremos, en esta
accion tóxica de la belladona, solo se puede observar la menor parte de
su valor terapéutico revelado por las débiles dósis. Con estas, que
podriamos llamar especiales, este medicamento desenvuelve un gran número
de modificaciones de la sensibilidad y de la contractilidad,
modificaciones que constituyen á la _belladona_ en un agente terapéutico
precioso y especial.

Se observan dolores variados: unas veces consisten en una exaltacion de
la sensibilidad que hace insoportable la menor presion; otras son
neuralgias de formas diversas que espresan toda especie de dolores,
desde los mas agudos hasta el adormecimiento.

Los dolores de la _belladona_ están acompañados ordinariamente de un
elemento espasmódico; de contracciones, estremecimientos, sacudidas,
pinchazos; se agravan hácia el fin del dia y por la noche; el contacto y
el movimiento les agravan tambien por lo que tienen de congestivo.

Sus calambres, sus espasmos, sus convulsiones, no afectan mas que los
órganos de la vida de relacion, las fibras musculares que obedecen al
encéfalo. Ni el corazon, ni las paredes de los intestinos sufren
directamente su accion, porque su punto de partida y de eleccion está en
el cerebro y no en el sistema nervioso ganglionar, en lo cual difiere
del _carbonato de cal_, del _arsénico_ é _ipecacuana_, que obran sobre
el último, y de la misma _nuez vómica_, que se refiere á la médula
oblongada.

Los fenómenos nerviosos de la _belladona_ son indirectos ó directos,
segun que se presentan en la periferia, ó que se limitan á los centros.
Se dividen en dos órdenes: 1.º síntomas nerviosos activos que dependen
de una afeccion primitiva esencial del cerebro ó de los nervios; 2.º
síntomas nerviosos que dependen de una alteracion de los órganos ó de su
estímulo, y que son pasivos ó secundarios, como hemos indicado para el
_acónito_.

Los fenómenos nerviosos atáxicos de las fiebres graves, con los que las
virtudes de la _belladona_ tienen relacion terapéutica, son de este
número. Consignamos por tanto, que los síntomas atáxicos en cuestion no
dependen realmente de la escitacion sanguínea y del delirio activo, sino
del último grado de la congestion cerebral, y que, en fin, la ataxia
propiamente dicha no es tan propia de la _belladona_ como de otros
medicamentos, pues sus fenómenos mas graves están siempre acompañados de
congestion y se observa en ellos el predominio de la accion del cerebro
sobre la de la médula espinal y los nervios de la vida orgánica. Una de
las diferencias notables entre el _acónito_ y la _belladona_,
recomendada infundadamente en los síntomas prodrómicos de las fiebres,
consiste en que el _acónito_ por su impresion inicial mas fija sobre el
sistema nervioso ganglionar, es mas apto para combatir los prodromos que
la _belladona_, cuya accion sobre el encéfalo es mas directa: bajo este
punto de vista, la _ipecacuana_ y el _arsénico_ son igualmente
preferibles.

Opinamos con Mr. Trousseau[39] que no se debe establecer distincion
entre las dósis fuertes de _belladona_ administradas en la pasion
ilíaca, la hernia estrangulada, el tétanos y las afecciones de este
género, y las dósis muy débiles que se dan en estas mismas afecciones y
en las incontinencias de orina, ciertas dismenorreas y algunos espasmos
localizados; en el primer caso, se procura la relajacion de la fibra, no
por el adormecimiento nervioso y la hipostenia, sino por la accion
especial del medicamento como en el segundo caso.

A dósis débiles, y sin desarrollar síntomas accesorios, la _belladona_
provoca y sostiene la dilatacion del orificio uterino, cuando este no se
dilata suficientemente con los verdaderos dolores de parto; lo mismo
sucede en algunos casos de dismenorrea con eretismo congestivo del
útero, y en la incontinencia nocturna de los niños debida á la
contraccion activa del esfínter de la vejiga. Esta incontinencia cede
mejor que la de los viejos debida á una causa opuesta y que requiere la
_nuez vómica_. Por otra parte, cuando el elemento nervioso predomina en
una afeccion espasmódica cualquiera, son preferibles á _belladona_, el
_beleño_, la _manzanilla_, la _ignacia_.

Las afecciones histéricas y epilépticas se modifican felizmente con la
_belladona_. Las dósis fuertes no hacen mas que retardar los accesos,
mientras que las débiles obran de una manera mas duradera, lo cual es un
hecho práctico. En muchos casos se agregan como auxiliares de la
_belladona_, el _carbonato de cal_, la _ignacia_, el _cobre_, etc.

El asma con orgasmo arterial reclama con frecuencia _belladona_, así
como tambien el asma tímico, el de Millar, la angina de pecho, la
neuralgia celíaca, el cólico nefrítico, el corea ó baile de San Vito, si
bien esta última afeccion exige mas principalmente la _nuez vómica_.
Para que la _belladona_ esté indicada en todas estas enfermedades, debe
haber un elemento flogístico ó congestivo, un orgasmo del encéfalo, ya
sintomático, ya como _pars recipiens_. La eclampsia de las embarazadas y
el ergotismo están en el mismo caso. Los espasmos, que, en general, se
curan con _belladona_, ocupan con preferencia los músculos flexores y
son precedidos de hormigueo.

La disnea constrictiva, producida por la _belladona_, ha sido la causa
de emplearla con resultados ventajosos en la coqueluche; pero para
usarla en esta afeccion, es preciso que el elemento espasmódico esté
casi enteramente separado del inflamatorio, dirigiéndose antes á este
último con _acónito_ ó _ipecacuana_..... En la coqueluche, además, es
necesario á veces combatir la causa con la _dulcamara_ ó el
_amoníaco_..... si es catarral, ó con otros medicamentos en lo que
ofrezca de particular, si es epidémica. ¿No hemos visto curarse con la
_cicuta_ y la _ipecacuana_ la mayor parte de las coqueluches en su
segundo período, que han reinado en uno de estos últimos años?

La bola histérica, la pirosis y la gastralgia son generalmente una misma
afeccion, procedente de la alteracion de un mismo nervio. Al investigar
la relacion de sucesion, se debe determinar primero, si es necesario
preferir la _belladona_, al _arsénico_ y á la _nuez vómica_.

Las neuralgias de la _belladona_ son hiperémicas, es decir, que están
acompañadas de un movimiento congestivo; que se presentan por la tarde,
ó por lo menos que se agravan en este momento, así como tambien se
aumentan por el tacto y el movimiento. Es difícil apreciar si son mas
bien lancinantes que dislacerantes ó de otra forma. Los efectos de
muchos medicamentos nos ofrecen dolores análogos, bajo este punto de
vista, á los de la _belladona_; pero el último carácter que puede servir
para diferenciarla, es que las neuralgias propias de _belladona_ se
alivian por el frio. Pero este carácter es propio tambien de las
neuralgias del _acónito_; mientras que el del _mercurio_, _nuez vómica_
y _stafisagria_, es el de mejorarse las neuralgias por el calor. Esto es
cuanto podemos decir sin detallar mas las hemicráneas, los tics
dolorosos, los dolores reumáticos, las odontalgias..... Consignarémos
sin embargo, que aun cuando la compresion y constriccion alivien los
dolores intestinales, esto no contraindica la _belladona_.

Este medicamento, en fin, se emplea útilmente en algunos casos de
parálisis de la cara, y aun en la parálisis mas ó menos general
producida por la hemorragia cerebral, cuando hay afonía, diminucion de
las funciones sensoriales, pérdida de movimiento y de sentimiento,
salivacion y disfagia. Es pues uno de los medicamentos curativos y
preservativos de la apoplejía.

En las enfermedades no febriles, el insomnio, que es análogo al que
produce la _belladona_, depende del orgasmo cerebral con calor en la
cara y en la frente. El delirio, que está igualmente en relacion con los
efectos de este medicamento, es alegre cuando es infebril, consistiendo
mas bien en alucinaciones é ilusiones de los sentidos. Los casos mas
crónicos ofrecen el enflaquecimiento, la sequedad de la piel, el color
amarillento y espasmos internos con una fiebrecilla con exacerbaciones
nocturnas. El eretismo domina la escena, y las neuralgias se agregan
frecuentemente á los espasmos.


§ IV.--Efectos fisiológicos y terapéuticos sobre el sistema sanguíneo.

Siendo directa la accion de la _belladona_ sobre el encéfalo,
naturalmente sus fiebres y sus flogosis tienen un carácter nervioso que
se podria definir por un eretismo sanguíneo; y si bien su accion irradia
de los centros á la periferia, puede suceder que el sistema capilar sea
el teatro principal de la enfermedad. De aquí resulta que ni la palidez
de la cara ó su turgencia, ni los espasmos, ó la resolucion de las
fuerzas musculares, ni la impresionabilidad y las alucinaciones, ni la
debilidad é insensibilidad, ni el furor ó la apatía, ni aun la misma
contraccion de la pupila, ó su dilatacion, tomados aisladamente, pueden
ser por sí mismos síntomas característicos de la _belladona_, sino en su
órden de sucesion; la escitacion y los espasmos preceden siempre al
abatimiento y la postracion. Pero está siempre indicada por la
relajacion pasiva de los esfínteres y por las evacuaciones
involuntarias, cuando estos síntomas han sido precedidos de
escitaciones.

La fiebre de la _belladona_, en su período de agudeza y de incremento,
ofrece casi la misma regularidad que la de _acónito_; pero tiene una
tension mas duradera, debida á la escitacion cerebral que parece como
que comprime todos los conductos, y que frecuentemente produce un
abundante sudor en la frente. Mas tarde, los fenómenos nerviosos y la
afeccion del cerebro la caracterizan eminentemente por el delirio
activo, las constricciones dolorosas, en particular en la garganta, las
rigideces, los espasmos aun tetánicos, la sensibilidad exagerada de los
órganos de los sentidos, las alucinaciones, un pulso lleno y
acelerado..... Mas tarde aun, la piel se pone fria, pálida, seca,
arrugada, el pulso muy pequeño, el delirio pasivo, la pupila contraida,
el calor interno es molesto, las evacuaciones, en fin, son
involuntarias.

Las fiebres exantemáticas que afectan la cabeza requieren _belladona_.
Este es el medio curativo de la escarlatina lisa y tambien un
preservativo del sarampion, de la erisipela que se estiende en
circunferencia con tumefaccion roja, lustrosa, y generalmente con
rubicundeces lisas en la piel. La angina de la escarlatina es un
indicante de la _belladona_ como el carácter del exantema; tambien juega
en otras fiebres en las que la garganta se inflama, á menos que el
_mercurio_ que la auxilia tantas veces, no deba administrársele primero.
La observacion demuestra que todo exantema cuyos síntomas generales y
febriles, no se alivien con la _belladona_, requiere otro medicamento.

Es indispensable en la agudeza de las fiebres mucosas y gástricas de las
personas jóvenes y linfáticas, y siempre que las superficies mucosas
esten flogoseadas con supresion de las secreciones, pulso desarrollado y
exacerbacion de la fiebre al anochecer ó por la noche. Generalmente se
unen síntomas congestivos en la cabeza. Las indicaciones de la
_belladona_ en la fiebre tifoídea y en las fiebres nerviosas
corresponden á un estado semejante. Cuando el sistema nervioso
ganglionar está escitado por el profundo ataque de la inervacion
visceral, este medicamento tiene una corta y momentánea indicacion, y se
le debe sustituir por otro mas indicado.

Aun en este período de congestion aguda, se usa la _belladona_ en la
meningitis y en muchas inflamaciones con ó sin fiebre. Si despues, los
tejidos se alteran en su testura ó en su secrecion, y se forman
derrames, falsas membranas, é induraciones, otros deben ser los medios
que se elijan para combatir estas alteraciones.

Los síntomas que indican la _belladona_ en una fiebre intermitente, que
no puede ser mas que cotidiana ó subcontinua, denotan que el cerebro y
el corazon han tomado una participacion casi igual. El dolor de cabeza
es atroz y dilatante; hay delirio, visiones terribles, á veces
alucinaciones deliciosas, y esta accion exagerada del cerebro prolonga
el estadio del calor; los estadios se suceden con cierta irregularidad;
el sudor suele presentarse despues del frio, y el calor terminar la
fiebre, que generalmente es entonces subintrante ó subcontinua. Para que
semejantes fiebres requieran _belladona_ deben presentar el carácter de
un dolor circunscrito á la cabeza, un punto neurálgico desarrollado
paulatinamente en medio de los accesos indeterminados al principio, y
cuyo punto neurálgico persiste en la remision ó la apirexia. La
_belladona_ se adapta mas á personas sanguíneas, á los adultos y á los
niños.

Los accesos se presentan hácia el anochecer. Está frecuentemente
indicada en las caquexias palúdicas despues del abuso de la _quina_ y
sus sales, de las sales de hierro y aun del _arsénico_ mismo.

La _belladona_ es un recurso poderoso en las fiebres reumáticas
caracterizadas por el eretismo y la escitacion cerebral, con
tumefacciones rojas, fijas, con dolor lancinante y que se agrava hácia
la noche y por la presion. En estos casos el dolor suele calmarse, pero
no la tumefaccion.

La importancia de la _belladona_ en el tratamiento de las hemorragias y
de la apoplejía misma guarda un término medio entre el _acónito_ y
_árnica_; sus síntomas armonizan con la turgencia de la cara y su
tumefaccion de un rojo oscuro, con los espasmos y las alucinaciones del
oido y de la vista; corresponde á los prodromos de la hemorragia
cerebral y al estado de turgencia y de congestion que son consiguientes.

En toda hemorragia en la que este medicamento es un agente curativo, hay
un elemento pletórico ó congestivo por lo menos. La plétora del corazon
y el síncope por aflujo de sangre reclaman algunas veces _belladona_;
las palpitaciones son vivas y causan una especie de emocion en el pecho,
con pesadez de la cabeza. La dismenorrea espasmódica y las congestiones
uterinas cesan á veces con este medicamento, si es que la _nuez vómica_,
la _pulsatila_ ó la _ipecacuana_, y aun la _manzanilla_, no están mejor
indicadas.

Los síntomas que espresan la accion de la _belladona_ sobre el cerebro
son sus mejores indicantes, ya usada sola ó alternada con el _acónito_,
en el delirio agudo, en la frenitis, y aun en el _delirium tremens_ y
en la manía, ya esencial, ya unida al histerismo, al estado puerperal ó
en el corea, con tal que á los fenómenos congestivos se agreguen algunos
de los efectos particulares de la _belladona_, tales como contraccion de
la pupila, fotofobia, ambliopia, chispas en el campo de la vision,
alucinaciones alegres, sed ardiente, afonía, tialismo ó boca seca,
hidrofobia, disfagia, temblores musculares.

Se ha usado la _belladona_ con buenos resultados en afecciones mentales
de carácter asténico, y parece obrar mas directamente que otros
medicamentos sobre el encéfalo en los desórdenes de las facultades
mentales, modificando el orgasmo cerebral. La _belladona_, en fin (para
no repetirlo en el párrafo siguiente), se la ha empleado infundadamente
en nuestros dias con mas frecuencia que el _eléboro blanco_, en el
delirio crónico y la demencia. Se ha reconocido entre sus síntomas,
fenómenos morales que la recomiendan en el suicidio maniático, y en el
mismo por escrúpulos con fenómenos histéricos, llantos involuntarios y
olvido de las personas mas queridas.

Las inflamaciones propias de _belladona_ son profundas; ocupan el
espesor de los órganos en los que hay punzadas y aun dolores, que tienen
un carácter neurálgico. La _brionia_ afecta mas las superficies
cutáneas, mucosas y serosas. El _mercurio_ se usa útilmente despues de
_belladona_ en las flegmasías subagudas.

Estos dos medicamentos se alternan ventajosamente en el hidrocéfalo
agudo y en todas las inflamaciones de las membranas serosas, despues de
_acónito_ y antes de _brionia_. La _belladona_ se alterna igualmente con
el _mercurio_, hasta en el período de las inflamaciones en que se altera
la testura de los órganos y se efectúan derrames: este dato es
aplicable á _belladona_ en el tratamiento de las inflamaciones de los
órganos parenquimatosos, de las glándulas, de las membranas mucosas, del
tejido celular, del periostio mismo; se auxilia ó se completa la accion
de _belladona_ con los medicamentos convenientes al sitio, carácter y
período de la inflamacion, porque esta solanácea solo conviene, por
punto general, en el momento de la agudeza, en la violencia de la
afeccion.

Debemos, sin embargo, consignar que en semejantes casos los síntomas mas
notables por la gravedad, reclaman muchas veces el _arsénico_, como en
la pericarditis, por ejemplo, cuando la ansiedad estremada, la sed
ardiente, los dolores lancinantes y la dilatacion de las pupilas no
ceden pronto á la accion de _acónito_ ó _belladona_, si es que están
indicados. Cuando la metritis pasa á metro-peritonitis deben
administrarse prontamente _brionia_, _mercurio_ ó _arsénico_, en vez de
_belladona_, para combatir los síntomas de una violenta concentracion en
el bajo vientre, con grave reaccion sobre el cerebro y corazon.

La _belladona_ y la _pulsatila_ se disputan la preeminencia en el
tratamiento de la otitis aguda, pero la primera se adapta mejor á la
otitis interna; en cualquiera otra flegmasía la pulsatila se dirige á un
período menos agudo de la afeccion.

Lo mismo sucede en la angina respecto al uso de _belladona_ ó _mercurio_
despues de _acónito_; el _mercurio_ corresponde á un estado mas local y
menos agudo. La agudeza de las flegmasías esternas é internas propias de
_belladona_ carece de tendencia maligna y de fenómenos nerviosos graves,
pudiendo elevarse hasta los síntomas siguientes: dolor vivo, tension,
grande sensibilidad, síntomas generales nerviosos; cuando el tumor está
situado al esterior, está caliente y la rubicundez no se circunscribe
al mismo. Una de las flegmasías en la que mas ventajosamente juega la
_belladona_ es la oftalmía con movimientos congestivos, dolores
violentos, grande fotofobia, inyeccion rojo-oscura, aunque sea
gonorréica, seca ó purulenta; el _mercurio_ viene despues, como en los
casos ordinarios. La accion de la _belladona_ en la pupila debe decidir
á emplearla con fundamento en la retinitis y en la iritis. Es notable
que la dilatacion del íris en esta última afeccion se presente despues
del alivio de los síntomas inflamatorios.

Hemos hablado, en general, de la eficacia de la _belladona_ en las
flegmasías de las membranas mucosas, y ciertamente no hay una, aguda, en
la que este medicamento no tenga su momento de oportunidad. Pero en
estas, como en cualquiera otra flegmasía, el estado subagudo y aun
crónico está caracterizado por momentos de agravacion que, aunque menos
agudos sus síntomas, se acomodan muy bien á _belladona_ sola ó alternada
con otros mas propios, para dar á los tejidos su tonicidad debilitada,
como el _borax_, el _carbonato de amoníaco_, la _quina_ y el _azufre_.
La vaginitis sin leucorrea, es decir, en su período crítico, es propia
de _belladona_; pero la manifestacion del flujo la escluye, y requiere
mas bien el _mercurio_.

La utilidad de la _belladona_ es, sin embargo, incontestable en las
metrorragias, los loquios escesivos y las leucorreas inflamatorias,
cuando se observa plétora, sensacion de presion de arriba abajo con un
movimiento de dilatacion del útero, como si fuera á salirse.

La _belladona_, por último, es con el _acónito_, la _manzanilla_, y el
_mercurio_ uno de los mas grandes antiflogísticos de la infancia, en la
que las enfermedades presentan tantas veces la somnolencia, las
convulsiones y la agravacion febril por la tarde y por la noche. No
mencionarémos enfermedad alguna en particular, pero recordarémos para
terminar este párrafo la estremada pobreza que en antiflogísticos ha
estado hasta ahora esa terapéutica, en la que los tratados _ex-professo_
no dan como tales mas que el malvavisco y las bebidas acuosas, á pesar
de que la ciencia proclama hace mucho tiempo, y en todas partes,
medicamentos tan eficaces como estos, pero á dósis convenientes, segun
el efecto que se desea.


§ V.--Efectos fisiológicos y terapéuticos en las afecciones del sistema
linfático.

A propósito del uso de la _belladona_ en las enfermedades crónicas, y
mas generalmente en las afecciones de los tejidos y en las alteraciones
plásticas y humorales, es necesario tener presente que toda escitacion
prolongada conduce á la astenia y á cierta discrasia: la _belladona_,
que en su accion sobre las esferas nerviosa y sanguínea produce
fenómenos de escitacion que se elevan hasta la opresion de las fuerzas,
tiende igualmente por la continuidad de su accion á un estado discrásico
que conserva el carácter de su accion y de las diversas modificaciones
de los tejidos.

Así, pues, aun cuando no se trata ahora de la agudeza y del orgasmo, ó
de si estos estados solo son accidentales en las enfermedades crónicas,
no por eso carece de eficacia la _belladona_ en estas afecciones, ni
deja de estar indicada por su estado diatésico. En nuestro concepto, la
accion de la _belladona_ sobre el sistema linfático y sobre la
plasticidad consiste en la influencia que este medicamento ejerce en la
inervacion cérebro-espinal y en la circulacion, ataque é influencia que
los hechos clínicos comprueban.

La escrófula necesita siempre de la _belladona_ en distintas épocas de
su duracion y en sus diversas formas. Al principio de esta, cuando se
observa epistaxis, hinchazon de la nariz ó de los labios, eritemas,
erisipelas habituales, anginas repetidas, oftalmías frecuentes,
inflamaciones de vientre, linfatismo con plétoras parciales, ó bien
enflaquecimiento continuo en medio de estos síntomas, haya ó no
adenitis, la _belladona_ puede emplearse sin perjuicio del _mercurio_,
del _azufre_, del _carbonato de cal_, especialmente en los niños y los
jóvenes. Un estado un poco mas crónico, con mas flacidez en la piel, el
aspecto mas enfermizo y con menos fenómenos congestivos, y menos
recrudescencias flegmásicas, constituyen las indicaciones mas claras del
_aceite de hígado de bacalao_.

Los infartos de los gánglios del cuello y de otras partes, ciertas
hepatitis crónicas, el infarto linfático del útero y de su cuello, y la
induracion de las glándulas, no pueden menos de requerir _belladona_, si
hay eretismo, sequedad de la piel ó simplemente aumento de calor por la
noche y la tarde, y agravacion á veces de los fenómenos inflamatorios
locales.

La _belladona_ tiene propiedades recomendables para tratar las úlceras
corrosivas, el _lupus vorax_ y las afecciones ulcerosas que suceden á
las induraciones linfáticas, aun en el cuello del útero, lo cual ha
hecho que se la recomiende en el cáncer de la matriz. En todos estos
casos los bordes están endurecidos, sensibles y rubicundos, y la
rubicundez se estiende y desaparece gradualmente. El _arsénico_, el
_mercurio_, el _oro_ y el _azufre_..... son los auxiliares mas
frecuentes. Las periostitis y las inflamaciones de los huesos exigen la
_belladona_ entre otros medios curativos; y los mejores auxiliares de
esta son: el _mercurio_, la _plata_, la _asafétida_, el _carbonato de
cal_....; lo mismo sucede en el tratamiento de las luxaciones
espontáneas del fémur, y en los tumores blancos articulares. En todas
estas lesiones no procedemos, como lo han hecho algunos terapeutistas,
atribuyendo á la _belladona_ una accion curativa especial y directa;
solo vemos en ella un medio de destruir el orgasmo linfático, de disipar
el eretismo, de modificar la induracion y la lesion, hasta tal punto,
que la reduccion se simplifique, facilitando despues la curacion con
medicamentos mas especiales.

La oftalmía escrofulosa no se cura sin _belladona_; la angioleucitis y
la leucoflegmasía, así como tambien algunos derrames pleuríticos con
orgasmo local, y varios accidentes ó formas de la clorosis, de la
ascitis, y de los edemas renitentes, se modifican ventajosamente con
este medicamento.

Corresponde _belladona_ á todas las variedades del pénfigo de los niños,
en su principio, pero sin olvidar que merecerá la preferencia la
_dulcamara_, si las vesículas son simples, sin irritacion en la piel;
que lo será el _zumaque_, si las vesículas están rodeadas de una auréola
rosácea, y el _azufre_, ó el _mezereum_, cuando dejan una escoriacion
con costra. Está tambien indicada la _belladona_, aunque solo como
auxiliar, en la pitiriasis con rubicundez, y en ciertas erupciones
liquenóides, papulosas, eritematosas.

El lector, en fin, distinguirá fácilmente los casos de salivacion
espontánea ó mercurial en los que conviene _belladona_, y suplirá con la
ayuda de todos los caractéres de la accion de este medicamento las
indicaciones que omitimos y ni aun designamos. No queremos sin embargo
dejar de mencionar la utilidad de la _belladona_ en la hidrofobia, cuyos
síntomas se ajustan tan exactamente á sus efectos fisiológicos;
hablamos, es verdad, bajo la fé de otros, pero tambien lo es que consta
de testimonios muy respetables. El _beleño_, el _estramonio_ y la
_cantárida_ participan igualmente, al parecer, de esta propiedad. Se ha
empleado la _belladona_ como preservativa de la rabia, y nosotros
creemos tener hechos que lo prueban.

Há ya mucho tiempo que la primera de estas propiedades está reconocida;
la segunda se deduce tan naturalmente, que es de admirar no se la haya
utilizado fuera de la escuela hahnemanniana. ¿No ha indicado ya la
esperiencia como medios preservativos del cólera, de la escarlatina y de
ciertas fiebres, á los medicamentos que las curan? Fácil es, pues,
presentir las numerosas conquistas que aun restan.

=Dósis.=--En general, las afecciones febriles y flegmásicas soportan mejor
las primeras atenuaciones que las afecciones nerviosas; las neuralgias,
sin embargo, son las que al parecer exigen el uso de una ó dos gotas,
por ejemplo, de la primera atenuacion, ó varias de la misma tintura en
agua. Ultimamente, cuanto mayor sea la irritabilidad, mas débil debe ser
la dósis, y aun pasar de la trigésima atenuacion, lo mismo en las
fiebres que en las neuralgias. Las enfermedades crónicas están en el
mismo caso, cuando consisten principalmente en lesiones funcionales; y
en muchas ocasiones, como en la de los espasmos de los esfínteres, es
conveniente aumentar la dósis y recurrir aun á la tintura misma,
pudiéndose emplear hasta veinte gotas en veinticuatro horas, usar
tambien pomadas compuestas con _belladona_ ó unturas con el estracto de
la misma, _loco dolenti_, pudiéndose obrar del mismo modo en algunos
infartos linfáticos. Si se alterna con la _belladona_ algun otro
medicamento como el _mercurio_, es necesario elevar proporcionalmente
las dósis de este, sin necesitarse casi nunca mas que las trituraciones
dadas al interior. Pocos medicamentos hay en los que sea mas necesario
variar la potencia de las dósis en los diversos casos morbosos, que en
la _belladona_, unas veces segun la naturaleza de la enfermedad, otras
segun la impresionabilidad del enfermo, ó en fin, por la analogía mas ó
menos perfecta entre la enfermedad y el medicamento.



BISMUTHUM NITRICUM (BISMUTO).


§ I.--Historia.

El _subnitrato de bismuto_ de que nos vamos á ocupar no se le empleó en
su principio mas que al esterior y en calidad de cosmético. Su uso
interno como medicamento corresponde al fin del siglo pasado, en cuya
época fué recomendado por Odier y casi inmediatamente olvidado. El lugar
que los terapéuticos modernos le han dado en la materia médica, no es
ciertamente usurpado, pero sí muy indeterminado. ¡Qué mas! Un profesor
ha hecho de él un tónico astringente, y sin embargo se ha usado en
fiebres intermitentes, en el tialismo, en los vómitos rebeldes y hasta
en el cólera; pero mas particularmente en afecciones gástricas y
diarreas crónicas. En nuestros días se le ha empleado felizmente en
neuralgias agravadas por la aplicacion del agua fria. El papel que le
hace jugar el profesor de Pádua con el título de hipostenizante
gástrico, no arroja luz alguna sobre sus propiedades reales.


§ II.--Efectos fisiológico y terapéuticos.

Las propiedades antigastrálgicas son hoy las mejor conocidas; ¿pero cuál
es el carácter de esta gastralgia? Se puede responder, que es
calambroídea, complicada con atonía, y acompañada de náuseas, vómitos,
flatuosidades y endolorimiento del epigastrio ó del vientre. Esta
sensibilidad y la gastralgia aparecen ó se agravan despues de haber
comido.

En cuanto á los síntomas que pueden conducir á apreciar la accion del
_bismuto_ y conocer sus indicaciones, son los dolores calambróides y
presivos en diversos puntos, contracciones quemantes seguidas de
temblores ó de debilidad, palpitaciones con decaimiento de la
circulacion, pesadez de cabeza y vértigos con alteracion del estómago, y
orinas frecuentes y acuosas. Se ha observado tambien escozores y prurito
en la piel, vegetaciones verrugosas, cara pálida y empañada, rubicundez
de la conjuntiva, legañas en los párpados, tumefaccion y dolor de
escoriacion en las encías.

El _bismuto_, segun los datos clínicos, es el mejor medicamento para
combatir los dolores calmados por el agua fria, y las gastralgias con
calambres y estremecimientos musculares. Ciertas palpitaciones nocturnas
en particular, y mas ó menos unidas con padecimientos del estómago, se
curan con este medicamento, cuyas relaciones con el nervio neumogástrico
están bien justificadas. Estas relaciones esplican la afeccion de las
funciones digestivas en el sentido asténico y la lesion de la
plasticidad, y mas especialmente una hipersecrecion intestinal que
constituye una diarrea mucosa; de las mismas se deduce igualmente, que
la facilidad de las deposiciones ó la diarrea, las orinas abundantes y
frecuentes y un aumento de saliva, son los síntomas que acompañan
siempre sus indicaciones, ó las constituyen.

=Dósis.=--Suele ser insuficiente una centésima parte de una de las tres
primeras trituraciones, pudiéndose dar entonces una vigésima; mas en
ciertos casos de gastralgia y otras neuralgias, es preferible una sola
gota de la sesta.



BORAX.--NATRUM BORACICUM. (BORAX.--SUBBORATO DE SOSA).


§ I.--Historia.

El _borax_ es un medicamento que, á pesar de las esperiencias bastante
numerosas que se han verificado, es de un uso poco frecuente, si bien
algunos autores le han recomendado en las fiebres inflamatorias, las
hemorragias, los espasmos, la epilepsia, y se le tiene por un
hipostenizante vascular. Este compuesto de _sosa_ y _ácido borácico_
tiene una esfera de accion mas limitada que la que podria suponerse, á
juzgar por la del _hidroclorato de sosa_, que es estensa: el uso clínico
no es grande, y sus efectos fisiológicos, que indican muchos puntos de
analogía entre los dos medicamentos, no han sufrido la prueba práctica,
sin la que los medicamentos permanecen en la region del olvido.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Todos los efectos del _borax_ llevan el sello de la astenia. El frio
domina en la fiebre, y si hay calor se reproduce por poco que se
descubra. Hay somnolencia, y si el sueño es inquieto lo es por calores
incómodos y otros varios padecimientos. La ansiedad, el susto y la
irritabilidad caracterizan el estado moral. La cefalalgia ofrece una
sensacion de plenitud, de congestion; se observan vértigos que se elevan
hasta producir náuseas ó desvanecimiento. Los ojos, la nariz, los
labios, la vulva, ofrecen algunos dolores de escoriacion y sensaciones
de ardor; hay á veces espectoracion sanguinolenta y epistaxis, algunas
fluxiones subagudas en las mejillas, en la boca, é irritaciones
inflamatorias en los ojos, en la nariz, en la boca, con costras,
hemorragia, secrecion mucosa.

Los dolores son lancinantes y tractivos en general, quemantes algunas
veces en los dedos de los piés y de las manos, y en este caso hay calor
y rubicundez. Los dolores propios del _borax_ son tenaces, y se agravan
en tiempo húmedo, y están acompañados de palidez y debilidad,
particularmente en las articulaciones.

La palidez de la cara es sucia, las fuerzas están disminuidas, las
secreciones aumentadas, escepto el sudor; hay á veces irritacion de la
uretra, que produce disuria; la diarrea es persistente, frecuentemente
con irritacion en el ano y espulsion de líquidos sanguinolentos ó
espumosos.

Uno de los fenómenos mas notables de la accion del _borax_ es la lesion
superficial de los tejidos, la facilidad á renovarse las heridas, y la
piel á irritarse y ulcerarse, como si la astenia se dirigiese
principalmente á la plasticidad y á la inervacion orgánica.
Consignarémos al efecto los siguientes síntomas: inflamacion y erosion
del borde libre de los párpados y de los ángulos, con mucosidades
palpebrales; la otitis subaguda con flujo abundante; ulceracion de las
narices; costras en la nariz y mucosidades nasales en mayor cantidad;
granos en la cara, en la nariz, en los labios, en las nalgas;
sabañones, inflamaciones erisipelatosas en las piernas y otras partes;
síntomas escorbúticos y aftas en la boca, leucorreas corrosivas;
vesículas, en fin, purulentas y corrosivas, erupciones herpéticas.

El apetito es nulo ó pervertido; hay náuseas, digestiones difíciles; la
de las frutas es laboriosa y se desarrollan gases; el estómago y el
vientre están lánguidos, doloridos, timpanizados, con acedías.

La tos es seca, y los pocos esputos que se presentan tienen un olor como
de moho. Aun cuando los síntomas torácicos no sean inflamatorios, hay,
sin embargo, opresion, punzadas, disnea al subir una elevacion, dolores
lancinantes al bostezar, al toser, al moverse; el decúbito alivia.

El _borax_ es, pues, un medicamento que dirige su accion electivamente á
las membranas mucosas y á la piel. Esta accion tiene un carácter
asténico: disminuye la actividad moral, circulatoria y digestiva;
retarda la nutricion, y parece antiplástico, corrosivo, destructor de
los tejidos superficiales, pero sin malignidad.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Se ha usado este medicamento con éxito en la gastro-enteritis de los
niños; sus signos característicos son: deposiciones diarréicas en forma
de papilla ó acuosas, borborigmos y cólicos con violento tenesmo;
retraccion del vientre en el centro, lengua seca y encendida, calor en
la cabeza, orinas escasas, boca quemante y aparicion de vesículas en
distintos puntos de esta cavidad.

Cuando el _mercurio_, y sobre todo el _cinabrio_, no han curado las
aftas de los niños y el muguet, enfermedad que se propaga de la mucosa
bucal á la intestinal, es necesario emplear el _borax_, que, además de
ser el mas indicado, completa la curacion. El estado general que en los
niños se confunde muy fácilmente con el que caracteriza á otras
enfermedades, presenta síntomas que diferencian al _mercurio_ del
_borax_.

En este, hay ardor y sequedad en la boca, que sangra fácilmente; en el
_mercurio_, aftas confluentes y salivacion. En muchos casos es preciso
elegir otros medicamentos, tales como _ácido clorhídrico_, _arsénico_,
_thuya_, _ácido azótico_..... respecto á las aftas en los adultos.

El _borax_ es muy eficaz en la oftalmía crónica con alteracion del borde
libre de los párpados é inversion de las pestañas, y en las fluxiones
asténicas de las mucosas, cuando se observa la inactividad del sistema
linfático con secreciones aumentadas, hemorróides mucosas, pérdida del
apetito, digestiones difíciles, disposicion á la diarrea, incomodidad en
el pecho.

Es igualmente eficaz en las irritaciones asténicas de las mucosas con
placas rojizas, color oscuro como de vino, aftas que se reproducen
incesantemente, y reblandecimiento de la mucosa bronquial ó intestinal,
con diarrea espumosa: estos casos se presentan frecuentemente despues de
largas enfermedades febriles con afeccion de las mucosas, ó á
consecuencia de repetidas recidivas de bronquitis ó gastritis.

El uso antiguo del _borax_ en obstetricia y en afecciones del sistema
uterino ha caido en el olvido mas completo. Se le puede hoy recomendar
justamente en los infartos de la matriz, la dismenorrea, en la inercia
de aquella para espulsar la placenta ó presentarse los loquios, y en los
casos en que las contracciones de la matriz para la espulsion del feto
son irregulares, impotentes ó muy dolorosas. La accion electiva del
_centeno cornezuelo_ y del _borax_ sobre el útero, se diferencia por la
astenia pura, simple, por la relajacion de la fibra en el _centeno
cornezuelo_, y por la astenia irritativa con lesion de la plasticidad, y
por fluxiones linfáticas en el _borax_.

=Dósis.=--Las dósis del _borax_ son las mismas que para el _hierro_, el
_subcarbonato de potasa_.....



BROMUM (BROMO).


§ I.--Historia.

Este cuerpo simple, que tanto se aproxima al _cloro_, se descubrió en
1826. La escasez del _yodo_ inclinó á algunos médicos á buscar un
sucedáneo, y creyeron haberle hallado en el _bromo_. Las esperiencias de
Barthez[40], de Lembke y de Hering suministraron las primeras nociones
de su accion fisiológica. Los trabajos del doctor Kournet, de Kussmann,
de Huette, de Glower, Ozanam[41] y otros han descubierto en él mucha
actividad. Giacomini, que invitaba á los médicos á estudiar su accion en
el hombre sano, se limitó á referir algunos de sus efectos tóxicos, que
en todos ó casi todos los medicamentos se reducen á desórdenes gástricos
y á efectos eliminadores que oscurecen su accion especial. Se reconoce,
en general, en el _bromo_ una analogía notable con el _yodo_ y el
_cloro_; se da al primero una accion especial sobre los ojos, el pulmon
y el corazon; pero se le cree inferior al _yodo_ en las afecciones
escrofulosas. Es análogo del _fósforo_ en las neumonías en el período
de hepatizacion, y goza de propiedades notables en la tuberculizacion y
desarrollo de las falsas membranas. Es muy probable, en fin, que la
mayor parte de los efectos fisiológicos del _bromo_, tomado á débiles
dósis, sean debidos al mismo alterado ó combinado con los ácidos;
opinamos tambien con algunos, de que se empleen sus sales para tener una
preparacion mas fija.

El _bromuro de potasio_, entre otras, seria quizá la que menos difiriese
del _bromo_. Nosotros agregamos que este parece gozar de una propiedad
anticontagiosa igual á la del _cloro_, y el doctor Ozanam no duda en
aconsejarle como preservativo de la influencia contagiosa de las
seudo-membranas y de las afecciones diftéricas; se le usa igualmente en
la curacion de las mismas.


§ II.--Efectos fisiológicos.

El _bromo_, tomado á dósis fuertes, desarrolla ciertos fenómenos
análogos á los del _yodo_ sobre el cerebro, y que se conocen con el
nombre de iodismo. El _bromo_ produce una sedacion que se puede
denominar anestesia, pero sin influencia en la terapéutica, á no ser que
la esperiencia confirme esta accion y la establezca sobre datos
prácticos.

El _bromo_ obra poderosamente sobre la vida vegetativa, pues por una
parte se ha justificado que por su influencia la grasa aumenta, y por
otra se ha observado una gran palidez, infartos escrofulosos y muchas
veces un enflaquecimiento escesivo. La actividad del sistema sanguíneo
está deprimida. Todos los síntomas febriles consisten en calosfríos y en
frio; el calor de las estremidades apenas indica la reaccion, y muchas
veces consiste tan solo en una sensacion. El pulso es generalmente
lento, duro, y si es acelerado, es pequeño é insensible.

Los síntomas tienen un carácter de astenia pronunciada. El aire libre y
el movimiento alivian los padecimientos; hay rigidez y temblor de las
estremidades, debilidad general, temblor de todo el cuerpo, el menor
movimiento hace transpirar; el moral presenta el carácter de
aburrimiento, de tristeza, de error de los sentidos y de escitacion; el
sueño no es reparador.

La fiebre está acompañada de sensacion de ardor, congestion irritativa
en los ojos, en el oido, en el labio, en la garganta, estómago, uretra,
y algunos dolores reumáticos: estas sensaciones tienen la misma
importancia que las de escoriacion en las membranas mucosas de los
órganos de los sentidos, y aun en la piel y en la region renal.

Los dolores en los miembros superiores son dislacerantes y lancinantes,
algunas veces sordos y con sensacion de constriccion; tambien se observa
rigidez, debilidad, chasquido é infartos artríticos. Estas
ingurgitaciones se presentan con preferencia en los miembros inferiores,
en los que los dolores son reemplazados por la rigidez, hormigueo,
debilidad paralítica, latidos, calor, sensacion de frio en el dedo gordo
del pié, y temblor. Los dolores viscerales son presivos y constrictivos
con movimientos congestivos, y el vértigo se agrava por el tiempo
húmedo.

Las lesiones de los tejidos y las flegmasías consisten, para los ojos,
en ulceraciones, escoriaciones de la conjuntiva, oftalmía, dolores
lancinantes, fotofobia, lagrimeo; para los oidos, en latidos,
congestion, calor, tumefaccion; se observa epistaxis, escoriacion de las
narices, coriza fluente, con mucosidades abundantes; para la boca, en
salivacion, odontalgia con latido, granos en la lengua; para la
garganta, la laringe y la tráquearteria, en inflamacion, quemazon,
tumefaccion de las amígdalas, exudaciones plásticas, dolor de
escoriacion, deglucion difícil, rubicundez oscura, ronquera ó afonía,
sensacion de constriccion, tos ronca, espasmódica, sibilante, crupal,
con disnea y estornudos, tos con vomituricion, accesos de tos con
sofocacion.

El pecho presenta síntomas congestivos, inflamatorios y hasta los de
hepatizacion y supuracion del pulmon, de la carditis y de la hipertrofia
del corazon. Ofrece, por último, respiracion difícil con necesidad
continua de inspirar, opresion violenta, sensacion como si la
respiracion se suspendiese; dificultad de respirar acompañada de
lagrimeo, de vómitos espumosos, quejidos, palpitaciones de corazon,
postracion y temblores; la boca y la nariz se llenan de saliva: estos
síntomas completan el cuadro de las afecciones crupales.

El estómago espresa la atonía, las mucosidades abundan; los fenómenos de
inflamacion y ulceracion de esta víscera son el efecto de dósis tóxicas.
El infarto del hígado y del bazo puede existir sin inflamacion
ostensible; la inflamacion del peritóneo es seguida de engrasamiento y
desarrollo de falsas membranas ó de exudacion serosa. El estreñimiento
es un síntoma de los primeros dias, pues por poco que persista la accion
del medicamento, se declara la diarrea aun con tenesmo, y el producto es
mucoso, negruzco, ó líquido, con estrías sanguinolentas.

La secrecion de la orina es la única que disminuye. Hay irritacion de la
uretra; la actividad de los testículos se aumenta y están como
infartados. No faltan síntomas de inflamacion de la vagina; las reglas
son abundantes ó anticipadas.

Podemos, pues, deducir, que la accion del _bromo_ se dirige
particularmente á la laringe y la garganta, á las membranas mucosas y
serosas, á la vida vegetativa y á todo el sistema linfático.


§ III.--Efectos terapéuticos.

El _bromo_ empezó á usarse en el crup por los doctores Noack y Trinks; y
siguieron despues varios médicos que publicaron sus observaciones. El
doctor Ozanam, en fin, presentó en 1856 una memoria sobre este asunto á
la Academia de las ciencias[42], y, por consiguiente, este medicamento
llamó sériamente la atencion. No hay medicamentos, inclusos el _azufre_,
la _cal_ y la _esponja_, que presenten tanta semejanza en sus efectos
con los síntomas del crup.

¿Es esto decir que las indicaciones del _bromo_ se limitan al crup? Es
indudable, y la esperiencia ha empezado á confirmar, que este
medicamento es eficaz en los infartos del hígado y del bazo, en las
peritonitis y pericarditis subagudas y crónicas, en las irritaciones
ulcerosas ó flegmorrágicas de la nariz, de los ojos, de la vagina y de
la uretra, cuando la diminucion de la actividad del sistema sanguíneo
coincide con los síntomas que acabamos de referir.

=Dósis.=--La posologia del _bromo_ es la misma que la del _yodo_; desde 2
á 3 gotas de la primera atenuacion dadas en veinticuatro horas, hasta la
menor fraccion de la sesta y duodécima atenuacion.

_Bromuro de potasio._--De todas las sales de _bromo_, tales como el
_bromuro de hierro_ y el _bromuro de mercurio_, solo nos ocuparémos de
la primera, ó sea del _de potasio_. Esta sal solo es conocida hasta
ahora por los apuntes de algunos médicos alemanes y por la memoria del
doctor Huette. Aun cuando no se le dan las mismas propiedades del
_bromo_, y se le cree análogo al _yoduro potásico_, es necesario
reconocer que no están aun bastante apreciados sus efectos para formar
una idea justa de su accion electiva y de sus caractéres diferenciales.
Se ha observado que por la influencia del _bromuro de potasio_, se
desarrollan dolores sordos, presivos, con vértigos; esta cefalalgia
difiere de la del _yodo_, en que se fija en los senos frontales y
consiste en punzadas. Hay somnolencia, adormecimiento, cierto estado de
embriaguez, de atontamiento con abatimiento moral, y muchas veces, una
irritabilidad de los sentidos y del cerebro con aberraciones y delirio
inquieto. El aumento de la sensibilidad es momentáneo y precede el
estado contrario que antes hemos señalado. La diminucion de la
sensibilidad se estiende á los órganos todos de la vida de relacion, á
la laringe y órganos genitales. La anestesia es simultánea con la
debilidad muscular.

Se ha observado una irritacion subaguda, humoral, de las mucosas de los
órganos de los sentidos, con flegmorragia, y precedida con frecuencia de
una irritabilidad que disminuye las secreciones. Esta sucesion de
efectos es notable con particularidad en los órganos genitales, la
laringe y el tubo digestivo. En el fondo, la astenia es la que domina,
puesto que las digestiones son lentas, fatigosas, el apetito venéreo
está disminuido, y debilitada la circulacion de la sangre.

Los ensayos hechos con el _bromuro de potasio_ en las afecciones
sifilíticas aun en las terciarias, no han dado resultados
satisfactorios; lo mismo ha sucedido en algunos casos de cáries
escrofulosa, de escirro ó de induracion glandular; pero es probable que
se obtengan buenos resultados, en casos de debilidad general ó parcial,
con empobrecimiento de la sangre y algunos puntos flegmásicos crónicos
con secrecion sero-mucosa. La esperiencia dirá lo demás; mas no es dable
pueda ser útil en calidad de narcótico, como no se le administre á dósis
tóxicas.

=Dósis.=--Es un error creer que se obtienen mas efectos terapéuticos con
dósis fuertes. Algunas gotas de una de las mas bajas atenuaciones ó de
la primera para un dia, y repetidas por el tiempo necesario, es lo
suficiente generalmente. Habrá casos en los que se deba elevar las dósis
hasta varios decígramos disueltos para tomar en el dia, pero con tales
dósis desarrolla el medicamento pocos efectos especiales como lo prueba
la observacion en la mayoría de ellos.



BRYONIA ALBA (BRIONIA).


§ I.--Historia.

Hahnemann ha sacado á este medicamento del olvido en que habia caido por
el escasísimo conocimiento que de sus propiedades se tenia hace medio
siglo. Le pertenece sin disputa por completo, la gloria de haber
enriquecido la materia médica con uno de sus mas poderosos agentes. Bien
se puede dudar que, sin sus esperimentaciones sobre la _brionia_, se
hubiese pensado jamás en emplearle como se ha hecho otras veces en las
fiebres biliosas, gástricas ó intermitentes, en los vómitos, cólicos,
flujos de vientre, hidrotorax. Ratier[43] no reconocia en él mas que
una propiedad drástica, y concluyó por limitar su uso á la aplicacion de
la pulpa de su raiz, en la tumefaccion inflamatoria de las
articulaciones, modo y forma de usarle, que, aunque empírico al
principio, se hizo racional, como se verá á la conclusion de este
estudio. Mr. Trousseau[44] mismo no tuvo el valor de dar á la _brionia_
el rango eminente que debe ocupar en terapéutica, y se detuvo en el
punto de Ratier, contentándose con colocarle entre los evacuantes al
lado del _elaterium_ y de la _coloquíntida_. Sin embargo, pocos
medicamentos han hecho sus pruebas como la _brionia_ en una multitud de
afecciones febriles, flegmásicas, reumáticas. Se puede afirmar,
volviendo al objeto, que nada hay nuevo _sub-sole_, y que el arte
moderno no hace mas que volver á hallar los datos del primitivo tan
pronto olvidado y aun desconocido hoy por los mismos que deben marchar á
la cabeza del progreso. Se halla en Plinio[45] algunas propiedades de la
_brionia_, y Dioscórides[46] la cree eficaz en varias afecciones
pulmonales y en la pleuresía: _oppressis, tussientibus, latere
dolentibus datur._

A los recientes trabajos del doctor Curie, á sus esperiencias
fisiológicas y á sus observaciones prácticas, debemos, por una parte, el
conocer la propiedad de la _brionia_ de desarrollar falsas membranas y
exudaciones plásticas en la laringe, en la boca y otros puntos,
alteraciones que ya Teste[47] habia indicado y que Orfila justificó para
el intestino recto; á Curie se debe tambien el que la _brionia_ cure el
crup y la angina pseudo-membranosa en doce horas, á la dósis de 6 á 8
gotas de la tintura. Estas afecciones se contienen generalmente á las
doce horas, y la curacion se verifica en las cuarenta y ocho ó setenta y
dos, segun el grado de gravedad.


§ II.--Estado prodrómico.--Efectos fisiológicos y terapéuticos.

_Generalidades sobre la accion fisiológica de la brionia._--El conjunto
de fenómenos producidos por la _brionia_ en el hombre sano, espresa un
incremento de actividad sanguínea y nerviosa, y permite establecer su
electividad sobre los órganos membranosos provistos de tejido celular
abundante y de gran número de vasos capilares. Hartmann[48] dijo ya en
1836 que la _brionia_ «conviene con preferencia al temperamento
sanguíneo nervioso.» La esperiencia clínica ha justificado plenamente lo
que la accion fisiológica de este medicamento habia hecho presentir á
los primeros esperimentadores. Doleus dijo en el siglo XVII, que «la
_brionia_ convenia á las personas robustas.»

Poseemos ciertamente en la _brionia_ un poderoso modificador de los
sistemas nervioso y sanguíneo, bajo el punto de vista de las fluxiones y
congestiones activas de la piel, las membranas mucosas, las serosas, las
sinoviales de todo el organismo. Tampoco se puede decir que su accion
electiva se dirija mas á los órganos gástricos que á las meninges
encefálicas, y á la pleura, con preferencia al intrincado laberinto de
celdillas pulmonales, y á los bronquios mejor que al peritóneo y las
articulaciones.

La _brionia_ produce efectos análogos en el moral; está en armonía con
la irritabilidad de la fibra; hay aumento de actividad moral é
intelectual, hasta la irascibilidad y el delirio, hasta los pesares
desesperados, y aun hasta el abatimiento, como término de la
irritabilidad exagerada. La disposicion moral irascible de los
temperamentos musculosos, nerviosos, sanguíneos, es análoga á la accion
de la _brionia_.

Obra con menos especialidad que el _acónito_ en los fenómenos nerviosos
prodrómicos y primitivos, pero es superior en las erupciones agudas y
las fiebres exantemáticas, para facilitar la erupcion y calmar el
eretismo; y aparte de esto seria necesario darla la superioridad en las
flegmasías y las fiebres que empiezan con esta irritabilidad, con esa
tension del pulso y ese eretismo que tanto caracterizan su accion.

La _brionia_ se dirige á la flogosis y á la fiebre completamente
desarrollada con todas sus sinergias. No tiene la misma accion electiva
que la _belladona_ sobre el encéfalo, ni sobre las mucosas, pero es
superior en las serosas y en las mismas mucosas con eretismo. Se adapta
á las mismas personas que la _nuez vómica_, con menos electividad sobre
los sistemas gástrico y raquidiano, pero con mas en los órganos
respiratorios y los tejidos fibrosos. Semejante al _zumaque_, en cuanto
á los órganos afectados, difiere, sin embargo, por la astenia y la
agudeza que la caracterizan. Tiene alguna analogía con _árnica_, en
cuanto á la irritabilidad de la fibra, y guarda un término medio entre
esta y el _zumaque_.

Eminentemente activa y flogística, así como nerviosa, la accion de la
_brionia_ corresponde á las afecciones enteramente desenvueltas, á las
fiebres que han llegado á la plenitud de su manifestacion, á no ser que
el estado inicial espasmódico sea el efecto de una causa moral, como la
cólera, y que la espansion esté como comprimida por la tension de la
fibra, por el espasmo. En este caso es cuando principalmente se observa
la cefalalgia frontal y supra-orbitaria apropiada á la _brionia_ en el
mas alto grado de su accion. Hay además en este medicamento una
alternativa de calosfríos y calor, que sin la cefalalgia, se
confundirian sus indicaciones con las de la _nuez vómica_, tanto mas,
cuanto que en estos casos el pulso es menos lleno, menos duro y poco
frecuente, mientras que en cualquiera otro estado febril el pulso de la
_brionia_ es duro, fuerte y frecuente.

Su accion especial en las membranas serosas la da una influencia muy
importante en sus secreciones, resultando de lo mismo su indicacion
particular en las inflamaciones llegadas ya hasta el punto en que la
alteracion del sostenimiento y del estímulo llega á producir exudaciones
plásticas, trasudaciones serosas mas ó menos graves. Esta especialidad
de la _brionia_, bien reconocida en cuanto á las membranas serosas y
sinoviales, no es al parecer menos ostensible en las membranas mucosas:
los que la creen demostrada aconsejan la _brionia_ en las inflamaciones
mucosas con exudaciones y seudo-membranas, sobre todo en el crup,
afeccion para la cual la alternan con la _ipecacuana_. Nuestra
esperiencia no nos permite apoyar ó rechazar esta medicacion.

Mas sea de esto lo que quiera, la _brionia_, repetimos, goza de una
accion esténica electiva sobre el sistema nervioso periférico, sobre las
membranas, los tejidos fibrosos y el sistema capilar, y de un modo
secundario sobre los sistemas absorbente, exhalante y gástrico. Nosotros
le atribuímos el elemento inflamatorio en sus formas sanguínea,
catarral, reumática, gástrica y nerviosa grave. La _brionia_ es, en una
palabra, un antiflogístico especial de los mas poderosos.

Hay en las enfermedades momentos de agravacion ó de mejoría, que sirven
frecuentemente para diferenciar muchas veces las de una misma
naturaleza. Esta misma observacion se ha hecho y confirmado por la
esperiencia en los efectos de los medicamentos, que se agravan ó
disminuyen en circunstancias determinadas y por accidentes conocidos.
Pero, segun los datos de la etiología, no hay ninguna tan importante
como la que resulta de las variedades del ritmo de los fenómenos
morbosos. Así es que para la _brionia_ los síntomas neurálgicos se
agravan por el movimiento, al aire libre, por la presion, así como
tambien despues de la comida y hácia media noche. Desde que un dolor,
una tos, esperimenten sus modificaciones en las mismas circunstancias,
requieren el uso de la _brionia_, aun cuando otros medicamentos ofrezcan
condiciones de analogía é indicaciones sintomáticas exactas bajo otro
aspecto. Los lectores hallarán ejemplos notables de la importancia de
estos datos en la _nuez vómica_, la _pulsatila_, el _zumaque venenoso_ y
el _mercurio_.


§ III.--Estado agudo.--Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Sea cual quiera el número de fenómenos nerviosos inscritos entre los
efectos fisiológicos de la _brionia_, se puede realmente decir que este
medicamento se adapta poco á los prodromos de las fiebres, y menos aun á
los de las flegmasías. Es necesario que por lo menos domine el frio al
estado febril inicial: esta circunstancia es la única que puede probar
la exactitud de la asercion de Hahnemann cuando dice: «La fiebre de la
_brionia_ consiste principalmente en frio;» porque, lo repetimos, este
medicamento es el mas indicado en el estado febril completo, en la
congestion consumada, en la afeccion ya desarrollada y en toda su
agudeza, pues por ardiente y general que sea el calor febril, se observa
interrumpido por calosfríos. Se ha notado que el frio afecta mas
particularmente la parte derecha del cuerpo; en el _zumaque_ sucede lo
contrario, pues el frio se dirige con preferencia al lado izquierdo.

Pocas fiebres habrá en las que la _brionia_ no tenga indicacion en un
momento dado. Su uso, en general, está fundado en la alternativa de
calosfríos y calor, en un calor violento, en la irritacion de los
bronquios, el deseo de bebidas frias, pulso fuerte y frecuente,
cefalalgia frontal y temporal, con tension, irritabilidad moral,
agravacion á la mitad de la noche, y sudores abundantes, ácidos y
nocturnos, ó mas bien matinales.

=A.= _Fiebres intermitente, remitente y biliosa._--La fiebre intermitente
de la _brionia_ reconoce ordinariamente por causa el calor del estío, y
está acompañada siempre de un elemento gástrico ó reumático, de suerte
que mas bien es una remitente gástrica. En esta fiebre se observa una
sed mas viva que lo que indican los demás síntomas, como acumulacion de
agua en la boca, náuseas y frecuentes calosfríos, que exigirian
_pulsatila_. En este caso, la fiebre sínoca, y aun la mucosa y la
biliosa, están caracterizadas por la sensacion de plenitud en el
estómago y el dolor frontal infra-orbitario. La fiebre biliosa reconoce
ordinariamente por causa una emocion violenta, un acceso de cólera: es
debida tambien á una indignacion, á la insolacion, y á veces á un
enfriamiento despues de un violento calor, y presenta una fuerte
escitacion sanguínea y nerviosa sin remision, pero con vómitos
biliosos. Cuando la fiebre mucosa ha llegado á su mayor altura, la
_brionia_ calma el estado nervioso casi entorpecido y la cefalalgia
supra-orbitaria violenta.

=B.= _Fiebres nerviosas graves._--En las fiebres nerviosas, el estado
congestivo de las meninges, el delirio activo, los gritos durmiendo, el
despertar sobresaltado, y los dolores lancinantes y dislacerantes son
propios de _brionia_.

Hay calor, pero no turgencia de la cara como en la _belladona_; hay, en
fin, alternativas de calosfríos y calor, pero sin intermision.

El carácter nervioso sanguíneo de la _brionia_ parece justificar
plenamente la práctica de Flinchmann en su hospital de Viena. Este
profesor empieza por _brionia_ en el tratamiento de casi todos los casos
de fiebre tifoídea, á no ser que esté muy avanzada, y exija
imperiosamente _arsénico_ ó _ácido fosfórico_, medicamentos que
considera en cierto modo como específicos en estas fiebres.

Es evidente que la _brionia_ solo debe jugar en las fiebres tifoídeas y
en todas las nerviosas graves, en el período de agudeza, cuando el
estupor y la ataxia no están manifiestamente declaradas. Esta la escluye
formalmente. La _brionia_ favorece la accion de los medicamentos
indicados en estos elementos morbosos, y corresponde á la agravacion
remitente en union con otras indicaciones.

Se observa muchas veces en el curso de estas fiebres ó en su
declinacion, y despues de la desaparicion de los fenómenos tifoídeos, el
enfisema de los lóbulos inferiores del pulmon por el decúbito
prolongado. Este caso es frecuente en los jóvenes, pero no constituye en
ellos el neumotifismo, y aun no debe confundirse con él, porque la
_brionia_, alternada con el _mercurio_, basta á disipar este accidente,
mientras que el _zumaque_ es preferible en el neumotifismo, salvo la
conveniencia de medicamentos mejor adaptados al estado general y á esta
forma de la afeccion tifoídea.

=C.= _Fiebres reumáticas._--En estas fiebres, en las que las membranas
serosas y las partes fibrosas de las articulaciones son el sitio de
violentos dolores, de tumefaccion roja y lustrosa, con grande escitacion
de los sistemas vascular y nervioso, rigidez de las partes y constancia
de las tumefacciones inflamatorias, la _brionia_ es soberanamente
benéfica, y sus efectos, además, son perfectamente análogos.

=D.= _Fiebre puerperal._--La fiebre puerperal, especialmente si la causa
determinante es una contrariedad ó la cólera, requiere _brionia_, con la
condicion de que la agudeza no haya aun desarrollado fenómenos nerviosos
consecutivos, y que el peritoneo esté particularmente afectado.
_Brionia_ es, con el _mercurio_, el modificador mas útil en este período
en que la sensibilidad del hipogastrio es escesiva, la hinchazon
considerable, con ó sin diarrea, eretismo, fiebre violenta, sed ardiente
y alternativas de calosfríos y calor. En varios de estos casos se la
alterna con _belladona_. Cuando la escena pasa principalmente en la
mucosa del útero, no es la _brionia_, sino el _zumaque_ ó el
_arsénico_..... Esto es justamente lo que el doctor Roth[49] ha
combatido en el tratamiento de esta afeccion, porque _brionia_ no
corresponde á los fenómenos generales, ni tampoco á los locales de
putridez, de astenia prolongada, de piogenia.

=E.= _Meningitis y mielitis._--Las afecciones del cerebro cuyos síntomas
armonizan con los de la _brionia_, consisten en la inflamacion. Es útil
en la aracnoiditis despues de _belladona_, para impedir el derrame ó la
exudacion. Tambien se la alterna con _mercurio_ y quizá con el _bromo_.
Es utilísima en union con la _digital_ ó _árnica_, el _eléboro_ y el
_azufre_ en las irritaciones subagudas de las meninges, consecutivas de
las fiebres graves. Aun cuando la _belladona_ y aun el _mercurio_ ó el
_carbonato de cal_ merecen la preferencia en el tratamiento del
hidrocéfalo agudo, es necesario no olvidar la _brionia_, pero antes del
estado comatoso, pues se dirige su accion para combatir el derrame
seroso y las demás alteraciones meningíticas. Está tambien muy indicada
en los niños al principio de las enfermedades del cerebro, ó mas bien en
las afecciones del mismo que se desarrollan con lentitud, cuando el
curso es irregular, el carácter variable, hay obnubilacion, cambio
frecuente del color de la cara y dolores en los miembros, síntomas que
indican que la trasudacion seudo-membranosa es inminente. Con frecuencia
en estos casos, es muy útil antes y despues de _zinc_ y aun quizá de
_indigo_.

La _nuez vómica_ no es siempre el mejor medicamento en las afecciones de
la médula espinal. La mielitis aguda, en particular, reclama muchas
veces la _brionia_, no solo por la agudeza y el eretismo de la fiebre,
sino por la afeccion de las membranas que envuelven la médula y que
hacen á este medicamento apto á modificarla. En la accion de la
_brionia_ sobre los nervios, se puede apreciar la que ejerce en los
neurilemas, manifestándose así la diferencia de la _nuez vómica_, y mas
aun del _fósforo_, que obra sobre la pulpa nerviosa.

=F.= _Fiebres eruptivas._--La especialidad que se atribuye á la _brionia_
de activar la salida del sarampion ó de impedir que su supresion tenga
fatales consecuencias, consiste en su apropiacion exacta á los casos de
fiebres con eretismo, bronquitis intensa y aun la congestion pulmonal.
Cualquier otro medicamento puede en los mismos casos, pero en otras
circunstancias, llenar la indicacion principal, sobre todo _arsénico_, á
causa de los síntomas graves que sobrevienen ordinariamente. Esta
observacion se refiere al mayor número de exantemas agudos y de fiebres
exantemáticas. La _brionia_ tiene tambien su indicacion en ciertos casos
de fiebre miliar, en las mujeres paridas, con angustia, opresion,
suspiros, y especialmente síntomas de afeccion uterina. La _manzanilla_,
la _ipecacuana_, el _arsénico_, son generalmente convenientes.

=G.= _Pleuresía y neumonía._--Desde que el doctor Gross publicó en 1822 la
primera observacion de pleuresía franca tratada y curada con _brionia_,
se han agregado muchos medicamentos á la lista de los que convienen á
esta enfermedad en diversas circunstancias. Ya se ha visto el papel que
juegan el _acónito_ y el _árnica_; ahora dirémos el partido que se puede
sacar de algunos otros; pero la _brionia_ es el medicamento por
escelencia en los casos agudos. La pleura y las células pulmonales son
el sitio principal de su accion, pero congestionadas y flogoseadas. La
_brionia_ corresponde igualmente al período de la pleuresía en que se
efectúa la exudacion plástica, para el que, el _mercurio_, la _digital_,
el _azufre_..... son medios útiles y muchas veces indispensables. La
hiperemia de las pleuras, cuando el pulmon no está interesado, se
sostiene con el _acónito_ y cede directamente con _brionia_, sea cual
quiera la fiebre concomitante. Es preciso hacer constar respecto á este
punto, que si este medicamento conviene en el período de agudeza ó en el
principio de la formacion seudo-membranosa, cesa de ser oportuno cuando
la fiebre termina, á no ser que se le alterne con el _azufre_; es
ineficaz en los derrames serosos con fiebre moderada ó sin ella, y con
empobrecimiento de la sangre.

La _brionia_ está aun indicada en toda la agudeza de una neumonía, y con
mas razon á la de una pleuro-neumonía. En este período, la congestion se
ha realizado, hay hepatizacion, exudacion plástica, incipiente al menos,
esputos herrumbrosos y aun estriados de sangre: es el segundo grado de
la neumonía. Bien se puede afirmar, comparados los síntomas de la
_brionia_ y del _fósforo_, que este obra mas sobre el parénquima del
pulmon, y la primera sobre las partes membranosas; el _fósforo_
corresponde, como veremos cuando nos ocupemos de él, en el tercer grado
de la neumonía. La resolucion de la inflamacion pulmonal se obtiene
frecuentemente con la _brionia_, repetida por tanto tiempo como convenga
á la intensidad y duracion del período á que la inflamacion corresponde.
La sangre desaparece de los esputos, el sonido observado por la
percusion se hace menos mate y concluye por ser claro, la broncofonía es
reemplazada por el ruido crepitante, este por el mucoso, y este, en fin,
por la respiracion vesicular y normal.

La _brionia_, sin embargo, está poco indicada en la neumonía de los
niños, aun cuando haya dolor, lo cual es raro. La flexibilidad de los
tejidos en esta edad parece escluir el eretismo propio de este
medicamento; la _ipecacuana_, la _manzanilla_, la _belladona_, el
_mercurio_ y la _sal de nitro_ le reemplazan ventajosamente.

=H.= _Tísis tuberculosa._--Gran número de medicamentos tienen una accion
congestiva sobre el pulmon; se pueden citar la _ipecacuana_, el
_azafran_, el _opio_, el _zumaque_, la _digital_, la _scila_, la
_gibia_, el _fósforo_, el _azufre_, la _cicuta_, el _mercurio_, el
_licopodio_, el _hierro_..., sustancias que pueden jugar en el
tratamiento de la tísis tuberculosa, en su principio, y en particular en
sus prodromos; pero la _brionia_ es la que, entre todos esos
medicamentos, ofrece mas síntomas análogos al período en que los
tubérculos empiezan á irritar el tejido pulmonal que le sirve como de
ganga, y á provocar la tos, la opresion, el calor, los esputos de
sangre; _brionia_ es incomparablemente mas útil que las sangrías cortas
y repetidas con las que tanto se ha molestado á los enfermos.

=I.= _Bronquitis; crup._--La bronquitis propia de _brionia_ tiene una tos
por accesos, especialmente por la mañana, por la tarde, á media noche;
es seca con esputos escasos, viscosos y aun sanguinolentos. Hay dolores
lancinantes, una opresion que puede ser muy fuerte, y mucho eretismo y
fiebre; la opresion, en fin, es intensa y vesicular.

La _scila_, el _tártaro estibiado_ y otros medicamentos son mas á
propósito en el estado menos agudo, ó cuando cesa la tension, y cuando
empieza la espectoracion con sus matices y colores diversos. Todo lo que
hasta aquí hemos dicho parece confirmar las propiedades de la _brionia_
en el crup y la angina membranosa. Estas afecciones de la sangre que
aguardan aun la solucion de las dudas que pueden suscitar bajo este
aspecto, se han llevado á feliz término con el _acónito_, el _mercurio_,
la _esponja quemada_, el _bromo_ y el _sulfuro de cal_, escepto para los
médicos sistemáticos que solo acuden aun hoy á los medios rutinarios y á
las prácticas irracionales de los derivativos y de la traqueotomía.

=J.= _Pericarditis._--Los fenómenos agudísimos de la _brionia_ relativos
al corazon, corresponden á la pericarditis, que casi siempre es en estos
casos producida por la emocion de la cólera, por el reumatismo ó la
artritis. Los movimientos del corazon son mas regulares y menos
tumultuosos que en el _acónito_ y la _belladona_. No hay, no, el orgasmo
sanguíneo de este último medicamento; pero en cambio existen dolores
atroces, tension precordial, síncopes, al menos inminentes, y un
conmemorativo artrítico.

=K.= _Hepatitis._--En la hepatitis, la _brionia_ está indicada cuando hay
ictericia, estreñimiento, accidentes asmáticos, fiebre violenta erética
y agravacion nocturna. Se dirige, pues, mas bien á la afeccion de la
cara superior del hígado, ó de su superficie peritoneal, mientras que la
_pulsatila_ lo hace en la hepatitis profunda, en la inflamacion de la
porcion vascular y gástrica de esta víscera, con angustias, conatos al
vómito, salivacion abundante, deposiciones copiosas, etc..... La
_belladona_ parece mas indicada en la flogosis parenquimatosa del
hígado, con mayor sensibilidad, fiebre con delirio....; el _mercurio_ es
muchas veces un auxiliar indispensable de estos tres medicamentos, aun
cuando la hepatitis reconozca por causa un acceso de cólera, lo que, en
todos casos, reclama _brionia_, y á veces _acónito_ y _manzanilla_
despues de aquella.

La _brionia_ es poco útil en la hepatitis crónica, á no ser que haya
recrudescencias, ó que deba asociársela al _azufre_ y al _mercurio_. Es
por regla general en las flogosis agudas en las que está indicada la
_brionia_, en el momento en que los tejidos van á sufrir una alteracion
piogénica, como en la otitis reumática, la metritis, la ovaritis, la
inflamacion roja y nudosa de los pechos en las nodrizas, en la oftalmía
reumática y artrítica; pero en este caso, el _zumaque_ y el
_cólchico_..... son ayudantes muy útiles. El _fósforo_ le sucede con
preferencia en la inflamacion de las mamas.

=L.= _Flegmasías esternas._--Todas las inflamaciones esternas de la
_brionia_ tienen tumefaccion, calor vivo, tension y rubicundez lustrosa
y circunscrita. El dolor es grande y dislacerante con mucha tirantez y
agravacion al menor movimiento. En general estas inflamaciones son
fijas, y este es el carácter de la erisipela que se observa alrededor de
las articulaciones, y en la que conviene la _brionia_. Tambien se adapta
muy bien á los forúnculos y gánglios muy inflamados, en los sabañones
con hinchazon muy caliente y dolorosa, y en las úlceras antiguas cuyos
bordes están ardorosos, tumefactos, tirantes y rodeados de un círculo
rubicundo y lustroso. La _belladona_ y el _mercurio_ son los
medicamentos mas análogos de la _brionia_ en estas circunstancias; lo
son despues, el _fósforo_, que está indicado en el momento en que se
observa un principio de alteracion en los sólidos y líquidos del tumor
inflamatorio; el _arsénico_, que tiene su momento de oportunidad, cuando
el esceso de la flogosis y la ingurgitacion de los vasos producen la
tension y el éstasis que preceden á la gangrena y que caracterizan el
calor quemante.

Siempre que las tumefacciones artríticas revistan los caractéres de las
inflamaciones reumáticas articulares, como la inmovilidad, la rubicundez
lustrosa menos circunscrita á las articulaciones, tension, pesadez,
rigidez del miembro y sensibilidad al tacto, la _brionia_ es un
medicamento heróico; lo es en general en las inflamaciones de los
tejidos blancos, con fiebre, eretismo y estreñimiento.


§ IV.--Estado crónico.--Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Las modificaciones producidas en la economía por el uso de la _brionia_
se dirigen mas al sistema nervioso y sanguíneo que á la constitucion
química del cuerpo; modifica la sangre, pero no entran en su esfera de
accion las lesiones orgánicas y las enfermedades del sistema linfático ó
nutritivo, sin inflamacion erética. Sin embargo, el color amarillento de
la piel, los sudores viscosos, los cabellos grasientos, las erupciones
urticarias y miliares, el prurito y los dartros furfuráceos, justifican
que tiene la _brionia_ alguna accion sobre el sistema cutáneo y en la
vida nutritiva.

=A.= _Hidropesías._--La _brionia_ se usa poco en el tratamiento de los
derrames serosos, de los edemas, y por consiguiente en la
hidropericarditis y el hidrotorax crónicos ó solamente subagudos. Es
necesario, para que sea útil, que los fenómenos inflamatorios exacerben
estas afecciones, del mismo modo que las adenitis, las úlceras,
etc....., en la esfera de su accion aguda.

=B.= _Asma, histerismo._--Los accesos nocturnos del asma, ciertos espasmos
histéricos y otros padecimientos uterinos siempre presentan un elemento
erético y de irritacion, que forman en casos dados una indicacion de la
_brionia_.

=C.= _Dispepsia, estreñimiento, diarrea._--La _brionia_ es un escelente
remedio en las dispepsias del estío ó las producidas por esceso de
calor, así como tambien en el estreñimiento ó la diarrea con escrecion
difícil, en el de los niños con acedías del estómago y calor frontal, y
en las disenterías con materias ácidas. Es análoga á la _nuez vómica_
por su electividad sobre el tubo intestinal, por lo cual se usa con
tanta frecuencia como esta, y es infundado el imputarla que no cura
ciertas gastralgias y gastropatías si no se repiten instantáneamente sus
dósis.

=D.= _Neuralgias, reumatismo._--La preeminencia de la _brionia_ en el
tratamiento de las afecciones infebriles reside en sus relaciones con
los elementos artrítico y reumático. El dolor esencial y puramente
nervioso rara vez le corresponde, siendo preferibles el _acónito_, la
_belladona_, la _spigelia_, etc. Los dolores de la _brionia_ son
congestivos, irritativos y ocupan con preferencia las aponeurosis, los
tejidos blancos, las membranas sinoviales y serosas, las envolturas del
corazón y las túnicas musculares del estómago é intestino; son
lancinantes, dislacerantes, violentos unas veces, y otras con ardor
quemante exacerbado por el movimiento y el tacto, y aumentado por la
noche.

Es muy difícil á veces distinguir los dolores de la _brionia_ de los de
la _nuez vómica_, del _zumaque_, etc.; es necesario para esto recurrir á
la diferencia de su ritmo, segun las observaciones que hemos hecho
antes. Agregarémos, sin embargo, que el dolor de la _nuez vómica_ tiene
algo de mas periódico en su intermitencia, y que el dolor de la
_brionia_, que reside en los miembros, se fija á veces por algun tiempo
en las cavidades, sobre las envolturas del corazon, en los intestinos,
etc..... Además, las partes no afectadas están rígidas, y su movimiento
agrava el dolor, que puede casi siempre referirse á la gota, al
reumatismo y á las causas reumáticas. Por lo espuesto y por los signos
distintivos de este género es como se llega á determinar las neuralgias
tratadas con éxito por la _brionia_, tales como odontalgia, clavo
histérico, cefalalgia, ciática, lumbago, gastrodinia, metralgia,
pleurodinia, neuralgias del corazon....

=E.= _Flegmasías crónicas._--No insistirémos en la utilidad de la
_brionia_, sola ó alternada con el _mercurio_ ú otros medicamentos, en
el tratamiento de la hepatitis subaguda y crónica, y en ciertos infartos
glandulares ó del tejido celular; pero debemos completar lo dicho
indicando sus escelentes efectos en la hinchazon de los miembros, la
leucoflegmasía en particular, en la _phlegmasia alba dolens_, en el
enfisema subagudo y crónico del pulmon, y en los focos de hepatizacion
diseminados y simulando la tísis; en estos casos, haya ó no fiebre, la
_brionia_ alternada con el _mercurio_, este por la mañana y aquella por
la tarde, á la tercera, segunda y aun primera atenuacion, y á la dósis
de 2 ó 3 gotas ó de 10 á 15 centígramos, producen maravillosos efectos.

=Dósis.=--Las afecciones febriles exigen las dósis mayores; una ó varias
gotas de la tintura ó de la primera y segunda atenuacion. Pero estas
dósis son muy fuertes en los casos en que hay fiebre y flegmasía con
eretismo. Entonces, como en la mayor parte de las neuralgias propias de
la _brionia_, es necesario, segun la constitucion mas ó menos irritable
del enfermo, dar atenuaciones elevadas, de la tercera á la trigésima.
Algunas afecciones locales reumáticas ó flegmásicas exigen aplicaciones
de compresas empapadas en una mezcla de 4 á 6 gotas de la tintura por
vaso de agua pura, ó una aplicacion de la pulpa de la raiz de _brionia_
mezclada con el salvado ó harina de linaza. Pero la solucion que
designamos es un poco superior á las cataplasmas, aun las compuestas con
la pulpa.



CALCAREA CARBONICA (SUBCARBONATO DE CAL).


§ I.--Historia.

Esta sustancia la suministra la concha de la ostra, y se prepara por una
estremada division con el intermedio de un vehículo inerte, del mismo
modo que las demás sustancias secas ó salinas. El _carbonato de cal_
obtenido de la _concha de la ostra_ no está, es verdad, rigurosamente
puro; pero como es el que se ha esperimentado, merece, por consiguiente,
la preferencia.

Los que solo ven en el _carbonato de cal_ una sustancia inerte se
admirarán del lugar que ocupa en esta materia médica. Sin embargo, es
forzoso aceptar el imperioso lenguaje de los hechos, y este estudio, por
imperfecto que sea, pondrá en disposicion de juzgar de la actividad de
las _sales de cal_, y de su eficacia en casos determinados. Estas
sustancias, además, se han empleado en todos tiempos, tales como el
polvo del coral, de los huesos, de la nácar de perla, de las cáscaras de
huevos, de las conchas de ostra, de diversas concreciones, de los ojos
de cangrejo y el agua de cal, atribuyéndolas antiguamente eficacia en un
gran número de enfermedades, cuales son: fiebres intermitentes con
hinchazon mas bien edematosa del hígado y bazo, leucoflegmasías,
escorbuto, dartros, sarna, úlceras atónicas, escrófulas, infartos
lácteos, leucorreas y enfermedades del útero, edemas, cánceres, infartos
articulares, artritis, coqueluche, hidrofobia, cálculos vesicales,
acedías del estómago, marasmo, fiebre verminosa y gonorrea antigua. La
aplicacion que Mr. Bretonneau acaba de hacer del agua de cal en las
diarreas antiguas con ulceraciones, solo es la renovacion de un
procedimiento de Hipócrates, ó tomado de Hahnemann.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Debemos indicar ante todo que los efectos fisiológicos desarrollados por
la _cal_ en las personas espuestas á sus emanaciones, por ejemplo, ó
viviendo en habitaciones recientemente blanqueadas ó construidas, están
en perfecta armonía con los observados en los ensayos sobre el hombre
sano, referidos por Desbois (de Rochefort)[50], y que no pueden
atribuirse á la humedad, tales son: estornudo, tos frecuente, ligeras
incomodidades en la garganta, con constriccion, conatos á vomitar,
cólicos, diarrea, disentería, sensacion de apretamiento en el pecho,
parálisis, abscesos frios. Romazini enumera los efectos de las _sales de
cal_ y de las sustancias calcáreas, en los que las manejan del modo
siguiente: concreciones tuberculosas en los pulmones, cólicos violentos
de estómago é intestinos, sequedad de la boca, temblores, parálisis,
estreñimiento pertinaz de la garganta, diarrea, dificultad de orinar,
escozor, sequedad en la piel.

La accion del _carbonato de cal_ tiende á la astenia, á la depresion de
la vitalidad, á la desunion de los elementos orgánicos. Está en relacion
con la vida nutritiva; la esfera vegetativa es de su dominio; los
órganos todos sienten su influencia, pero mas especialmente el tejido
celular y los sistemas linfático y venoso. Su carácter esencial es el
empobrecimiento de la sangre y de la linfa, así como tambien la
aberracion del tipo nutritivo. De esto resultan las colecciones serosas,
la debilitacion del sistema nervioso y del calor animal, los flujos
mucosos y las hipersecreciones, las hipertrofias y las atrofias, las
vegetaciones y ulceraciones, el infarto venoso, las irritaciones y las
flegmasías crónicas.....

Desde luego se advierte que el _carbonato de cal_ está en íntima
relacion con las constituciones escrofulosas, caquécticas, con la edad
del crecimiento y con los temperamentos pletóricos ó venosos. Se adapta,
pues, á la obesidad, al marasmo y á la atrofia. La infancia reclama
particularmente la accion benéfica de este medicamento, ya sobre las
fuerzas espansivas de una nutricion exuberante, ya en un estado morboso
en el que la vida vegetativa está afectada. La vejez halla tambien en la
_calcárea_ un medio de atenuar la descomposicion que la agobia, de
moderar sus pérdidas, y de exaltar el poder de reconstitucion. Mas si el
uso del _carbonato de cal_ no está limitado ni á edades determinadas ni
á constituciones dadas, es preciso reconocer que su accion no puede ser
útil si no hay astenia, decaimiento de la nutricion ó suspension, es
decir, secreciones libres y alguna diminucion del calor animal y de la
escitacion nerviosa.

Comparando la discrasia y el estado caquéctico producido por el
_carbonato de cal_ y los alcalinos en general, con la caquexia que
determinan los ácidos minerales, se halla grande analogía entre los
síntomas del uno y los del otro; pero un exámen atento de los efectos
por aparatos y funciones, nos presenta cuatro caractéres diferenciales
muy importantes: 1.º los alcalinos obran sobre el sistema linfático y
hacen á los líquidos mas serosos; alteran la nutricion por la disolucion
de la sangre y de la linfa; los ácidos producen el mismo efecto por
esceso de animalizacion de las sustancias alibiles y de los humores; 2.º
los alcalinos producen la relajacion, la flojedad, la palidez de los
tejidos, infartos linfáticos, depósitos serosos, flujos; los ácidos
desecan los tejidos, les acortan, reducen la trama ó masa; los humores
descompuestos sufren una diminucion por la transpiracion insensible,
cutánea y pulmonal, por una especie de evaporacion, y los derrames
serosos, mas lentos, son el último grado de la lucha; 3.º los alcalinos
disminuyen considerablemente el calor animal, producen grande
impresionabilidad al frio, y la fiebre lenta está caracterizada por el
predominio del mismo y de los flujos mucosos y escrementicios; los
ácidos aumentan el calor animal, y la fiebre lenta que provocan es
notable por el predominio del calor, y por el estado de tension que no
escluye las secreciones; 4.º los alcalinos, en fin, afectan la
plasticidad, producen aberraciones hipertróficas y vegetativas, mientras
que los ácidos tienen una accion descomponente mas directa, y
desarrollan ulceraciones, pérdidas de sustancia, erosiones. El _ácido
azótico_ es el único que cuenta entre sus efectos las vegetaciones
ficoides en las membranas mucosas y las producciones carnosas en las
úlceras. Y, cosa notable, el _ácido azótico_ es precisamente el mejor
antídoto del _carbonato de cal_, especialmente en las lesiones de
tejido.

Algo más es, pues, necesario investigar en los alcalinos que lo de
simples neutralizantes de los ácidos, y en estos, alguna otra cosa que
la de meros medios de neutralizar los primeros. En efecto, así los
alcalinos como los ácidos, y es una condenacion esplícita de la
quimiatría por el mismo profesor Trousseau, gozan de propiedades
dinámicas que les adaptan perfectamente y con buenos resultados á los
estados caquécticos, en razon de su analogía con los que son capaces de
producir. Por esta razon, el profesor que acabamos de citar, dice que es
necesario «dar á los indivíduos en los que la sangre, por su estado de
disolucion, les predispone tanto á las hidropesías, el medicamento
reputado como el disolvente por escelencia de la misma.»

Los padecimientos ocasionados por el _carbonato de cal_, se agravan en
el tiempo húmedo, por la esposicion al aire libre, por la presion en los
puntos dolorosos, y tambien despues de comer, estando sentado ó
acostado, y en fin, por la noche y por la mañana.

Los síntomas distintivos de este medicamento están en armonía completa
con lo que hemos dicho de los efectos de los alcalinos en general, como
se ve por los siguientes: calor escaso, grande sensibilidad al frio,
vómitos de sangre, movimientos congestivos en diversos órganos con
sensacion de frio que sigue por lo menos la direccion del calor,
debilidad muscular, temblores paralíticos, atonía nerviosa, vértigos,
palpitaciones y sensaciones de frio interior, así como tambien en
personas de una nutricion aparentemente buena, de aspecto pálido,
hinchado; edemas parciales, obesidad ó enflaquecimiento, piel dispuesta
á irritarse y supurar, irregularidad de la nutricion y desarrollo de
verrugas, de kistes, de hipertrofias; aumento de las secreciones y de
las mucosidades, flujos crónicos.

Es un hecho observado que todas las sustancias que, en proporciones
apreciables, forman parte del cuerpo humano, gozan, como medicamentos,
de una accion profunda y persistente quizá en mayor grado que cualquiera
otra; pero consta tambien de la observacion, que no ejercen su poderosa
influencia en el organismo, sino en dósis de una atenuacion prodigiosa.
El práctico puede convencerse todos los dias con el _hierro_, el
_fósforo_, el _azufre_, la _sal marina_ y el _carbonato de cal_ en
particular, que entra en grande proporcion en la composicion de
nuestros órganos, que existe en nuestros alimentos y bebidas, y que sin
embargo es uno de los mas poderosos modificadores terapéuticos en todas
las edades, y el medicamento indispensable de la infancia.

Las otras sales de cal, como el _acetato_, el _fosfato_, el _sulfato_,
el _muriato_, y aun la misma _cal viva_, están menos estudiadas y
administradas con menos exactitud aun, y por consiguiente menos
conocidas. Tienen no obstante un fondo de accion análoga á la del
_carbonato de cal_, si bien mas ó menos pronunciada en este ó en aquel
sentido. Algun dia utilizará la terapéutica estas diferencias; y ya hoy
mismo se puede preferir el _acetato de cal_ en las afecciones asmáticas
con caquexia serosa, porque posee una accion electiva sobre el
neumogástrico y sobre el pulmon; el _muriato de cal_ dirige al parecer á
las membranas mucosas y los vasos capilares la accion disolvente y la
aberracion plástica de la _cal_.

El _fosfato de cal_, cuya preparacion debe ser idéntica á la de Hering,
su principal esperimentador, obra mas especialmente en el sistema
nervioso cuya sensibilidad exalta, por los desórdenes de la nutricion,
mas que por una accion directa. Ultimamente, todas estas sales de cal
obran siempre en sentido de la astenia, de la disolucion de los humores
y de la aberracion de la plasticidad.

La _quina_, el _mercurio_, el _sílice_, el _causticum_, la _pulsatila_,
el _ácido azótico_, el _fósforo_ y la _belladona_ son los medicamentos
que tienen mas analogía con la accion fisiológica y terapéutica del
_carbonato de cal_, y los mas frecuentemente indicados con él en el
curso del tratamiento de una misma enfermedad crónica.


§ III.--Efectos terapéuticos.

=A.= _Afecciones nerviosas._--Los fenómenos nerviosos y morales del
_carbonato de cal_ manifiestan un estado de padecimientos crónicos y de
nutricion enfermiza; el moral le espresa por la ansiedad, la
impaciencia, abatimiento, tristeza, sustos, hipocondría, indiferencia,
falta de memoria y de voluntad. El delirio no se presenta sino á
consecuencia de cefalalgias congestivas sostenidas por mucho tiempo;
pero lo que sí se ha observado, es la enajenacion mental con visiones
espantosas y desesperacion.

Los dolores, aunque variados, son generalmente tractivos con
endolorimiento ó sensacion de contusion; los calambres, las convulsiones
y el adormecimiento no son estraños á este medicamento, y casi siempre
se han observado movimientos congestivos, grande debilidad y síncopes ó
disposicion á los mismos. Los espasmos están acompañados de bocanadas de
calor y palpitaciones, con frio algunas veces, y seguidos de fatiga y de
una sensacion de magullamiento.

Se cree eficaz á este medicamento en el corea, pero es en el que se
presenta en la edad de desarrollo enfermizo en la que esta afeccion
espasmódica es menos probable sea producida por la irritacion directa de
la médula espinal. Se reconoce en la _calcarea_ una accion innegable en
las epilepsias y accesos epileptiformes, ya en los niños, ya en
constituciones deterioradas, y ya en sugetos hemorroidarios,
escrofulosos ú obesos. Su accion, en estos casos, es mas pronunciada en
los accesos nocturnos. Bœninghaussen la alterna con la _belladona_.
El _causticum_ es algunas veces su mejor auxiliar. La mielitis y ciertas
irritaciones crónicas de la médula espinal reclaman su uso si hay las
condiciones de escrófulas y marasmo, en cuyo caso el _sílice_ es tambien
muy útil.

Las hemicráneas, las cefalalgias crónicas con presion, plenitud,
pesadez, vértigos, oscurecimiento de la vista, náuseas, pertenecen á la
esfera de accion de este medicamento; se ha observado que la hemicránea
del lado derecho cede mejor con el _carbonato de cal_, y la del
izquierdo con _mercurio_. Estas afecciones y las neuralgias en general y
las neuroses del _carbonato de cal_, están acompañadas de una sensacion
de frio como las de _agárico_ y _eléboro blanco_, y dependen de su
éstasis venoso ó linfático, de la escrófula, de la debilidad nerviosa y
vegetativa, de los trabajos intelectuales y de otras causas
debilitantes, sin que sea preciso que la debilitacion esté desarrollada.

La _calcarea carbonica_ es uno de los medios curativos en las afecciones
paralíticas que dependen de una discrasia, de una caquexia análogas á
las del medicamento. Tambien se la ha empleado en la atonía de los
órganos respiratorios, en la parálisis incipiente del pulmon á
consecuencia de bronquitis repetidas y de una hematosis insuficiente. Su
utilidad en las afecciones asmáticas y en el catarro sofocativo crónico
es indudable; su indicacion en estos casos es la misma, y procede
tambien de la flegmorragia y la sensacion de apretamiento en la base del
pecho que acompañan á estas afecciones.

La influencia, en fin, del _carbonato de cal_ en las enfermedades
nerviosas se estiende á ciertas gastralgias, en las que el _grafito_ le
disputa su eficacia; pero se observa en estos casos el mal estado de la
nutricion y el desprendimiento de gases intestinales, como en las
cefalalgias y otras neuralgias de este carácter.

=B.= _Afecciones del sistema circulatorio._--El _carbonato de cal_ juega
rarísima vez en las afecciones febriles, porque no le pertenece el
elemento inflamatorio agudo, ni las flegmasías francas, aun en su
período de declinacion y terminacion. Esto no obstante, no se debe
despreciar el recurrir á él en ciertas fiebres mucosas en su período de
flojedad, en fiebres intermitentes crónicas, con caquexia serosa,
obstrucciones abdominales y flujo de orina, diarrea, sudores fáciles y
abundantes; en algunas fiebres hécticas con hinchazones edematosas y
secreciones aumentadas, y en fiebres exantemáticas que se prolongan
hasta despues de la desecacion. Este medicamento es tambien útil aun en
afecciones febriles de niños enfermizos ó cacoquímicos, cuando la fiebre
aparece ó se agrava por la noche y por la mañana. En todos estos casos
de fiebres y de enfermedades febriles, con ó sin lesion orgánica ó
flegmasía crónica constante, el _carbonato de cal_ requiere el
predominio del frio, la debilidad muscular, bocanadas frecuentes de
calor, sudores nocturnos ó matutinales, edema, enflaquecimiento ó
polisarcia, aspecto pálido y exacerbaciones que remiten por la tarde,
sin calosfríos antes del calor, pero con frio en las estremidades
durante el calor, grande sensibilidad al frio y dolores contusivos. El
_azufre_ y el _mercurio_, la _quina_ y el _sílice_ son los mas análogos
en todas estas circunstancias.

Algunos de los síntomas del _carbonato de cal_ se refieren al aneurisma
del corazon ó de los grandes vasos. Curaciones admirables se han
obtenido con este medicamento en casos casi desesperados de este género,
en personas debilitadas, linfáticas y jóvenes. A su electividad sobre la
nutricion y á su poderosa influencia para corregir las aberraciones de
la plasticidad, se deben los resultados de su administracion en la
hipertrofia del corazon. La estancacion de sangre venosa, aun con
dilatacion de los vasos capilares, reclama igualmente su uso. En todas
estas afecciones se asocian con ventaja, segun los casos, el
_licopodio_, el _carbon vegetal_ y la _pulsatila_.

=C.= _Afecciones gastro-pulmonales._--La accion especial del _carbonato de
cal_ sobre la vida vegetativa y la nutricion intersticial, no la permite
influir directamente en las afecciones nerviosas, sanguíneas y mucosas,
sin sitio de predileccion. Es útil, sin embargo, en las afecciones
gastro-pulmonales y en las del sistema nervioso y linfático, cuando la
nutricion se altera, ó que las fiebres graves se elevan hasta la
adinamia, que se manifiestan diarreas y disenterías crónicas con ó sin
deposiciones purulentas y estrías de sangre, picotazos abdominales,
ulceraciones ó simples flujos mucosos ó muco-purulentos. Es el remedio
por escelencia de ciertas lienterías por atonía del tubo digestivo,
cuando la _quina_, el _hierro_, el _laurel-cerezo_ y el _azufre_ no
están indicados, ó que su uso no ha modificado el estado de los
intestinos en el sentido de su accion. El _carbonato de cal_ corresponde
á la lientería, en la que, si bien las deposiciones son duras muchas
veces, no están digeridas las sustancias, y son blanquecinas ó
diarréicas, espumosas, de olor ágrio, con retortijones por la noche y
despues de comer; está acompañada de tabes mesentérica, con infartos
mesentéricos, esplénicos ó hipertrofia de las criptas mucosas de los
intestinos.

El _carbonato de cal_ es, con el _arsénico_, la _pulsatila_ y el _ácido
fosfórico_, el principal medicamento de las diarreas rebeldes de los
niños. Por último, ciertas dispepsias y gastro-atonías con pirosis,
desarrollo de gases despues de la comida, agravacion por la leche,
salivacion y calor en el vientre, pueden tratarse con éxito con la
_calcarea_.

Hemos hablado de sus indicaciones en el asma y la bronquitis con
carácter nervioso, aun cuando estas mismas afecciones pueden reclamar su
uso por una índole mas bien asténica y humoral. Ahora agregarémos que
las irritaciones de la garganta con salivacion, sensacion de
constriccion, rubicundez con tumefaccion de las amígdalas y erupcion de
vesículas en la superficie faríngea, ceden á este medicamento,
especialmente en los niños, y despues del uso del _mercurio_; en estos
casos, sin embargo, son preferibles el _bromo_ y el _sulfuro de cal_, si
hay, por lo menos, astenia y linfatismo.

=D.= _Afecciones del aparato génito-urinario._--Ninguno de los síntomas
del _carbonato de cal_ relativos á la vejiga, al útero y sus
dependencias, tiene el carácter de la inflamacion franca; todos los
síntomas de este medicamento espresan una irritacion mas ó menos viva,
pero asociada siempre á la astenia con fluxion humoral y flojedad.

Si bien hay exaltacion del apetito venéreo y de los órganos, el cóito
fatiga siempre sin embargo, aniquila y produce pesadez de cabeza, y
existe alguna de las circunstancias siguientes: ereccion insuficiente,
emision seminal tardía y débil, falta de deseos.

El _carbonato de cal_ corresponde á las menstruaciones escesivas,
frecuentes, á las pérdidas en la época catamenial, siendo este
precisamente el principal carácter de su accion congestiva y asténica.
Corresponde tambien á la amenorrea completa ó á las menstruaciones
retardadas, á la dismenorrea en las mujeres obesas ó simplemente
pletóricas, sin eretismo, pero sí con insuficiencia del flujo
menstrual. Bajo estos dos aspectos se adapta á las jóvenes en la época
de la pubertad, á las mujeres en la edad crítica, ya por su efectividad
sobre el sistema plástico y el desarrollo material del organismo, ya por
su accion no menos especial en los capilares venosos, en la época de la
vida en que el útero va á perder su influencia; se adapta igualmente por
estos dos estados al embarazo, y muchos prácticos quieren que este
medicamento remedie la mayor parte de las incomodidades de la gestacion,
deseo al que los síntomas les autoriza perfectamente, y que tienen mucha
analogía con los de la _sepia_.

Otros muchos medicamentos tienen en sus patogenesias los síntomas de
menstruacion escesiva y pérdidas muy frecuentes, pero los unos, como la
_belladona_, obran activamente; otros, como la _ipecacuana_,
congestionan espasmódicamente; el _carbon vegetal_ y el _centeno
cornezuelo_ determinan un éstasis venoso con congestion capilar,
mientras que el _platino_ obra por escitacion nerviosa; el _carbonato de
cal_ es análogo á la _magnesia_ y _subcarbonato de potasa_ por su
congestion venosa asténica y porque se dirige mas que estos al fondo del
útero, privando á los vasos de su tonicidad ó entorpeciendo la
nutricion, y empobreciendo, por consiguiente, la sangre; se observan al
mismo tiempo en el _carbonato de cal_, cefalalgias, odontalgias,
infartos sensibles de los pechos. La mucosa vaginal además está
congestionada, irritada; hay por lo mismo várices, escrescencias
poliposas en el cuello, y casi siempre leucorreas y flujos acres ó
escoriantes. Se ha empleado con fundamento este medicamento en ciertas
gonorreas virulentas y cuyo flujo no habia cedido á un tratamiento
especial; se le dirigia entonces á combatir el estado de la mucosa
uretral, por una parte, y el humoral del organismo por otra, y estas
condiciones le dan una importancia notable en el tratamiento de algunos
catarros vesicales.

Debemos aun mencionar la curacion de ciertos pólipos y vegetaciones del
cuello uterino ó de los labios por el _carbonato de cal_. Alternado con
la _pulsatila_ ha modificado tan favorablemente el estado varicoso de
los órganos de la gestacion, del que procede el aborto, que en muchas
ocasiones ha podido prevenir este accidente; la _calcarea_ y
_pulsatila_, en fin, tienen una eficacia innegable en las recien
paridas, para disipar ciertos fenómenos febriles debidos á la metástasis
láctea ó á la supresion de la leche.

=E.= _Afecciones del sistema cutáneo._--Las erupciones secas son las en
que mas indicada está la _calcarea_. La superficie cutánea parece
carecer de jugos reparadores; pero aun hay otra razon no menos fundada
para que las erupciones húmedas no sean estrañas á este medicamento, y
es la abundancia de jugos mal elaborados, máxime si la astenia cutánea
favorece la estancacion de los mismos.

Generalmente basta este medicamento para hacer desaparecer las manchas
rojizas que subsisten despues de la curacion de algunos exantemas; las
rubicundeces eritematosas y las naturales del acné rosáceo ceden tambien
con el _carbonato de cal_. Las pústulas del acné se tratan mejor con
este medicamento, seguido ó precedido de la _nuez vómica_ y del
_arsénico_. Las diversas formas del impétigo reclaman la _calcarea_ en
primera línea, pero algunas veces solo ceden con _fósforo_, _licopodio_,
_sílice_....

El elemento papuloso de las erupciones crónicas exige el uso del
_carbonato de cal_; pero el prúrigo se acomoda tambien al _arsénico_.
La _calcarea_ se adapta esencialmente al herpes escrofuloso en todas sus
formas; á la tiña, y en particular al favus mucoso, á la costra láctea
de carácter serpiginoso, y á ciertas sifílides rebeldes. Mas todas estas
afecciones, generalmente rebeldes, exigen un tratamiento largo, y el que
pueden jugar otros varios medicamentos; se hará bien en preceder á la
_calcarea_, el _azufre_ ó el _ácido azótico_, segun que se trate de
erupciones pruritosas, secas, escrofulosas, húmedas y escamosas, ó de
otras que presenten escrescencias, erupciones con fungosidades,
exudaciones sanguíneas ó un orígen sifilítico. En estos tratamientos,
con la perseverancia y la eleccion de medicamentos bien indicados, se
obtienen resultados mejores y aun superiores á las medicaciones mas
acreditadas por la rutina.

=F.= _Afecciones del sistema linfático._--La simple diátesis escrofulosa
en personas bien constituidas, no es del recurso del _carbonato de cal_,
pues este medicamento se adapta mejor á la caquexia escrofulosa con
agravacion febril, principalmente por la mañana; el _licopodio_ la
presenta por la tarde.

El _carbonato de cal_ está indicado en el tratamiento de las afecciones
escrofulosas de todas las edades, pero mas especialmente en la infancia
y hasta la edad del completo desarrollo orgánico. Sus caractéres
principales en los niños son: lentitud en la osificacion, retardo en
osificarse las fontanelas, cabeza voluminosa, huesos blandos, flexibles;
en los niños, como en los jóvenes, venas abultadas, ojos tristes y con
ojeras azuladas, desarrollo exagerado del sistema linfático, apetito
voraz, adipsia, grande impresionabilidad al frio, movimientos
congestivos en las partes superiores, vértigos frecuentes, debilidad
muscular, apatía.

Es uno de los principales medicamentos de la tabes mesentérica, y aun
puede ser suficiente para curarla, administrado despues del _azufre_. El
_arsénico_, en una afeccion análoga, no tiene los mismos movimientos
congestivos en la cabeza y la misma persistencia; pero hay mas calor
ácre, mas sequedad en la piel y mayor postracion.

El raquitismo es indudablemente una de las enfermedades en la que es mas
eficaz el _carbonato de cal_; es el medicamento mas á propósito para
fortificar, enderezar, consolidar el sistema óseo, dirigir su desarrollo
normal y regularizar la nutricion, aun cuando se trate de la denticion.

La accion de la _calcarea_ se activa y hace mas eficaz muchas veces con
el uso anterior del _azufre_ ó del _ácido azótico_, sobre todo, en las
enfermedades de los huesos, en la tabes mesentérica y en los infartos de
los gánglios linfáticos. El _carbonato de cal_ no está indicado en el
momento de la supuracion de los abscesos, de las ulceraciones, los
exantemas, las glándulas y los tumores blancos, pero es casi necesario
antes de este momento y cuando la supuracion ha cesado ó se ha hecho
crónica por degeneracion.

La oftalmía escrofulosa es la afeccion de este género, en la que este
medicamento es indispensable. Primeramente en la de los recien nacidos,
cuando su abundante secrecion se ha resistido al _azufre_ y que el
_mercurio_ no está indicado; despues, en todas las enfermedades del ojo
y sus dependencias, cuando tienen el carácter escrofuloso. Los fenómenos
inflamatorios requieren primero _belladona_ y _mercurio_; despues de los
cuales, produce escelentes resultados el _carbonato de cal_,
especialmente cuando hay una abundante secrecion mucoso-purulenta.
Ultimamente el _sílice_ y el _causticum_ juegan en el tratamiento de las
afecciones complejas, que ceden á veces al _azufre_ y á la _calcarea
carbonica_ alternados y á bajas atenuaciones.

=G.= _Afecciones de la plasticidad._--Tan pronunciada es la accion del
_carbonato de cal_, de alterar la cohesion químico-vital de los sólidos
y líquidos del organismo, como su tendencia á las aberraciones
nutritivas y á la exuberancia vegetativa sobre ciertos puntos, de lo que
resulta su propiedad reconstitutiva y su aptitud de volver el _nisus
formativus_ y la plasticidad á su tipo normal.

A esta propiedad, pues, debe la _calcarea_ el poder prestar señalados
servicios en ciertas atrofias y en algunos casos de obesidad y de
hipertrofia. Igualmente se utilizan sus propiedades en las induraciones
en que terminan ciertas inflamaciones, y en los infartos abdominales
resultado de ciertas fiebres, en las manchas y oscurecimiento de la
córnea y del cristalino á consecuencia de oftalmías, y hasta la
deformidad de la pupila. El _carbonato de cal_ activa la denticion,
consolida y afirma el tejido óseo; es el medicamento principal de las
llamadas glándulas de crecimiento, y cuyos accidentes atenúan el _ácido
fosfórico_ y el _sílice_. El _carbonato de cal_ corresponde mas al
reblandecimiento de los huesos por la insuficiencia de las _sales
calcáreas_ en los tejidos, mientras que el _cystus canadensis_, el
_sílice_ y el mismo _grafito_ se adaptan mejor á las lesiones supurantes
del tejido óseo, así como la _belladona_ y el _mercurio_ se dirigen á su
inflamacion.

La _calcarea carbonica_ remedia la falta de elementos nutritivos de la
piel, y devolviendo la vitalidad y los jugos nutritivos, cura las
fisuras superficiales, secas, escamosas: difiere del _licopodio_, en que
este cubre mejor los rágades profundos y callosos; del _sílice_, porque
sus fisuras son sangrantes; del _grafito_, porque se dirige con
principalidad á los rágades de las pequeñas articulaciones y de los
mamelones; de la _ignacia_, de la _sal marina_, del _fósforo_, del
_zinc_, porque sus fisuras ocupan con preferencia los labios, el ano, el
prepucio. Pero ninguno es mas eficaz que el _carbonato de cal_ para
devolver á la piel arrugada su flexibilidad y su suavidad, y al cuero
cabelludo los cabellos que se caen. Esto no obstante, la alopecia por
pérdida de humores y aniquilamiento de las fuerzas, reclama mas bien la
_sepia_, el _mercurio_, la _sal marina_ y la _barita carbónica_, así
como la alopecia dependiente del mal estado de los vasos capilares es
mas propia del _carbon vegetal_.

Los sudores fétidos de los piés y el oleaginoso de las palmas de las
manos son del dominio de _calcarea_, del mismo modo que las orinas
sedimentosas que se descomponen fácilmente, y la ozena, considerada como
vicio de secrecion.

El _carbonato de cal_, en fin, goza de una accion especial en las
verrugas lisas, ayudado algunas veces del _causticum_ y la _dulcamara_;
obra tambien en ciertos kistes de los párpados y del cuero cabelludo; en
las escrescencias en forma de frambuesa, especie de ficus esponjoso,
sanguíneo; en ciertas vegetaciones ficoides, rojas, y aun erectiles de
los niños; en los pólipos de la nariz, de los oidos, de la matriz,
cuando son mucosos y lisos. Todas estas producciones exuberantes exigen
generalmente otros medicamentos, tales como _sílice_, _ácido azótico_,
_licopodio_, _causticum_, _fósforo_.

=Dósis.=--Para las sustancias cuya actividad depende de su estremada
division, y para el _carbonato de cal_ en particular, las atenuaciones
mas altas, son las curativas con mas seguridad. Se prescribe
ordinariamente la _calcarea_ á la dósis de una gota ó de algunos
glóbulos de la sesta á la trigésima atenuacion; sin embargo, en algunas
afecciones locales flegmásicas, así como en ciertos casos de oftalmía
escrofulosa, la segunda y tercera trituracion son muy eficaces, ya se de
1 ó 2 decígramos en varias veces al dia, ó ya se use como colirio hecho
con la misma cantidad de medicamento para 60 gramos de agua destilada.



CAMPHORA (ALCANFOR).


§ I.--Historia.

Esta sustancia tan conocida, es un aceite esencial, sólido y volátil,
que procede del _laurus camphora_, de la familia de los laureles,
_Jussieu_.--De la eneandria monoginia, de _Linneo_.

El _alcanfor_ ha sido siempre juzgado con tanta diversidad, que ni aun
las esperiencias de Hahnemann posteriores á otras muchas, repetidas
igualmente despues de él, han terminado los debates ni resuelto la
cuestion.

Los que creen que es un escitante, como los que le consideran como un
hipostenizante, han juzgado los efectos del alcanfor bajo un punto de
vista diferente: unos y otros tienen razon.

Ya lo hemos dicho, los medicamentos gozan en mas ó menos grado, ya
directa, ya indirectamente, de dos acciones distintas, espansiva y
concentrante, esténica y asténica, escitante y debilitante: esto es un
hecho demostrado, sobre todo en el _alcanfor_. Aun volverémos á tratar
este punto á propósito de otros medicamentos, del _opio_
particularmente; esta cuestion es propia de cada sustancia y se resuelve
siempre por la esperimentacion y la clínica, en favor de la doble
accion; pero además se observan fenómenos sucesivos y no alternantes
manifestados por un efecto directo ó indirecto del medicamento.

Mas, en tanto que la mayor parte de los medicamentos que tienen una
accion de duracion mas larga, mas fija, mas permanente, mas profunda,
desarrollan las dos acciones lentamente, con regularidad y segun el
grado de sensibilidad del organismo; el _alcanfor_, sustancia muy
volátil, cuya accion es de duracion corta, efémera, las desarrolla
rápidamente y con poca regularidad. Sus efectos pueden compararse á los
de un acceso de cólera que escita tumultuosamente, pero que abate
despues sin medida.


§ II.--Efectos fisiológicos.

La accion del _alcanfor_ se espresa del modo siguiente: sensacion de
calor precedida de una sensacion de frescura, ligera escitacion
precedida de algun abatimiento, calor como por bocanadas hácia el
corazon, el cerebro y la médula espinal (este último síntoma ha sido
principalmente observado por nosotros, y con no menos constancia que los
demás, en los ensayos que hemos hecho para la obra que publicamos);
calor general, pulsaciones en las vísceras y en la cabeza, palpitacion
de corazon, ardor y rubicundez en la cara y en toda la superficie
cutánea; sobreescitacion de los sentidos, de la vista en particular,
sensibilidad exagerada de la piel, congestiones de las mucosas y de las
vísceras, de donde resulta ardor al orinar, disuria, romadizo, náuseas,
opresion, dolores congestivos, exaltacion de la inteligencia. Estos son
los síntomas menos constantes, síntomas que son seguidos de un estado
espasmódico y de la astenia que es mas durable, y que conduce á la
relajacion, al abatimiento, á la postracion, y que ordinariamente son
los siguientes: flujo de orina, diarrea, sudor, vómito, diminucion del
pulso y del calor, convulsiones tetánicas y epileptiformes, cefalalgia
gravativa, pesadez de los miembros, abatimiento moral, embotamiento de
los sentidos, temblor, síncope, parálisis.

Durante este período asténico, el frio que primeramente se presenta,
aumenta rápidamente y se hace glacial. La sensacion de frescura sentida
desde el principio, y apenas indicada por algunos esperimentadores, es,
con algunas ligeras indisposiciones, el indicio de la impresion del
medicamento sobre el sistema nervioso; y la escitacion fugaz é
intermediaria del sistema sanguíneo que precede al período espasmódico,
no puede ser debida mas que á la rápida absorcion del _alcanfor_ y á su
accion difusible; pero el estado nervioso recobra el dominio y se
atribuye toda la accion de este medicamento, porque el sistema sanguíneo
solo la espresa por una debilidad, que la astenia nerviosa y la inercia
cérebro-espinal oscurecen.

La accion espasmódica del _alcanfor_ es directa, y, sin embargo, ha sido
negada por Giacomini, alegando precisamente la larga cita de la
esperiencia de Alexandre, que arriesgó perder la vida por esperimentar
los efectos espasmódicos y las convulsiones epileptiformes. Esta accion
espasmódica del _alcanfor_ es esencial y no inflamatoria, directa y no
consecutiva de la alteracion de los líquidos y sólidos. Lo singular que
ofrece la doctrina del profesor de Pádua, es que hace del _alcanfor_ un
medicamento hipostenizante cardíaco-vascular y espinal, lo cual es
exacto, así como por una de sus peculiares contradicciones afirma
indirectamente sus efectos espasmódicos.

Mr. Trousseau se admira de las enormes contradicciones de sus
antepasados, y busca un _vínculo natural que les una_. Cree haberle
hallado en la esposicion difusa de tres órdenes de fenómenos, en los que
la accion química y mecánica juega un gran papel. El lector juzgará,
pero es conveniente que lea el largo y erudito artículo del profesor de
Paris, y la cuestion entonces quedará reducida á sacar una conclusion
práctica.

La tésis que sostenemos está demostrada, no solo por los efectos
fisiológicos de este medicamento, sino tambien por sus efectos clínicos,
y seria supérfluo pretender establecer otra opinion sobre su
electividad, objetando la versatilidad de sus efectos y los casos de
envenenamiento producidos en un órden no diferente del que hemos
indicado, pero sí mas irregular. Las propiedades del _alcanfor_
manifestadas por las curaciones obtenidas están todas basadas en sus
efectos espasmódicos, nerviosos é hipostenizantes, como lo hemos hecho
ver.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Tan eficaz como es el _alcanfor_ en el frio mas intenso del estado
prodrómico de una afeccion nerviosa ó de una fiebre grave, tanto mas
impotente es en el frio que resulta de la cesacion de la reaccion, á no
ser que la ataxia domine. La agudeza y la rapidez de su accion le hacen
generalmente impropio al tratamiento de una enfermedad crónica, y en
particular orgánica; su mayor utilidad consiste en su importancia como
medio abortivo, á la dósis de 2 á 3 gotas de la tintura (espíritu de
_alcanfor_), repetida varias veces, aun cada cinco minutos, hasta que
empiece la sedacion ó la reaccion. Su efecto es resolver los espasmos,
regularizar la calorificacion, reanimar la periferia, hacer cesar las
evacuaciones peligrosas, producir la diaforesis y bienestar general,
seguido de un sueño reparador que se le puede considerar como crítico.

Los síntomas que constituyen su indicacion son: invasion brusca, frio
violento y glacial, desfallecimiento, calor interior, cólico, náuseas,
vómito, diarrea acuosa, supresion de orinas ó frecuente emision de estas
muy claras, calosfríos, calambres en los miembros y aun en las vísceras,
cefalalgia constrictiva, espasmos y convulsiones distintas, neuralgias
terribles, sed, éstasis sanguíneo en los capilares subcutáneos, y
azulamiento de los dedos de las manos, que están helados, piel fria y
viscosa, relajacion de los esfínteres y deposiciones acuosas
involuntarias, sudores frios, postracion paralítica, pulso pequeño y
duro, ansiedad moral y orgánica.

El frio es el síntoma constante de las afecciones graves espresadas en
el cuadro sintomático que precede. Así, pues, el cólera, desde su
principio, cuando no es fulminante, es la principal afeccion que cede
con el _alcanfor_; se le emplea tambien con igual resultado desde el
principio de un acceso de fiebre álgida, en la fiebre atáxica, tifoídea,
pestilencial, cuyos prodromos presentan los principales caractéres de la
accion del _alcanfor_. Esta medicacion es tanto mas oportuna; cuanto que
se emplean muy pocos medios en estas circunstancias.

Un acceso de neuralgia, una brusca invasion de espasmos, ya muscular, ya
del estómago, de la vejiga, del pulmon, un acceso de epilepsia, un
ataque de asma, un flujo colicuativo agudo, disentérico por ejemplo, que
aparece repentinamente, empezando con una gravedad y cuyos síntomas se
hallan en el cuadro que hemos presentado mas arriba, indican
indispensablemente el _alcanfor_ á dósis débiles y repetidas.

La esperiencia ha probado que es el antídoto de casi todas las
sustancias vegetales, y de la mayor parte de las minerales. Si se agrega
á este hecho el de su poder abortivo y no preventivo, de las
enfermedades mas graves, de las que atacan profundamente el sistema
nervioso, se comprenderá fácilmente el abuso que comete la medicina
popular, y la confianza que inspira un medicamento que ha prestado
servicios tan positivos, servicios que no se pueden negar.

No aceptamos la propiedad antimiasmática del _alcanfor_, en el sentido
que destruya los animalillos, el miasma animado, productores de
enfermedades graves; por otra parte, sus efectos en el cuerpo humano, su
electividad sobre el corazon, el cerebro y la médula oblongada, nos
esplican racionalmente sus propiedades, tales como las hemos indicado.
Pero podemos concluir de todo lo espuesto, que quizá los médicos
descuidan algo este medicamento. Nosotros mismos nos hemos dirigido esta
inculpacion por los estudios especiales á que hemos debido dedicarnos,
felicitándonos despues por haber recurrido tantas veces á él, en
atencion á los datos que acabamos de esponer.

Pero el _alcanfor_ no solo está indicado en los prodromos nerviosos por
su propiedad abortiva, sino que corresponde igualmente á ciertas
irritaciones efémeras de la piel, con rubicundez, especialmente en la
erisipela, desde el principio, y antes que la congestion y la rubicundez
se hayan desarrollado. Despues de este momento no es de utilidad alguna.
Es preciso estender su uso á algunas congestiones ó fluxiones internas
con predominio del elemento nervioso, y antes de su fijacion y
desarrollo completo; así es como el _alcanfor_ disipa incomodidades de
cabeza que tienen este orígen, ciertas irritaciones ó sobreescitaciones
eréticas de los órganos genitales, inflamaciones de la mejilla,
odontalgias incipientes.

Su accion sobre la fibra, que no nos atrevemos á comparar mas que con la
del _opio_ y la de la _nuez vómica_, produce una sedacion, una
relajacion que le pone en aptitud de combatir, ó por lo menos aliviar,
paliando ciertas irritaciones intestinales ó de otro punto, que
desarrollan el estreñimiento nervioso, vomituriciones, disuria,
dismenorrea. Esta accion sedativa del _alcanfor_ puede prestar servicios
reales, á pesar de la corta duracion de su accion, en las fiebres
nerviosas graves, cuando se trata de obtener una diminucion de la
irritabilidad, al abrigo de la cual el organismo se deja modificar mas
fácilmente por los medicamentos curativos.

El _alcanfor_ tiene otra indicacion en las fiebres nerviosas con
diminucion del calor, embotamiento de la sensibilidad, abatimiento de
las fuerzas: este medicamento á fuertes dósis y el _espíritu de nitro
dulce_, son los mejores medios para escitar la inervacion y dar lugar al
uso de otros medicamentos. La utilidad del _alcanfor_ es grande bajo
este concepto, en algunos casos de erupciones repercutidas, con
ataxo-adinamia y en el peligroso hundimiento de la cara en la viruela.

El _alcanfor_, en fin, es útil, á título de medio perturbador, en el
elemento natural de las enfermedades nerviosas, en las prolongadas y
frecuentes impresiones afectivas que han modificado la inervacion, la
sensibilidad; que asimismo han conducido á fiebres lentas nerviosas, á
neurosis, á neuralgias con alteracion de la hematosis y de la nutricion
general. En estos casos es superior al _opio_.

=Dósis.=--Se emplea el _alcanfor_ en polvo, mezclado con azúcar, á la
dósis de algunos centígramos que se pueden repetir, aun cada cinco
minutos, hasta ocho y diez veces. Pero es mas cómodo usar dos ó tres
gotas de la tintura ó _espíritu de alcanfor_ en un terron de azúcar.
Estos modos de administrarle y estas dósis convienen especialmente
cuando se le emplea como abortivo y en las fiebres graves, ó como
escitante momentáneo y perturbador. Rara vez se ha recurrido á
atenuaciones mas altas que la tercera, y precisamente ha sido en casos
muy especiales, que no estamos en estado de particularizar, pero que se
observan con preferencia en sugetos irritables.



CANTHARIS MELOE VESICATORIA (CANTÁRIDA).


§ I.--Historia.

La cantárida es un insecto coleóptero, conocido de los antiguos, que
designaban á muchos escarabajos ó insectos con el nombre de _cantharis_.
Aun hoy está siendo este medicamento objeto de muchas divergencias en la
apreciacion de sus efectos. No nos proponemos esponer su historia
terapéutica, ni estudiarle en su accion mecánica ó como vesicatorio,
accion con la que se cubren las indicaciones de los métodos derivativos,
revulsivos, y que con mas frecuencia quizá produce efectos especiales
por su accion dinámica.

Conveniente es, sin embargo, consignar, tratándose de un medicamento
casi universalmente limitado hoy á usos esternos, que muchos médicos le
han considerado de un modo muy distinto.

Independientemente de la electividad especial que todos la han
reconocido sobre los órganos génito-urinarios, se la dan igualmente en
la albuminuria, la cistitis, la nefritis y la metritis, por los señores
Bouillaud, Rayer[51], Fabre, Morel-Lavallée, Trousseau y Pidoux, etc.,
fundados en sus propias observaciones y en las de sus predecesores, que
han consignado en sus obras; el catarro vesical, la blenorragia, aun la
virulenta, la hematuria y la disuria, han sido tratadas con la
cantárida, segun Merat y Delens, y por Werlhoff, Rayer, Valleix. Aparte
de estas observaciones, es necesario indicar que en estas afecciones y
otras varias se ha usado frecuentemente la cantárida al interior,
especialmente por médicos antiguos.

El doctor Fabre considera la accion general ó interna de las
_cantáridas_ como idéntica á su accion local. Hipólito Cloquet queria
que se distinguiese le preparacion, y preferia, siguiendo á Lange, Maza,
Baumès, la tintura á la administracion interior del polvo de la
sustancia.

Pero sea la que quiera la propiedad escitante é inflamatoria de la
_cantárida_, se ha usado tanto y con tanta frecuencia en afecciones
esténicas y flegmásicas, que, ignorando los médicos las ideas
hahnemannianas, comprenden poco sus resoluciones. Mr. Trousseau ha
salido felizmente en su auxilio con el _descubrimiento_ del método
_sustitutivo_; y el doctor Fabre no ha podido disimular su opinion sobre
la _sustitucion_, diciendo con sinceridad que la doctrina de la _accion
sustitutiva_ se aproxima bastante á la doctrina de los semejantes de
Hahnemann.

Quiera Dios, y Mr. Trousseau tambien, que no esté distante el momento en
que desaparezcan las singulares denominaciones de homeópatas y alópatas,
para quedar tan solo la natural de médico, de hombre instruido en el
arte de curar.


§ II.--Generalidades sobre su accion fisiológica.

La primera impresion de la _cantárida_ sobre el sistema nervioso es la
de producir, como otros varios medicamentos, una sedacion notable y
apreciada por los síntomas siguientes: decaimiento del pulso,
abatimiento, frio, incomodidad, orinas abundantes; pero este estado dura
poco, y le reemplazan fenómenos de escitacion sanguínea que conservan el
carácter nervioso, espasmódico; afecta despues el medicamento al sistema
nervioso de un modo mas profundo; su accion se hace hipostenizante,
franca, propagándose electivamente al sistema circulatorio,
especialmente á los vasos capilares, á los que ataca con preferencia á
medida que se prolonga su accion, y que aun se hace crónica hasta el
punto de alterar la nutricion y los sistemas exhalantes y absorbentes.

Se comprende bien, y ya lo hemos indicado, que las tres esferas
orgánicas no puedan recibir simultáneamente la influencia del
medicamento, y que obre primero sobre la nerviosa, despues sobre la
sanguínea, y por último sobre la vegetativa, de la que procede su accion
consecutiva y sintomática sobre el sistema nervioso. Esta es tambien,
segun hemos manifestado, la marcha que siguen las causas morbosas en la
economía animal, hasta el desarrollo completo de su accion.

Los autores que, como Giacomini, tan solo han reconocido, la accion
hipostenizante en la _cantárida_, sacrifican una parte de las
propiedades del medicamento y atribuyen los efectos de escitacion
nerviosa y sanguínea, es decir, los efectos dinámicos de la primera
impresion, á una accion mecánica y química, que, aunque verdadera en la
vesicacion que produce, es impotente para esplicar los efectos de
escitacion especial, tales como fiebre, espasmos y flogosis, que tambien
se desenvuelven por las dósis débiles de la _cantárida_, tomada al
interior, sin acompañamiento de efectos mecánicos.

Solo con el estudio completo de este medicamento se puede reunir en un
cuadro sucinto el conjunto de los efectos que comprende toda su esfera
de accion: diminucion del pulso y del calor, postracion, melancolía,
aumento de las orinas y de la saliva, espasmo de la glotis y del cuello
vesical, sequedad de la boca, calor, sudores, gran sed, fiebre ardiente,
delirio, incomodidad general, vómito, disentería, hematuria, tenesmo,
angustia, lascivia, dolores dislacerantes y quemantes en los miembros,
convulsiones, ninfomanía, postracion.


§ III.--Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Las afecciones nerviosas propias de la _cantárida_ son neurálgicas y
espasmódicas. Está indicada en las neuralgias antiguas, reumáticas,
quemantes, dislacerantes, en la que se ha llamado reumatismo gonorréico,
y tambien se ha observado que en la ciática de la _cantárida_ hay
disuria. Por último, las convulsiones que caracterizan la accion de este
medicamento y que se elevan hasta la forma tetánica, indican su
influencia especial sobre la médula espinal, influencia que la pone en
aptitud de ser útil despues de _arsénico_ y _nuez vómica_ en las
afecciones de esta parte; pero cuando la irritacion espinal dependa, por
regla general, de un eretismo actual ó pasado, ó proceda de escesos
venéreos.

Las afecciones espasmódicas particulares á las que corresponde este
medicamento, se limitan al espasmo del exófago y á las convulsiones
hidrofóbicas, acompañadas siempre de inflamacion de la garganta,
ninfomanía, priapismo y movimiento convulsivo de los ojos que están
brillantes. Desde una época remota se ha preconizado la _cantárida_
contra la rabia, constituyendo la base de muchos remedios secretos ó
conocidos para esta implacable enfermedad. Quizá el empleo sucesivo de
la _belladona_, del _stramonium_ y de la _cantárida_ constituya una
buena medicacion contra la hidrofobia.

La fiebre de la _cantárida_ es inflamatoria, con prolongados y violentos
calosfríos al principio; está caracterizada por un calor acre y vivo,
por la rubicundez cutánea y por una sed violenta y sequedad de la boca;
el predominio del eretismo cutáneo y mucoso produce grande inquietud y
un delirio molesto por la fijeza de las ideas.

La _cantárida_ está poco indicada en la inflamacion de las glándulas,
aun cuando puede tener un momento de oportunidad en el tratamiento de la
hepatitis aguda con la _quina_ y el _antimonio_, despues del uso de los
medicamentos mas á propósito para combatir la flogosis y cuando esta se
prolonga. La sensibilidad, la tumefaccion y los dolores quemantes en la
region del hígado, y su agravacion por el acto respiratorio, son
síntomas dignos de consideracion; las membranas son las partes
preferentemente afectadas en la hepatitis propia de _cantárida_. La
accion de este medicamento sobre las mucosas en particular, es digna de
tenerse en cuenta. Desarrolla una inflamacion generalmente intensa, que
produce unas veces flujo de sangre; otras, falsas membranas y
secreciones muco-purulentas, ó ya la espulsion del epitelio, lo cual
esplica la sensacion de escoriacion que acompaña á sus flegmasías
mucosas. Suele tambien producir un flujo mucoso, sin reaccion general,
pero sí con irritacion crónica, como se observa, por ejemplo, en la
salivacion y en la diarrea que les son propias.

No hay ciertamente flegmasía alguna de las membranas mucosas estraña á
la _cantárida_, desde la del exófago y de la faringe, que simula la
hidrofobia, aun con encefalitis, hasta las inflamaciones mucosas de los
riñones, de los intestinos, del estómago, de la vejiga y de la uretra.
Todas estas flegmasías exigen la _cantárida_, aun en su estado crónico
con las condiciones de eretismo, que es el fondo de la accion de la
_cantárida_, aun en el último grado de la astenia. La hematuria y la
hematémesis, el tenesmo vesical y los vómitos nerviosos mas incómodos,
son propios de este medicamento; así como tambien ciertos estreñimientos
ó disenterías, con deposiciones como rizadas, mucosas ó con falsas
membranas. La influencia de la _cantárida_ en la gonorrea sifilítica
misma, aun en su mayor agudeza, hace desaparecer la estranguria y la
miccion sanguinolenta; igualmente desaparecen por su accion el catarro
vesical, los dolores quemantes, el tenesmo, y la gonorrea catarral y las
erecciones dolorosas.

Algunos síntomas de la _cantárida_ indican á la inflamacion de las
membranas serosas, por los cuales puede usarse despues la _brionia_,
cuando se forman exudaciones. No se debe, pues, despreciar la cantárida,
aun en las peritonitis y algunas inflamaciones articulares. Pero cuando
mas principalmente puede usarse despues de la _brionia_, es en la
pleuritis, y su utilidad en este caso está en poder prevenir ó combatir
el derrame ó la exudacion plástica, en disipar el dolor y restablecer,
por consiguiente, el estado normal. Esta propiedad de la _cantárida_ es
la que ha dado lugar á decir que aumenta la sensibilidad y escita las
secreciones.

Es cierto que sus síntomas la dan una influencia marcada sobre el
sistema capilar y sobre los exhalantes y absorbentes, por las
alteraciones que induce en las secreciones, y que la clínica ha probado
su eficacia en ciertos edemas, en algunas hidropesías locales, en la
ascitis con irritabilidad de la fibra, mas bien por una afeccion de los
vasos exhalantes y absorbentes, que por una diátesis serosa ó por el
empobrecimiento de la sangre. La accion benéfica de la _cantárida_, como
vesicatoria, no puede de otro modo esplicarse en una multitud de casos
de este género y de irritaciones, en las que muchos prácticos la dan al
interior en lugar de usarla ó aplicarla en vejigatorios.

Hemos llegado á los efectos de la _cantárida_ que caracterizan la
afeccion de los vasos capilares, en la quemadura con el simple
desprendimiento del epidérmis y la rubicundez; en el sabañon, con
estancacion y vesicacion; en las úlceras psóricas, de un rojo oscuro,
caseosas, de mal aspecto; en la pitiriasis ó herpe furfuráceo que cubre
la piel edematosa; en todas estas afecciones presta la cantárida
servicios innegables.

=Dósis.=--Aparte del uso esterno de la _cantárida_ como vejigatorio, lo
mas comun y regular es emplear una ó dos gotas de la primera á la sesta
atenuacion; en algunos casos de úlceras, de quemaduras, de irritaciones
mucosas antiguas, de lesiones de tejido, de edemas, puede darse igual
dósis de la tintura, y aumentarla hasta 5 ó 6 gotas en agua para
veinticuatro horas; tambien se emplea en algunos casos la misma
sustancia al esterior, en lociones ó pomada, en la proporcion de 4 á 5
gotas por 30 gramos de manteca ó de líquido.



CARBO VEGETABILIS.--CARBO ANIMALIS (CARBON).


§ I.--Historia.

El _carbon_ se convierte en medicamento, como se va á ver bien pronto,
cuando se le divide al infinito por trituraciones sucesivas con el
azúcar de leche. El _carbon vegetal_ y el _animal_ son dos sustancias
que pueden pasar por un solo y mismo medicamento. Hay no obstante
algunas diferencias en sus efectos, pudiéndose reservar el _carbon
animal_ para el tratamiento de algunos infartos glandulares y ciertas
afecciones nerviosas, que tambien son propias del _carbon vegetal_, pero
cuyas agravaciones se presentan por la mañana ó despues de la comida.
Hablarémos con preferencia de este, porque está mejor estudiado y su uso
es muchísimo mas frecuente. El carbon vegetal es un medicamento que
probaria por sí solo, si fuese necesario, la escelencia de la
esperimentacion pura para constituir la materia médica. Es el medio
principal dado al hombre para reconocer la virtud oculta de las
sustancias que pueden servirle de remedios; el _carbon_, perfectamente
triturado y dividido, ha revelado propiedades que nos permiten señalarle
como uno de los mas importantes medicamentos, debido á las esperiencias
de Hahnemann, y que el doctor Belloc ha desprestigiado por el uso
empírico é inexacto que del mismo ha hecho.


§ II.--Reseña general de la accion de este medicamento.

Los efectos del _carbon_ representan un estado de astenia, en la que la
inervacion cérebro-espinal y los nervios trisplánicos están afectados de
inercia; el movimiento nutritivo, la plasticidad, las funciones de los
órganos circulatorios y secretorios están debilitadas, suspendidas; hay
atonía general, adinamia, estancacion de sangre en los capilares,
lentitud pasiva en la circulacion venosa, en particular de la
vena-porta.

Este estado grave es precedido de ansiedad, de timidez, de irresolucion,
aversion al trabajo, desesperacion, deseo de la muerte é irascibilidad á
veces. Hay vértigos, atolondramiento; se observan dolores tensivos,
congestivos, quemantes en la cabeza y otros puntos, con agravacion por
la noche, por la tarde, al aire libre y por el frio. El sueño no es
reparador, y los fenómenos dependientes de la calorificacion y de la
miotilidad se agravan por la mañana. Los síntomas de irritacion tienen
un carácter erético y congestivo poco persistente, aproximándose á la
accion del _arsénico_ por la sensacion de quemadura que acompaña á las
congestiones y á los dolores, por la desazon general, por el decaimiento
rápido de las fuerzas, por el prurito en la piel y la irritacion de las
mucosas de los sentidos, por ciertas erupciones petequiales, por el
aniquilamiento de las fuerzas musculares, por la facilidad, en fin, á
resfriarse, en el momento en que la inflamacion parece dominar. La
debilidad paralítica, la insensibilidad, las convulsiones, el aliento
frio, la consuncion rápida de la cara, el hundimiento de los ojos en sus
órbitas, el color oscuro de la piel, la falta de pulso, la cara
hipocrática, las hemorragias pasivas, y los flujos involuntarios, son
el último grado de la accion del _carbon_. El físico como el moral
están igualmente inertes. Pocos medicamentos prestan servicios mas
eminentes en el último período de las enfermedades con estancacion de la
sangre en los capilares.

El _carbon_ comprende á todos los sistemas orgánicos en su esfera de
accion, por su influencia en los nervios ganglionares y en el sistema
capilar venoso; porque está en relacion especial con los nervios de la
vida orgánica, las estremidades de los vasos sanguíneos y con la sangre
misma; su accion sobre los centros es una consecuencia de estas
relaciones y de la atonía general, así como de la estancacion que
resulta.

Se puede comparar su accion sobre el sistema capilar venoso á la del
_mercurio_ sobre el sistema linfático y sus capilares, y á la del
_fósforo_ sobre los capilares arteriales. La accion del _carbon vegetal_
está caracterizada, como la del arsénico, por la ataxia é infiltracion
sanguínea violenta, que conduce á la gangrena en los efectos de este, y
á la asfixia en los del _carbon_. Si en la putridez, efecto del
_arsénico_, la reaccion es tumultuosa, la languidez de la circulacion y
la inercia nerviosa diferencian entonces la accion del _carbon_; su
pulso es pequeño y mas bien raro que frecuente.

Por su accion sobre los capilares de las estremidades, el _carbon_
disputa al _centeno cornezuelo_ su indicacion, por la hinchazon lívida
de los dedos de los piés, y por los éstasis asténicos de la sangre;
tambien se la disputa al _causticum_, porque las estancaciones de este
tienen un carácter seroso, mientras que las del _carbon_ son venosas.
Por esta razon, su accion electiva sobre la sangre es mucho mas
especial, ya porque obra directamente sobre este líquido, modificando su
vitalidad en un sentido opuesto á la accion descomponente del
_causticum_, ya porque modifica la hematosis por la asfixia lenta que
determina.

Bajo todos estos aspectos, el _carbon_ es eminentemente asténico; es el
opuesto al _acónito_ en su accion sobre el sistema sanguíneo, y á la
_nuez vómica_ sobre el sistema nervioso. Acaso se le ha recomendado en
el tratamiento de las fiebres pútridas y adinámicas, porque su accion
sobre los centros nerviosos es indirecta; pero está mas racionalmente
indicado en la postracion y la adinamia procedentes de un estado
asfítico; asimismo está indicado en la timpanitis y en el desarrollo de
gases producido por el decaimiento de la inervacion, y tambien en los
calambres y las convulsiones, cuando son el resultado del adormecimiento
é insensibilidad de la fibra, bien diferentes de los calambres y
convulsiones activas. La accion curativa del _carbon_ corrobora estas
apreciaciones, porque amortigua la actividad orgánica y la sensibilidad,
empezando por la circulacion.

El _carbon_, por su accion dinámica, es un medicamento nuevo, y el
doctor Belloc es el primero, despues de Hahnemann, que ha hecho de él
una aplicacion terapéutica en afecciones dinámicas.

Sin embargo los efectos tan poderosos y tan estensos de este medicamento
se circunscriben de tal modo por la imperfeccion de la preparacion, que
su utilidad es muchas veces problemática, sin contar con que lo vago de
sus indicaciones acarrea á los prácticos reveses que les desalientan
para proseguir esta medicacion en circunstancias en que los mismos
enfermos la tolerarian sin gran repugnancia.


§ III.--Efectos fisiológicos y terapéuticos.

=A.= _Afecciones agudas, cólera._--Los fenómenos febriles del _carbon_ no
pueden interpretarse ni en el sentido de una reaccion legítima, ni el de
la ataxia, pues llevan en sí el carácter de la astenia. El frio y el
enfriamiento son largos y penosos; sobrevienen despues del sudor, hay
digitaciones y azulamiento de los dedos de las manos con sed ardiente.
Esta sed desaparece á medida que el calor se manifiesta; los accesos ó
exacerbaciones tienen lugar por la tarde, y solo en esta época, ó en
momentos dados, el calor se hace general y aun urente, pero con
abatimiento estraordinario de las fuerzas musculares, con somnolencia,
atontamiento, sudores como colicuativos que no alivian por lo general y
que se presentan con preferencia por la noche.

Por regla general, esta fiebre se desarrolla á espensas de un estado
caquéctico con tumefaccion del tejido celular subcutáneo, piel sin
elasticidad, é inercia de la vida vegetativa. En el calor de la fiebre,
la cara se pone vultuosa, el moral recobra la energía que solo tiene
durante el calor, y los dolores quemantes que el enfermo siente en lo
mas profundo de los miembros, dan lugar á un bienestar, y con mas
frecuencia á una incomodidad general.

La fiebre tiene la remitencia de las fiebres hécticas en general. Sus
caractéres son: grande postracion, sudores frios, timpanitis ó
flatuosidades abundantes, estancacion de los vasos capilares con
azulamiento de la piel por placas como jaspeadas, insensibilidad ó
debilidad del pulso que se estingue poco á poco. Esta es la tendencia
fatal, á no ser que la fiebre se prolongue bajo la forma adinámica de
las fiebres graves que no conducen á crísis y que parecen perpetuarse
por el aniquilamiento de las fuerzas.

El _carbon_ difiere en estos casos del _arsénico_ por la falta del
_subdelirium_. Si el enfermo está sin conocimiento, es mas bien por
falta de vitalidad; sucede igualmente que las congestiones pasivas
suspenden la inervacion é imposibilitan el ejercicio de las facultades.
Los autores le atribuyen una accion particular sobre la sangre por la
cual deja de ser coagulable y no estimula los órganos. En este grado del
estado tifoídeo, adinámico ó de postracion, es en el que la sangre se
hace impropia para la escitacion vital, y en el que se observa la
resolucion de las fuerzas musculares, la adipsia, la sequedad de la
lengua, la respiracion débil, lenta, pero tranquila, el aliento frio, la
insensibilidad casi absoluta, las hemorragias pasivas, el olor
cadavérico, las petequias, los equímosis, los sudores viscosos y frios,
el decúbito dorsal, el pulso casi nulo y el aspecto ciánico de la piel
por la cesacion de la circulacion capilar; en este caso, repetimos, es
cuando el _carbon_ puede todavía prestar un auxilio casi maravilloso, y
compararse, en su accion terapéutica, con los ácidos minerales, tales
como el _hidroclórico_ y el _fosfórico_, á los que es muchas veces
superior, porque aquellos presentan, en sus últimos períodos del estado
febril, un pulso frecuente, aunque débil, un calor vivo al esterior, con
frio al interior y _subsultus tendinum_. El método terapéutico que
recurre al _éter_, al _espíritu de nitro_ y al _almizcle_, en un estado
que, como el que acabamos de señalar, es de indicacion del _carbon_ por
el método de la semejanza y de la analogía, no da los mismos resultados.
Es por lo tanto discutible si se debe rechazar en principio el uso de
los estimulantes difusivos en algunos casos, cuestion que no nos
determinamos á resolver.

EL _carbon_ desplega su mas admirable eficacia en el cólera asiático,
cuando ha llegado al período álgido, cianítico y asfítico; cuando el
pulso se va estinguiendo, que la respiracion se hace cada vez mas rara,
y cuando la piel azulada y aun negruzca está marchita, fria, sin
vitalidad. Tiene casi iguales indicaciones que el _arsénico_, pero no
corresponde tanto como el último á la sensacion de quemazon en el
epigastrio, sensacion tan notable en esta cruel enfermedad. Se puede á
veces alternar con buenos resultados los dos medicamentos en estos
estados casi desesperados, y con tanta frecuencia aliviados
maravillosamente por ellos. No cansarémos á nuestros lectores en
discutir teórica y estadísticamente este punto de práctica, resuelto ya
por muchos médicos alemanes, ingleses y franceses, en sus obras
especiales.

=B.= _Estados diatésicos resultantes de afecciones agudas._--La influencia
del _carbon vegetal_ sobre la vida y su principio, conduce á presumir
fácilmente cuáles serán los estados diatésicos generales, consecutivos
de fiebres graves y de afecciones profundas de la vida vegetativa en que
está indicado este medicamento. Estos, pues, son: los derrames serosos,
especialmente pleuríticos con fiebre héctica y exacerbacion vespertina,
y algunas exudaciones seudo-membranosas de poca estension; las
colecciones purulentas y plásticas no son de su dominio, sino del
_arsénico_, del _azufre_, del _sulfuro de cal_..... Tambien está
indicado en la diátesis palúdica, cuando la hinchazon de la piel
presenta una palidez mate á consecuencia de la infiltracion serosa
difundida en las mallas del tejido celular, y que la nutricion es nula
y las funciones están inertes. Pero en este caso, el _subcarbonato de
cal_, el _mercurio_, la _sal marina_ y el _azufre_ pueden disputarle la
preeminencia en el tratamiento.

Se puede, en fin, utilizar las propiedades del _carbon_ en la diátesis
escorbútica, en la ictericia crónica procedente de un estado congestivo
del sistema de la vena-porta, y en ciertos estados caquécticos,
resultado del abuso de medicamentos llamados alterantes, de grandes
pérdidas humorales, sobre todo por purgantes, y tambien de enfermedades
graves.

=C.= _Afecciones del sistema venoso._--Es un hecho comprobado por la
esperimentacion pura y por la clínica, que el _carbon_ ejerce una
influencia especial sobre el sistema venoso en general, y en el de la
vena-porta y capilares venosos en particular. Los síntomas que
manifiestan esta accion, espresan perfectamente los padecimientos
hemorroidales y uterinos, diversos éstasis venosos en el abdómen y otras
cavidades esplánicas, las estancaciones sanguíneas de los capilares
cutáneos y viscerales, como por ejemplo, las inyecciones pasivas, las
estrías oscuras, las redes varicosas, los sabañones, las sensaciones de
ardor, los dolores quemantes, el prurito, la lentitud, el
adormecimiento, los latidos, las hemorragias, las exhalaciones
sanguíneas por diversos puntos de las membranas mucosas esternas ó
internas.

El aborto por plétora venosa abdominal, con flatulencia, hipocondría,
várices internas, puede hallar en el _carbon_ un poderoso medio
preventivo, y no menos útil en su esfera de accion que el _centeno
cornezuelo_, la _sabina_, el _fósforo_, la _sepia_.....

El _carbon vegetal_ está perfectamente indicado en las menstruaciones
casi menorrágicas ó cuya aparicion es muy frecuente; si el flujo es
precedido de calambres, pesadez con calor quemante; cuando la sangre es
pálida, la mucosa vaginal está ardorosa, tumefacta, y que presenta aftas
y una especie de leucorrea corrosiva. Este flujo sero-mucoso,
amarillento, que precede á las reglas con sensacion de escoriacion ó de
ardor, cede al _carbon_, _positis ponendis_. La _pulsatila_, la
_magnesia_ y la _manzanilla_ son necesariamente sus mejores auxiliares.

El _carbon_ corresponde mejor en los cólicos hemorroidales que en el
flujo mismo, el cual exige mas generalmente la _nuez vómica_ y el
_azufre_. El _capsicum annuum_, el _acíbar_ y la _pulsatila_ obran en
este caso en el mismo sentido que el _carbon_, que tambien presenta un
pequeño flujo sanguíneo antes de las deposiciones, pero con mas
frecuencia flujo de una serosidad viscosa, prurito, ligeras punzadas y
exudacion en el periné.

La importancia del _carbon_ es mayor en el tratamiento de las afecciones
varicosas esternas ó internas, y combate con especialidad los éstasis
sanguíneos de carácter venoso. En las redes varicosas que existen en la
base del cráneo, con los vértigos característicos, ó en otras cavidades,
con sensacion de calor incómodo, de escoriacion, pesadez, plenitud, es
el _carbon_ el mas á propósito para escitar la reaccion de los tejidos,
á fin de disipar esas especies de congestiones varicosas, con el auxilio
de los medicamentos apropiados á ciertos órganos y á ciertas fases de la
afeccion. Los sabañones que exigen el _carbon_ están en esta categoría,
del mismo modo que el estado aploplético producido por el éstasis venoso
cerebral ó pulmonal, á consecuencia de enfermedades graves, ó que se
desarrollan gradualmente por congestiones ó somnolencias habituales, por
plétora venosa; el _carbon_ combate en este caso el entorpecimiento y
la especie de asfixia capilar.

Bajo el mismo punto de vista debe considerarse la utilidad del _carbon_
en la hemoptísis, unida á la plétora venosa abdominal ó pulmonal, ó á
una _pars mandans_ hemorroidal. Sin embargo, el uso del _carbon_ despues
de _acónito_, _árnica_ y _brionia_ en la espectoracion sanguinolenta,
efecto de la presencia de tubérculos, es de utilidad incontestable;
quizá sea necesario distinguir un elemento venoso, segun la edad y la
constitucion; hé aquí un punto de práctica que puede ayudar á resolver
el hecho de si la espectoracion sanguinolenta propia del _carbon_ debe
ser crónica y acompañada de sofocaciones y calor quemante al interior.

Varias hemorragias, completamente venosas y pasivas, pertenecen tambien
á este medicamento, como la de los ojos, de la nariz, de las encías, el
vómito de sangre, las deposiciones y orinas sanguinolentas, la
exudacion, en fin, de la sangre en la superficie de las úlceras; en
todos estos casos se debe tener en cuenta los síntomas generales ó
locales que caracterizan la accion del _carbon_.

=D.= _Afecciones de los órganos de los sentidos_, _del pecho y del
vientre._--Corresponde al _carbon_ la irritacion crónica de los ojos,
agravada por la lectura ó un trabajo intelectual, con prurito, ardor,
aglutinacion de los párpados por la mañana, tumefaccion roja ó pálida de
la conjuntiva, exudacion sanguínea y aun hemorragia, particularmente en
personas de constitucion delicada que han abusado de la mesa.

Fenómenos semejantes se observan en la nariz y fosas nasales; cuando hay
comezon y costras, flujo de serosidad ó de sangre, obturacion, coriza
fluente, exigen tambien el _carbon_; estos síntomas se agravan ó
aparecen despues de esfuerzos que agolpan la sangre á la cara. Cierta
rubicundez con un poco de hinchazon de la nariz pertenece con
especialidad al _carbon animal_.

La boca y la garganta ofrecen síntomas análogos; los dientes vacilan;
las encías, tumefactas ó no, se esfolían y sangran, y están á veces
escoriadas. Generalmente hay salivacion y abundancia de mucosidades, y
el dolor de la garganta es quemante; no falta la sensacion de
arañamiento, de escoriacion y de estorbo, como por hinchazon ó
apretamiento. La _euphrasia_, la _staphisagria_ y el _fósforo_ son los
medicamentos cuya accion se aproxima mas á la del _carbon_ en las
irritaciones crónicas y venosas de los ojos, de la nariz y de la boca.

En la angina gangrenosa, ó mas bien que amenaza ser tal, por la astenia
y congestion sanguínea negruzca, el _carbon_ está tan indicado como el
_ácido clorhídrico_; ambos son preferibles á la _quina_ en la afeccion
profunda de la garganta, cuando el _arsénico_ no está indicado ó que ha
sido ineficaz. El _carbon_ es conveniente en las laringitis con la
sensacion de arañamiento, de escoriacion ó de ardor quemante en la
laringe, con la ronquera mas pronunciada por la tarde, y por una especie
de hormigueo que provoca una tos calambroidea seca ó con espectoracion
verdosa.

Es el principal medicamento de la ronquera agravada por hablar, pero
casi únicamente en los adultos y en la edad madura, cuando el sistema
venoso abdominal goza de toda su actividad.

El carácter venoso y de congestion se halla en las afecciones torácicas
propias del _carbon_. Este es, despues del _arsénico_, el principal
remedio de la bronquitis crónica, del catarro sofocante y del de los
viejos. Es un recurso poderoso en las personas debilitadas, enervadas y
que esperimentan dificultad para espectorar. Con el _carbon_ se ayuda á
fortificar las mucosas relajadas. El _tártaro estibiado_ tiene sus
indicaciones diferenciales, tales como abundancia estraordinaria y
asfixiante de las mucosidades, alteracion directa de la inervacion,
parálisis inminente del pulmon.

La espectoracion no es un efecto característico entre los del _carbon_,
pues es variable y aun nula. La respiracion es muy difícil; los accesos
de sofocacion son debidos á calambres ó á gases; hay necesidad de
respirar profundamente, y se observa siempre opresion, sensacion de
plenitud, de ansiedad, de escoriacion, de calor quemante. Los
movimientos congestivos en el corazon se espresan con las mismas
sensaciones y con palpitaciones que reflejan en la vena cava.

Se ha dado el _carbon_ como un medio de impedir el que la coqueluche
pase al período convulsivo; pero su accion es mas eficaz despues del
_semen contra_ y de la _drosera_, y cuando la tos parece perpetuarse,
con ronquera, angustia, congestiones á la cabeza y azulamiento de la
cara.

La accion electiva del _carbon_ sobre el estómago y los intestinos es un
hecho generalmente conocido, que emana de su electividad sobre los
mismos capilares venosos y sobre el sistema nervioso ganglionar. Esta
accion se dirige mas especialmente á los órganos digestivos, porque
están mas dispuestos á entorpecerse, en atencion á que su actividad
vital es inferior ó susceptible de ser disminuida y alterada por mayor
número de causas. Así pues, el _carbon_ es, despues del _arsénico_, el
medio mejor de escitar esta vitalidad, cuando la ingestion de alimentos
frios, de agua fria y aun el hielo, la han rebajado hasta el punto que
la reaccion local no puede reanimarla con el calor; los calambres, los
dolores quemantes y la ansiedad, son la consecuencia de este estado, á
menos que no revista una marcha menos aguda, pero que no por eso es
menos eficazmente combatida por el _carbon_.

Los calambres, los dolores quemantes, el meteorismo, la sensibilidad de
los tegumentos del vientre, la sensacion de contusion, de pesadez, de
plenitud; los cólicos calambroídeos; la agravacion de estos síntomas por
la menor ingestion de alimentos, por el frio, por la noche, caracterizan
la accion del _carbon_ en las vías gastro-intestinales, y hacen de él un
medicamento escelente en los calambres de estómago; en la gastralgia y
la pirosis con eructos ácidos; en ciertas disenterías pútridas, despues
del período de congestion activa; en la inercia de los vasos abdominales
con estancacion del sistema de la vena-porta, tension de los
hipocondrios y de la region hepática, dolores en los riñones y el sacro,
hemorróides pasivas con ó sin hemorragia, estreñimiento ó irregularidad
de las deposiciones.

El _carbon animal_ no presenta en las neuralgias y neuropatías el dolor
quemante tan marcado como el _carbon vegetal_. Estas afecciones, en su
principio, tienen pocos caractéres dominantes, y el estado general de
los enfermos está poco modificado; pero ya crónicas, con mayor ó menor
debilitacion, suponen, en general, sugetos irascibles, susceptibles, y
alterándose mas con los cambios del tiempo, del bueno y apacible al
húmedo y frio; son hipocondríacos, caquécticos, debilitados por los
escesos de la mesa; de aspecto amarillo pálido, que se resfrian con
facilidad y carecen de energía vital.

=E.= _Afecciones de los sistemas cutáneo y linfático._--Aunque el
_carbon_ altera la piel de diversos modos, domina siempre el carácter
pasivo y asténico, la estancacion en los capilares, el prurito, la
sensacion quemante, como se observa en la alopecia que cura ó detiene
cuando procede de congestiones, de irritaciones repetidas del cuero
cabelludo, como el eritema, la erisipela. Lo mismo sucede en las
erupciones psóricas ó escamosas, en el eczema, en las erupciones
vesiculosas de la urticaria y de la miliar crónica, que se reproducen
con ardor y prurito; en todos estos casos, si no es el medicamento
curativo, es por lo menos muy importante en el tratamiento, que exige
tambien el _mercurio_, el _arsénico_, la _sal marina_; y para la miliar,
la _clemátida_, la _zarzaparrilla_ y la _stafisagria_.

El _carbon vegetal_, y mejor aun el _animal_, está indicado en el acné
rosáceo y granular de la cara, particularmente de la nariz, y una
especie de acné con ardor quemante. Estas afecciones, cuando son propias
de _arsénico_, presentan un aspecto menos venoso; las del _ácido
azótico_ tienen menos granos; las del _fósforo_ se limitan á las
mejillas.....

El _carbon_, despues del _azufre_, es el mas eficaz en ciertas
erupciones psóricas, en sarnas inveteradas ó degeneradas, cuyas
vesículas aparecen en todos los miembros, se suceden y se reproducen
aquí y acullá, cambiando de aspecto, pero persistiendo en ser
pruritosas.

Las úlceras dolorosas, que sangran fácilmente, con sensacion de
quemadura, en personas debilitadas, apáticas, se combaten bien con el
_carbon_; tambien es útil en las lesiones cutáneas y mucosas, como las
aftas y úlceras, cuya atonía da lugar á una hinchazon pútrida, próxima á
la gangrena. La _quina_ y el _ácido clorhídrico_ están muchas veces
indicados en estos casos. Si el _carbon_ es eficaz en estas afecciones,
no es como desinfectante, aun cuando se espolvoree la superficie, sino
por su accion dinámica, administrándole al efecto á diversos grados de
atenuacion y division, hasta en las placas gangrenosas ocasionadas por
el decúbito prolongado en las fiebres graves. La _quina_, el _arsénico_
y el _sílice_, segun los casos, están indicados cuando se ha alterado el
hueso subyacente, dados siempre al interior; su aplicacion tópica, como
la del _carbon_, no es esencial al tratamiento.

El _carbon_ reemplaza al _azufre_ en la medicacion y cura de las úlceras
varicosas, y al _arsénico_ en las fagedénicas y de mal carácter situadas
en las piernas, y ordinariamente con caquexia serosa.

Los abscesos tuberculosos, hemorroidales ó profundos en la márgen del
ano, y en las fisuras de esta region, se combaten bien con el _carbon
animal_ cuando el calomelano ha sido ineficaz ó no está indicado; no es
menos útil el _cyclamen_ y aun preferible á _causticum_, si en lugar de
disiparse la induracion, tiende á formar senos y trazar un trayecto
fistuloso; la _nuez vómica_, en fin, y otros varios medicamentos forman
á veces el tratamiento de estos abscesos ó de algunos de sus accidentes.

El doctor Gaspari ha sido el primero en preconizar el _carbon animal_ en
el bubon indurado. Este mismo medicamento ha evitado muchas veces la
supuracion y su abertura, ó el orígen purulento de los bordes
endurecidos, en circunstancias en que el _mercurio_ habia concluido su
indicacion ó se le habia dado con esceso. El _clematis_ tiene
propiedades análogas que puede ser conveniente utilizar. Ya se ha
empleado el _carbon_, especialmente el _animal_, en el infarto de las
glándulas mamarias, en toda induracion glandular, aun la reputada por
escirrosa; como paliativo en el cáncer uterino para calmar los grandes
dolores, ya antes, ya despues de otros medicamentos, tales como, la
_clemátida_, el _oro_, la _thuya_.

=Dósis.=--Las afecciones que corresponden al _carbon_ exigen dósis tanto
mas fuertes, si bien estremadamente divididas, cuanto mayor es la
inercia. La segunda atenuacion por fracciones de un decígramo cada media
hora, es preferible en la adinamia y el período ciánico del cólera. En
los casos de postracion profunda, se puede depositar la dósis sobre la
lengua. El tratamiento de las afecciones combatidas por el _carbon_,
requieren el uso de todas las atenuaciones hasta la trigésima, que es la
que mejor se adapta á los casos mas especiales de caquexia ó de lesiones
de la sensibilidad y de la circulacion. La dósis es siempre de una ó
varias gotas ó de algunos glóbulos en agua para uno ó mas dias.



CAUSTICUM.


§ I.--Historia.

La preparacion obtenida destilando una masa de cal viva, de _bisulfato
de potasa_ y de agua, se la ha designado con el nombre de _principio
cáustico de la cal viva_, y el de _causticum_ por Hahnemann, que es el
que ha enriquecido la materia médica con esta sustancia. Hé aquí, pues,
otro medicamento nuevo, cuyas propiedades, por notables que sean, no es
de estrañar hayan pasado desapercibidas de los terapeutistas.


§ II.--Generalidades sobre su accion fisiológica.

El _causticum_ es quizá el único medicamento que, teniendo una esfera de
accion muy estensa, solo posee efectos deprimentes y asténicos, y no
juega en el tratamiento de las afecciones agudas. Los ensayos repetidos
no han variado lo mas mínimo esta opinion, primer resultado del estudio
y comparacion que hemos hecho de sus efectos patogenéticos. La
escitacion sanguínea no es propia de este medicamento. De mas de treinta
síntomas que espresan de la manera mas variada el frio y el calosfrío,
solo dos ó tres manifiestan calor en la frente ó en la cara, y uno solo,
un calor general sin sed, que se estingue sin sudor y le reemplaza una
sensacion de frescura. Además, algunos síntomas indican el sudor sin
calor, y sudores que se presentan por la noche, sin otro accidente. El
frio se siente en las estremidades, con calor interior algunas veces; es
raro que sea interno y esterno simultáneamente; afecta con
particularidad el lado izquierdo, mientras que el calosfrío suele
afectar el derecho. Este estado denota la astenia nerviosa especial del
_causticum_ confirmada por el carácter de los calosfríos que empezando
en el dorso, se estienden á lo largo de la espina dorsal, irradiando
despues á los miembros superiores ó inferiores, hasta que al fin se
fijan entre las escápulas con la sensacion como si un viento frio
soplase desde este último espacio.

El conjunto de los efectos del _causticum_ fija el punto de partida en
los nervios ganglionares, opinion emitida hace mucho tiempo por el
doctor Kalbenback[52].

Obra electivamente sobre la hematosis, la plasticidad y la piel. Es
análogo al _subcarbonato de cal_ y las sustancias alcalinas. Pero debe
reconocérsele, aparte de la accion descomponente, otra alterante en la
pulpa nerviosa, análoga quizá á la del _fósforo_, ó una propiedad
antiherpética, que ataca el herpes hasta la profundidad de los tejidos,
como el _azufre_.

Es preciso notar en efecto, que el carácter de sus incomodidades en la
cabeza indica una accion profunda en el cerebro, accion que se reproduce
en la columna vertebral, en la médula oblongada, que su patogenesia
abunda en dolores que conducen al temblor, á las sacudidas, á los
movimientos convulsivos, á las contracturas, á los padecimientos
semi-laterales, á la debilidad paralítica.

Sus dolores, bastante semejantes por el ritmo y su cualidad, á los de la
_nuez vómica_, se distinguen por la rigidez muscular, por el
acortamiento de los tendones, en que se agravan por la tarde, por el
movimiento y la menor impresion de frio; circunstancias que anuncian el
padecimiento del sistema nutritivo y la astenia. Se cree fundado
atribuir las neuropatías del _causticum_ á la atrofia nerviosa, y la
clínica corrobora esta opinion: estas neuropatías son distintas de las
del _subcarbonato de cal_ que proceden de una atrofia plástica. Es
preciso, en fin, no confundir el acortamiento fibroso y las contracturas
del _causticum_, con las de la _coloquíntida_ que son simplemente
espasmódicas sin insidiosidad, mientras que la accion del _causticum_ es
esencialmente lenta, crónica y profunda. No siempre es fácil distinguir
su accion sobre la plasticidad, de la del _subcarbonato de cal_, del
_carbon_, del _sílice_..... porque la diátesis serosa, los derrames, y
las seudo-membranas son tambien propias del _causticum_. Sus síntomas
denotan una falta de jugos nutritivos y el predominio del sistema
absorbente sobre el exhalante. Su accion, por último, sobre la piel es
de las mas notables y especiales, pues indica mas bien la inercia
vegetativa que la exuberancia plástica, y es análogo al _mercurio_, la
_sepia_ y el _grafito_, por sus grandes relaciones de accion
antipsórica, si bien lo es mas con el _fósforo_ y el _sílice_.


§ III.--Efectos fisiológicos y terapéuticos sobre el sistema nervioso.

Los efectos generales de los padecimientos nerviosos del _causticum_
son: dolores dislacerantes, tirones dolorosos articulares; sacudidas,
contracciones y movimientos convulsivos; convulsiones epileptiformes,
con orinas involuntarias ó frecuentes; rigideces, presiones, inquietudes
y agitaciones musculares; abatimientos, temblores é irregularidad de los
movimientos; entorpecimiento y debilidad paralítica. Estos padecimientos
se alivian considerablemente en la cama y con el calor; se agravan con
el agua fria, el aire libre, con el frio y por la tarde; están en fin
acompañados de adormecimientos y rigideces musculares; los sugetos son
muy impresionables al frio.

El _causticum_ está muy indicado en ciertas rigideces tetánicas, en
convulsiones generales y parciales de los miembros, cuando hay frio
habitual y temblor. Con estas condiciones es como puede combatir el
lumbago despues de la _quina_ y la _coca de Levante_, mientras que otros
remedios de esta afeccion se adaptan mejor á un estado mas agudo ó mas
reciente.

Las afecciones de la cabeza propias del _causticum_ están caracterizadas
por el peso y un vértigo como por embriaguez; hay sensacion de debilidad
en la cabeza, de contusion interior; á las punzadas acompañan rigidez,
y muchas veces movimientos congestivos y agravacion por la noche ó por
la mañana al levantarse. La odontalgia de este medicamento, como la de
la _sepia_, reconoce por causa la impresion del aire esterior en la
boca, que el dolor es tirante, y depende frecuentemente del mal estado
de las encías que están sensibles, ulceradas, y sangran con facilidad.

El _causticum_ es muy recomendable en las neuralgias reumáticas y
artríticas crónicas. Bœninghausen[53] le atribuye una accion especial
en los dolores y parálisis de los músculos flexores; el _hidroclorato de
sosa_ tiene, respecto á esto, analogía con _causticum_. Se puede indicar
que es el opuesto del _cobre_ y el _plomo_, puesto que estos afectan con
preferencia los músculos estensores.

Los dolores reumáticos del _causticum_ están relacionados con un mal
estado de la nutricion; se distinguen por un adormecimiento de la parte
y por un temblor del miembro; tambien hay con frecuencia retraccion de
los tendones y rigidez de las fibras musculares. Los dolores se sitúan
generalmente en las articulaciones, aun cuando haya nudosidades
artríticas. Alternado con el _subcarbonato de cal_ ó el _lachesis_, es
muchas veces mas eficaz. Se le puede emplear de esta manera con
medicamentos de accion aguda y pirética. Los dolores reumáticos
ocasionados por el frio, y que se hacen crónicos, son mas análogos á
_causticum_. En general, los dolores reumáticos que reclaman su uso, son
los que se presentan en personas de movimiento vacilante, que tienen
habitualmente frio y padecen incontinencia de orina. El temblor
paralítico y el de los viejos son propios de _causticum_. Hay mas
pasibilidad que en el temblor de la _cicuta_, el cual es espasmódico; el
de _causticum_ depende mas bien de la debilidad del influjo nervioso y
de una especie de sequedad de la fibra, de una atrofia muscular;
conviene tambien en las parálisis parciales, cuando el temblor se
presenta especialmente en el momento en que el enfermo se levanta ó
empieza á moverse. Es igualmente útil en parálisis procedentes de
neuralgias y de un esceso de sensibilidad de las partes afectas; está
sobre todo indicado en las parálisis de la cara, precedidas de neurosis
antiguas, notándose en este caso una falta particular de armonía entre
las contracciones y las retracciones musculares de la cara. No se le
debe desatender en las hemiplejias por apoplejía, ni en las parálisis
reumáticas. Es esencial en las de la lengua, en cuya afeccion es muy
útil la _barita carbónica_.


§ IV.--Efectos fisiológicos y terapéuticos sobre los órganos de los
sentidos y aparatos gastro-pulmonales.

Las afecciones de los ojos, en las que se observa una sensacion de
presion y como de arena entre los párpados y el globo del ojo, una
inflamacion crónica de la conjuntiva, con inyeccion venosa, aglutinacion
de los párpados por la mañana, se curan bien y pronto con _causticum_ y
el _oro_. La tumefaccion del pabellon de la oreja con calor quemante,
zumbido y ruido batiente, con otorrea fétida, exigen tambien el
_causticum_. La _sepia_ no es tan eficaz como aquel en la otorrea
escrofulosa complicada con dartros. La epistaxis ligera, la pérdida del
olfato, el flujo de mucosidades fétidas por la nariz y el coriza fluente
con bronquitis, son propios de _causticum_.

Corresponde á las fluxiones de la cara en personas venosas, varicosas,
melancólicas y en las que la piel está amarillenta y seca; que
esperimentan movimientos congestivos en la cabeza, con dolores
lancinantes y sensacion de ardor en la cara, y se observa tambien granos
rojos, negruzcos y escoriacion de los labios. En general, las
tumefacciones inflamatorias del _causticum_ son subagudas, no despiertan
simpatías del corazon, y tienen el carácter venoso de estancacion y la
sensacion caliente y quemante. Las fluxiones que se manifiestan en las
membranas mucosas de la boca y de los sentidos tienen aquella sensacion
ó la de escoriacion; son mas crónicas y presentan ulceraciones, aftas
dolorosas y aun sangrantes. Las escrescencias rebeldes de las encías
requieren tambien el _causticum_.

Las afecciones de la garganta, y en particular la laringitis, están
caracterizadas para el _causticum_, por el estertor mucoso, por el dolor
de escoriacion y aun quemante, por la ronquera y la afonía paralítica
algunas veces; hay necesidad frecuente de deglutir, y dolor lancinante,
con sensacion de hinchazon y de estrechez del istmo de la garganta. La
sensacion de ardor quemante no escluye una especie de escalofrío y de
frio, que asciende hasta la garganta. La tos se reproduce por la
palabra, por el frio, por el cosquilleo en la faringe; es corta,
conmovente, seca, con sensacion de escoriacion en el pecho.

Esta cavidad es el sitio de una opresion nerviosa, como por
aniquilamiento de las fuerzas. La respiracion es corta; hay accesos de
asma y espasmos, movimientos congestivos que oprimen y producen
palpitaciones, sensaciones de constriccion y punzadas en el pulmon y el
corazon.

Los padecimientos gástricos que reclaman el _causticum_ son numerosos:
gastro-atonía, dispepsia nerviosa, cólicos gaseosos, vómitos ácidos ó de
alimentos, indisposiciones gástricas aliviadas por el decúbito y el
calor; congestiones pasivas en los hipocondrios y en las hemorróides,
con prurito en el ano. Está indicado, como la _ignacia_ y la _nuez
vómica_, en las afecciones del bajo vientre con fenómenos nerviosos, que
tienen su orígen en el plexo solar, con la sola diferencia de que hay
mas astenia y palidez de los tejidos para el _causticum_. El
estreñimiento rebelde por atonía nerviosa y nutritiva, con palidez de la
cara, dolores y ansiedad, asimismo que la diarrea crónica, son propios
de _causticum_: esta es mas pronunciada por la noche y la forman
sustancias viscosas, grasientas, pálidas. En el estreñimiento y la
diarrea hay prurito en el ano, palpitaciones y angustias; el primero,
además, se trasforma en diarrea, y esta se agrava por la impresion de
frio en el vientre.

El molimen hemorroidal que es propio de _causticum_, produce mucha
irritacion y aflujo de humores, con exudacion serosa, pareciéndose en
cierto modo al molimen menstrual; los dos escitan simpatías dolorosas
hácia las partes superiores. En la menstruacion hay incomodidad renal,
calambres uterinos y debilidad.

La accion de _causticum_ en los órganos génito-urinarios es asténica y
nerviosa; las orinas, frecuentes y abundantes, se aumentan hasta la
incontinencia por el dia y por la noche; la irritacion pasiva de las
mucosas despierta deseos venéreos sin ereccion, la eyaculacion de un
esperma no elaborado, pérdidas seminales, y en la mujer repugnancia al
cóito. Se observa en el hombre un flujo de licor prostático despues de
las deposiciones, sensacion de ardor quemante al orinar, úlceras y
prurito en el prepucio y en el glande, y una secrecion abundante sebácea
alrededor de este.

En atencion á lo espuesto, se le ha prescrito con ventaja en la
incontinencia de orina de los viejos y de personas debilitadas, en la
dismenorrea y en las menstruaciones retardadas, en las irritaciones de
los órganos genitales con impotencia ó debilidad, en el prurito de la
vagina, del glande, del ano, con ó sin exudacion; en el histerismo
asociado á síntomas paralíticos ó á una astenia nerviosa de las
membranas sinoviales articulares, y en algunos infartos glandulares
indolentes.


§ VI.--Efectos fisiológicos y terapéuticos en el sistema cutáneo.

Los hechos clínicos dan cada dia mas importancia al hecho general de los
vírus hereditarios ó adquiridos con sus variadas formas en los diversos
tejidos y en las distintas épocas de su evolucion. Que el herpe en su
forma primitiva, ó mas bien en su período primario, afecte la superficie
cutánea, lo general es que los individuos que le padecen gozan de buena
salud; pero que abandone el herpe esta superficie, que se estienda á las
membranas mucosas, que se fije sobre cualquier punto de su estensa
superficie, y se verá que inmediatamente se altera la salud y sufre
ataques de una gravedad relativa, ó por lo menos de grande tenacidad y
rebeldía. ¿No puede el herpe, en ciertos indivíduos dotados de
disposiciones dadas, atacar la profundidad del organismo, fijarse en las
membranas serosas, en el neurilema, en las meninges, en el periostio?
¿No puede atacar las vísceras, el parénquima de los huesos, la médula
espinal, etc?

Há ya medio siglo que muchos médicos lo han observado, y de cuantos en
nuestros dias se han dedicado á su estudio con mas entusiasmo, preciso
es reconocer que el profesor Trousseau merece la preferencia. Al hablar
de este asunto, nos hemos propuesto determinar mejor la esfera de accion
del _causticum_ en las enfermedades de la piel, y esplicar cómo este
medicamento, que es uno de los principales antipsóricos, tiene el
privilegio de estender su accion terapéutica hasta los tejidos afectados
por el herpe en sus períodos secundario y terciario.

Así pues, cuando el _causticum_ ni alivia ni cura, ignoramos si existe
un desórden funcional ú orgánico, procedente del retroceso de una
erupcion crónica de la piel con neuro-astenia. Es, por lo tanto, una de
sus especialidades en el tratamiento de los reumatismos crónicos, de las
convulsiones y de la corea, de las parálisis de un lado del cuerpo y de
la cara, de los tics dolorosos, de las hemicráneas, de las oftalmías
antiguas, de los corizas, de las laringitis, de las vaginitis, de las
otitis, de las estomatitis, de las gastralgias, de los estreñimientos y
diarreas interminables, del asma y de las afecciones del corazon, el que
estas enfermedades procedan de uno de esos vicios que no indicamos, de
un herpe si se quiere, que ha llegado al período secundario ó terciario;
es decir, que habiendo abandonado total ó parcialmente su sitio
original, la piel, se ha fijado en los tejidos mucosos, serosos,
musculares, fibrosos, óseos.

Es, pues, en personas herpéticas y afectadas profundamente y por mucho
tiempo de esta diátesis, en las que obra con preferencia el _causticum_
por su accion electiva sobre la piel. La afeccion de esta superficie,
sumamente modificada, alterada en su vitalidad, en su tejido, en sus
funciones, basta para esplicar una multitud de afecciones internas, ya
se presenten bajo la forma de neuralgias, de neurosis, de irritaciones
mucosas, ó ya se desarrollen con estremada lentitud, empobreciendo la
sangre ó disminuyendo la energía vital y la actividad nutritiva. Un
violento prurito, parcial ó general, que no se limita á la piel, sino
que ataca á las mucosas que están en contacto con ella; la piel amarilla
y arrugada; las erupciones miliares y urticarias; las aftas, las
ulceraciones, las erosiones en las mucosas y la piel; los dartros
pruritosos, que generalmente son húmedos, exudantes, las vesículas ó el
prurito, que se trasforma en dolor de escozor ó corrosion; los dolores
escoriantes y quemantes en las mucosas, hé aquí los efectos del
_causticum_, á los que es necesario agregar el endolorimiento de los
callos y clavos, y de las várices, el desarrollo de verrugas y de
inflamaciones limitadas á las estremidades de los dedos de los piés y de
las manos.

La clínica ha estendido el valor de estos síntomas, porque se ha curado
con el _causticum_, así como con la _sal marina_ y el _subcarbonato de
potasa_, afecciones liquenoides, y porque se le ha usado con éxito en el
pénfigo y los efélides, como el _arsénico_ y el _petróleo_. Con el
_causticum_, y algunas veces con el _oro_, la _staphisagria_, el
_azufre_ y el _ácido fosfórico_, se han curado chancros corrosivos, de
carácter sifilítico ó mercurial, cuando el mercurio no ha podido
triunfar ó que habia contribuido á cambiar la forma primitiva.

No se han tratado afecciones procedentes de una sarna mal curada ó
degenerada sin que se haya empleado el _causticum_, no obstante el uso
del _azufre_, la _sepia_, la _clematida_ y otros medicamentos. Estas
afecciones entran naturalmente, ya por sí mismas, ya por los efectos
generales que determinan, en la esfera de accion del _causticum_.

El intertrigo, ó sea una especie de eritema que se sitúa en las
articulaciones, cede al _causticum_ ó á _grafito_..... Los casos mas
simples y que no se refieren tan particularmente á una afeccion antigua,
tienen suficiente con la _manzanilla_, la _ignacia_ y el _mercurio_. El
_causticum_ con el _subcarbonato de potasa_, el _carbon vegetal_ y el
_centeno cornezuelo_, es el mejor medicamento en los sabañones, las
tumefacciones lívidas, y las hinchazones venosas asténicas de los dedos
de los piés y de las manos.

Se usa el _causticum_ con preferencia á la _sepia_, y antes y despues de
este medicamento, en las costras espesas, pruriginosas, situadas en las
partes laterales é inferiores de la cara. Se le usa tambien en el acné
despues de _nuez vómica_, cuando el _arsénico_ y el _subcarbonato de
cal_ no están mejor indicados. Despues del _arsénico_, es _causticum_ el
primer medicamento que se debe elegir en el tratamiento de la zona. El
_grafito_, el _zumaque_ y el _mercurio_ tienen la misma indicacion en
esta afeccion.

Los dartros en general, y las erupciones vesiculosas en particular, son
propias del _causticum_. Es sabido que las dificultades que suscita el
tratamiento de las afecciones cutáneas, conducen á poner en juego otros
medicamentos como el _mercurio_, la _sal marina_, el _zumaque_, que
afectan tener en estos casos una accion análoga á la del _causticum_.
Este es tambien útil en la frambuesa, especie de _ficus_ esponjoso
sanguíneo, y para el que puede usarse el _carbonato de cal_. Las
verrugas ceden mejor al _causticum_, y el prúrigo reclama este mismo ó
el _mercurio_.

Debemos indicar la utilidad del _causticum_ en la viruela en union con
el _mercurio corrosivo_. Esta medicacion, recomendada por el doctor
Teste[54], que aconseja administrar el primero por la mañana y el
segundo por la tarde, desde las primeras pústulas, está ya indicada en
parte por Hahnemann y autorizada por los ensayos hechos con el
_causticum_ por el doctor Dufresne en 1833, como se ve por los síntomas
siguientes: «en las manos: granos trasparentes, cristalinos, redondos en
su vértice, pruritosos, sin auréola; al dia siguiente están rodeados de
una auréola roja y llenos de una agua lechosa; al tercer dia se llenan
de pus, algunos se ulceran; en el cuarto, los que están aislados, se
secan[55].»

El doctor Teste ignora probablemente estos síntomas que no se han
insertado en la patogenesia del _causticum_ publicada posteriormente.

Nos resta indicar su eficacia en las fístulas del ano y en los abscesos
de la márgen del mismo. Para este último caso, el _mercurio dulce_, el
_cyclamen_ y el _carbon animal_ son medicamentos de una utilidad
superior á _causticum_. Hé aquí algunas afecciones en las que la
esperiencia hablará quizá en favor de _causticum_: ambliopia amaurótica,
catarata y la misma blefaroftalmía. El _causticum_ ha sido eficaz
algunas veces en ciertos casos de escoriaciones de los niños y de los
pezones de las nodrizas; pero en el primer caso se debe preferir el
_azufre_, la _stafisagria_ y la _manzanilla_; en el segundo, están
mejor indicados el _azufre_ y el _árnica_, y aun el _grafito_.

=Dósis.=--Quizá no se cite un caso en que este medicamento haya sido útil
á mas dósis que la de una gota de la sustancia pura tomada en varias
veces al dia, mientras que la clínica registra en sus anales multitud de
hechos curados con dósis de una gota ó de algunos glóbulos de la sesta
hasta la trigésima atenuacion, administradas á largos intérvalos, por
ejemplo una dósis por semana, ó ya con insistencia á dósis diarias por
quince ó mas dias.



CHAMOMILLA.--MATRICARIA CHAMOMILLA (MANZANILLA).


§ I.--Historia.

La _manzanilla_ comun ó _chamomilla matricaria_ es hoy uno de los
medicamentos mas importantes; es hasta indispensable en un gran número
de enfermedades de los niños[56]. Esta planta es de la familia de las
corimbíferas, _Jussieu_.--De la singenesia poliandria, _Linneo_.

Al leer este capítulo sobre la _manzanilla_, los lectores no
acostumbrados á los trabajos de Hahnemann y á estudios del género de los
que nos ocupamos, se admirarán quizá de la importancia terapéutica tan
auténticamente reconocida en esta pequeña planta, que se la puede
denominar, con un célebre profesor de terapéutica de Viena, la panacea
de los niños y de las personas nerviosas. Hahnemann tiene títulos
incontestables al reconocimiento de todos los médicos, preciso es
confesarlo con franqueza, sea cual quiera la escuela á que pertenezcan.
Al hablar de la _manzanilla_, importa recordar que la mayoría de plantas
usadas en la antigüedad han sido separadas poco á poco de nuestras
materias médicas, hasta el punto de caer en el mas completo olvido, ó
cuando mas, relegadas á las recetas populares y á las madres de familia
que las emplean en tisana é infusiones, guiadas por los groseros datos
del empirismo; viéndose la medicina privada de las propiedades de los
simples que el Creador ha esparcido con profusion alrededor nuestro, con
sus variadas y especiales virtudes. Esta es la razon del por qué
hallamos remedios activos y útiles, medios terapéuticos de una potencia
incomparable muchas veces, en las plantas vulgares, en vegetales que por
su abundancia y pequeñez parecen despreciables, cuando es una verdad
demostrada que la naturaleza es mas especialmente admirable en las cosas
pequeñas: _maxime miranda in minimis_; siendo generosa hasta un punto
que afecta desconocer la ciencia moderna, demasiado orgullosa con sus
descubrimientos químicos.


§ II.--Generalidades sobre la accion fisiológica y terapéutica.

La manzanilla es el primer medicamento de la infancia; corresponde al
predominio nervioso de esta época de la vida y á todas sus
instabilidades, á su sensibilidad exagerada, á sus congestiones fugaces
ó incompletas, á sus alteraciones gástricas, á sus fiebres en lo que
tienen de nervioso, á sus acedías, á sus vómitos ácidos, á sus diarreas
biliosas ó ácidas, á sus cólicos, á sus insomnios, á sus ansiedades ó
agitaciones. La _manzanilla_ hace inútiles en esta tierna edad multitud
de medios indirectos, y reemplaza en union de _acónito_, _mercurio_ y la
_belladona_, los vejigatorios comunes, los emolientes, los absorbentes,
los narcóticos.

En los adultos y aun en los viejos, corresponde la _manzanilla_ á la
nerviosidad, al eretismo de las personas delicadas, en los muchos
padecimientos ocasionados por una sensibilidad exagerada y por la
disposicion á fluxionarse los órganos debilitados. Disminuye la
sensibilidad en las neuralgias, calma la impresionabilidad general y
hace menos graves los inconvenientes que resultan del abuso del _café_ y
de los paliativos narcóticos; disipa la fiebre, el calor, la cefalalgia,
los movimientos espasmódicos, las odontalgias, la opresion de estómago y
las diarreas, cuando estos padecimientos son debidos á grande
incomodidad moral, y particularmente si proceden de afectos tristes y
contrariantes, y cuando el despecho que resulta ha podido desahogarse
por la cólera, ó un arranque de impetuosidad.

Es importante indicar que los efectos de la _manzanilla_ son nulos en
los casos en que la impetuosidad ó la cólera ha sido comprimida y no ha
podido estallar; en esta circunstancia, está mejor indicada la
_staphisagria_. Otro signo de gran valor práctico es que la _manzanilla_
es inútil en las personas que soportan los dolores con calma y
paciencia. Los prácticos que mas han empleado este medicamento están
acordes sobre el carácter de la _manzanilla_, y en que difiere
esencialmente de la _pulsatila_, de _staphisagria_, del _cólchico_, del
_zumaque_, de la _quina_, etc.

Bajo el imperio de la _manzanilla_, el humor es desapacible, terco, y la
persona sensible é irritable. La _nuez vómica_ le produce irascible y
violento; la _coca de Levante_ tiende á la grosería y á una
concentracion taciturna en sí mismo; la _pulsatila_, por el contrario,
le produce dulce, tímido, sensible hasta hacer llorar, etc.... Por otra
parte, los caractéres del moral tienen tal importancia en la eleccion
del medicamento, que á veces inclinan por sí solos la balanza en pró ó
en contra de uno ó de otro, cuando los síntomas físicos son iguales para
todos, ó, por el contrario, indican que debe recurrirse á otro.

La accion electiva de la _manzanilla_ sobre los nervios ganglionares
reconocida por Hartmann, es innegable cuando se estudia la larga série
de sus fenómenos nerviosos prodrómicos, y sus efectos secundarios sobre
el sistema sanguíneo: estos efectos no carecen de toda influencia
nerviosa, y conducen seguramente á la astenia y á la disminucion de la
actividad nutritiva. La manzanilla, en fin, altera la nutricion á
consecuencia de las lesiones funcionales que determina por su accion
nerviosa; sus efectos en las vísceras y las glándulas no tienen otro
orígen. Su accion sobre el cerebro y médula espinal tambien es
indirecta.

Se podria hacer de la _manzanilla_ un hipostenizante nervioso y gástrico
en el espíritu de la doctrina rasoriana, y un escitante nervioso y
gástrico segun las ideas del vitalismo hipocrático. Para nosotros, es un
medicamento que obra electivamente sobre el sistema nervioso ganglionar,
y por este, en el nervioso cérebro-espinal; en su accion sucesiva en uno
y otro sistema nervioso, consiste el que sea nervioso, neurálgico,
espasmódico, gástrico, sanguíneo, y finalmente asténico. Esta astenia
aumenta al principio la sensibilidad, pero lo hace de una manera muy
distinta de como lo verificaria si su accion fuese directa sobre el
cerebro, puesto que siempre imprime su sello especial en la esfera
nutritiva y linfática, es decir, allí donde produce su primera impresion
en los nervios ganglionares.

Las afecciones neurálgicas de la _manzanilla_ no tienen gravedad á pesar
de su agudeza, ni en el momento, como en las de _arsénico_, ni por sus
consecuencias como en el _causticum_ y la _nuez vómica_..... Sus
espasmos, su nerviosidad, no tienen el punto de partida en los centros
nerviosos, como el _café_ y la _belladona_, sino que se dirigen á
aquellos directamente, como el _semen-contra_, la _gratiola_.

Los fenómenos nerviosos que se pueden referir á los prodromos de un
estado febril, denotan en la _manzanilla_ alguna analogía con la
_ipecacuana_, y sobre todo con el _acónito_; y cuando se trata de
inflamaciones locales, la _manzanilla_ es superior en eficacia al
último, antes que la flogosis se desarrolle francamente y cuando se
trata de órganos dotados de una grande sensibilidad, como el ojo por
ejemplo. Sus síntomas, que recuerdan la accion nerviosa grave del
_arsénico_, no son el efecto directo de una accion especial sobre el
sistema nervioso, sino de una perturbacion funcional, debida á un esceso
de sensibilidad, de tal manera, que se podria atribuir á la _manzanilla_
una ataxia benigna, mientras que la maligna es propia de _arsénico_.

La _manzanilla_ presenta inflamaciones que terminan por resolucion, y
nunca por metástasis, como sucede en la _pulsatila_; ó por supuracion,
como en la _belladona_; ó por diaforesis, tialismo y aumento de
mucosidades, como en la _dulcamara_, el _saúco_, la _ipecacuana_; ó por
derrames serosos, exudaciones de linfa plástica, como en el _arsénico_,
_brionia_, _mercurio_; las inflamaciones de la _manzanilla_ tienen un
carácter nervioso, que no se eleva á la altura de las inflamaciones
reumáticas. El elemento reumático en la _manzanilla_ está exento de
tumefaccion real, pero no de tension, y sus dolores son vivos; á veces
son escesivos, y parecen ocupar los órganos profundos, los neurilemas,
las membranas fibrosas, el periostio. Los fenómenos generales se
manifiestan mas por la noche, y la fiebre es mas nerviosa que sanguínea,
en lo cual es análoga á _ipecacuana_, como se ve por los síntomas
siguientes: dolores cólicos, vómitos, diarrea, molimen hemorrágico,
hemorragias, opresiones, tenesmo uterino y anal, eretismo, congestiones
tumultuosas. Se ha preconizado infundadamente este medicamento en una
multitud de afecciones graves, no solo febriles, sino orgánicas, y hasta
en el cáncer. ¿Seria menester, á propósito de un carcinoma, enumerar
todos los agentes capaces de modificar ó disipar los síntomas puramente
accesorios? Obrar de esta manera, seria estender el uso de la
_manzanilla_, haciéndola salir de su esfera de accion. No queremos decir
con esto que no se pueda emplearla en casos graves, para obrar sobre el
sistema nervioso y calmar el esceso de sensibilidad que complica á la
enfermedad. Por otra parte, rara vez es suficiente por sí sola para
curar una afeccion, porque corresponde á la recrudescencia de una
dolencia crónica, al eretismo, á la nerviosidad, á la fluxion, pero no
puede abrazar en su esfera de accion los diversos elementos de una
enfermedad aguda fija y de alguna duracion.

Se usa la _manzanilla_, lo mismo que el _café_, para calmar la
irritabilidad que exacerba la receptividad medicinal. Es opuesto en esto
al _azufre_, que escita la impresionabilidad del organismo. La
_manzanilla_ solo es el antídoto del _café_, en cuanto que corresponde á
la irritabilidad que este último ocasiona. Esta es tambien la razon del
por qué es igualmente el antídoto de la _nuez vómica_, pero con la
diferencia, respecto al _café_, que la _manzanilla_ aumenta la
irritabilidad nerviosa general y la cefalalgia, y la accion de la _nuez
vómica_ se manifiesta por el eretismo gástrico é intestinal.

Debemos manifestar que no se trata aquí de antídotos químicos, de los
que no nos ocupamos. Ya se ha podido conocer que solo indicamos
incidentalmente los dinámicos: la razon es bien óbvia, puesto que el
antídoto dinámico es simplemente el medicamento que por sus efectos se
aproxima mas á los producidos por otro, como acabamos de manifestar en
la _manzanilla_, respecto al _café_ y la _nuez vómica_. La importancia
que en ciertos manuales se da á los antídotos nos parece pueril, puesto
que no mencionan los síntomas medicamentosos que indiquen tal ó cual
medicamento. Obrar de esta manera es introducir en el cuadro nosográfico
los padecimientos medicinales, lo cual es por lo menos, supérfluo,
porque esta especie de enfermedad medicamentosa es del dominio de la
materia médica, y lleva consigo la idea del medicamento que la ha
producido y del que mejor cubre los síntomas; estos, además, son
aislados é incapaces de constituir una enfermedad, solo son
epifenómenos, accidentes, que el médico llamado á combatirles trata con
los medicamentos apropiados al caso presente. Así, pues, la _pulsatila_,
que es uno de los medicamentos mas opuestos á la _manzanilla_, puede, no
obstante, llegar á ser su antídoto, especialmente en las afecciones
gástricas y en las neuralgias.


§ III.--Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Para hablar con propiedad, la _manzanilla_ no tiene mas que una accion
aguda, porque aun en las afecciones crónicas en que está indicada, solo
las constituye en realidad una lesion funcional debida á un esceso de
irritabilidad. Al espresarnos así, no es nuestro ánimo decir que las
lesiones nutritivas y de los tejidos sean estrañas á la _manzanilla_,
sino manifestar tan solo el hecho demostrado por la clínica, que las
lesiones son consecutivas á la irritabilidad exagerada de los tejidos, á
una sensibilidad morbosa de los órganos digestivos y quilíferos, de
donde resulta una diminucion de la actividad nutritiva, una falta de
reparacion orgánica y las lesiones de los tejidos.

Se puede decir en verdad que hay pocas enfermedades agudas ó crónicas, y
en todas las edades, en las que la _manzanilla_ no tenga una indicacion
que llenar; pocas enfermedades que no pueda simplificar ó regularizar;
pocos padecimientos que no alivie, ya que no los cure. Es un medicamento
de uso habitual, y tanto mas útil hoy dia, cuanto que el elemento
nervioso se une más y más á las fiebres, y que la astenia nerviosa
produce la irritabilidad anémica en un gran número de enfermedades
crónicas.

=A.= _Fiebres._--En toda afeccion febril las consideraciones etiológicas
tienen la mayor importancia. La irritabilidad, el estado nervioso, el
eretismo, que caracterizan la accion de la _manzanilla_, la hacen propia
naturalmente en las fiebres con síntomas versátiles, tales como
ansiedad, frio, calor intenso, escitacion sensorial, abatimiento, etc.
Pero remontándose á la causa, se observa casi siempre, que cuando es
moral la que preside en una afeccion dada, y consiste en una
contrariedad viva con acaloramiento ó en un acceso de cólera manifiesto,
las afecciones que resultan son del dominio de la _manzanilla_. Con mas
irregularidad y espasmos, reclama desde luego la _ignacia_, y si la
gravedad fuese mayor, el _eleboro blanco_, la _coca de Levante_, el
_arsénico_, medicamentos que estarian mas indicados, el _arsénico_ solo
con principalidad, si el despecho y la cólera no fuesen las causas de la
fiebre.

Cuando la alternativa de los calosfríos y del calor es mas regular, y la
fiebre ha avanzado más, es preferible la _brionia_, aun cuando las
causas sean las mismas y el principio de la dolencia igualmente
nervioso. Si se declara un foco inflamatorio, cada órgano, cerebro,
hígado, pulmon, reclamará el medicamento pirético mas conveniente, la
_belladona_, el _mercurio_, sin renunciar, no obstante, á la
_manzanilla_ ó la _brionia_, que son aun los mas indicados, si los
primeros efectos de la cólera ó de la indignacion indican una hepatitis
ó cualquiera otra flegmasía, porque esta inflamacion estará
caracterizada por la nerviosidad y el eretismo del mismo modo que la
fiebre.

La fiebre catarral, en su principio, que reconoce por causa un
enfriamiento, exige la _manzanilla_ por los síntomas nerviosos, así como
por la gastricidad. Esta puede ser ardiente, y el calor desigualmente
repartido, el abatimiento grande, como la ansiedad ó la susceptibilidad;
hay calosfríos frecuentes y aumento de algunas secreciones, á espensas
de otras, como, por ejemplo, mucosidades intestinales, vómitos, diarrea,
sequedad de la piel, coriza fluente, lagrimeo y escasez de las orinas;
porque la irregularidad de la accion de la _manzanilla_ se estiende á
las funciones é induce en las secreciones una alteracion eminentemente
nerviosa, que es la natural de este medicamento.

La _manzanilla_ tiene por lo mismo la propiedad de restablecer el sudor,
suprimido por un enfriamiento ó una emocion fuerte, cuando esta
supresion provoca una grande irritabilidad y agravacion de la fiebre.
Pero esta propiedad no se estiende á volver el sudor suprimido en el
curso de una fiebre exantemática y que agrava el estado del enfermo,
porque la lesion deja de ser simplemente funcional por las
circunstancias de la erupcion y las modificaciones que este accidente no
tarda en producir, si el _acónito_ ó el _arsénico_ no lo remedian.

=B.= _Afecciones locales; flegmasías._--Si la _manzanilla_ está mas
frecuentemente indicada en los niños y las personas nerviosas y
delicadas, es porque su organismo es mas impresionable, sus enfermedades
mas eréticas é irregulares, y mas subordinadas á la accion nerviosa.
Tambien las circunstancias de heridas, de pérdidas de sangre, de emocion
violenta, de dolores fuertes y vivamente sentidos, disponen
favorablemente á la accion benéfica de la _manzanilla_. Una de las
principales circunstancias de este género, es el parto y el estado de
las recien paridas. Su impresionabilidad exige muchas veces el uso de
este medicamento, aun cuando se presenten fluxiones uterinas y
peritoneales: en estos casos, la versatilidad de los síntomas, los
espasmos, la estremada sensibilidad, el carácter nervioso de la fiebre,
el dolor y tension locales, están acompañados de abundantes loquios,
mientras que las demás secreciones se suprimen. No debe admirar que la
_manzanilla_ haya sido tan usada mas bien como medio accesorio en las
fiebres puerperales, en las metritis, en las metrorragias, aun en las
ocurridas despues del parto, en los fenómenos nerviosos que preceden y
siguen al aborto, en las convulsiones y en los espasmos abdominales de
las mujeres embarazadas ó paridas, en la fiebre láctea y en la supresion
de esta secrecion, en los cólicos menstruales en fin, y en los dolores
violentos que suceden al parto.

La _manzanilla_ solo juega en el tratamiento de las afecciones de los
órganos torácicos, á título de paliativo, de una irritabilidad y de una
astenia nerviosa característica; por ejemplo en ciertas coqueluches y
toses por irritacion. El catarro sofocante y la bronquitis de los niños
exigen con frecuencia su uso, particularmente si la causa es un
enfriamiento, ó se la alterna con la _ipecacuana_ ó la _belladona_. Los
casos mas graves reclaman el _arsénico_. Ultimamente, tambien pertenecen
á la _manzanilla_ la respiracion sibilante y anhelosa de ciertas
bronquitis, la tos con sensacion de contusion en la region umbilical, la
que es seca y mas violenta por la noche, la producida, en fin, por una
sensacion de arañamiento en la laringe.

No es solo en la hepatitis ocasionada por la indignacion ó la cólera la
en que la _manzanilla_ tiene su oportunidad, sino en todas las fluxiones
é inflamaciones que reconocen las mismas causas, que presentan la misma
irritabilidad de la fibra, la misma tension, el mismo estado de
espasmos. Estos casos, mas bien nerviosos, presentan con preferencia la
sensacion de tension á la tumefaccion, la sensacion de calor quemante
que el calor real; no hay dolores á la presion, pero sí mas ansiedad que
dolor. Respecto á la hepatitis, el dolor es nulo ó casi nulo en la
inspiracion, y este dolor, la opresion y la incomodidad en la region
precordial, manifiestan más el carácter nervioso de esta inflamacion,
que no la afeccion de la cara convexa. La _manzanilla_, en fin, conviene
esencialmente en la hepatitis de los niños, en los que el parénquima del
hígado se afecta muy poco.

El primer período de la oftalmía catarral, pertenece á la _manzanilla_,
si hay sequedad de la conjuntiva; despues se administra la _belladona_
por regla general; la _euphrasia_ está indicada cuando hay lagrimeo, y
sobre todo en el segundo período; la _manzanilla_ además es igualmente
útil en la oftalmía húmeda de los niños y en las conjuntivitis
dolorosas. Lo es tambien en casos de fotofobia, de irritacion de los
bordes libres de los párpados, en personas nerviosas que cansan la vista
en el bufete y en los talleres.

Agregarémos para concluir este asunto, que la _manzanilla_ corresponde
en las mujeres nerviosas y en el molimen menstrual de las jóvenes, si
hay cólicos y sensacion de presion hácia el útero; en menstruaciones
abundantes en las que la sangre es oscura y coagulada, con accesos de
debilidad, frio en las estremidades, sed, movilidad nerviosa; en las
leucorreas corrosivas con escozor en la vagina y aun dolores quemantes.
Es igualmente propio de la _manzanilla_, la supresion menstrual con
escesiva sensibilidad, tension y eretismo, dolores como los del parto,
sensibilidad en el hipogastrio, y mal estado de la nutricion, con
derrames serosos.

=C.= _Afecciones nerviosas._--Es muy eficaz este medicamento en la
eclampsia con diarrea; convendrá la _ipecacuana_ si hay vómitos; y la
_belladona_, en la congestion cerebral; el _estramonio_, en la eclampsia
con congestion cerebral de carácter nervioso mas que sanguíneo; el
_centeno cornezuelo_, si hay temblor y contorsiones musculares..... Las
congestiones cefálicas á consecuencia de un acceso de cólera pertenecen
á la _manzanilla_, si dominan los espasmos y la nerviosidad, a la
somnolencia.

Calma asimismo de un modo maravilloso las convulsiones de los niños, aun
cuando tengan lombrices, en cuyo caso la somnolencia indica la _cina_;
la _ignacia_ tiene tambien sus indicaciones en las convulsiones graves
de los niños, y cuyo peligro se puede conjurar con igual facilidad con
la _manzanilla_. Los gritos de los niños cuya causa se ignora, ceden muy
bien á este medicamento, y todo lo mas que puede ocurrir, es el recurrir
á veces á la _belladona_; debiéndose comprender que no hablamos aquí del
_grito cefálico_.

La grande impresionabilidad nerviosa que molesta y prolonga algunas
convalecencias y que es propia de algunas constituciones delicadas,
cloróticas, á la menor emocion, á la menor pérdida de humores, presenta
una indicacion vital de primer órden la alimentacion; pero para que esta
sea fructuosa, debe intervenir la _manzanilla_, sola ó alternada con la
_quina_. Si es preciso crear sangre como el moderador natural de los
nervios: _sanguis moderator nerviorum_, la _manzanilla_ ayuda á su
reparacion, porque modera, calma el sistema nervioso al menos
paliativamente, combatiendo la sensibilidad morbosa.

=D.= _Neuralgias._--La accion de la _manzanilla_ sobre el sistema nervioso
induce á considerarle como un medicamento precioso en las neuralgias y
las afecciones dolorosas. Estos dolores están acompañados de un estado
de escitabilidad y sensibilidad superior á todo, sufrimiento, espasmos,
debilidad como paralítica, accesos de desvanecimiento; los dolores son
dislacerantes, tractivos, pulsativos; se agravan con el calor de la
cama, ó durante la noche. Esto no obstante, el calor les alivia en
particular por el dia; se esperimenta, en fin, una necesidad de mover
constantemente las partes afectas. Desde que el dolor empieza, decaen
las fuerzas, sobreviene el abatimiento, y la sensacion de incomodidad y
de angustia que inspira, se eleva hasta la desesperacion; se la cree,
por lo menos, insoportable. La hemicránea, las incomodidades de la
cabeza, las odontalgias, los dolores del ojo y del oido, las
gastralgias, los cólicos y los calambres que cura la _manzanilla_,
tienen algunos de los caractéres designados.

=E.= _Afecciones reumáticas._--Las que son propias de este medicamento
consisten en la alternativa de calosfríos y calor, calores parciales,
rubicundez de las mejillas y frio de las estremidades, igual
irregularidad del sudor, aumento y generalizacion del calor que á veces
es quemante por la noche y en la cama, ansiedad, sed, gemidos. A los
dolores dislacerantes acompaña la sensacion de entorpecimiento; no hay
hinchazon; este llega hasta la parálisis de las partes afectas,
particularmente despues de la sensacion de dolor, como si la inervacion
estuviese agotada en estas partes. Estos dolores, además, son
ordinariamente profundos, y parecen situarse en el periostio y las
partes fibrosas. No es raro que se exacerben mas bien al crepúsculo, se
alivian siempre por la mañana y dejan dormir. Este es tambien el
carácter de los dolores de la _quina_, del _ledum_, del _mercurio_.

=F.= _Afecciones gástricas._--La eficacia de este medicamento en las
afecciones gástricas; gastritis crónicas, gastralgias, gastro-atonías,
dispepsias, diarreas, enteralgias, se ha hecho proverbial en la escuela
alemana y entre un gran número de prácticos de otros puntos..... Su
accion se dirige esencialmente al elemento eretismo con astenia, es
decir, á la neuro-astenia. Cuantas veces se administre la _manzanilla_
en afecciones gástricas de esta naturaleza, su efecto curativo es
maravilloso. Contiene los vómitos y diarreas ácidas de los niños, si
bien alguna vez debe ser secundada con el _ácido sulfúrico_. La
_brionia_ es el medicamento mas análogo en las gastralgias procedentes
de aflicciones morales, de emociones y de un esceso de sensibilidad.
Cuando se administra la _manzanilla_ en una diarrea, obra con
particularidad en el estado nervioso de los intestinos, ó en las
congestiones y fluxiones eréticas del hígado y sus dependencias. El
elemento nervioso es su herencia y hoy dia es el dominante. En la mayor
parte de los casos de gastropatía, se puede tener presente, que si la
_nuez vómica_ es ineficaz, la _manzanilla_ aliviará, aun cuando sea otro
el medicamento indicado para la curacion.

=Dósis.=--Se curará á veces con una ligera infusion de un puñado de la
planta seca, que es preciso no confundir con la _manzanilla romana_. Con
mas frecuencia podrémos felicitarnos de las dósis minimas, aun mas allá
de la trigésima dilucion, especialmente si se quiere rebajar y calmar la
grande irritabilidad de los niños. Algunos glóbulos ó una gota en medio
vaso de agua tomada á pequeñas cucharadas, es suficiente muchas veces.

La _manzanilla matricaria_ no ha llamado la atencion de los
terapeutistas que desdeñan puerilmente los trabajos de Hahnemann, pero
colocan la _manzanilla romana_, que tiene mucha analogía con la
anterior, entre los medicamentos escitantes.

La _manzanilla parthenium_ es otra planta parecida. La tintura á la
dósis de 3 á 5 gotas tomadas en tres ó cuatro veces y durante tres dias,
en el intérvalo apirético, en la remitencia, es un escelente febrífugo
en los niños, en los sugetos nerviosos, impresionables y para todos los
demás, cuando hay fenómenos gástricos y eretismo.



CHINA.--CINCHONA OFFICINALIS (QUINA).


§ I.--Historia.

Vamos á tratar de la corteza de un árbol de la familia de las rubiáceas,
_Jussieu_.--De la pentandria monoginia, _Linneo_.--De las varias
especies de _quina_ que se conocen, la de _Loja_ ó _quina amarilla real_
es la de que nos vamos á ocupar, por ser la que ha servido para las
esperimentaciones fisiológicas, y porque es la que contiene las
proporciones mas convenientes y mas fijas de elementos constitutivos,
entre otros, la _quinina_[57].

La _quina_ no es tan solo un antiperiódico. Esta denominacion general es
impropia para calificar exactamente la accion de este medicamento, y aun
capaz de inducir á error sobre el conjunto de sus propiedades y omitir
la mayor parte. Al denominar en absoluto antiflogístico al medicamento
que disipa la inflamacion; antineurálgico al que cura el dolor, se cae
en el mismo inconveniente, porque hay pocos medicamentos que no puedan
reclamar uno de estos títulos, curando la fiebre intermitente, la
inflamacion y el dolor con los cuales cada uno de ellos está en relacion
de semejanza.

Felizmente la _quina_, proclamada por todas las escuelas como tónico y
antiperiódico por escelencia, es aun más, es un antineurálgico, un
antianémico..... Ya que nos dirijamos á su accion electiva fundamental,
ya que recurramos á alguna de sus propiedades especiales, siempre
tendrémos en la _quina_ uno de los medicamentos mas útiles en una
multitud de enfermedades diferentes. Guardémonos, pues, de limitar la
_quina_ á su accion sobre el sistema vascular, á su virtud tónica ó á su
propiedad hipostenizante; tanto mas, cuanto que segun la intensidad de
su accion y su duracion, es sucesivamente escitante, sedativo, tónico,
alterante, etc..... Es preciso estar entusiasmado por una idea
sistemática largo tiempo sostenida, para clasificar todos los
medicamentos con los nombres de hiperestenizantes ó hipostenizantes de
los diversos aparatos orgánicos; clasificacion que se ha ensayado en la
dominacion de las escuelas, sin conseguir otra cosa que enumerar con el
primer título, esto es, de hiperestenizantes á algunas sustancias que en
su accion completa solo habian llegado á deprimir las fuerzas, y
conduciendo á la astenia, si bien produciendo alguna escitacion en su
primera impresion sobre el organismo. El _amoníaco_, el _opio_, el
_alcohol_, la _canela_, ¿no conducen á caquexias profundas, á efectos
dinámicos radicalmente asténicos? Y la _menta_, el _acónito_, la
_belladona_, la _quina_, ¿no escitan el sistema vascular y el eje
cérebro-espinal? Solo se llega á la verdad estudiando la accion de un
medicamento en todas sus fases y apreciándola en el conjunto de sus
síntomas.


§ II.--Efectos fisiológicos.

La esperimentacion es el único modo mejor de apreciar el justo valor de
los efectos del medicamento de cuyas propiedades nos vamos á ocupar. El
título de antiperiódico en las fiebres intermitentes, ya regulares, ya
irregulares y palúdicas, le ha adquirido legítimamente. Los resultados,
generalmente momentáneos, obtenidos con la _quina_ en varias
enfermedades en las que la intermitencia solo es un accidente, depende
de la exageracion de las dósis.

El valor de la _quina_ como antiséptico, está limitado á las úlceras
atónicas, á las escaras en el sacro y en casos de abundante supuracion.
Pero no es comparable con el _arsénico_, _ácidos minerales_, _centeno
cornezuelo_, _carbon vegetal_ en las lesiones gangrenosas y en las
afecciones pútridas, propiamente dichas.

Cualquiera que sea su potencia tónica y restaurante, está contraindicado
en las convalecencias de toda enfermedad grave, en la que no ha habido
pérdidas humorales debilitantes. Conveniente es indicar, aunque de paso,
que la debilidad en estos casos está siempre caracterizada por cierto
eretismo, que parece ser la causa de los colores de las diversas
secreciones. La _quina_ no es útil en toda debilidad y atonía, sino tan
solo en la ocasionada por la inercia nerviosa ganglionar, y por la falta
de plasticidad, por la carencia de reparacion nutritiva.

La accion antineurálgica y antireumática de la _quina_ no es menos
patente que su accion febrífuga. Por una parte, exalta la accion
cérebro-espinal, y por otra disminuye la vitalidad de la fibra; los
tejidos pierden de su tonicidad y adquieren mas sensibilidad. Pero en
su primera impresion adormece la una y la otra por la influencia de la
congestion cerebral. Estos estados se suceden y caracterizan su accion.
Es el remedio especial de la diátesis reumática y de la artritis
subaguda, no solamente por su accion sobre la sensibilidad, sino porque
afecta particularmente los tejidos sero-fibrosos. Sus dolores se
distinguen por la agravacion nocturna y por la exacerbacion al tocar la
parte afecta; son seguidos, no de hormigueo y espasmos, sino de
debilidad pura.

Fenómenos constantes indican su accion sobre el cerebro, tales como
tintineo en los oidos, disecea, la misma sordera, obnubilaciones;
chispas; debilidad de la vista; somnolencia; alteracion de las ideas,
cefalalgia congestiva, latidos en la cabeza, delirio, alucinaciones;
estos fenómenos se aproximan á los de la _belladona_.

Agréguese á esto los dolores variados; los calosfríos por todo el
cuerpo, y á lo largo de la columna vertebral, los dolores al empezar á
andar, los movimientos convulsivos de los miembros, el adormecimiento de
las partes sobre las que se está echado, la debilidad general con
temblor, la escitabilidad de todo el sistema nervioso, los dolores
pulsativos y dislacerantes en los huesos, las incomodidades en los
riñones, los infartos articulares, la estremada sensibilidad á la
impresion del aire esterior y de las corrientes de aire, ¿quién no
creerá que dibujamos el cuadro de las afecciones reumáticas y
artríticas?

Los fenómenos morales son: la alegría y la escitacion moral en el
período nervioso y sanguíneo de su accion. A este período pertenece
tambien la mayor agudeza ó exaltacion de los sentidos. Pero en el curso
de su influencia sobre la nutricion, ó, mejor aun, en su accion pura
sobre el sistema nervioso ganglionar, el moral está apático y
desanimado, la inteligencia parece participar del estado de disolucion
de los elementos orgánicos. A este período pertenece el insomnio, el
sueño agitado, interrumpido, no reparador, así como la somnolencia es la
compañera de la congestion cerebral, de la fiebre ardiente, de su accion
inicial.

El estado crónico de la _quina_ está caracterizado por una profunda
astenia que afecta al moral lo mismo que al físico. Los líquidos se
empobrecen, los sólidos pierden de su consistencia, la piel se arruga,
concluye por distenderse por el esfuerzo de la serosidad que baña las
láminas del tejido celular. Los sudores y las orinas se aumentan y
arrastran materiales que deberian servir á la nutricion; se declaran
flujos colicuativos y sobre todo diarreas.

El conjunto de estos fenómenos espresa una accion constante en los
sistemas nervioso, raquidiano y ganglionar, tales son; calosfríos,
turgencia y edema, que constituyen la afeccion de los vasos capilares;
la flogosis y la hipersecrecion de la piel y de las mucosas; la lesion
de los órganos de la hematosis; el empobrecimiento de la sangre y la
abolicion de la nutricion, que forman la afeccion de la vida vegetativa;
el esceso de irritabilidad y la atonía de la fibra; las neuralgias y los
espasmos, que constituyen la alteracion de los tejidos y una lesion
especial de los nervios de relacion; la hiperemia sanguínea y la
escitacion del sistema circulatorio; la hidrohemia, que constituye una
lesion especial de la sangre.

Todos los síntomas flegmásicos de la _quina_ son congestivos, remitentes
ó intermitentes. El número de pulsaciones disminuye fuera del estado
pirético, y en su accion pura y simple sobre el corazon. En el mismo
estado pirético, este medicamento tiene algo de especial que no emana
del estado inflamatorio. Está perfectamente contraindicado en todas las
enfermedades en que domina este elemento, y especialmente en las
afecciones agudas de la vías aéreas.

El _hierro_, el _arsénico_, el _mercurio_, corresponden principalmente á
ese grupo de síntomas químicos; el _mercurio_, sin embargo, exige mas
disgusto y temblores musculares, que no son efectos constantes de la
_quina_. El _hierro_ es generalmente su antídoto, y casi siempre en este
caso, la astenia nerviosa determina una sensibilidad escesiva por la
accion de los estimulantes esteriores, y de los latidos, de las
bocanadas de calor en las partes superiores. Así pues, los edemas y los
derrames serosos son por dos partes un elemento esencial de la caquexia;
si domina la diarrea, ó, mejor aun, si hay sudor rebelde, el _ácido
fosfórico_ será el mejor antídoto de la _quina_; el _mercurio_ lo será
en los infartos del hígado; la _ipecacuana_ y el _arsénico_ se adaptan
mejor á los efectos de la _quina_, complicados con afecciones palúdicas.


§ III.--Efectos fisiológicos de las sales de quina.

Las observaciones de Wittmann, de Boelher, de Otton, primeros
esperimentadores del _sulfato de quinina_, le atribuyen los mismos
síntomas que á la _quina_ y en el mismo órden de desarrollo: escitacion
del sistema sanguíneo, congestion é irritacion cerebrales, afeccion
gástrica y de todos los órganos digestivos, orina mas abundante, turbia
y sedimentosa, afeccion de la laringe y estado anginoso, y otros
síntomas mas especiales que las fuertes dósis empleadas en un principio
no favorecieron su libre desarrollo: sobreescitacion de la sensibilidad
y de los sentidos, disecea, ronquera, dispepsia, diarrea, timpanitis,
apatía moral, dolores dislacerantes, chasquido en las articulaciones,
accesos tercenarios y cotidianos, reproduccion de los accesos á los ocho
dias.

El _sulfato de quinina_ es mucho mas apropiado al tipo intermitente de
las enfermedades que se presentan por accesos, aun en aquellas en que la
_quina_ no está indicada. Al _sulfato de quinina_ solo se deben los
síntomas de crup y de angina membranosa, y para los que se le ha
empleado recientemente. Se debe al parecer recurrir á esta sal en los
casos en que los tejidos y el sistema nervioso están mas profundamente
atacados.

Se han observado en la _cinconina_ y _sulfato de cinconina_ fenómenos
análogos á los producidos por la _quina_ y el _sulfato de quinina_, pero
menos intensos, como lo prueba el escelente trabajo de Noack sobre la
_cinconina_ y sus diversos compuestos. Esta no llega á la escitacion
violenta del sistema nervioso que produce el _sulfato de quinina_, y,
menos aun, á los efectos narcóticos, que son el último término. La
grande analogía de estos alcaloides de la _quina_ consiste en sus
efectos sobre los órganos digestivos y la esfera nutritiva, por lo que,
en definitiva, armoniza con la accion de los ácidos minerales, y solo
difiere de la del _causticum_, por las hipersecreciones y derrames
serosos.

Los muchos autores que han tratado por esperiencias repetidas de
introducir la _cinconina_ en la materia médica, para sustituir al
_sulfato de quinina_[58], son dignos de elogio; pero no han podido
conseguir que la primera sal cure mejor las dispepsias y las acedías
que el _sulfato de quinina_....., y las moderadas dósis que la exacta
apropiacion del medicamento exige en la mayor parte de los casos, no
permiten dar á la cuestion de economía la misma importancia.

Resulta de observaciones multiplicadas que la _quina_ goza de mayor
eficacia en las estaciones cálidas y templadas, en lugares bajos ó
pantanosos, en personas debilitadas por fuertes sudores durante sus
trabajos ó en los grandes calores; en los que han sufrido pérdidas
considerables por evacuaciones sanguíneas, por purgantes, por
supuraciones; en los que abusan de bebidas acuosas ó gaseosas y cargadas
de ácido carbónico; en los temperamentos linfáticos,
linfático-sanguíneos, y en los casos de debilidad general con flojedad.
Sus contraindicaciones, por el contrario, se hallan con frecuencia en
las personas nerviosas, en hombres de una actividad intelectual
incesante y tambien física.

Se habla mucho de febrífugos, de sucedáneos de la _quina_; se observa
con cierta admiracion que, cuanto mas febrífugos son, mas gozan de
propiedades antineurálgicas; hay afan de clasificar las fiebres
intermitentes sin consideracion á los síntomas esenciales y
característicos, y no le hay para clasificar los febrífugos, cuyos
caractéres y síntomas diferenciales se desconocen; no se ha comprendido
la razon de la preeminencia de la _quina_, y sobre todo del _sulfato de
quinina_; es decir, su accion especial sobre el sistema nervioso
raquidiano en sus relaciones con el sistema nervioso ganglionar.

Jamás se reemplazará al _sulfato de quinina_ en el tratamiento de
afecciones periódicas nacidas bajo la dependencia de los nervios
raquidianos, ya directamente, ya por la reaccion de los nervios de la
vida orgánica sobre la médula espinal; en neuralgias periódicas,
fiebres larvadas de todo género, accesos de fiebres intermitentes
paludianas, fiebres remitentes de los países cálidos y pantanosos,
fiebres tifoídeas con accesos intermitentes y remitentes irregulares,
con tal que estas afecciones tiendan mediata ó inmediatamente á la
raquialgia, ó alguna otra afeccion, aun imperfectamente apreciada de los
nervios espinales, que reaccionan sobre los ganglionares, ó recibiendo
su influencia.

Es digno de notar que la _quina_, y especialmente el _sulfato de
quinina_, sean indispensables en el tratamiento de la mayor parte de las
fiebres graves, que se pueden llamar climatéricas, y que afectan al
hombre en ciertas épocas de su existencia, hácia los 7, 14, 21, 28, 35
años próximamente, segun las constituciones ó en una ú otra de estas
edades. En estas épocas de la vida sufre el organismo cambios
constitucionales importantes; las moléculas de la economía están, por
decirlo así, en estado de reconstitucion, y como en estas afecciones,
climatéricas tambien, es decir, de una aclimatacion como la que los
habitantes de un país muy septentrional sufren generalmente al poco
tiempo de instalarse en otro muy meridional; afecciones intertropicales,
fiebres graves, fiebres siempre largas, siempre de tipos nerviosos y mas
ó menos intermitentes ó remitentes, durante las que cada parte del
cuerpo, cada aparato es afectado y modificado, y que en el curso de las
mismas sufre la nutricion los mas profundos ataques, y cuyo objeto
evidente es volver la constitucion de la persona enferma á un estado
orgánico mas en relacion con las nuevas influencias del sol y del clima,
y mas análogo á la constitucion de los naturales del país ó de los que
ya le habitan hace mucho tiempo.


§ IV.--Efectos terapéuticos.

=A.= _Afecciones flegmásicas. Fiebres intermitentes. Diátesis
palúdica._--La _quina_ no cuenta entre sus efectos, ni la fiebre
inflamatoria, ni las inflamaciones locales simples; la oftalmía que
registra su patogenesia, es subaguda, venosa ó linfática. Todos los
síntomas de la laringe y del pecho indican, ya el elemento nervioso, ya
la astenia, ya un molimen hemorrágico. El _sulfato de quinina_ solo
produce un conjunto de síntomas locales y generales que se adaptan al
crup y á la angina diftérica, afecciones que no se puede decir que sean
simplemente inflamatorias, y para las cuales se la ha empleado
ventajosamente en nuestros dias. Sobre este asunto debe leerse el
erudito trabajo del doctor Tessier[59].

Aprovecharémos esta ocasion para espresar al menos una vez, que si
nuestras rápidas indicaciones pueden ser suficientes para los que
conozcan la materia médica, y que tengan la plena inteligencia de
nuestros resúmenes, pueden no bastar á otros que hallarán en las
monografías y en los tratados y memorias especiales, como en el trabajo
citado sobre el crup, todos los detalles necesarios. La literatura
médica es muy estensa, muy rica si se quiere, para poderse detener á
hacer todas las citas necesarias. Hubiéramos necesitado duplicar la obra
y redactar un trabajo de erudicion, y no una obra directamente útil, una
esposicion completa, y no una síntesis, es decir, un cuadro general de
estudios y de aplicaciones prácticas.

La _quina_, repetimos, no se adapta al elemento inflamatorio, no ofrece
analogía con el estado agudo febril y flegmásico franco. Así pues, en
una bronquitis es necesario aguardar al período subagudo y crónico; y la
respiracion sibilante, anhelosa, es entonces una de sus mejores
indicaciones, así como para la _manzanilla_; porque las dos corresponden
en este caso á la astenia nerviosa. La quina está tambien indicada en la
neumonía crónica ó que tiende á serlo; el _zumaque_, el _azufre_, el
_mercurio_ y el _licopodio_ están en el mismo caso; pero el _rhux_ y el
_mercurio_ no exigen, como la _quina_, que la fiebre haya cesado: el
_azufre_ requiere mas irritabilidad y el _licopodio_ mas cronicidad.

En la fiebre reumática, la _quina_ exige la remitencia, la cesacion ó
diminucion de la escitacion sanguínea, y una sensacion de frio al
interior y en las estremidades; exige tambien gastricidad y la
agravacion de los dolores por el menor contacto. El _ranúnculo bulboso_
es quizá el medicamento que, en esto, tiene la mayor analogía con la
_quina_.

En la fiebre nerviosa grave, gástrica-nerviosa, tifoídea, la _quina_
corresponde al estado de adinamia debida principalmente á las grandes
pérdidas del organismo; se observa una flojedad con sudores ó flujo que
aniquilan más y más. En general, la _quina_ responde á todas las fiebres
procedentes de pérdidas, ó que las ha habido humorales en el curso de la
dolencia, y en todas las que se prolongan por la influencia de fuertes
evacuaciones naturales ó provocadas, especialmente cuando estas son la
causa principal de los síntomas tifoídeos ó atáxicos.

Esta es la razon de por qué está indicada en la peritonitis, en su
período de exudacion, con calosfríos cuando el enfermo se destapa,
sudores muy abundantes y que no alivian, estado nervioso grave,
caracterizado por el calor ardiente y la sequedad de la boca, la lengua
de un blanco sucio, hendida y negruzca, las mejillas encendidas,
delirio, debilidad estrema. El _arsénico_ es preferible en los casos en
que hay escesiva agitacion, con grande debilidad y calor quemante.

La fiebre héctica reclama la _quina_, cuando el pulso es muy frecuente y
débil, el calor es mas fuerte por la noche, y que sudores abundantes
debilitan incesantemente; hay indiferencia para las bebidas y los
alimentos, incomodidad precordial despues de la mas ligera cantidad de
estos, y abultamiento del vientre. Se ha observado hace ya mucho tiempo
en las fiebres propias de este medicamento, y en particular en la fiebre
héctica, el sudor de la parte izquierda del cuerpo.

La _quina_ es el remedio mas comun de las fiebres intermitentes. Se la
ha sustituido, ventajosamente con el _sulfato de quinina_ para el cual
el tipo intermitente es aun mas característico. Los tres estadios de los
accesos son regulares; hay calosfríos y frio, calor, sudor. La turgencia
de los capilares es muy pronunciada, la congestion cefálica se eleva
hasta el delirio, y no es raro que el dolor de cabeza sea violento
antes, durante y despues del acceso; muchas veces le preceden accidentes
gástricos, y otras tantas les subsiguen.

Todo tónico poderoso, todo estimulante enérgico, además de las
sustancias que tienen accion especial, son antiperiódicos, agentes
curativos de la fiebre intermitente por el método perturbador. Y nos
consta en efecto, que el ponche, el vino caliente, la esencia de
menta...., han curado en Africa tantas fiebres intermitentes como la
_quina_ y sus sales.

Bajo este punto de vista, la _quina_ es un tónico poderoso capaz de
provocar una escitacion perturbadora que cura momentáneamente la
generalidad de las fiebres intermitentes y de las enfermedades que se
presentan por accesos. Pero la accion aguda de la _quina_ se dirige
especialmente á fiebres intermitentes regulares, de accesos francos;
como asimismo á los de toda afeccion que reconozca por causa el miasma
palúdico. En estos casos, con dósis débiles, no con las perturbadoras,
goza la _quina_ de toda la especialidad de su accion antiperiódica, y
está en la plenitud de su accion terapéutica, porque se halla
perfectamente indicada. Estingue la fiebre, sin convertirse en causa de
otro acceso; vigoriza las fuerzas, sin perturbacion y de una manera
fija. Pero no es la panacea de todas las afecciones por accesos ni de
todas las fiebres intermitentes; no es un febrífugo universal, y por
consiguiente, los casos que reclaman su uso están limitados á los que
tienen analogía con sus síntomas.

Su accion fisiológica presenta tres estadios bien distintos, mas claros
que en cualquier otro medicamento. Obra primero en el sistema nervioso,
despues en el circulatorio, y luego sobre el nutritivo. Es por lo tanto
sucesivamente, concentrante, reactiva y discrásica. El conjunto de esta
accion sobre los dos primeros sistemas representa el estado agudo en los
tres estadios del acceso pirético. Su accion sobre el sistema nutritivo
representa el estado crónico y el período diatésico.

Los fenómenos del estado agudo, en la _quina_, corresponden á la
constitucion linfático-sanguínea. La fiebre es precedida del espasmo
general de los capilares, desenvolviendo sus primeros fenómenos en las
estremidades de los vasos arteriales, en lo cual consiste uno de sus
principales puntos de contacto con el _arsénico_. La turgencia de los
vasos capilares á la que sigue el calosfrío y el frio, produce despues
un calor tanto mas vivo, cuanto mas violento ha sido el orgasmo
sanguíneo, guardando relacion directa con la intensidad del calosfrío y
del espasmo inicial.

En las constituciones mas análogas á la accion de la _quina_, la
irritacion, es decir el eretismo, no existe en el estado agudo; se
presenta, por el contrario, en las personas secas y nerviosas, lo cual
no es, en casos semejantes, una contraindicacion para su uso. Las dos
acciones de los sistemas nervioso y sanguíneo son separadas, sucesivas,
y la flojedad ó atonía que completa el movimiento espansivo, el estado
fluxionario de los órganos periféricos, constituye el primer grado de la
accion discrásica del medicamento. Tal es la sucesion de los tres
estadios del acceso. Esto esplica el por qué en la _quina_ no se
presenta la sed sino en el momento en que los fenómenos de escitacion
sanguínea reemplazan á los de concentracion y de frio espasmódico, es
decir, en el momento en que domina el orgasmo.

Sin embargo, así como una causa morbosa no produce en todos los mismos
efectos, y que, aun cuando la enfermedad tenga en todos la misma índole,
presenta no obstante formas diferentes; así un medicamento no desarrolla
constantemente en todos los mismos síntomas, aunque su accion conserve
siempre los mismos caractéres esenciales. Por ejemplo, la _quina_
producirá la sed en un sugeto nervioso-sanguíneo durante los prodromos,
ó si se presenta entre el frio y el calor, se prolongará hasta la
conclusion del tercer estadio, ó bien el sudor será menor que en los
linfático-sanguíneos.

El estado crónico de la _quina_ está caracterizado por lesiones
funcionales permanentes, por dolores reumáticos y por alteracion de la
nutricion y de los tejidos. Estos efectos son siempre la espresion del
abuso del medicamento. Sometidos habitualmente los tejidos á la
escitacion erética y al orgasmo vascular de la trama orgánica, vienen á
ser el teatro de una laxitud asténica, de una estancacion de los vasos
privados de tonicidad, y sus células, sus láminas sobrenadan en los
líquidos dentro de los cuales no pueden reaccionar más.

La fuerza plástica se ejerce por la doble accion de apropiacion y
eliminacion, y si bien asimila incesantemente al organismo moléculas
nutritivas, tambien elimina y rechaza otras; á esta doble accion, pues,
de la vida vegetativa es á la que ataca la _quina_, á la que debilita y
aun reduce á la inercia. Así pues, el tejido celular, elemento orgánico
de todos los tejidos, de todos los órganos, siempre está hinchado,
edematoso, infartado, ó endurecido en alguna parte. En este estado, es
importante tener en cuenta los síntomas morales. Son perfectamente
análogos á los físicos, y están caracterizados por la apatía, la
indiferencia, el desaliento.

A medida que la vida se debilita, las alternativas de concentracion, de
espansion y de laxitud se hacen mas y mas irregulares, se agregan á una
fiebre discrásica consecutiva á la falta de nutricion, y tienden á
hacerse continuas. El estadio de flojedad ó relajacion que consiste en
el sudor, se trasforma en infartos, en flujo y con mas frecuencia en
diarrea; y aparte del endurecimiento de algunas glándulas y vísceras, la
quina no tiene lesiones orgánicas de otra índole. Las afecciones
quínicas, pues, son mas rebeldes que graves, y muchas veces un régimen
dietético conveniente y la actividad muscular son los mejores medios
curativos, porque desenvuelven mas enérgicamente la fuerza plástica y
producen un movimiento de sucesion mas rápido de las moléculas
orgánicas, es decir, una reparacion mas activa de los materiales
constitutivos de la economía.

Si el estado agudo de la _quina_ corresponde á la constitucion
linfático-sanguínea, su estado crónico y discrásico está en relacion con
el temperamento linfático, con la constitucion fria y floja, en la que
el procesus plástico está lánguido y como entorpecido; en este caso, ya
lo hemos indicado, el moral está afectado en armonía del organismo; los
dos parecen en vías de disolucion: el organismo con estancacion de
materiales destinados á la reparacion de los órganos ó á la eliminacion
por las vías escretorias, y el moral con la apatía característica de
este medicamento. En este grado de la afeccion, llega un momento en que
es tal la diminucion de las fuerzas, que el sistema nervioso, irritado
por la insuficiencia de los materiales asimilables, provoca una reaccion
erética, que espresa á los ojos del práctico las necesidades íntimas de
la economía. Esta es la fiebre recorporativa, metasincrítica, lenta,
nerviosa, que da á veces por resultado la reabsorcion de los líquidos
infiltrados, y conduce á una diarrea colicuativa con sobreescitacion
nerviosa erética. Los síntomas morales presentan entonces irritabilidad
y ansiedad, y es tambien cuando se observan algunos fenómenos atáxicos y
pútridos, último término de la accion quínica.

Ya hemos consignado, al hablar de otros medicamentos, como tambien en
este, un último período nervioso, una reproduccion de las sinergias
sobre el mismo sistema, cuyos síntomas difieren esencialmente de los que
indican el primer período de la accion medicinal, el de espasmo ó de
concentracion. En el primer período, la accion se verifica de afuera
adentro, y en el último es de dentro afuera.

El estado caquéctico, espuesto en las líneas precedentes, recuerda la
consuncion tuberculosa y la diátesis paludiana; tres caquexias que se
asemejan con bastante exactitud. La _quina_, empero, es el remedio de la
caquexia palúdica, y el miasma palúdico es un remedio para la
tuberculizacion. Lo hemos indicado, aunque de paso; lo hemos ya
demostrado[60], y muchos prácticos, entre otros los doctores Boudin[61]
y Feuillet[62], lo han confirmado. No es con negaciones como se destruye
este hecho adquirido, en nuestro concepto, por la ciencia; no se
consigue tampoco oponiendo los casos de fiebre intermitente observados
en algunos tísicos; porque seria menester saber en qué grado de la tísis
debe obrar el miasma palúdico. Habria, pues, ligereza al tratar de
comparar estos accesos de fiebre observados en tísicos en el último
período, y para los cuales no hay lucha posible.

No confundamos la caquexia, efecto directo de la infeccion paludiana,
generadora de la fiebre accesional y sus consecuencias, con la caquexia
quínica, efecto de las dósis repetidas y exorbitantes de la _quina_ ó de
sus sales: el antídoto de esta última caquexia es el _arsénico_, el
_hierro_, la _belladona_, el _sílice_; el de la primera es la _quina_.
Cuando la caquexia paludiana ha avanzado, á pesar de haber usado ó
abusado de antemano de la _quina_, esta es aun uno de los mejores medios
de curarla, con la dósis de dos gramos del polvo en un litro de agua,
dejándole macerar por una noche, y dándola á beber por fracciones, en
uno ó dos dias, por supuesto despues de haberla decantado. Este medio
debe ser continuado por mucho tiempo, por más de un mes, con cortas
interrupciones.

=B.= _Afecciones neurálgicas, reumáticas y artríticas._--La _quina_ puede
contener casi todas las neurosis y neuralgias en su esfera de accion,
cuando domina el elemento asténico á consecuencia de pérdidas
considerables del organismo. La ninfomanía misma, las espermatorreas, la
corea, hallan en la _quina_, ya que no un remedio curativo, al menos un
poderoso auxiliar del tratamiento. En cuanto á la ninfomanía y á la
satiriasis, en las que la estenuacion y la exaltacion nerviosa son
producidas por el onanismo, es mas racional recurrir al _ácido
fosfórico_, al _oro_, á la _nuez vómica_ y al _mercurio_.

Se ha despreciado generalmente el uso de la _quina_ en las neuralgias, y
en particular en las odontalgias, por dirigirse á medicamentos cuya
accion sobre el sistema nervioso es mas electiva. Las odontalgias y
neuralgias de la _quina_ son pulsativas y con calor; el dolor puede
hacerse quemante; se forman tumefacciones en el sitio del dolor; en el
mismo punto se verifican al menos, movimientos congestivos, con
principalidad en las odontalgias y cefalalgias. Estas últimas están
caracterizadas por una sensacion de presion y de agravacion en el
crepúsculo, por la noche y despues de comer: el _hierro_ y la _sabina_
presentan casi los mismos caractéres generales y locales. Otro tanto se
puede decir del _mercurio_ y la _pulsatila_, cuyos dolores se agravan
por el calor. Los dolores producidos por la _quina_ se alivian á veces
con la misma; pero en este caso, así como en la mayoría de sus
neuralgias, el dolor se exaspera por el tacto, la impresion y el
movimiento. La agravacion por el tacto se encuentra tambien en otros
medicamentos, por ejemplo, en la _stafisagria_ y el _capsicum annuum_;
en este último, el dolor está mas estendido en todo el espesor de los
tejidos de la parte afecta, mientras que en la _quina_ se presenta mas
localizado. Los dolores de esta, en fin, ofrecen, respecto á los de la
_manzanilla_, del _mercurio_ y del _ledum de los pantanos_, además de la
analogía de los síntomas generales y del estado discrásico, la notable
semejanza de agravarse en el crepúsculo y aliviarse por la mañana.

Las afecciones reumáticas propias de la _quina_ no empiezan por
fenómenos locales, sino por síntomas generales, tales como calosfríos,
congestion sanguínea en la cabeza y en la piel, y sudores abundantes que
no alivian. El medicamento mas análogo á la _quina_ bajo este aspecto es
el _ranúnculo bulboso_, cuya fiebre es remitente con exacerbacion por la
tarde.

La _quina_ guarda un término medio en cuanto á su agudeza en la
artritis, entre la _brionia_ y el _árnica_. La _brionia_ representa la
mayor agudeza, y el _árnica_ la mas próxima al estado crónico, y la
lesion local domina los fenómenos generales en este último medicamento.
La _pulsatila_, por su accion sobre los capilares, presenta mucha
analogía con _árnica_, en la que las congestiones proceden mas bien de
la diminucion del movimiento circulatorio en los capilares, pero con la
diferencia de que estas congestiones son fijas en el _árnica_ y
esencialmente movibles en la _pulsatila_, como ya se verá.

La artritis gotosa, en fin, mas en armonía con la _quina_, se presenta
en la rodilla. Pero sea cual quiera el punto en que se sitúe esta
dolencia, _árnica_ y _sabina_ son sus mejores auxiliares en los accesos
irregulares, ó que por lo menos se repiten despues de algun tiempo. La
piel que cubre la tumefaccion, no presenta cambio de color para la
_quina_ y la _sabina_; está erisipelatosa para el _árnica_, roseada para
la _pulsatila_, roja para el _mercurio_. La _stafisagria_, que es un
medicamento cuyos síntomas generales armonizan con los de la _quina_,
está indicada en las artritis de accesos repetidos y con tofos; el calor
las alivia; así como, por el contrario, las artritis propias de la
_sabina_ se alivian con el aire fresco.

=C.=--_Afecciones hemorrágicas, anémicas, serosas. Flujos colicuativos ó
asténicos._--La _quina_ es un medicamento esencial en toda hemorragia
pasiva, esterna ó interna. Está perfectamente indicada en el estado
congestivo local, el cual no debe confundirse con el de una hemorragia
activa, aun cuando la astenia nerviosa desarrolle síntomas de eretismo
local y aun general. El molimen hemorrágico de la _quina_, ó este estado
congestivo precursor y foco de una hemorragia de este género, difiere
poco de la del _hierro_; no tiene los fenómenos nerviosos y atáxicos en
el grado que les presentan el _fósforo_ y los _ácidos minerales_, y
menos aun la hemorragia. La _quina_ conviene mas principalmente en las
hemorragias por recidiva, y cuando el organismo carece de sus elementos
reparadores. Se usa con éxito, por ejemplo, en las epistaxis crónicas y
repetidas, en las que el _azafran_ es un buen auxiliar; está tambien
indicada en la clorosis dependiente de menstruaciones escesivas, y de
metrorragias; pero es preciso en estos casos esplorar el estado del
cuello del útero y atender á las causas mecánicas ú orgánicas.

Las afecciones hidrópicas que resultan del empobrecimiento de la sangre
por evacuaciones sanguíneas y humorales escesivas, como la hidroemia
clorótica en las mujeres que han padecido metrorragias; el edema local y
la anasarca con palidez, debilidad, hinchazon y tension del vientre,
diarrea, orinas sedimentosas, son del dominio de la _quina_. Tambien
cura esta, auxiliada con el _azufre_, las oftalmías agudas de las
personas que padecen diversos derrames serosos. En ciertos edemas de los
órganos internos y en el hidrocéfalo escrofuloso, se alterna este
medicamento con el _mercurio_: en estos mismos casos pueden obtenerse
felices resultados con el _sílice_, y aun tambien con la _digital_ y la
_clematis_.

En atencion á las condiciones asténicas de la _quina_, la ténia reclama
con frecuencia su uso, si bien el _azufre_, el _grafito_ y el _mercurio_
son indispensables para su espulsion y para oponerse á su renovacion. La
_nuez vómica_ está en el mismo caso, y la indicacion de una ó de otra
consiste principalmente en la debilidad muscular, en el color amarillo
de la piel, que además está seca y presenta placas ligeramente
furfuráceas; en una gran variedad, en fin, de padecimientos nerviosos
asténicos; para la _quina_, solo hay edema en las estremidades é
hinchazon de los párpados.

Acontece á veces en las personas leucoflegmásicas, edemáticas y
anémicas, que una grande irritabilidad se opone á la accion normal de
los medicamentos, y que el organismo tiene entonces menos receptividad
medicinal. Este estado, debido á la astenia nerviosa, puede reclamar la
benéfica accion de la _quina_, que disipa esta irritabilidad
tonificando, y que pone al organismo sensible á los medicamentos
apropiados.

Los flujos francamente colicuativos son muchas veces superiores á los
recursos del arte, por lo cual no es posible oponer con confianza un
medicamento. Sin embargo, cuando el organismo ha llegado al marasmo mas
completo por pérdidas considerables, los sudores y la diarrea
colicuativa pueden aun ceder con la _quina_. Este medicamento, por otra
parte, corresponde á todos los flujos producidos por una debilidad
estremada; está indicada en la estomatitis y en la angina mercurial
despues del _yodo_; en la lientería, que la modifica tan ventajosamente
como el _laurel-rosa_, el _hierro_, el _arsénico_, el _fósforo_; en los
loquios y leucorreas que debilitan por su abundancia, en las
broncorreas, en los catarros subagudos y crónicos y en las tísis
mucosas, que la _dulcamara_, el _estaño_ y otros medicamentos modifican
igualmente. El uso de la _quina_ en las espermatorreas es menos feliz
que el del _ácido azótico_, del _hierro_, de la _drosera_ y del
_sílice_.

D.--_Afecciones gangrenosas, ulcerosas._--Las escaras producidas por el
peso del cuerpo en un punto dado, ó que sobrevienen en el curso de las
fiebres, son del dominio del _arsénico_, del _centeno cornezuelo_ y del
_carbon vegetal_, mas que de la _quina_ y sobre todo del _alcanfor_. No
es el punto principal de la cuestion privar de olor á las placas
gangrenosas, indicacion mil veces insuficiente, sino el de reanimar la
vida, combatir la putridez, y dar á los tejidos sanos la energía
necesaria para eliminar la parte gangrenada. El _arsénico_, sin olvidar
el _carbon vegetal_ y el _centeno cornezuelo_, es el medio mas eficaz
que se debe emplear, esterior é interiormente; con tanto mas motivo,
cuanto que es el mas á propósito para modificar la fiebre y el estado
general de un modo ventajoso.

La _quina_, sin embargo, y mejor aun el _sulfato de quinina_, se adaptan
á cierto período y á ciertas formas de estas especies de fiebres con
distintos fenómenos de putridez; la _quina_ corresponde mas en las
escaras gangrenosas del sacro y de los íleos, pero despues que la
gangrena se ha limitado, que ha caido la escara, y que la superficie de
la herida está pálida y segrega un líquido mas bien seroso y sanioso que
purulento. Alternada en estos casos con el _azufre_, facilita el
desarrollo de los granos carnosos; efecto que produce en cualquiera otra
úlcera atónica con pérdida de sustancia.

La _quina_, el _arsénico_, el _carbon vegetal_ y la _manzanilla_ son los
medicamentos mas apropiados en las convalecencias penosas, segun la
forma de las lesiones, ya nutritivas, ya orgánicas, ya nerviosas y
funcionales, que caracterizan los estados respectivos de cada uno de
ellos. Nos limitarémos á indicar que tambien es útil la quina en los
chancros corrosivos despues del _mercurio_, ó alternándola con él ó con
el _azufre_. Esta medicacion evita casi siempre el dar el _ácido
fosfórico_, la _stafisagria_ y el _sulfuro_ de _cal_, y está basada en
síntomas que la diferencian de los efectos del _oro_, del _arsénico_ y
del _causticum_, y mas aun de los de las sales del _mercurio_ y _yodo_.

Hé aquí, en resúmen, las indicaciones de la _quina_ y de sus sales,
indicaciones que, aunque mas numerosas, puede el práctico suplirlas
fácilmente por el conocimiento de su accion electiva y de los efectos de
este medicamento.

=Dósis.=--La _quina_ se administra del mismo modo que la mayor parte de
los medicamentos, desde 5 á 10 gotas de la tintura, hasta una gota ó
algunos glóbulos de la tercera y aun de la sesta atenuacion. Tambien se
la usa, como ya lo hemos dicho, haciendo macerar por una noche, de uno á
tres gramos del polvo en un vaso grande de agua, y tomándolo despues de
decantado, por cuartas ú octavas partes en el dia, aumentándose el
resíduo de la misma manera hasta dos veces.

La _quina_ es uno de los medicamentos del que mas frecuente y fácilmente
se abusa. Muchas veces se va mas allá del objeto, y el enfermo que se
hubiera curado con una dósis pequeña, continúa lo mismo por el efecto de
las cantidades exageradas. Este es uno de los motivos que indujeron al
profesor Magendie á condenar todas las medicaciones. Pero si hubiese
meditado los resultados de las pequeñas dósis propinadas por el
principio de los semejantes, tal vez hubiera proclamado la superioridad
de este método al de la espectacion, porque ayuda á la naturaleza sin
contrariarla, y sin traspasar sus tendencias.

Las trituraciones de la _quina_, á la dósis de un gramo en tres ó cuatro
tomas para un dia, son una de las mejores preparaciones contra la fiebre
intermitente ó contra la hidroemia, y ciertos estados diatésicos
análogos á la accion crónica de la _quina_.

El _sulfato de quinina_, como febrífugo, no tiene rival en el
tratamiento de las fiebres perniciosas y en las que nosotros hemos
denominado nerviosas graves, climatéricas, reconstitutivas, contra las
que es preciso usar dósis fuertes, hasta un gramo por dia, pues sobre
tan temibles afecciones, no hay aun tentativas suficientes para
establecer un tratamiento quizá mas racional.

En un gran número de casos de fiebre intermitente, puede reemplazarse
fácilmente á la _quina_ con otros medicamentos de accion mas análoga á
la variedad de la forma febril. Ultimamente, bastan las trituraciones
cuando está bien indicada; se dará uno ó dos gramos de la primera en
tres porciones para el primer dia y en el intérvalo apirético; la misma
dósis de la segunda, para el segundo dia, y, en fin, la de la tercera en
el tercer dia, siempre en el intérvalo de dos accesos, ó en la época en
que se presume deba presentarse la apirexia. A los consejos que en el
curso de este capítulo hemos dado sobre las dósis, al hablar de la
apropiacion del medicamento por el método de la semejanza, agregamos
ahora, que estas deben ser tanto mas débiles, cuanto mayor sea la
apropiacion del medicamento.



CINA.--ARTEMISIA CONTRA (SEMEN-CONTRA).


§ I.-Historia.

La _cina_ ó _semen-contra_ (_lombrices_), la _artemisa de Alep_, cuyas
semillas se han empleado hace mucho tiempo en medicina, es de la familia
de las corimbíferas, _Juss._--De la singenesia poligamia supérflua,
_Linn._--Los autores antiguos solo se han ocupado de este medicamento
como antihelmíntico. Algunos han indicado, sin embargo, el peligro de
usarle á dósis muy fuertes, y tambien de sus virtudes estomacales; Vitet
dijo antes que algunos médicos modernos: «Que esta sustancia irrita
mucho; que produce cólicos y convulsiones en los niños cuando se le
administra en dósis muy fuerte.» Pero estas aserciones no fueron
apreciadas, resultando por consiguiente ser completamente estériles. La
_santonina_, principio activo de la _cina_, y que tanto se usa hoy, goza
al parecer de las mismas propiedades que la sustancia de donde se
estrae. Esto no obstante, los estudios esperimentales hechos solamente
con la _cina_, nos obligan á ocuparnos esclusivamente de ella, con tanta
mas razon, cuanto que, empleada por la ley de la similitud y de
electividad, no ha sido nunca necesario emplearla á dósis fuertes,
evitándose así las incomodidades y molestias que el uso de las mismas
ocasiona.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Los efectos de la _cina_ se manifiestan en los sistemas nutritivo,
gástrico y circulatorio, y están caracterizados por una alternativa de
calofríos y de calor, con pulso acelerado ó movimientos febriles
remitentes que conducen á la palidez, á la debilidad muscular, á la
diarrea, al aniquilamiento de las funciones, al empobrecimiento de la
sangre. El _semen-contra_ tiene además entre sus efectos, la
hipersecrecion mucosa intestinal y la sensacion de hambre en la misma
fiebre. El nervio neumogástrico se altera particularmente por la accion
de este medicamento, y por consiguiente, las espansiones de los nervios
ganglionares en las membranas mucosas gástrica y pulmonal son el sitio
predilecto de la alteracion.

Sus efectos en el cerebro emanan de esta accion, pero no por eso son
menos importantes. La afeccion del vientre y del cerebro constituye los
dos puntos esenciales de su potencia terapéutica, cuyo centro está en
los órganos de la digestion. Las convulsiones en la _cina_, siempre son
precedidas de un elemento gástrico, por no decir verminoso, y tienen su
punto de partida en el estómago é intestinos. Entre los síntomas se
halla una grande escitacion del sistema nervioso abdominal, unida á la
atonía é hipersecrecion de las superficies intestinales; las
mucosidades se alteran en sus cualidades químicas y favorables al
desarrollo de la helmintiasis.

De esta disposicion resulta la indicacion de la _cina_ en las personas
en las que predominan los jugos blancos, cuyo sistema digestivo está muy
desarrollado, en los niños sobre todo. Las fiebres, aun las graves, con
congestion en la cabeza por intérvalos, y en las que los fenómenos
tifoídeos y nerviosos dependen del estado del vientre, en las personas
ya referidas, son las que reclaman este medicamento.

Los fenómenos mucosos caracterizan la fiebre de la _cina_, fenómenos
tanto mas pronunciados, cuanto mas debilitado está el enfermo. En todo
estado febril de este medicamento, si no hay verdadera intermitencia, se
observa por lo menos una remitencia generalmente nocturna ó vespertina.
La agitacion, la palidez de la cara, las congestiones en la cabeza, las
convulsiones, los vómitos, la diarrea mucosa, el hambre, hasta canina,
le aproximan al _mercurio_. Pero es mas análogo del _carbonato de cal_
por su accion antiplástica y por la anemia con menstruacion escesiva. El
_ruibarbo_ tiene la mayor analogía con la _cina_ por los fenómenos
gástricos y el estado mucoso con empobrecimiento de la sangre, por la
nutricion insuficiente.

Pero ninguno supera á la _cina_ en eficacia contra las lombrices, no
porque tenga la propiedad de destruirlas directamente, sino porque
modifica admirablemente las secreciones mucosas intestinales y la
nutricion, la hematosis. Esto depende indudablemente de que su accion
con dósis débiles no puede obrar directamente sobre las lombrices. Há ya
mucho tiempo que se ha dicho, que su virtud antihelmíntica no es mas que
un resultado secundario de su accion, así como las lombrices no son mas
que un fenómeno concomitante de una enfermedad, de una diátesis mucosa:
_vermes nidulantur in muco_; la alteracion de las mucosidades es
favorable á su multiplicacion.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Muchos síntomas de la _cina_ representan una fiebre intermitente de tipo
cotidiano. El calofrío precede siempre al calor, y es poco intenso. La
perversion del apetito se manifiesta en la _cina_ por la sensacion de
hambre que sobreviene inmediatamente despues de los vómitos. Esta
sensacion se presenta principalmente despues de los vómitos, del estadio
del frio, ó si este falta, en el curso del acceso, casi siempre antes
del fin del calor; aquel se alivia tomando alimento. Estas fiebres no
son raras en los jóvenes, en las personas nerviosas, caquécticas, en las
que han estado sometidas á largas privaciones; la dieta es perjudicial
porque alarga y eterniza la fiebre.

La fiebre mucosa reclama con frecuencia la intervencion del
_semen-contra_ cuando el pulso se debilita y que el enfermo languidece.
Se le emplea con ventaja en las fiebres de este género que revisten
formas nerviosas y tifoídeas en indivíduos flojos, linfáticos, y en los
niños cuando la cabeza es la _pars recipiens_ de los movimientos
fluxionarios que parten del abdómen.

La fiebre con tos seca y nocturna, diarrea, consuncion y sudores
nocturnos en los niños, se cura con _cina_.

La encefalitis de los niños no puede tratarse sin que intervenga este
medicamento, ya en su principio, ya en el segundo período, en el de
exudacion con parálisis parcial de los esfínteres, en el que se observa
la tendencia de llevar los dedos á la nariz para rascarse. La _digital_
produce mas bien el colapsus de las fuerzas que las convulsiones, el
_estramonio_ exige el estrabismo en este estado; otros varios
medicamentos están aun indicados segun los síntomas.

Después de la _manzanilla_ y antes de la _ignacia_, es preciso tener
presente á la _cina_ en las convulsiones de los niños, aun cuando haya
fiebre y congestion cerebral; la somnolencia está entonces interrumpida
por gritos que no deben confundirse con el cerebral, pues son provocados
habitualmente por cólicos. Las convulsiones se parecen algunas veces á
los espasmos epilépticos sin fiebre y sin síntomas de inflamacion. La
_cina_ se usa tambien en el corea y en toda especie de espasmos en los
niños y personas debilitadas, caquécticas, mal nutridas. Las
convulsiones, en el hidrocéfalo, son tambien propias de este
medicamento.

Los síntomas de los órganos respiratorios en el segundo período de la
coqueluche, y aun mas tarde, cuando á los éstasis sanguíneos suceden las
alteraciones de la nutricion, reclaman el _semen-contra_. Este
medicamento puede curar asimismo la coqueluche con agravacion por la
mañana, en los niños escrofulosos y verminosos, cuando hay acumulacion
de mucosidades en la traquearteria.

La _cina_ está poco recomendada en las varias especies de favus; es, sin
embargo, mas útil que la _dulcamara_ en las mismas personas, debilitadas
y escrofulosas, pero subordinada al _licopodio_. En estos indivíduos, la
epistaxis cede á _cina_ y _azufre_. Se la puede utilizar en la iritis
con contraccion é inmovilidad de la pupila sin debilitacion de la
vista.

Entre sus numerosas propiedades en las enfermedades de la infancia, es
necesario indicar la de facilitar la lactancia en los casos en que la
nodriza, aunque tiene la leche abundante, el niño, sin embargo, rehusa
coger el pecho. El _mercurio_ es necesario si la leche es muy serosa.

En la mayor parte de las indicaciones de la _cina_, la helmintiasis
entra como elemento accesorio. Es evidente que al reparar la actividad
digestiva, y modificar la vitalidad de la mucosa intestinal, destruye la
condicion de existencia de las lombrices. Estos ascárides vermiculares y
lombricoides se desarrollan en ese estado mucoso en el que la nutricion
se altera y en el que todo el organismo elabora una mala quilificacion;
de esto resulta que el _carbonato de cal_ y el _azufre_ son los mejores
auxiliares de la _cina_ en los niños; esto esplica el por qué vuelve el
apetito ó se calma cuando es escesivo; en una palabra, regulariza,
activa la nutricion y mejora la hematosis volviendo á las mucosas
gástricas á su estado natural.

=Dósis.=--Este medicamento se usa en la dósis y forma ordinarias, como en
el _acónito_ y el _cólchico_... por ejemplo.



COFFEA CRUDA (CAFÉ).


§ I.--Historia.

El _café_ es de la familia de las rubiáceas, _Juss._--De la pentandria
monoginia, _Linn._--Se usa el fruto y es preferible el de Moka. Las
diferencias entre el _café_ crudo y el tostado son quizá poco
importantes; pero como la tintura del primero es la que se ha
esperimentado, solo de este nos ocuparémos; á pesar que, á decir
verdad, los efectos del _café_ tostado se han recogido al mismo tiempo
que los otros y forman parte de la patogenesia de este medicamento. Los
referidos efectos, apreciados por un gran número de observadores, no
contrarian los que se atribuyen al café crudo, antes por el contrario,
les confirman generalmente.


§ II.--Efectos fisiológicos y terapéuticos[63].

El _café_ dirige su accion al cerebro y sistema nervioso
cérebro-espinal. Todos los fenómenos que demuestran la escitacion del
sistema sanguíneo y la afeccion de las vías digestivas, son secundarios
y subordinados al elemento nervioso que es siempre el dominante. El
_causticum_ es, bajo todos aspectos, el medicamento mas análogo del
_café_. Esta sustancia ofrece del modo mas característico la
sobreescitacion nerviosa, la impresionabilidad, la exaltacion de los
sentidos, la vivacidad de las facultades intelectuales, la sensacion de
bienestar y la escitacion de los órganos sexuales. Mas cuando ha cesado
este período de su accion, se observa el endolorimiento del cuerpo, el
abatimiento, la obnubilacion, la impotencia. El grado medio entre estos
dos efectos se espresa por la intervencion del sistema circulatorio, en
los calofríos, la fiebre, las palpitaciones, ó del aparato
gastro-intestinal, en el gastricismo, en el desarrollo de gases, en la
dispepsia. La accion del _café_ no llega hasta producir lesiones
_orgánicas_ por su accion dinámica; pero ataca evidentemente á las
funciones nutritivas y á la plasticidad, cuando su accion se prolonga
por mucho tiempo, llegando á desarrollar efectos discrásicos.

Las convulsiones producidas por el _café_ se presentan con mas
frecuencia en el período de escitacion, que en el de debilitacion, y son
precedidas de pandiculaciones y seguidas de dolores quemantes y
lancinantes, de movimientos congestivos en la cabeza; las convulsiones
se agravan por la presion y por el ruido, ó por la aplicacion del calor
esterior. Se observan rigideces tetánicas y una sensibilidad dolorosa de
las partes musculares.

El _café_, por su electividad cerebral y por su escitacion, se le usa
con maravillosos resultados para calmar la irritabilidad que aumenta la
sensibilidad á la accion de los medicamentos y á la violencia de los
dolores. En esto es muy análogo á la _manzanilla_, pero solo se dirige á
los dolores agudos, muy violentos é intolerables, calmándoles
generalmente con sorprendente rapidez.

Como la constitucion de la infancia no permite que el sistema nervioso
predomine esclusivamente, por la accion estensa y superior del sistema
sanguíneo llamado á llenar las necesidades de un organismo en estado de
desarrollo continuo, el _café_ no es por lo comun útil en los niños. Se
le usa tan solo como medicamento intercurrente, en las grandes
escitaciones nerviosas causadas por el dolor ó por emociones fuertes,
cuando hay espasmos, agitacion, ansiedad y hasta gritos con
convulsiones, insomnio, con particularidad en los niños débiles y
delicados. No es menos necesario el _café_ en los que gritan y
demuestran padecer mucho. Es preferible á la _manzanilla_ y á la
_belladona_ cuando hay insomnio, ó sueño interrumpido y grande
escitabilidad.

Este medicamento se acomoda mucho mejor á las constituciones nerviosas y
á las personas sensibles, impresionables, que tienen un carácter muy
voluble, caprichoso. En estas personas es en las que el _café_, aun
antes que _ignacia_, es eficaz para curar las afecciones muy dolorosas y
espasmódicas, y un poderoso recurso para devolver al cerebro la accion
súbitamente deprimida por un acceso de alegría y una fuerte emocion de
placer.

El _café_ es el antídoto de la _belladona_ y del _opio_ en los efectos
sobre el encéfalo, de la _manzanilla_ en los que la misma produce en el
estómago y la inervacion muscular, del _fósforo_ en los órganos
génito-urinarios y la médula espinal. El _café_, á dósis pequeñas, es su
propio antídoto, cuando ha producido efectos molestos, vértigos, grande
impresionabilidad, insomnio. El _tabaco_ y el _causticum_ son sus
antídotos mas generales.

Algunos autores le han recomendado en el asma esencial, en la oftalmía
crónica, en la impotencia, en la hemicránea, pero sin precisar mas sus
indicaciones.

Se ha sacado un partido ventajoso del _café_ en las personas nerviosas y
delicadas para calmar la escitacion nerviosa, la agitacion de los
dolores que entorpecen el curso de una fiebre ó que la invaden desde el
principio; provoca generalmente el sudor que produce una resolucion
favorable; en este caso es mas útil que el _acónito_, porque este se
refiere mas bien á la agitacion que depende de la violencia de la
fiebre. Para diferenciar mejor su accion, agregarémos que el _arsénico_
se adapta mejor á la ansiedad, á la angustia con abatimiento, la _nuez
vómica_ á la irritabilidad de la fibra, el _beleño_ á la violencia del
delirio.....

Ningun medicamento obra mejor para disipar una congestion cerebral
ocasionada por una fuerte emocion, siquiera la congestion se eleve hasta
la apoplejía. Su accion especial, en fin, sobre el cerebro eleva al
_café_ al rango de un medicamento precioso en algunas apoplejías
nerviosas y aun sanguíneas precedidas de grande actividad intelectual y
sensorial, vértigos y exaltacion de la sensibilidad de la fibra, en
personas que ejercitan mucho el cerebro.

El _delirium tremens_ reclama el uso del _café_, ya en el principio si
hay impresionabilidad escesiva, ya en el tercer período, al lado del
_árnica_; el _opio_ y el _estramonio_ corresponden tan solo al segundo
período, al estado congestivo, y la _nuez vómica_ á la gastricidad del
primer período.

Las neuralgias propias del _café_ son intensas, por accesos, y tienen
una agudeza y rapidez estraordinarias. Aun cuando la _manzanilla_ y
_spigelia_ sean hasta cierto punto análogas, sus indicaciones exigen mas
nerviosidad y personas mas sensibles é impacientes para el dolor, no
solo por temperamento, sino tambien por circunstancias ó disposiciones
del espíritu. Los trabajos mentales y las emociones vivas agravan en
general el dolor, el reposo le exaspera igualmente ó le hace reaparecer,
lo cual es aplicable con particularidad á la hemicránea esencialmente
nerviosa, y que se presenta muchas veces al despertar con la menor
escitacion esterior ó á la primera emocion. El clavo histérico cede
tambien al _café_, si hay zumbido de oidos, palpitaciones, timpanitis
hipogástrica, deseos venéreos, inconstancia en los placeres y en el
carácter.

La escesiva escitacion, durante las reglas abundantes, reclama _café_, y
acaso la _manzanilla_ y la _nuez vómica_. El útero, foco de grandes
escitaciones nerviosas, es al parecer muy susceptible á la accion del
_café_: este medicamento disminuye y arregla el flujo catamenial en las
mujeres muy impresionables; calma los dolores violentos del parto, y la
escesiva sobreescitacion que le acompaña ó le sigue.

=Dósis.=--En muchos envenenamientos, como los producidos por el _opio_, la
_belladona_, se usa el _café_ tostado como antídoto; en otras
circunstancias es mas útil emplear la tintura del _café crudo_ á la
dósis de algunas gotas en agua: á veces es mas conveniente administrar
tan solo débiles fracciones de la tercera ó décimaoctava atenuacion,
como por ejemplo en los casos de neuralgias esenciales ó de accidentes
puramente nerviosos.



COLCHICUM AUTUMNALE (CÓLCHICO).


§ I.--Historia.

La raiz fresca preparada segun arte, es la parte usual de esta planta,
de la familia de las monocotiledóneas de _Juss._--De la hexandria
triginia, de _Linn._--Las numerosas observaciones que de los efectos
fisiológicos y químicos del _cólchico_ se han recogido, nos inducen á
creer que no está aun suficientemente conocido. Antes que se estudiasen
sus efectos sobre el hombre sano, ya el _cólchico_ habia sido
preconizado y empleado en las hidropesías de las cavidades trisplánicas;
posteriormente se abandonó su virtud hidragógica, para aceptar otras
propiedades drásticas y diuréticas. Bien pronto se reconoció su eficacia
en la artritis, aunque sin espresar las indicaciones precisas para su
uso. Tambien se le ha administrado hace mucho tiempo en oftalmías,
inflamaciones de la matriz y diversos padecimientos de este órgano, en
afecciones reumáticas y neurálgicas muy diversas por su forma y por su
sitio, en erisipelas, el prúrigo, leucorreas, corea, histerismo.
Cualquiera pudiera creer que estos datos tradicionales están basados en
el conocimiento de los efectos fisiológicos del _cólchico_, efectos
conocidos antes y olvidados despues, porque las modernas esperiencias no
contradicen la mayor parte de las aplicaciones clínicas de la
antigüedad, antes bien detallan con mas exactitud sus indicaciones; pero
esto solo prueba que ha sucedido con el _cólchico_ lo que con otros
medicamentos antiguamente usados, que posteriormente se han abandonado,
y luego han vuelto á rehabilitarse.


§ II.--Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Los efectos del _cólchico_ tienen mucha analogía con los del _eléboro
blanco_, especialmente en lo relativo á las alteraciones funcionales del
estómago é intestinos; son semejantes á los del _árnica_ en cuanto á la
impresionabilidad de la fibra y de los nervios para sentir dolorosamente
la influencia de los escitantes esternos, tales como el ruido, la luz,
la presion y asimismo el trabajo intelectual. Sus dolores son
lancinantes y dislacerantes, y mas vivos por la noche que durante el
dia. Es notable la irregularidad en la marcha de los síntomas, pues en
cuanto á la fiebre, no hay órden ni relacion en la aparicion del calor,
los calofríos y los sudores, ocurriendo lo mismo en la sensibilidad que
tampoco está uniformemente repartida, pues mientras es escesiva en un
punto, disminuye en otro, se exalta en todas partes por un momento,
dando despues lugar al abatimiento, á la sensibilidad dolorosa general,
á la debilidad paralítica, en fin, para volver como en su principio á un
simple esceso de aquella. Pero en las personas poco irritables, que son
mas bien linfáticas que nerviosas, se observa en el _cólchico_ una
accion algo diferente, pues obra con mas regularidad en el sentido de la
depresion, ó bien las neuralgias son mas simples y mas aisladas de los
fenómenos linfáticos y de la influencia del corazon.

Es cierto que el _cólchico_ posee una accion electiva sobre los plexos
nerviosos ganglionares, y principalmente sobre el plexo solar; pero no
por eso obra menos electivamente sobre los nervios de la vida de
relacion, puntos de numerosos dolores, con particularidad en las partes
fibrosas y serosas; el _cólchico_ parece que goza de las mismas
propiedades nerviosas que la _brionia_ en los tejidos, si bien con menos
participacion del sistema sanguíneo. El _cólchico_ exige una disposicion
de los tejidos á la exhalacion serosa, siendo por lo mismo muy útil en
este derrame, ya reumático, ya artrítico. Este medicamento se adapta
mejor á las personas nerviosas y delicadas y en las que la nutricion se
altera, en los reumáticos cuyos dolores se localizan en las
articulaciones, en las cavidades, en las membranas serosas, el peritóneo
y sobre todo en el pericardio. Un carácter frecuente de sus dolores es
el que solo ocupan un lado del cuerpo. Pocos son los casos en los que
deje de sentirse en el corazon algunos dolores en el curso de la
afeccion; la accion del medicamento es mas pronunciada en otoño y en los
tiempos frios y húmedos.

El _cólchico_ corresponde á fiebres reumáticas con agravacion nocturna,
con dolores que pasan de una á otra articulacion, y de esta á una
membrana serosa aun intestinal. Los dolores desarrollan una hinchazon
esterna subaguda, serosa muchas veces, que cambia fácilmente de sitio
para presentarse en otro con dolor. El _ranunculus sceleratus_ y el
_bulbosus_, ó la _pulsatila_, están frecuentemente indicados antes ó
despues de él; la _brionia_, el _acónito_ y el _árnica_ deben precederle
en los casos agudos. El carácter errático de sus dolores le hace
análogo á _pulsatila_, pero se distingue por las palpitaciones, por la
irregularidad de los movimientos del corazon sobre el cual obra
especialmente, y porque produce en él dolores dislacerantes, y hay
opresion y ansiedad muy frecuentes.

El tortícolis, el lumbago y los dolores reumáticos, situados en las
articulaciones de las vértebras, así como tambien los dolores reumáticos
blenorrágicos, que se presentan por la noche y desaparecen por el dia,
son propios del _cólchico_. Se le usa igualmente con ventaja despues de
_árnica_ en los dolores de gota cuando el acceso se prolonga ó que queda
en pos de sí dolores en el órgano central de la circulacion. Se debe, en
fin, tenerle presente en parálisis parciales que sobrevienen á
consecuencia de afecciones de este género ó de enfriamientos
abandonados, tanto por lo menos como el _zumaque_, el _azufre_...

En resúmen, las indicaciones del _cólchico_ en las afecciones reumáticas
y artríticas proceden de su electividad y de sus síntomas, así como
tambien de los antecedentes del enfermo y de sus padecimientos
anteriores. Convendrá con mas frecuencia á personas que han padecido
dolores é infartos articulares, dolores en el corazon, y endocarditis
antigua, que en las que son invadidas de ataques recientes de
reumatismo. Ciertas diátesis serosas, neuropáticas, con dolores
reumáticos, son circunstancias mas favorables á la accion de este
medicamento, cuando existe endolorimiento de las masas musculares,
sobreescitacion moral, dolores dislacerantes en el pecho ó en el
corazon; en estos casos, el estado caquéctico se caracteriza
ordinariamente por irregularidades y dificultad en la respiracion y
circulacion.

Estos datos nos conducen al asma por afeccion orgánica del corazon,
procedente de un reumatismo y de la endocarditis. La sensacion de frio
general es habitual, y con especialidad en las estremidades que están
además edematosas. El aire frio y húmedo agrava ó determina este asma
del que el _cólchico_ es un poderoso modificador. Lo es igualmente de
esos padecimientos gástricos, especie de gastritis reumática
caracterizada por una sensacion de frio aislado de cualquier otro
síntoma del estómago.

El _cólchico_ es en general el remedio de los padecimientos reumáticos
de las vísceras, escepto las diferencias que hacen preferible la
_brionia_. La disentería otoñal, ó la diarrea reumática cede mejor al
_cólchico_ que á la _dulcamara_ y á la _ipecacuana_: esta se dirige mas
bien al estómago y á las mucosas; la _dulcamara_ se dirige á estas
últimas; el _cólchico_ obra sobre las membranas musculosas y serosas de
los intestinos, está muy indicada en la disentería rectal ó anal, en la
cual los cólicos son poco pronunciados, pero que hay presion sobre el
ano, y tenesmo con evacuaciones muy pequeñas. El _mercurio corrosivo_
solo combate la disentería con afeccion del tubo intestinal y dolor en
el ano.

Se ve, pues, que el _cólchico_ responde á los dos elementos morbosos,
reumático y seroso. Esto esplica el por qué está indicado en varias
hidropesías, como la ascitis, la hidropericarditis, la hidrartose y el
hidrotorax, puesto que el elemento reumático ó el reumatismo
blenorrágico y el elemento dolor han obrado ú obran como estimulante
nervioso ó como causa. El ojo mismo reclama la accion del _cólchico_ en
ciertas inflamaciones subagudas, aun cuando pueda considerárselas como
escrofulosas, si sus partes fibrosas y serosas son las principalmente
atacadas.

=Dósis.=--El _cólchico otoñal_ se presta mas que ningun otro medicamento á
la graduacion de las dósis, ó se las puede adaptar á los diversos grados
de agudeza y de irritabilidad. Así, pues, se usa la tintura de una á
diez gotas por dia, y las atenuaciones desde la primera hasta la
trigésima, á la dósis de algunos glóbulos, ó de una gota en veinticuatro
horas.



COLOCYNTHIS (COLOQUÍNTIDA).


§ I.--Historia.

Esta planta es de la familia de las cucurbitáceas, de _Juss._--De la
monoecia singenesia, de _Linn._ Se usa el fruto seco pulverizado con el
grano para las preparaciones comunes.

La _coloquíntida_ ha sido conocida en medicina en todos tiempos. El
abuso que de la misma se hizo, condujo á algunos médicos á proscribirla;
las enormes dósis á que se la administra provocan efectos que la han
hecho entrar en el número de los purgantes drásticos, sin permitirla
desenvolver los síntomas especiales que la hacen recomendable en varias
afecciones nerviosas y de otra índole.

Ya en la antigüedad se la empleaba en el asma, la hipocondría, los
dolores crónicos y otras enfermedades reputadas como nerviosas ó
incurables, casi del mismo modo que los griegos usaban el _eléboro
blanco_; es decir, como último recurso. Mas recientemente se la ha
preconizado en la gonorrea crónica; y en una obra moderna de materia
médica[64] se hallan estas indicaciones:

«La _coloquíntida_ no ha sido usada tan solo como purgante drástico,
sino que se la ha dado como vermífuga, hidragoga, emenagoga,
desobstruente; se la ha prescrito en la ciática, en los dolores
producidos por el _mercurio_, en el reumatismo, la gota, y aun en la
misma rabia...»


§ II.--Efectos fisiológicos y terapéuticos.

Se admite en la _coloquíntida_ relaciones fisiológicas y terapéuticas
muy especiales con los nervios trigéminos y los plexos lumbo-abdominal y
sacro. Sus efectos son bastante limitados, y por consiguiente, es de
creer que los trabajos de Hahnemann y otros varios esperimentadores,
entre los cuales se cuentan algunos indivíduos de sociedades alemanas,
han agrandado el cuadro, aun cuando todavía no se comprende en la esfera
de accion de este medicamento mas que los nervios designados, y la piel
en sus relaciones con la mucosa gastro-intestinal.

En las neuralgias propias de la _coloquíntida_, hay siempre grande
escitacion nerviosa y alteraciones funcionales que demuestran la
afeccion secundaria de los nervios ganglionares; son tirantes,
calambroides, semi-laterales algunas veces; y hay punzadas rápidas al
través de la parte afecta. No es raro que al mismo tiempo se presenten
evacuaciones alvinas, orinas muy abundantes, calambres verdaderos,
contracciones musculares y tendinosas. Estas contracciones son algunas
veces generales, súbitas, hasta con retraccion de los tendones, pero sin
persistencia, y bien diferentes de las contracturas del _causticum_.

La _coloquíntida_ guarda cierta analogía con la _brionia_ en las fiebres
y las flegmasías, pero su accion es mas nerviosa que sanguínea; y
cuando se afectan el estómago y los intestinos, los vómitos son mas
violentos, los dolores cólicos mas pronunciados y frecuentes, las
evacuaciones diarréicas mas acuosas, mas escocientes y abundantes.

En casos de este género, se observan con preferencia accesos de
debilidad y de desfallecimiento que dan á la _coloquíntida_ cierta
analogía con el _arsénico_, la _manzanilla_ y el _eléboro blanco_. Este
último tiene otros puntos de contacto con la _coloquíntida_, ya respecto
á su accion electiva, ya tambien en sus fenómenos simpáticos y
consecutivos.

Las personas reumáticas y gotosas, las puramente nerviosas, de una
constitucion fibrosa, de piel seca, amarillenta, escamosa, y con un
prurito incómodo, mayor por la tarde en la cama, son las mas
predispuestas á sufrir padecimientos análogos á los efectos de la
_coloquíntida_, y por lo tanto las que con mas frecuencia reclaman este
medicamento, ya como principal y fundamental, ya como agente de curacion
secundario ó intermediario.

Precisarémos algunos caractéres de las diversas afecciones que este
medicamento puede combatir.

La hemicránea propia de la _coloquíntida_ afecta y sigue con preferencia
la direccion del ramo frontal del trigémino, y coincide ó alterna con
padecimientos abdominales, y se aproxima á los efectos del _eléboro
blanco_, de la _brionia_ y de la _nuez vómica_. Su tic doloroso se sitúa
principalmente en el nervio supra-orbitario; es con frecuencia
intermitente, pero rara vez con accidentes espasmódicos locales. Estas
especies de neuralgias se agravan con el aire frio y al bajar ó mover la
cabeza ó los párpados solamente.

De todos los dolores reumáticos y artríticos del dominio de la
_coloquíntida_, la ciática es la mas frecuente; su carácter es
calambróide, con sensacion de constriccion local. Tambien tiene á veces
el de estar complicada con cólicos, diarrea, diversos padecimientos
abdominales, principalmente despues de comer. Es frecuente que haya
otros dolores que recorren el cuerpo al mismo tiempo, especialmente en
las escápulas y pequeñas articulaciones, en las manos y en los piés.

Los cólicos que este medicamento alivia ó cura, son espasmódicos, y su
violencia les distingue de los del _eléboro blanco_. Por lo comun hay
desarrollo de gases, deposiciones frecuentes, acuosas y disentéricas,
escasas algunas veces y muy dolorosas, y en otras abundantes y con
vómitos violentos. La presion en el vientre alivia los cólicos aun
cuando haya síntomas de flogosis subaguda. La palidez de la cara con
contorsiones, los gritos y la violenta contraccion de los miembros
inferiores son en los niños indicaciones de la _coloquíntida_. Es con
frecuencia preferible á cualquier otro medicamento en las disenterías de
esta edad, á causa de la estremada susceptibilidad del sistema nervioso
y de la mucosa intestinal, ya con violento tenesmo, ya con parálisis de
los esfínteres ó que su relajacion espasmódica dé lugar á evacuaciones
involuntarias. No se debe olvidar la utilidad de la _coloquíntida_ en la
tumefaccion dolorosa de las hemorróides, con grande irritacion,
estreñimiento y flujo de sangre, en los gotosos y en las personas que
vienen padeciendo hace mucho tiempo del bajo vientre.

La _coloquíntida_, así como la _spigelia_, tiene un carácter precioso en
la inflamacion del ojo, que es el de afectar sus partes profundas, sus
elementos fibrosos. Por esto, y por su carácter general, está indicada
en la oftalmía artrítica, en la que haya mas dolor que inflamacion
manifiesta. Este dolor, para la _coloquíntida_, se estiende á los
lóbulos anteriores del cerebro, mientras que en la _spigelia_, parte de
dentro á afuera en el ángulo interno del ojo; y para los dos, la
inyeccion varicosa de los vasos de la conjuntiva forma algunas veces un
rodete ó cordon alrededor de la córnea. En la _coloquíntida_, los
objetos aparecen iluminados, y la inyeccion es rubicunda y de menos
estension que en la _spigelia_; pero constituye un síntoma bastante
constante con la sensacion de presion y de ardor quemante.

La _coloquíntida_ ¿podrá estar indicada en el asma esencial, puesto que
ofrece entre sus síntomas una tos seca, opresion, sensacion de
constriccion en el pecho y palpitaciones de corazon, aun por accesos?
Este medicamento ¿será preferible á la _nuez vómica_, á la _brionia_, y
á la _manzanilla_, en la ictericia producida por una rápida
concentracion, efecto de un susto ó de un frio escesivo, puesto que
desarrolla en la piel calor y sequedad, prurito violento con el calor de
la cama, una especie de descamacion general del epidérmis, náuseas,
gusto amargo, vómitos verdosos, sensibilidad y punzadas en la region
hepática? Cada medicamento tiene su especialidad de accion en todos
estos casos; pero la práctica manifiesta que se ha usado poco la
_coloquíntida_. ¿Indicaremos, en fin, la diabetes como una de las
enfermedades que son del dominio de este medicamento? Solo nos falta la
autoridad de Bœnninghausen para afirmarlo; y sin embargo, es un hecho
que en Alemania se le ha dado como un específico de esta fatal dolencia.
Mas debemos manifestar que si algunos esperimentadores han obtenido de
este medicamento orinas abundantes, frecuentes y claras, otros han
logrado orinas escasas y con tenesmo, y otros unas orinas fétidas y que
se vuelven prontamente espesas, gelatinosas y glutinosas.

=Dósis.=--Lo que dejamos sentado sobre las dósis en el medicamento
anterior, es aplicable á las de la _coloquíntida_.



CONIUM MACULATUM (CICUTA MAYOR).


§ I.--Historia.

Es una planta de la familia de las umbelíferas, _Juss._--De la
pentandria diginia, _Linn._--La _cicuta mayor_, cuyas propiedades
venenosas fueron conocidas en la antigüedad, y que la muerte de Sócrates
la hizo ya célebre, se la preconizó primeramente en muchas enfermedades,
y despues se la usó casi esclusivamente en los infartos glandulares, en
las induraciones linfáticas, en los escirros y afecciones cancerosas,
bastando al efecto indicar los trabajos de Stoerk. Pero las esperiencias
de Hahnemann han permitido ensanchar el círculo de las aplicaciones de
esta sustancia, y dar la razon de su eficacia ó de su impotencia, en
enfermedades para las que se la habia usado sin conocer sus efectos
fisiológicos.

La _cicuta mayor_ ha sido, pues, rehabilitada y ha recobrado su
verdadera importancia. Se la ha empleado en la grippe, en ciertas toses
convulsivas y en la coqueluche, en afecciones verminosas, en el vómito
crónico dependiente de una induracion del píloro, en la leucorrea por
inflamacion lenta de las criptas mucosas de la vagina y de la matriz, en
neuralgias y dolores reumáticos y artríticos, en muchas flegmasías
subagudas escrofulosas, en otras enfermedades en las que no siempre ha
sido eficaz. Se ha reconocido que la _cicuta_ procedente de los países
meridionales es mas activa que la de los países frios. La _conicina_,
alcalóide reputado como el principio activo de la _cicuta mayor_, se le
usa generalmente en los infartos glandulares. Ninguna esperiencia
demuestra que su accion difiera de la de la planta de que se ha
estraido.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Los estudios fisiológicos y clínicos de este medicamento inducen á creer
que no afecta al cerebro del mismo modo que la _belladona_ y el _opio_;
su accion sobre este órgano es indirecta. Los vértigos, la escitacion
cerebral y la diminucion de la sensibilidad, la debilidad de la vista,
la somnolencia, los movimientos congestivos, no impiden el tener
conciencia de su estado. La _cicuta_ difiere de otros narcóticos, porque
no tiene accion electiva sobre ciertos nervios en particular, como el
_acónito_ sobre el quinto par, y el _estramonio_ sobre el nervio vago.

Su accion en los gánglios linfáticos es de la misma naturaleza que la
que ejerce sobre el sistema venoso, y es relativa á su influencia
especial sobre la médula oblongada y los nervios ganglionares. Esta
accion electiva se espresa: 1.º por calambres y convulsiones que
difieren de las de la _nuez vómica_, y tienen un carácter de tonicidad
que las hace análogas á las del _eléboro blanco_; 2.º por un malestar
considerable y la debilidad muscular de los músculos voluntarios. Mas,
así como la _belladona_ y sus análogos afectan especialmente los
esfínteres, que la _cicuta_ paraliza ó debilita, esta solo obra sobre el
sistema muscular en general; 3.º debilitacion de la respiracion que es
corta, difícil, retardada por la debilidad ó el estado convulsivo de
los músculos respiratorios y aun por los de la faringe; 4.º por la
lentitud y diminucion de los movimientos del corazon, por sus
pulsaciones congestivas; 5.º por la influencia que ejerce en la sangre
disminuyendo la hematosis y favoreciendo la formacion de sangre venosa,
porque su accion sobre la médula espinal y el neumo-gástrico retarda la
respiracion. En esto difiere esencialmente del _acónito_ que obra
electivamente sobre la circulacion arterial, aproximándose mucho al
_centeno cornezuelo_; 6.º por las estancaciones y congestiones, en fin,
que produce en los capilares venosos, y en los vasos y gánglios
linfáticos.

Esta accion de la _cicuta_ indica una actividad terapéutica, que si es
menor quizá que la que en otros tiempos se la ha atribuido, es mayor que
la que hoy se la da generalmente; está indicada en las inflamaciones
subagudas y de un carácter venoso y linfático, en los infartos
glandulares, en afecciones espasmódicas, histéricas, hipocondríacas; en
alteraciones gastro-intestinales y uterinas dependientes de una
debilidad nerviosa con estancacion venosa abdominal. Por esto está
recomendada en las enfermedades atribuidas al celibatismo, á la
continencia, cuando estos estados han exigido gran fuerza de voluntad,
privaciones que conducen á la apatía, á la morosidad y hasta el disgusto
de la vida. Es tambien útil en personas aniquiladas por causas
contrarias, y todavía mejor en aquellas cuyo sistema venoso y linfático
está lánguido por astenia y que predispone á congestiones é infartos,
mas bien por falta de contractilidad y de tono en la fibra, que por la
actividad de las inflamaciones. Las indicaciones generales de la
_cicuta_ no escluyen, sin embargo, cierta agudeza de los accidentes
flegmásicos, y cierto eretismo con tension de la fibra, en las mismas
personas, pero en el primer período de la afeccion; período que
corresponde á la irritabilidad que es uno de los efectos de la _cicuta_,
en su accion sobre la esfera nerviosa y antes que se haya propagado á
los sistemas circulatorio y nutritivo.

Concluirémos estas consideraciones, esponiendo el carácter de la accion
de la _cicuta_ sobre el sistema nervioso ganglionar y sobre la vida
vegetativa. Privada la piel de su tonicidad, produce la inercia de sus
vasos; no la priva de los jugos nutritivos, pero estos no tienen
condiciones restaurantes; la piel está mas bien ingurgitada que seca,
aun en la cara; hay inflamaciones superficiales muy limitadas, manchas
rojizas, oscuras ó amarillentas en las estremidades, como si la sangre
estuviera despojada de la materia colorante; prurito violento, granos
psóricos, costrosos, erupciones urticarias, lesiones herpéticas húmedas,
úlceras súcias con supuracion abundante; los vasos y gánglios linfáticos
están ingurgitados, inflamados, dolorosos; las glándulas se infartan y
sobreviene la induracion; las mismas vísceras pierden su tonicidad, se
dejan infiltrar y se infartan; la quilificacion no se hace libremente, y
la hematosis se altera, ya por la perturbacion de las secreciones y de
los órganos glandulares afectados, ya por la lesion de los vasos
absorbentes y de las criptas secretorias de las membranas mucosas; de
todo lo cual procede la debilidad profunda del cuerpo y de espíritu, la
ineptitud para el trabajo, las ansiedades nerviosas, la indiferencia
hipocondríaca.

El _café_ es el antídoto de la _cicuta_ como escitante de la
contractilidad fibrilar. Los dolores de la _cicuta_ se agravan por la
mañana, al aire frio, y muchas veces despues de comer. Este carácter no
tiene nada de especial para diferenciar su accion, hecha abstraccion del
estado general.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Procurarémos, sin entrar en grandes detalles, indicar las enfermedades y
los períodos de las mismas que son propios de este medicamento.
Empezarémos por la hipocondría de las personas deterioradas por
esfuerzos morales ó escesos venéreos, con tal que no esperimenten calor
pronunciado en el vientre, ó todo lo más, algunas veces, una sensacion
de escoriacion. El estómago es el sitio de un malestar, asímismo de
dolor con sensacion de frio; hay incomodidad casi contínua. Esta
hipocondría puede elevarse hasta presentar accesos de manía, sin
alteracion de las funciones sensoriales ni musculares, no contando como
tal alteracion una gran debilidad.

La _cicuta_ es por último muy útil en las mismas personas y en los
escrofulosos, en los padecimientos gástricos y abdominales, con lentitud
de las digestiones; estreñimiento erético ó diarrea, con astenia; cuando
hay eructos con gusto á los alimentos, dolores calambróides, sensacion
de frio, especialmente en la espulsion de gases que son abundantes; la
timpanitis es parcial, ocupa el epigastrio, los hipocondrios ó la region
umbilical; y en este punto es en el que se sienten con preferencia los
dolores, las lancinaciones.

Los espasmos de las personas histéricas en los que la _cicuta_ es el
medicamento indicado, tienen su punto de partida en el útero, con
presion en la garganta y sensacion de una bola que asciende del fondo
del estómago, desvanecimientos que obligan á apoyarse en los objetos
próximos, y mal humor. La _cicuta_ es en estas personas un escelente
medio para restablecer la regularidad del flujo catamenial, en lo cual
armoniza con la _magnesia_ y la _sepia_; los calambres de la matriz, el
prurito vulvario, la laxitud ó un estado varicoso del cuello,
menstruaciones habitualmente débiles y adelantadas, son síntomas que
indican formalmente este medicamento. La _cicuta_ es por lo mismo
conveniente para combatir la esterilidad, haciendo desaparecer las
disposiciones morbosas de que acabamos de hablar. Agreguemos que la
_cicuta_ corresponde tambien á este estado venoso abdominal y uterino
que produce hemicráneas y sueños angustiosos, y que se manifiesta por
dolores hepáticos, por un calor local con presion de dentro á fuera, por
tiranteces á lo largo de los vasos linfáticos y venosos de la íngle.

La hemicránea que la _cicuta_ cura, es vertiginosa con sensacion como de
contusion en el lado afecto, náuseas hasta el vómito. El dolor es
generalmente estupefaciente y muy movible: esta hemicránea se presenta
por accesos frecuentes y cortos, y es producida, ya por el molimen
catamenial y hemorroidal, ya por el estreñimiento que ocupa el intestino
grueso; y que nunca persiste mucho tiempo la hemicránea sin ocasionar la
alopecia.

Se ha usado muy poco la _cicuta_ en las neuralgias y los dolores
reumáticos; es á veces superior á la _brionia_ en los dolores que se
agravan por el movimiento. Estas neuralgias son con frecuencia tirantes
y calambroides, con dolores como de contusion, y, cosa notable, el sudor
en la palma de las manos que es un síntoma de la _cicuta_, y la sequedad
de la garganta que es otro del _acónito_, acompañan por lo regular á las
neuralgias propias de la _cicuta_.

Si numerosos síntomas no indicasen su accion sobre las membranas mucosas
de las vías aéreas, la clínica bastaria para probar su eficacia en
algunas bronquitis que se desarrollan con la fiebre en personas
irritables y linfáticas, en los niños y los viejos; es una fiebre
catarral. El eretismo y la sequedad de la tos que la caracterizan, son
mas incómodas que la debilidad del sistema sanguíneo hace suponer; los
enfermos están muy enervados, angustiosos; el sueño no es reparador, el
menor ruido incomoda y aumenta la afeccion de la cabeza; la orina es
turbia; la tos es seca y casi continua ó por accesos violentos. En
semejantes casos, usada la _cicuta_ antes del _acónito_, produce una
flojedad favorable y un alivio estraordinario; la misma tos cede con
facilidad. La _nuez vómica_ es preferible, si los enfermos son mas
sanguíneos, mas biliosos, mas robustos, aun cuando está mas indicada por
los calofríos, mientras que el aumento de calor en el pecho corresponde
mejor á la _cicuta_, y que en las bronquitis y en las grippes exige
quizá mas escitacion, mas sensibilidad en el cerebro.

Ya está pues espuesto todo el aparato febril que la _cicuta_ cura;
tambien se la ha empleado con utilidad en ciertas coqueluches en el
período inicial y aun en el convulsivo, cuando el organismo nervioso y
sanguíneo reviste los caractéres que dejamos indicados; en el asma seco,
nervioso y con accesos de tos violentos, durante los cuales la cara se
pone como inflada y azulada; en la tísis mucosa, en fin, con sudores de
las manos, calores internos, palpitacion de corazon; en todos estos
casos hay recrudescencias de la tos y de la irritacion febril. La
_cicuta_ en estas circunstancias, guarda un término medio entre el
_carbonato de amoníaco_ y el _estaño_; es asimismo útil algunas veces en
las toses con vulsivas que persisten con algun infarto pulmonal despues
de una neumonía, en cuyo caso es este medicamento un escelente auxiliar
del _fósforo_.

En cuanto á las propiedades bien conocidas de la _cicuta_ en las
inflamaciones de los vasos y gánglios linfáticos, en las adenitis,
infartos é induraciones glandulares aun escirrosas, tenemos poco que
decir. La _cicuta_ en estas afecciones es inferior á _belladona_,
_pulsatila_, _azufre_, _mercurio_ y _yodo_, y no es realmente médico
quien no haya observado su ineficacia, aun en las inflamaciones de las
glándulas mamarias á consecuencia de una contusion, que son los casos en
que los alemanes la dan como específica. La tabes mesentérica se alivia
algunas veces; y si su accion benéfica no llega hasta la curacion de los
tejidos degenerados, calma el dolor y disipa la irritabilidad; obra con
eficacia en las induraciones que existen y en las que vienen á terminar
las inflamaciones de los vasos y de los gánglios linfáticos. No siempre
es posible distinguir con exactitud los casos en que deba ser preferible
á la _barita_, al _yodo_, al _mercurio_, al _oro_, al _carbon animal_,
escepto en las circunstancias y personas de que hemos hablado y cuyo
estado ofrece analogía con sus propios síntomas. Los escrofulosos están
en el mismo caso, especialmente cuando vienen padeciendo irritaciones
oftálmicas, intestinales, con hipersecreciones mucosas. La _cicuta_ cura
el rechinamiento de dientes nocturno de los niños, y tambien disipa los
infartos glandulares de que son afectados.

Los niños de temperamento venoso ó linfático y dispuestos á los
infartos, son los que presentan las indicaciones de la _cicuta_ en las
afecciones siguientes: 1.º en la opacidad del cristalino ó de su cápsula
á consecuencia de un golpe ó de derrame linfático; 2.º en la ozena; 3.º
en la otorrea con flujo sero-sanguinolento; 4.º en las manchas
amarillas de la piel, ó en estas y equímosis de los viejos; 5.º en
cierta gonorrea ó gota militar que se ha resistido al _ácido azótico_,
al _sulfuro de cal_, á la _thuya_; 6.º en las úlceras induradas,
saniosas, húmedas; 7.º en el _lupus_ sin dolores quemantes; 8.º en la
sarna degenerada, ciertas erupciones crónicas con manchas rojizas en la
piel, dartros húmedos, escamosos; 9.º en oftalmías escrofulosas con
fotofobia; 10.º en el coriza crónico con laxitud de la membrana
pituitaria, ó de una especie de pólipo mucoso.

=Dósis.=--No hay necesidad, en la mayoría de los casos, de elevar las
dósis de la _cicuta_ mas de diez á quince gotas de la tintura para
veinticuatro horas; pero sus efectos terapéuticos se desenvuelven mejor
y mas fácilmente con dósis débiles desde la primera á la sesta
atenuacion, sobre todo en las fiebres catarrales en que está indicada,
en las neuralgias, en las congestiones venosas y en las subirritaciones.
Estas dósis son suficientes algunas veces aun en el tratamiento de las
induraciones y tumores que reclaman su uso interno, mientras que se
aplica al esterior, ya en fomentaciones con el cocimiento de la planta
en la proporcion de 15 á 20 gramos para un litro de agua, ya en pomada
compuesta de seis partes de grasa por una de estracto de _cicuta_, ó de
_conicina_, ya, en fin, con el estracto, ó la _conicina_ simplemente, en
unturas sobre la parte afecta, en pequeñas dósis fraccionadas ó
distribuidas para varias veces.



CUPRUM (COBRE).


§ I.--Historia.

El _cobre_ metálico y sus diversas sales tienen casi unas mismas
propiedades; pero como el metal es el que ha sido particularmente
estudiado en sus efectos fisiológicos, á él referirémos con especialidad
todo lo que espongamos. Aun cuando las esperimentaciones sobre el
_cobre_ no sean tan completas como fuera de desear, es preciso borrar
del número de sus síntomas los que se han tomado de autores antiguos y
que se refieren á envenenamientos con esta sustancia unida al
_mercurio_, al _azufre_, etc..... Si no bastasen las nuevas
observaciones recogidas para llenar este vacío y poder determinar la
esfera de accion del _cobre_, y aun cuando los datos clínicos fuesen, en
el estado actual de nuestros conocimientos, el elemento mas débil de
nuestros estudios, seria suficiente el cólera que viene reinando en un
período de treinta años, para que el _cobre_ adquiriese el título de
medicamento eficacísimo.


§ II.--Efectos fisiológicos.

El _cobre_ goza al parecer de tan grande influencia en todos los
aparatos orgánicos, que la esperiencia y la observacion le elevarán un
dia al rango de policresto. Pero su accion es mas especial sobre los
nervios de la médula oblongada y sobre los plexos ganglionares.

Sus dolores son á veces profundos y osteócopos, comunmente presivos,
calambróides, manifestándose en cualquiera parte, pero con
particularidad en las articulaciones y en los músculos; los calambres
musculares se presentan con frecuencia y por accesos irregulares;
siendo esta la forma de presentarse la mayor parte de los fenómenos del
_cobre_, entre otros, las convulsiones, que es el síntoma dominante,
como se ve por el siguiente cuadro: convulsiones epileptiformes,
movimientos involuntarios como en el baile de San Vito, desórden en los
músculos de la cara, distorsion, risa espasmódica. Las convulsiones
empiezan generalmente por los dedos de las manos y de los piés, por las
estremidades. Algunas veces son generales; el sistema muscular está en
movimiento como por una fuerza estraña, y se observan estremecimientos
convulsivos aun durante el sueño.

Este estado nervioso de la vida de relacion se completa por una
sensacion como de contusion despues de las convulsiones, así como
tambien despues de los simples dolores, por una gran laxitud que se hace
permanente, por una debilidad que llega hasta la parálisis. El
encendimiento de la cara, la escitabilidad de todos los órganos y la
impresionabilidad de los sentidos, y los accesos de desvanecimiento
acompañan y complican á los otros síntomas nerviosos formando un grupo,
y por accesos que conducen al marasmo, á la consuncion; en este caso, la
vida nutritiva está ya alterada y el sistema sanguíneo afectado, si bien
secundariamente; presentándose calosfríos, fiebre lenta, sudores frios y
copiosos, por la noche.

Las funciones respiratorias y digestivas están profundamente alteradas.
Las primeras presentan, desde la ronquera y la sensacion de cosquilleo
en la laringe, hasta la tos convulsiva, seca, con disnea, y á la
matutinal con espectoracion purulenta, comprendiéndose en esta escala
los accesos de asma seguidos de espectoracion mucosa, blanquecina. Los
músculos respiratorios ofrecen movimientos espasmódicos, y la
respiracion es difícil, corta, angustiosa y como estinguida por el
calambre y el espasmo constrictivo. Los calambres no escluyen el vientre
ni aun el corazon, pues los accesos irregulares de palpitaciones
espresan su padecimiento.

Las funciones digestivas no están menos alteradas. Las bebidas producen
cierto ruido al descender: este síntoma, en el _cobre_, solo es
momentáneo é indica el espasmo del exófago, no su parálisis. Hay
salivacion, espuma en la boca, hipo, náuseas ó conatos al vómito que
parecen ascender desde el bajo vientre, vómitos violentos, sensacion de
magullamiento, depresion, calambres en el estómago y en el vientre,
convulsiones en el acto de defecar, cólicos espasmódicos, retraccion del
vientre, dolores con ansiedad ó convulsiones, deposiciones
sanguinolentas.

La escena pasa completamente en el sistema nervioso de las dos vidas, y
el corazon no toma parte en ella; no está afectado como órgano de la
circulacion, sino como víscera y como músculo; el pulso es débil, mas
lento que lo que está habitualmente. De la esfera nerviosa, pasa
directamente la accion del _cobre_ á la vida vegetativa sin el
intermedio del sistema linfático. La nutricion está afectada en sí
misma, como lo prueba el marasmo, la consuncion, la palidez de la cara,
el hundimiento de los ojos, la tristeza del semblante; hay azulamiento
de la cara por efecto del espasmo; prurito quemante en la piel, manchas
rojas no circunscritas, escoriacion en la parte interna de los labios,
erupciones y ulceraciones en diversos sitios.

En cuanto al moral, se observan igualmente accesos de furor y de
melancolía, ansiedad que alterna con arrebatos ridículos, la dulzura con
la obstinacion; agitacion continua, ocupaciones imaginarias, falta de
aptitud para el trabajo, accesos de enajenacion mental con ojos huraños.
El color amarillento, las encías ulceradas y de un rojo de púrpura en su
borde, son síntomas mas propios del _carbonato de cobre_. La tos
sanguinolenta pertenece al _acetato de cobre_, así como tambien la
accion sobre el dérmis con la que tiende al desarrollo de escrecencias
ficiformes, y aproximándose en esto al _ácido azótico_.

Se atribuye por último al _cobre_, el coriza, el dolor dislacerante de
los dientes hasta la sien, el sueño con sobresaltos, el mearse en la
cama, dolor presivo en los ojos, ardor y sudor en la planta de los piés,
dolor de cabeza vertiginoso y sensacion de vacío en la misma, exaltacion
de la sensibilidad y de la contractilidad, calambres, retraccion
momentánea de ciertos músculos, acortamiento de los dedos, hipo, mirada
esquiva, sudor frio; el curso de la afeccion es por accesos irregulares
de grupos de síntomas neuropáticos.

La mayor parte de los dolores se agravan por la presion; los vómitos se
alivian bebiendo; lo opuesto sucede con el _eléboro blanco_, del cual
por otra parte es análogo; los dolores viscerales se agravan con el
tacto y el movimiento. El _cobre_, en fin, es aun poco conocido por los
detalles de las circunstancias de este género capaces de influir en sus
efectos.

Su accion sobre la circulacion es consecutiva de la alteracion que
produce en la vida nutritiva por los nervios de la vida orgánica. El
_acetato de cobre_ es tambien digno de consideracion bajo este punto de
vista, y merece ser contado entre los medicamentos de accion especial en
el dérmis por las producciones sicósicas y las vegetaciones.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Entre las afecciones diatésicas con fiebre lenta que el _cobre_ puede
combatir con resultados, es la tísis pulmonal, si bien pertenece mas
especialmente al _carbonato_ ó _acetato de cobre_. Los síntomas que
indican con preferencia el _carbonato de cobre_ y que pertenecen
esencialmente á esta sal, son: tos seca, marasmo, pérdida de las
fuerzas, color amarillento, sudores nocturnos, estreñimiento y cólicos;
los siguientes indican mejor el _acetato_ y forman parte de su
sintomatología: marasmo, cara pálida y hundida, palpitaciones con
esputos sanguinolentos, respiracion difícil, contraccion dolorosa del
pecho, inquietud, agitacion continua, lengua húmeda, sed viva, pulso
pequeño. Estas dos sales cuentan entre sus efectos la ulceracion ó
reblandecimiento de las encías con un cordoncito de un rojo púrpura.

El _cobre_ no debe ser estraño al tratamiento de la tísis mesentérica,
de los catarros crónicos, de las leucorreas antiguas con grande
irritacion vulvaria, cuando la nutricion general está alterada, que se
desarrollan accidentes espasmódicos, y que el eretismo persiste en los
órganos de la vida de relacion, ó que se establece un flujo mucoso ó
purulento. El _cobre_ es quizás mas eficaz que la _plata_ en ciertas
cáries con discrasia mas bien venosa que linfática, sobre todo si hay
fiebre lenta, y si esta es remitente é irregular con abultamiento del
vientre, estreñimiento, ojos hundidos, pulso pequeño y concentrado. Hay
además, vómitos rebeldes, diarrea abundante que sucede al estreñimiento,
retraccion del vientre y timpanitis algunas veces, eructos, flujo de
aguas como gaseosas y sanguinolentas, calambres y presion dolorosa en el
estómago, ansiedad...., síntomas todos, que unidos al estado general,
indican el _cobre_ en ciertas afecciones crónicas del estómago y aun en
la induracion tambien crónica de algunas de sus partes.

El cólera asiático ha puesto en relieve este importante medicamento,
dándole un lugar necesario en el tratamiento y profilaxis de esta fatal
enfermedad. El doctor Schmit, médico de la duquesa de Toscana, fué el
primero que ideó las pequeñas láminas de _cobre_ aplicadas sobre la
piel, como preservativo del cólera; el doctor Burq inventó las cadenas
metálicas para el mismo objeto, segun las observaciones recogidas en los
obreros que trabajan en metales, y por lo tanto en el _cobre_, y que han
gozado de una inmunidad general en todas las epidemias del cólera.
Hahnemann fué el primero en aconsejar el _cobre_ con el _arsénico_ y el
_eléboro_, en la primera invasion colérica. Los resultados obtenidos por
esta medicacion á la cual se agregan algunos otros medicamentos, tales
como el _carbon vegetal_, la _ipecacuana_...., se han propagado por
todas partes, y el tratamiento está recomendado por una multitud de
prácticos instruidos. El _cobre_ se alterna con el _eléboro_ y el
_arsénico_ como profiláctico del cólera. Para el tratamiento curativo,
se le da en los calambres que siempre alivia y que tambien cura,
contribuyendo así á modificar las evacuaciones. Pero estas son mas
propias del _eléboro blanco_, lo cual esplica por qué se alternan estos
dos medicamentos á cortos intérvalos en el cólera confirmado.

Es racional el uso del _cobre_ en la diarrea aguda ó crónica por
irritabilidad intestinal, ó eretismo espasmódico, despues de un
enfriamiento algunas veces, haya ó no tenesmo, pero sí dolores cólicos
que abaten y aniquilan las fuerzas; que el vientre está retraido y se
observan tirones dolorosos en los miembros inferiores. El estreñimiento
propio del _cobre_ depende igualmente de la irritabilidad y se aproxima
al del _plomo_; y durante el mismo es cuando se presentan las
hemorróides dolorosas y sangrantes. En estos dos casos, las orinas son
escasas y producen escozor. Solo son abundantes en los estados
convulsivos, generales ó parciales; pero en cualquiera otra
circunstancia son turbias ó fétidas.

La utilidad del _cobre_, en particular del _acetato_, es innegable en la
supresion del sudor de los piés, así como en la de las reglas, si se
desenvuelven espasmos histéricos, diarreas violentas ó asma espasmódico:
la indicacion del _cobre_ es clara, si se trata de personas delgadas,
irritables, con estremecimientos musculares en el reposo, é inquietud
moral habitual. Estas personas reclamarán fácilmente el _cobre_ en
muchos casos de dolores reumáticos y aun osteócopos, que se manifiestan
frecuentemente por contracciones. En estos dolores la fibra muscular se
fatiga mas por el movimiento, el espasmo, el dolor, y la fibra muscular
espresa mas bien la sensacion como de contusion ó magullamiento. Las
convulsiones y los calambres musculares del _cobre_ tienen cierta
analogía con los efectos de la _ipecacuana_ y del _centeno cornezuelo_.
El _cobre_ y el _plomo_ afectan mas especialmente los músculos
estensores en las afecciones dolorosas reumáticas y paralíticas; así
como el _causticum_ y la _sal marina_ afectan, por el contrario, los
músculos flexores.

El _cobre_ no modifica la corea sino cuando es crónica ó muy incipiente
y parcial; los espasmos y las convulsiones no son continuas; el enfermo
tiene buenos momentos, si bien los músculos voluntarios están en una
escitacion continua.

Los espasmos histéricos y la eclampsia del _cobre_ se aproximan á las
convulsiones epileptiformes. Las vísceras del bajo vientre participan
del estado convulsivo; hay repugnancia, vómito, regurgitaciones
dolorosas ó diarrea, constriccion en la garganta, pero sin fenómenos
consecutivos. La _ignacia_, el _platino_ y la _valeriana_ tienen algunas
analogías con el _cobre_.

Este medicamento corresponde á la epilepsia puramente nerviosa,
esencial, con palpitaciones musculares, gritos repentinos al principio,
caida rápida, contorsiones, convulsiones que de las estremidades
convergen hácia el tronco. El _acetato de plomo_, tan poco conocido aun,
podria ser análogo; necesario es indicar, sin embargo, que el _plomo
metálico_ corresponde á las convulsiones epileptiformes que, partiendo
del tronco y de las vísceras, convergen hácia las estremidades; el
cerebro es el último que se afecta; verificándolo antes la periferia en
el _cobre_. El _carbonato de cal_ y la _belladona_ son útiles en un
tratamiento de este género, por distintos motivos que el _cobre_, y los
tres se completan mútuamente. El _zinc_ cubre mejor que ninguno otro los
gritos y prodromos de una epilepsia, por cuya razon puede estar indicado
y ser uno de los medicamentos en un tratamiento semejante. Es muy
importante tener en cuenta, particularmente en esta horrible enfermedad,
el estado moral, que en el _cobre_ es análogo al de la melancolía, deseo
de la soledad, la antropofobia, el aislamiento hasta la alucinacion y la
manía.

Es preciso pensar en el _cobre_, cuando á consecuencia de accesos
frecuentes de epilepsia, los enfermos conservan la vista huraña, los
ojos brillantes ó apagados, las facciones sombreadas, el aspecto
angustioso, grande desigualdad de carácter, laxitud, grande debilidad
muscular, movimientos y estremecimientos involuntarios, y grande
impresionabilidad de todos los órganos. El _acetato de cobre_ se ha
manifestado sobre todo útil á consecuencia de accidentes convulsivos en
algunas afecciones mentales caracterizadas por la tristeza, el miedo ó
susto y una exageracion hipocondríaca.

Indicarémos otra propiedad del _cobre_ que quizá algun dia recibirá una
legítima sancion, relativa á su estension á los espasmos viscerales, la
cual consiste en su eficacia contra las toses convulsivas en el segundo
período de la coqueluche. Su indicacion es justa y completa, si la tos
está desprovista de todo elemento flegmásico. En los accesos la cara y
los labios están azulados, los ojos equimosados, y cuando se presentan
por la noche, que es lo mas frecuente, producen vómitos por el dia, lo
cual no es privativo del _cobre_; el espasmo es prolongado, la
respiracion interrumpida, la rigidez del cuerpo tetánica; hay asimismo
calambres, y terminados los accesos, los enfermos tiemblan, vomitan,
están abatidos, aunque menos que en la _belladona_, cuya accion se
dirige al cerebro, y que corresponde además al elemento flegmásico. Lo
que parece diferenciar la _drosera_ del _cobre_, es que este no tiene el
frio de las estremidades, ni la epistaxis de aquella, y que la _drosera_
no tiene la suspension de la respiracion hasta el mismo grado, ni la
rigidez tetánica, y la apariencia de asfixia que caracteriza los casos
graves propios del _cobre_ y principalmente del _acetato de cobre_.

Varios prácticos han indicado el _cobre_ para el crup antes de la
formacion de las falsas membranas, y en el elemento convulsivo de esta
afeccion, caracterizado por la angustia, la respiracion convulsiva, la
ronquera pertinaz, la tos seca con sofocacion: estos síntomas del
_cobre_ pertenecen mas bien al último período del crup y á sus
consecuencias; y decimos del _cobre_, porque todavía se conoce muy poco
la accion de sus sales, y á las que tal vez en un porvenir mas ó menos
remoto se las dará mayor importancia en la coqueluche, en el catarro
sofocante, en la angina de pecho..... Mas el uso del _cobre_ en el asma
nervioso y espasmódico está justificado, tanto por los síntomas
patogenésicos como por hechos prácticos, pero con la circunstancia de
que la mayor parte de los accidentes asmáticos tienen su orígen en el
espasmo de los músculos voluntarios de la respiracion.

Quisiéramos, para terminar, poder establecer las indicaciones del
_cobre_ en las lesiones orgánicas y las afecciones cutáneas. Su eficacia
en estos casos no está suficientemente comprobada por los hechos.
Aceptando el hecho aislado de la accion del _acetato de cobre_ sobre el
dérmis para la produccion de vegetaciones sicósicas, se puede utilizar
esta sal en la sícosis rebelde, así como tambien en las afecciones
dartrosas, rebeldes, secas, con prurito y escamas, en ciertas cáries
indolentes, sin supuracion y estacionarias, y por último en úlceras
costrosas inveteradas.

=Dósis.=--Se usa al interior la primera, segunda ó tercera trituracion del
_cobre_ ó de sus sales á la dósis de 1 á 4 decígramos en veinticuatro
horas y por fracciones frecuentemente repetidas, en casos en que la
actividad de la reaccion ha sufrido graves ataques como en el cólera;
pero es mas comun y mas útil el uso de dósis mas débiles, de la sesta ó
duodécima atenuacion. Las neuralgias y las lesiones de la sensibilidad
requieren ó son suficientes las atenuaciones aun mas elevadas; las
afecciones locales y las lesiones orgánicas exigen á veces el uso de las
trituraciones, y además la aplicacion local del _acetato de cobre_ para
la cauterizacion de las aftas, de las úlceras, y en ciertas oftalmías
granulosas.



DIGITALIS PURPUREA (DIGITAL).


§ I.--Historia.

Esta planta es de la familia de las escrofularias, _Juss._--De la
didinamia angiospermia, _Linn._--La parte usada es la hoja del segundo
año antes de que florezca. Es un medicamento muy comunmente empleado,
del que se ha escrito mucho, que todas las escuelas han estudiado, y que
sin embargo está aun reducido al papel de sedativo de la accion del
corazon, y de diurético. Podemos decir, que sus efectos han sido mal
apreciados. No se juzgará exagerada esta asercion cuando se recuerde que
el profesor Bouillaud se ha admirado de que esperimentadores formales
hayan atribuido á la _digital_ las dos propiedades contrarias de
disminuir la circulacion y de acelerarla; ¡tan despreciada es aun la
esperimentacion sobre el hombre sano! ¡tan desconocida es la accion del
medicamento que se desenvuelve en el organismo desde la esfera nerviosa
hasta la sanguínea y nutritiva, accion que se manifiesta aguda ó
crónicamente, y que produce efectos especiales ó tóxicos! No volverémos
á ocuparnos de este asunto, pero aprovecharémos la ocasion, al tratar de
la _digital_, de indicar el grave error de la escuela italiana respecto
á los efectos opuestos en un mismo medicamento. Tommasini, uno de los
jefes de esta escuela, ha ido mas allá, preciso es hacerle justicia, que
la mayor parte de los autores de materia médica, puesto que conoció, en
los medicamentos que estudió, esta doble accion; una irritativa,
esténica, hiperestenizante, escitante, y otra atónica, asténica,
alterante é hipostenizante. Sin embargo, al clasificar cada medicamento
de una manera absoluta, ó entre los hiperestenizantes, ó entre los
hipostenizantes, partió del principio de considerar el primer período de
la accion medicinal, de su accion esténica, como un efecto local, como
una accion irritante determinada en un punto dado; aceptando y dando,
por el contrario, al otro período de la accion medicamentosa el carácter
de una estimulacion dinámica, de un efecto asténico general. Esta es la
teoría de la escuela italiana. Téngase entendido que no es objeto de
cuestion para nosotros la admision del efecto local mecánico de un
medicamento; la aceptamos como todo el mundo, pero no la seguimos en
nuestros estudios puramente médicos, porque nos atenemos á los efectos
dinámicos; estos son irritantes en su principio, y sedativos despues, á
medida que la accion se propaga á todos los sistemas orgánicos, es
decir, á medida que esta accion se prolonga, ó que es bastante eficaz
para completarse. De modo que esta escuela, al separar de la accion de
un medicamento una parte importante y necesaria de sus síntomas, limita
su esfera de accion, reduce el campo de la materia médica y de la
terapéutica, y se sujeta á una posologia capaz de producir lo mas pronto
posible los efectos hipostenizantes, únicos que se desean obtener.

Es, pues, evidente, que apreciada y conocida la accion del medicamento
en toda su estension, ofrece una esfera de actividad mucho mayor, grupos
diferentes de síntomas, que exigen, por consiguiente, una posologia
mucho mas estensa, y que abrace todas las dósis, puesto que debe
responder á todos los efectos del medicamento, efectos, que son
nerviosos, sanguíneos, ó que consisten en lesiones orgánicas; en lugar,
pues, de esta terapéutica grande, natural y eminentemente eficaz y útil,
la escuela italiana se limita á perturbar y á producir una sedacion que
es la opresion de la vitalidad, en lugar de calmar la actividad y
dirigirla en armonía con el antiguo precepto: _Quo natura vergit eò
ducendum_; para la escuela italiana la naturaleza no es la naturaleza
medicatriz de Hipócrates[65]: _Natura morborum medicatrix_. Si es á la
vitalidad á la que se dirige el medicamento para restablecer por su
mediacion, la armonía de las funciones y la integridad de los órganos,
esta vitalidad debe ser moderada, escitada, dirigida, en un sentido mas
ó menos especial, por la accion convenientemente aplicada del
medicamento.


§ II.--Efectos fisiológicos.

Ni puede ponerse en duda que la _digital_ aumenta la frecuencia del
pulso, ni tampoco puede considerarse este aumento como un efecto mas
frecuente que su diminucion, pues precisamente cuando mas acelerado es
el pulso, la debilidad se presenta mayor. Se observan habitualmente
palpitaciones tumultuosas sin causa apreciable. Las pulsaciones son
irregulares é intermitentes manifestándose una pulsacion fuerte y llena
despues de dos débiles. El _antimonio_ tiene una accion algo análoga
sobre el corazon, y además produce sudores, deposiciones frecuentes y
saburra gástrica; la _digital_ aumenta las orinas, desarrolla el
embarazo gástrico, y goza por otra parte de una electividad sobre el
corazon, que, como en el _antimonio_, se efectúa por mediacion de los
nervios ganglionares. En los dos medicamentos se nota una marcha
subaguda de los fenómenos flegmásicos y la sedacion cuando su accion se
ha completado. Estas analogías entre el _antimonio_ y la _digital_ se
estienden hasta el estado constitucional en el que con preferencia están
indicados, y que es el que se observa en los temperamentos venosos ó
linfáticos. Un incremento de actividad en los absorbentes disminuye la
tonicidad de estos vasos por el hecho de la estancacion y de la tension;
los materiales asimilables, convenientemente elaborados y animalizados
primero, pierden luego más y más esta cualidad, y conducen á una
debilitacion general y una diátesis venosa ó linfática. Esta disposicion
corresponde á la constitucion de los gastrónomos, y á las
constituciones, ya flojas ó flegmásicas, ya melancólicas.

Hay sugetos en los que la _digital_ disminuye siempre, por un efecto
inicial sedativo, los latidos del corazon, si bien esto depende tambien
de la dósis, y algunas veces de la idiosincrasia. La _digitalina_
produce mas frecuente y distintamente este efecto. Pero sea de esto lo
que quiera, la accion de la _digital_ sobre el corazon es directa; es
altamente asténica y armoniza perfectamente con la sedacion simultánea
que altera los riñones, cuya secrecion se aumenta, y los órganos
abdominales, afectados de una atonía real, precisamente cuando los
vómitos primeros parecian indicar cierta irritabilidad gástrica. Las
opresiones, las congestiones torácicas, el aflujo desordenado de sangre
al corazon y á la cabeza, indican mas bien una debilidad de la
inervacion del órgano central de la circulacion, una debilitacion de la
energía del corazon, en los momentos mismos, y mas especialmente cuando
las pulsaciones precipitadas de este órgano, las opresiones, los
calores, los ardores del pecho denotan la estancacion de sangre en el
pulmon; porque entre los efectos de la _digital_ no hay uno que esprese
la congestion activa, la flegmasía franca; antes por el contrario, todos
proclaman la pasibilidad ó la tendencia á este estado asténico.

En los casos de afecciones del corazon, de tísis, de hidropesías, de
escrófulas, referidas por Bayle[66], el pulso era frecuente, y la
digital pudo estar muy bien indicada, pues tambien ha curado ó aliviado
casos graves.

Estos resultados clínicos, apoyados por un gran número de autores, no
nos permiten aceptar las aserciones de Hahnemann que quiere que las
indicaciones de este medicamento solo se hallen en los casos en que haya
lentitud y debilidad del pulso, por la razon de que la diminucion de
este es un efecto primitivo de la _digital_ y su aceleracion otro
secundario. Con mas motivo se pudiera decir que las dósis fuertes deben
reservarse para los casos de pulso frecuente, y las muy débiles para los
en que hay diminucion, porque en estos últimos, la administracion de la
_digital_ está basada en la ley de la similitud, mientras que en los
primeros lo está en la de los contrarios.

Los fenómenos febriles son los siguientes: frio con sudor tambien frio,
irregularmente distribuido; frio de las estremidades, sudores nocturnos
precedidos frecuentemente de calosfríos y calor fugaz; la debilidad
muscular es notable, la orina abundante, el pulso pequeño, débil, lento
y por lo mismo irregular. En los casos mas agudos, hay siempre un fondo
de astenia, embarazo gástrico, lengua blanca y ancha, adipsia, orinas
mas abundantes, grande debilidad, vértigos, turgencia en la piel y
lentitud del pulso, diarrea algunas veces.

La debilidad nerviosa, el abatimiento inmenso, la estremada angustia, la
postracion y los desfallecimientos, demuestran que los efectos de la
_digital_ están bajo la dependencia del sistema nervioso ganglionar,
como ya lo hemos dicho. Las vísceras y los órganos que estos nervios
animan, abundan en síntomas que prueban su debilitacion, como por
ejemplo: éstasis sanguíneo en los capilares, atonía de los vasos
absorbentes, decadencia de los órganos de la vida animal, convulsiones,
desfallecimientos con sudor general, vértigos con temblor, sensacion de
ondulacion en el cerebro como si contuviese agua, congestion en la
cabeza, palidez de la cara, náuseas, vómitos, sensacion de debilidad,
como si la vida se retirase del epigastrio, timpanitis, diarrea,
deposiciones involuntarias, retencion de orina y flujo de la misma,
constriccion sofocante del pecho, congestion en el mismo, padecimientos
asmáticos, palpitaciones violentas y efervescencia de la sangre, frio y
adormecimiento de las estremidades.

Si la accion electiva de la _digital_ sobre el sistema nervioso
ganglionar se estiende al corazon por el plexo cardiaco, no es menos
real en los vasos absorbentes por la influencia de los mismos nervios en
sus terminaciones, en los riñones, en el estómago y el hígado por sus
respectivos plexos. Privados de tonicidad los vasos absorbentes, se
disminuye su funcion ó no absorben la serosidad, que trasuda de las
membranas serosas en las cavidades esplánicas y mallas del tejido
celular; por otra parte, esta exudacion que constituye el fenómeno de
exósmosis, se aumenta por la astenia general y se estiende
indistintamente á todos los vasos capilares, formándose así los derrames
serosos. La flojedad es manifiesta, la parte edematosa está generalmente
mas flácida que tirante y distendida, la piel mas bien fria que
caliente, y pálida mas que encendida, y la hidropesía es pasiva. La
agudeza de los fenómenos hidrópicos, la piel caliente, el pulso tirante,
la resistencia del edema, pueden ser una indicacion de la _scilla_. Pero
una astenia mayor, el temblor, la debilidad de los músculos voluntarios
y la decoloracion de las mucosas, requieren _mercurio_. La subagudeza
con eretismo exigiria el _azufre_; el _cólchico_, que tiene menos
afinidades con las membranas serosas, puede ser preferible á la
_digital_ cuando el derrame es subagudo y seroso. A pesar de las
diferencias existentes en las relaciones de la _digital_ con la astenia
de los vasos absorbentes, es preciso hacer constar que esta se dirige en
general á todos los vasos capilares, como lo prueban la cianosis de los
labios y de otras partes, la secrecion aumentada de las orinas, los
sudores escesivos, los sudores frios, la ictericia misma, los infartos y
las estancaciones linfáticas.

No obstante los síntomas graves que produce la _digital_, como solo se
opone indirectamente á la nutricion, apenas juega en las lesiones de
tejido, en las alteraciones orgánicas que indican siempre, ó una falta
de jugos nutritivos, ó su profunda alteracion, ó bien una aberracion del
tipo plástico. Todos los síntomas que al mismo se refieren, son:
punzadas quemantes con astenia general y frio, palidez de la piel,
neuralgias calambróides con debilidad nerviosa, ciertos dolores tirantes
en el dorso, en los miembros, en la rodilla, con calofríos, seguidos de
hinchazon pálida, de rigidez paralítica y de adormecimiento de los
dedos.


§ III.--Efectos terapéuticos.

=A.= _Afecciones del corazon y del sistema circulatorio._--Segun lo que
dejamos dicho, la _digital_ corresponde á las enfermedades del corazon
con pulso irregular intermitente, lento algunas veces, con contraccion
enérgica de los ventrículos. Se presenta tambien frecuente y pequeño,
manifestándose por ondulaciones irregulares, como si fuera á desaparecer
despues de tres ó cuatro pulsaciones. En los primeros momentos de una
afeccion del corazon manifestada con tales síntomas, hay menos
alteraciones generales y palpitaciones tumultuosas; estas se presentan
por accesos con opresion; el pulso, en fin, no se acelera ni con el
menor movimiento, ni por la mas ligera causa escitante. Estos fenómenos
solo se observan con el progreso de la enfermedad, y á medida que la
astenia del sistema circulatorio y de los absorbentes produce la palidez
y frialdad de la piel, la flacidez de los tejidos, la lividez de los
labios, el edema de las estremidades, hidropesías con laxitud de las
paredes, ó que la resistencia del edema, si este se presenta desde el
principio, cesa para dar lugar á la laxitud y á la flacidez.

La ascitis, el hidrotorax, la hidropericarditis...., que requieren la
_digital_, están siempre caracterizadas por la mayor parte de estos
síntomas. Hay además, en la hidropesía del pecho y del pericardio,
accesos de asma, opresion, movimientos congestivos, palpitaciones,
constricciones sofocantes.

El asma, por lesion orgánica del corazon, y los desórdenes de estas
lesiones están comprendidos en la esfera de accion de la _digital_,
cuando hay derrames pleuríticos y pericardiacos.

La _digital_ está indicada en las congestiones pulmonales y en las
hemoptisis, si existen las circunstancias espresadas por los grupos de
síntomas que enumeramos en el anterior párrafo. Sin embargo, tambien
puede estar indicada en los accidentes de este género y en las
metrorragias con ciertas condiciones de irritacion y de orgasmo, ínsitas
á una mala disposicion del corazon para provocar congestiones y
hemorragias, efecto del éstasis sanguíneo accidental, irritativo, y que
aun no es puramente asténico. Es necesario agregar que las grandes dósis
empleadas en estos casos, han sido mas eficaces que las débiles[67].

La accion que la _digital_ ejerce en el corazon y que se eleva hasta
abolir sus contracciones, por el intermedio de fenómenos cianíticos
parciales, ha conducido á algunos prácticos á emplearla en el cólera.
Pero ignoramos hasta donde llegará la poderosa eficacia de este agente
terapéutico sobre la circulacion en estas circunstancias. No negamos que
se puedan obtener buenos resultados, pero varios medicamentos han dado
ya sus pruebas en esta terrible enfermedad. (Véase _Arsénico_, _Carbon
vegetal_, _Eléboro_, _Centeno cornezuelo_, etc.).

Se ha usado con buenos resultados la _digital_ al principio de las
fiebres mucosas, cuando la lengua está sucia, con síntomas de embarazo
gástrico, adipsia y anorexia, pulso lento; tambien se ha usado en un
período mas avanzado, cuando la turgencia sanguínea ha dado lugar á una
debilitacion espresada por la lentitud del pulso sin alivio de los
síntomas gastro-mucosos. El pulso lento, pausado y pequeño, en la fiebre
gástrico-nerviosa; cuando las fuerzas vitales están como aniquiladas,
las orinas escasas y oscuras; que hay vértigos y desvanecimientos con
accesos de palpitaciones irregulares y tumultuosas, reclaman igualmente
á la _digital_. En estas diversas fiebres se debe dar gran valor á un
síntoma que es mas especial de la _digital_ que del _zumaque_, del
_arsénico_ y de la _quina_: este síntoma es el frio de la parte
izquierda del cuerpo.

La _digital_, con el _tártaro estibiado_, el _antimonio_ y _sénega_, es
el mejor medicamento que se puede emplear en las inflamaciones
exudativas, cuando las exudaciones son serosas, y los síntomas generales
asténicos y graves, y particularmente cuando la _brionia_ y el
_mercurio_ han sido ineficaces ó que no han estado indicados en el
período subagudo. Que estas inflamaciones tengan ó no alguna analogía ó
relacion con las fiebres mucosas que acabamos de señalar, es lo cierto
que unas y otras se convierten en indicantes de la _digital_, como se ve
por estos síntomas: grande decaimiento de la vitalidad, pulso lento,
débil y que se estingue gradualmente, diminucion de la calorificacion,
inapetencia, vómito, diarrea, ansiedad, sueño corto y agitado, orinas
abundantes, variables, descompuestas ó que se alteran fácilmente.

=B.= _Afecciones de los órganos secretorios y del sistema absorbente._--La
accion especial de la _digital_ no está limitada al plexo cardíaco, sino
que se estiende á otros puntos del sistema nervioso trisplánico, con el
mismo carácter de astenia nerviosa y debilitacion de la contractilidad
de los vasos absorbentes y de los capilares. Esta es la causa de
alterarse el hígado y de que la ictericia sea una consecuencia, cuando
es simple, sin lesiones orgánicas, sin fiebre, con deposiciones
arcillosas, orinas frecuentes y generalmente turbias, diminucion del
pulso, sensacion de frio local, sin sensibilidad al del esterior. La
ictericia de los niños está generalmente en este caso, y la acompañan la
caquexia y los vómitos. El _mercurio_ y la _manzanilla_ corresponden á
esta afeccion, cuando las deposiciones son poco amarillas, que no hay
alteracion particular del corazon, y que las orinas no sufren cambio
alguno notable.

Un fenómeno singular y bastante característico de la _digital_, es el
color azulado de las orinas, color que coincide siempre con la
decoloracion de las deposiciones. La orina azulada parece ir unida á una
afeccion dinámica del hígado, ó por lo menos de los órganos de la
digestion. Consignamos este síntoma sin pretender esplicarle. Por
estraordinaria ó por mas ligera ó pronunciada que sea esta coloracion
azul de las orinas, la hemos visto dos veces, y siempre en niños de seis
á once años, y dos veces la ha corregido la _digital_, disipando al
mismo tiempo las alteraciones hepáticas ó abdominales con fiebre.

La _digital_ constituye el tratamiento de las ascitis y de toda
hidropesía que reconozca por causa la dificultad en la vuelta de la
sangre hácia el corazon. Pero la influencia de la _digital_ en las
hidropesías procedentes de una lesion orgánica del corazon, es diferente
de la que ejerce en las enfermedades debidas á la flojedad, á la astenia
de los vasos absorbentes. Las dósis en general, deben ser muy atenuadas
en las hidropesías por causas dinámicas, y mucho mayores en las
producidas por causa mecánica, tal como el aneurisma del corazon.

Pero escluyendo esta, para solo ocuparnos de algunas particularidades de
las hidropesías esenciales, debemos manifestar, que la pasibilidad de
estas afecciones, aun cuando se compliquen con subirritaciones y con
tumefaccion dura, á causa del padecimiento de los tejidos y de una
prolongada distension de la fibra, exige algunas veces _árnica_ y
_eléboro negro_. En el hidrotorax se alterna la _digital_ con el
_azufre_. El hidrocele escrofuloso requiere con preferencia el
_mercurio_ y el _sílice_, si bien puede usarse despues la _digital_ y
tambien la _quina_. Las consecuencias de una apoplejía serosa requieren
la _cicuta mayor_, aunque tambien se adaptan á veces á la _digital_. Sus
indicaciones en el hidrocéfalo agudo son las del período de exudacion
con cólicos.

En todas las precedentes aplicaciones de la _digital_, se halla una
contraindicacion en la hidropesía y en la diátesis serosa propiamente
dicha. Este medicamento no estiende su influencia hasta modificar estas
especies de caquexias. Es impotente para remediar las lesiones de la
nutricion y de la plasticidad, y las de los tejidos. Las afecciones
orgánicas del corazon solo logran un efecto paliativo y la desaparicion
momentánea de las hidropesías que dependen de ellas. Entre las
contraindicaciones de la _digital_, no hemos titubeado en colocar las
flegmasías francas, y aun las subagudas. La oftalmía y la encefalitis
que se atribuyen á la _digital_ consisten: la primera, en alteraciones
nerviosas asténicas con irritacion herpética; la segunda, en
congestiones pasivas, ó en fluxiones sintomáticas, en personas
debilitadas. La amaurosis que se desarrolla lentamente con hemeralopia,
puede hallar un modificador ventajoso en la _digital_, la _quina_, el
_zinc_. Se usa la _digital_ con mejores resultados en las irritaciones
del borde libre de los párpados, en cuya afeccion es especial su accion,
del mismo modo que la del _mezereum_ y de la _sal marina_.

No queremos concluir sin mencionar la eficacia de la _digital_ en la
hemoptisis y la tísis, segun refieren varios autores. Para llegar á los
resultados apetecidos, es necesario aumentar las dósis de este
medicamento de un modo visible, pues poseemos otros varios mas
especiales y mas seguros contra la hemoptisis en todas sus variedades;
respecto á la tísis solo reconocemos en la _digital_ una accion
paliativa de muy escasa importancia.

=Dósis.=--Las dósis deben ser tanto mas débiles cuanto mas exacta sea la
indicacion y mas marcada la semejanza de sus síntomas. En este concepto,
la esperiencia demuestra con evidencia que el carácter de diminucion de
pulso exige dósis mas débiles, aunque se trate de un estado febril; es
preciso, pues, recurrir, segun las circunstancias, á dósis de 20 gotas
de la tintura al dia; otras veces, y es lo mas frecuente, de dos ó una
gota, ó tambien puede bastar una pequeña fraccion de la duodécima
atenuacion. En algunos casos de hidropesías, sobre todo de las partes
inferiores, se emplea la _digital_ al esterior en fomentos y en
fricciones; pero es mejor en estos casos usar el cocimiento con 30
gramos de hojas por litro ó litro y medio de agua[68].



DULCAMARA. (DULCAMARA).


§ I.--Historia.

La _dulcamara_ es de la familia de las solanáceas, _Juss._--Pentandria
monoginia, _Linn._--Los hechos referidos por los autores antiguos han
servido en gran parte á Hahnemann para formar la patogenesia de la
_dulcamara_[69]. Varios de sus síntomas merecen poca confianza, porque
son debidos á medicamentos compuestos: indicarémos particularmente los
atribuidos á Althof, como resultado de una mezcla de _dulcamara_ y
_antimonio_.

Boerhaave contribuyó mucho á popularizar la _dulcamara_: este médico,
Linneo, de Hahen, Sauvages, de Razoux, etc..., la han recomendado para
varias enfermedades flegmásicas, neurálgicas, dartrosas. A juzgar por lo
que han dicho muchos autores, la eficacia de la _dulcamara_, en un gran
número de afecciones herpéticas, es un hecho generalmente admitido. Mr.
Trousseau la coloca en la clase de los medicamentos narcóticos.


§ II.--Efectos fisiológicos.

La piel y las membranas mucosas son el sitio preferido de la accion de
la _dulcamara_. La relacion de estas dos vastas superficies, cutánea y
mucosa, es muy evidente en los efectos de este medicamento; y esto solo
bastaria para demostrar su eficacia en una multitud de afecciones
cutáneas y mucosas, si su accion, por otra parte, no fuera bien
ostensible en el sistema sanguíneo, al cual altera por un efecto
reactivo, por un movimiento fluxionario, que parte de la piel, que es
siempre en este caso la _pars mandans_ de la alteracion circulatoria y
de otros desórdenes internos.

El carácter principal de sus efectos piréticos es el de empezar por una
impresion de frio en la piel, un calofrío prolongado, un enfriamiento
que altera las funciones cutáneas; sobreviene despues un calor seco que
llega hasta la acritud, que produce picazon, rubicundez, fluxion con
eretismo; sudor abundante y general que conduce á una relajacion ó
flojedad completa.

Tal es la influencia de la _dulcamara_ sobre el corazon. La que ejerce
en las mucosas bronquiales, intestinales.... es de la misma naturaleza:
frio en la piel, enfriamiento de esta superficie, despues bronquitis,
diarrea, catarro vesical. Su influencia en el sistema nervioso sigue la
misma marcha y tiene el mismo carácter, pues por la accion que ejerce en
la piel se propaga á los nervios de la cara y de otros puntos, y
desarrolla neuralgias, accidentes reumáticos, inflamaciones artríticas,
segun las disposiciones de la persona y la diátesis de que adolezca. En
general, la fluxion que se concentra en una parte dada del sistema
cutáneo, desarrolla en ella una tumefaccion flegmásica que se resuelve
siempre por diaforesis, salivacion...., y la que se fija en el sistema
linfático y sus gánglios, produce adenitis é infartos; así como la
fluxion mucosa de los bronquios y de los intestinos determina una
bronquitis, una colitis con hipersecrecion.

Segun lo espuesto, la _dulcamara_ es un escelente medio para combatir la
afeccion herpética que por repercusion se fije en las mucosas. La
esperiencia ha probado y la práctica de médicos antiguos ha autorizado
hasta cierto punto esta interpretacion de la accion de la _dulcamara_,
porque se adapta muy bien á estas metástasis, con tal que sean
recientes, ó que la repercusion de la afeccion dartrosa á un punto de la
membrana mucosa, siquiera no tenga el mismo carácter, conserve, no
obstante, relaciones con la piel, por pruritos, rubicundeces y granos
que aparezcan de cuando en cuando, y que desenvuelva fenómenos de
irritacion y de fluxion en la mucosa donde se fija.

De esto se deduce: 1.º que este medicamento será mas útil en las
personas jóvenes de piel fina, mas permeable, cuya constitucion es
linfática y predispuesta á acatarrarse; 2.º que desarrolla mas
francamente su accion en los tiempos frios y húmedos, en los que la
temperatura y el estado hidrométrico facilitan la reaccion de la piel
sobre las mucosas; 3.º que estos fenómenos, en fin, se agravan por la
tarde, con el reposo y el calor de la cama, en lo relativo sobre todo, á
la fiebre y síntomas flegmásicos y congestivos, y que se alivian por el
movimiento.

En las circunstancias de cronicidad ó en los casos agudos cuya etiologia
se ignora, las indicaciones de la _dulcamara_ no resultan de la relacion
apreciable entre la superficie esterna é interna, sino de la
constitucion del enfermo, de sus antecedentes, del carácter de las
afecciones mucosas que padece habitualmente, de su estado herpético en
la estacion de otoño mas comunmente.

La _dulcamara_, por último, corresponde aun á cierto número de síntomas
bastante constantes y característicos, tales como: piel fria, caliente y
aun ardorosa despues, que se pone árida y seca, ó se cubre de sudor, con
un orgasmo á veces mas ó menos general; prurito, rubicundez, erupciones
herpéticas, salivacion, ronquera, bronquitis, opresion, tos convulsiva,
hemoptisis, náuseas, vómitos, dolores cólicos, diarrea, retencion de
orina; orinas abundantes, involuntarias, escasas, difíciles de evacuar,
turbias; escozor y sequedad en la garganta, otalgia, vértigos,
oscurecimiento de la vista, fluxion en el ojo, en la mejilla;
hipersecrecion de las mucosas, infarto de las glándulas, pesadez de
cabeza, congestion en la misma, delirio, epistaxis, dolores con
sensacion de frio por el cuerpo, convulsiones en los labios, en los
párpados; cardialgia, enteralgia, laxitud, ardor quemante aquí y allí,
temblores, debilidad paralítica; parálisis de la lengua, de la cara;
sudores frios.


§ III.--Efectos terapéuticos.

Enumerarémos las aplicaciones prácticas evitando ámplios detalles, pero
sin que esta concision disminuya en nada su utilidad práctica. Las
fiebres propias de la _dulcamara_ son catarrales y reumáticas, es decir,
producidas por un enfriamiento. Estas fiebres son las únicas que
corresponden á este medicamento, tanto en sus períodos inicial y de
agudeza, como en los de descenso y cronicidad. La supresion del sudor
por enfriamiento es su carácter distintivo; en la _manzanilla_ es
producida por escitacion nerviosa y por emocion moral; en la
_pulsatila_, por la aparicion de otro flujo, por metástasis; en la
_quina_, por congestion cerebral ó por debilidad profunda, etc..... La
_dulcamara_ corrige el desórden patológico, reproduciendo el sudor,
restableciendo las funciones de la piel. La indicacion de la _dulcamara_
es la misma, ya que el sudor está completamente suprimido, ó ya que solo
esté disminuido, alterado y de mal olor, ó que la accion del aire frio y
húmedo haya agravado ó determinado una fiebre eruptiva, la urticaria
misma, con ó sin fiebre, y síntomas mucosos ó catarrales.

El _acónito_ puede estar indicado para llenar las primeras indicaciones
que correspondan á la _dulcamara_; pero esta es preferible si el
enfriamiento ha producido cólicos, salivacion, tos convulsiva, retencion
de orina; ó bien, si en el período de decrecimiento y de flojedad se
presentan flujos mucosos aun de carácter crónico como son: diarrea,
salivacion, tos con espectoracion abundante, asma húmedo, y otros
accidentes, cuya curacion exige que se escite la accion recíproca de la
piel y de las mucosas. Las tísis mucosas pueden en estas circunstancias
curarse con _dulcamara_; sus síntomas son: la ronquera, la tos mucosa y
aun hemotóica, dolores lancinantes en el pecho, opresion, sequedad de la
piel, agravacion vespertina, pulso tirante, sudor nocturno. La
coqueluche es tambien del recurso de la _dulcamara_, cuando la causa es
el enfriamiento, ó que por lo menos la agrava y sostiene; en este caso
facilita mucho la accion de la _drosera_.

En las afecciones reumáticas y neurálgicas propias de _dulcamara_, es
preciso tener en cuenta la electividad de este medicamento sobre la
piel, punto de partida de la afeccion, y no á una pretendida accion
particular en la fibra de los músculos afectados. Además de su carácter
etiológico, los dolores de la _dulcamara_, como los de _rhododendrum_,
son lancinantes y dislacerantes; se agravan por la noche y se unen á una
sensacion de frio, ya interior, ya en diversos puntos del sistema
cutáneo, acompañados muchas veces de grande cansancio.

Los dolores, así como las afecciones mucosas, se presentan y se
desenvuelven despues de un enfriamiento y de la supresion de un herpe,
de una erupcion efémera, producida por aquel. Segun la accion ya
conocida de la _dulcamara_, se comprende que puede ser eficaz en las
gastralgias y gastrodinias recientes, cuando el _acónito_ y la
_coloquíntida_ han sido ineficaces, y que cura generalmente los dolores,
aunque sean crónicos, produciendo sudores críticos. La gota misma puede
aliviarse con este remedio, cuando en sus accesos hay eretismo,
agitacion moral, sequedad y calor acre en la piel. En fin, las
afecciones neurálgicas y reumáticas, que la humedad ha transformado ó
repercutido, y á consecuencia de las cuales se declaran parálisis
parciales, se han curado mas de una vez con la _dulcamara_ alternada con
el _azufre_.

Los infartos escrofulosos se modifican tambien ventajosamente con la
_dulcamara_ en los jóvenes y en las constituciones de piel fina. Esto no
obstante, aun aquí es preciso que una repercusion del sudor, que un
enfriamiento hayan ocasionado la adenitis, el infarto linfático, la
flegmasía, la fluxion escrofulosa en las glándulas, los ojos, el
oido.... La agudeza de la inflamacion escluye desde luego la _dulcamara_
y hace preferible la _belladona_ y el _mercurio_ alternados, y el
_zumaque_. Para los infartos escrofulosos crónicos posee el arte
medicamentos superiores á _dulcamara_ en actividad y eficacia, como son:
el _azufre_, la _barita_, el _carbonato de cal_, el _sílice_, la
_belladona_, el _mercurio_, el _sulfuro de cal_; pero la _dulcamara_ se
les asocia con ventaja y aun es superior á los colocados en segunda
línea como antiescrofulosos, tales son: el _ácido azótico_, el
_licopodio_, la _sepia_, la _sal marina_, etc.

Admitido un prévio enfriamiento, la _dulcamara_ es el primer medicamento
que se debe emplear en el endurecimiento del tejido celular en los
recien nacidos; sus síntomas patogenésicos le indican tambien en los
casos de hinchazon edematosa, agitacion, gritos, dolores, diarrea. El
escleroma tiene generalmente una marcha rápida; se ha recomendado la
_quina_ en casos de anemia y debilidad, y el _mercurio_ despues. El
_arsénico_ es para los casos mas graves.

Volvamos al punto de partida de la accion de la _dulcamara_, y
registremos las enfermedades de la piel en que conviene. Son
primeramente la mayor parte de las erupciones de los jóvenes complicadas
con infartos glandulares é inflamaciones linfáticas. Su accion debe
preceder á la del _mercurio_ en las afecciones de naturaleza escrofulosa
y herpética, aun en los adultos; la _dulcamara_ está indicada en las
cinco formas principales de las afecciones cutáneas: manchas, pápulas,
pústulas, costras, úlceras; así como tambien en las manchas mas ó menos
prominentes, escarlatinosas, petequiales, efélides; pequeños granos
llenos, como los del sarampion, de la miliar, de la porcelana (ó escara,
pequeños tubérculos, el _Trad._); afecciones pruriginosas; el impétigo,
la urticaria, los dartros con el elemento vesiculoso, con costras, tiña,
costra láctea, y aun la serpiginosa y seca, á pesar del carácter general
exudante y húmedo de las lesiones cutáneas en que está indicada la
_dulcamara_; úlceras escrofulosas, psóricas, mas ó menos inveteradas,
indolentes y corrosivas, erupciones de sarna degenerada y algunas
sifílides rebeldes.

Necesario es manifestar que en todas estas diversas formas patológicas
cutáneas, la indicacion de la _dulcamara_ procede siempre de un cambio
anterior de las afecciones herpéticas de las membranas mucosas, á la
piel, de esta al periostio, á las glándulas, á las membranas mucosas y
serosas, aun cuando en este último caso, se presente edema, hidropesías
serosas, anasarca. Así, pues, la sarna degenerada que reaparece en la
piel en estaciones dadas, y en formas indeterminadas, para volver á
fijarse en las mucosas por todo el resto del año; los restos sifilíticos
y aun las sifílides situadas en la piel y principio de las mucosas que
constituye una de las últimas trasformaciones; las afecciones herpéticas
sucediendo á la diarrea, al asma, al catarro; y estos, sucediendo á su
vez al herpes; todas estas trasformaciones y metástasis pueden ofrecer
indicaciones suficientes para la eleccion de la _dulcamara_. Pero la
rebeldía bien conocida de estas dolencias exige tambien otros
medicamentos, tales como, el _guayaco_, la _clematis_, el _mezereum_, el
_azufre_, la _zarzaparrilla_, el _zinc_, el _grafito_...., por ser los
mas análogos de la _dulcamara_ en su accion sobre la piel.

Las verrugas son, además, uno de los síntomas de la _dulcamara_; son
lisas, muchas veces como trasparentes, crecen rápidamente, se presentan
muchas á la vez, como si fueran erupciones que aparecieran
sucesivamente. Su sitio preferente es la cara y las manos; y en su
tratamiento, la accion de la _dulcamara_, es muchas veces preparada ó
completada por la del _azufre_, _licopodio_, _carbonato de cal_. Algunas
erupciones de forúnculos, ó su aparicion sucesiva, sobre todo en los
reumatismos, reclaman ordinariamente el uso de la _dulcamara_. Los
dartros que corresponden á este medicamento, se sitúan con preferencia,
como las verrugas, en la cara, las manos, parte interna de los muslos,
la anterior del pecho, las articulaciones de los miembros, es decir, en
los puntos en que la piel es mas fina, como asimismo en los labios y
grandes labios. Quizá esta particularidad esplica uno de los
principales caractéres de las afecciones herpéticas de la _dulcamara_,
que es una secrecion mas abundante y por la que se las denomina húmedas.
Es de observacion que las erupciones secas y liquenoides, las
eflorescencias furfuráceas y la pitiriasis, no están en relacion con
este medicamento.

=Dósis.=--Se usan las mismas dósis y forma de administracion que en el
_acónito_, la _thuya_ y la mayor parte de los medicamentos vegetales.



EUPHRASIA OFFICINALIS (EUFRASIA).


§ I.--Historia.

Familia de las pedicularias, _Juss._;--didinamia angiospermia,
_Linn._--Esta graciosa y pequeña planta, conocida ya en la antigüedad,
tiene propiedades bastante limitadas, lo cual justifica quizá el olvido
en que cayó; pero estas propiedades son con frecuencia tan útiles y tan
patentes, segun las recientes esperimentaciones, que hemos creido
conveniente dar á este medicamento un lugar en esta obra.


§ II.--Efectos fisiológicos y terapéuticos.

El conjunto de síntomas de la _eufrasia_ espresa un estado catarral.
Limitémonos, pues, á indicar los que tienen un carácter mas marcado:
exacerbacion de los síntomas por la tarde, dolores erráticos, bostezos,
ensueños fatigosos, sueño agitado, somnolencia por el dia, calofríos,
frio, sudores nocturnos. Este medicamento, en fin, obra poco sobre el
sistema sanguíneo, y corresponde mas bien á afecciones catarrales
infebriles, ó con fiebre vespertina. Es el medicamento del principio,
aun en el sarampion, en cuya afeccion está indicado por sus síntomas de
bronquitis, de oftalmía y de coriza.

Repetiriamos lo que todos saben si refiriéramos los síntomas de este
medicamento, análogos á los de la afeccion catarral, desde la pesadez de
cabeza hasta la emision frecuente de orina clara, y desde la tos seca
hasta la pesadez y picazon de las estremidades.

Hé aquí en resúmen los síntomas referentes á estos efectos:

1.º En la oftalmía por causa catarral; afeccion de la conjuntiva que
está inyectada, lagrimeo abundante y coriza fluente simultánea; hay
secrecion mucosa y aun sanguinolenta en el ojo, hasta úlceras en la
córnea, nubecillas que ceden con _eufrasia_ cuando son recientes, usada
al interior y aplicada como tópico.

2.º En el coriza que siempre está acompañado de oftalmía ó de otitis, ó
de un estado catarral general: este estado es húmedo en su principio,
con secrecion mucosa abundante, pesadez de la cabeza y lágrimas
corrosivas; la _eufrasia_ corresponde tambien al romadizo, á la
epistaxis, á la escoriacion de las narices.

3.º En la bronquitis, que, entre otros síntomas catarrales, tiene la
tos, al principio seca y convulsiva solo por la noche llegando hasta
cortar casi la respiracion, y despues húmeda y seguida de la espulsion
de mucosidades abundantes.

Hé aquí, por último, algunos caractéres que diferencian la accion de la
_eufrasia_ de los varios medicamentos análogos, en las afecciones
catarrales. En la _drosera_ el frio afecta generalmente á las
estremidades, y empieza por calofríos; hay sensacion de quebrantamiento
de los miembros, irritacion de la laringe con sequedad y arañamiento que
escita la tos; despues, la superficie del cuerpo está fria y se
presenta epistaxis. En el _mezereum_, la fiebre es mas viva, hay mas
constantemente alternativas de frio y de calor, y este sucede á los
calofríos y dura mas que ellos. La _eufrasia_ estiende su irritacion mas
allá de la laringe, sin fiebre ó antes que esta se declare; las mucosas
de los ojos y de la nariz se alteran y se siente en ellas escozor,
lagrimeo, estornudo. Difiere del _mercurio_, en que en la _eufrasia_ el
calor es mas vivo y con sensacion de plenitud en la cabeza, y porque
además tiene esta entre sus síntomas, el mal humor, la irritabilidad, la
alternativa de calofrío y de calor, y el quebrantamiento y
endolorimiento de las partes musculares.

La _eufrasia_ no es estraña á los dolores reumáticos; son pasivos,
calambroides, seguidos de adormecimiento, de tension, de pesadez
paralítica. Dolores lancinantes recorren el cuerpo que espresa una
sensacion de frio.

Es probable que un estudio mas completo de la _eufrasia_ haga mas
estensa su esfera de accion y dirija al práctico en la aplicacion de
algunos de sus efectos sobre la conjuntiva, la uretra, la membrana
pituitaria, y le demuestre que posee propiedades indicadas ya por
algunos esperimentadores, en las escrescencias poliposas ó ficiformes de
las superficies mucosas, afecciones en las que ya se ha usado con éxito.

=Dósis.=--Se da una ó dos gotas de la tintura ó de una de las primeras
atenuaciones, por dósis repetidas en veinticuatro horas. Cuando se use
en las escrescencias sicósicas y poliposas, se la administra como la
_thuya_, al interior y al esterior. Para el esterior, se toca las
escrescencias con una mezcla de una parte de tintura y dos de agua
comun.

FIN DEL TOMO PRIMERO.

       *       *       *       *       *

NOTAS:

[1] _Fragmenta de viribus medicamentorum positivis._ Leipsik, 1805.

[2] _Traité de Matière médicale, ou de l'action pure des medicaments_;
traducida del aleman. Paris, 1834, 3 vol. en 8º.

[3] Véase Gabalda. _De l'enseignement de la thérapeutique á l'ecole de
Paris._ 1858.

[4] _Traité philosophique et experimental de la matière médicale._
Paris, 1839. Véase tambien en la _Bibliothèque du médecin praticien_
publicada por el doctor Fabre, el tomo XIV, _Traité de matière médicale
et de thérapeutique_, por Rogneta, Paris, 1850.

[5] _Doctrine de l'école de Rio de Janeiro et pathogenesiæ Brasiliense._
Paris, 1840, en 12.º

[6] _Systématisation de la matière médicale._ Paris, 1853, 1 vol. en 8.º

[7] Véanse mis _Etudes elementaires d'homœopathie_. Paris, 1856.

[8] 17 de abril de 1860.

[9] _Abeille médicale_, 26 de marzo de 1860.

[10] _Gazette médicale de Lyon_, 16 de abril de 1860.

[11] Rapou; _Histoire de l'homœopathie_. Paris, 1847, t. I.

[12] _Nouvelle pharmacopée homœopathique, ou histoire naturelle et
preparation des medicaments_. Tercera edicion. Paris, 1860, en 12.º

[13] _Bulletin de l'Académie_, 1859-1860, t. XXV.

[14] _Leçons sur les propriétés physiologiques et les altérations
pathologiques des différents liquides de l'organisme_. Paris, 1859, 2
vol. en 8.º

[15] _Clinique médicale homœopathique de Staoueli_. Paris, 1856, en
8.º

[16] _Traité de thérapeutique et de matière médicale_. Paris, 1858.

[17] Paulet; _Traité de Champignons_. Paris, 1792, t. II, p. 346.

[18] _Apparatus medicaminum tam simplicium quam præparatorum._ Gotingæ,
1796.

[19] _Traité de thérapeutique et de matière médicale._ Paris, 1858.

[20] _Systématisation pratique de la matière médicale homœopatique._
Paris, 1888, p. 348.

[21] Estos acuerdos y decretos están referidos en las _Cartas de Guy
Patin_, nueva edicion, por Reveille-Parise. Paris, 1846, t. I, p. 191, y
t. III, p. 609.

[22] _Journal der practischen Heilkunde de Hufeland._ Berlin, 1827.

[23] _Traité de thérapeutique._

[24] _Traité élémentaire de matière médicale._ Paris, 1829. 2 vol. en
8.º

[25] _Ephémérides des curieux de la nature_, diciembre, 1678.

[26] _Dictionnaire universel de matière médicale et de thérapeutique
générale._

[27] _Traité de thérapeutique et de matière médicale._ Paris, 1858.

[28] Véase la memoria del doctor Vernois, _Sur les accidents produits
par les verts arsenicaux_. (_Annales de hygiène publique_, 1859, 2.ª
série, t. XII, páginas 319 á 346).

[29] _Traité des fiévres intermittentes, remittentes et continues._
Paris, 1842, en 8.º--_Traité de géographie et de statistique médicale._
Paris, 1857, t. II, p. 530 y sig.

[30] J. P. Teissier; _L'Art médical._ Paris, 1858.

[31] _Traité des maladies vermineuses._ Paris, 1804, pág. 245.

[32] Duhamel; _Considérations pratiques sur les maladies scrofuleuses et
leur traitement par les préparations d'or_. Paris, 1839, en
8.º--Legrand; _De l'or dans le traitement des maladies scrofuleuses des
os_. Paris, 1851.

[33] Legrand; _De l'or, de son emploi dans le traitement de la syphilis
récente el invétérée_, 2.ª edicion. Paris, 1832, en 8.º

[34] _Traité élémentaire de matière médicale._ Paris, 1829.

[35] Bayle, _Bibliothèque de thérapeutique_. Paris, 1830, t. II, p. 331
y siguientes.

[36] _Des vertus thérapeutiques de la belladone._ Paris, 1852.

[37] _Dictionaire universel de matière médicale et de therapéutique_,
articulo _Belladona_.

[38] _La belladone preservatif de la scarlatine_ (Hahnemann, _Etudes de
médecine homœopathique_. Paris, 1855, t. I, p. 598.)

[39] _Traité de matière médicale et de thérapeutique._ Paris, 1858.

[40] _De l'action du brome et de ses combinaisons sur l'economie
animale._ Paris, 1828, en 4.º

[41] _De l'eficacité du brome dans le traitement des affections
pseudo-membraneuses._ Paris, 1856, en 4.º

[42] _De la efficacité du brome dans le traitement des affections
pseudo-membraneuses._

[43] _Traité élémentaire de matière médicale._ Paris, 1829.

[44] _Traité matière médicale et de thérapeutique générale._ Paris,
1858.

[45] _Histoire naturelle_, trad. por Littré. Paris, 1848-1850.

[46] _De materia médica._ Lipsiæ, 1829, 2 vol.

[47] _Systématisation pratique de la matière médicale homœopathique._
Paris, 1853.

[48] _Therapéutique homœopathique des maladies aigues et des maladies
chroniques._ Paris, 1847-1849, 2 vol. en 8.º

[49] _Matière médicale._ Paris, 1851.--Beauvais: _Effects
pathogenetiques et toxiques de plusieurs medicaments_. Paris, 1845, en
8.º

[50] _Cours élémentaire de matière médicale._ Paris, 1817, 2 vol. en 8.º

[51] _Traité des maladies des reins._

[52] _Sur l'emploi du causticum contre la dispepsie nerveuse._

[53] _Manuel de thérapeuthique homœpathique pour servir de guide au
lit des malades et à l'étude de la matière médicale._ Paris, 1846, en
12.º

[54] _Systématisation pratique de la matière médicale homœopathique._
Paris, 1853, en 8.º

[55] _Bibliothèque homœopathique de Genève_, t. II, p. 507.

[56] Véase Merat y Delens; _Dictionnaire universel de matière médicale
et de thérapeutique générale_. Paris, 1829, t. I, p. 814; t. IV, p. 264.

[57] Weddell es el viajero naturalista que mejor ha estudiado y dado á
conocer las diversas especies de quinas en los mismos puntos donde se
producen. Remitimos á los lectores á su obra titulada: _Histoire
naturelle des Quinquinas_. Paris, 1849, en folio con láminas.

[58] Véase Moutard-Martin; _De la valeur du sulfate de cinchonine_.
(_Memoires de l'Académie de médecine_, t. XXIV).

[59] _Du sulfate de quinine dans l'angine couenneuse et le croup_
(_L'art médical, Journal de médecine générale._ Paris, 1859, t. IX, p.
161 y siguientes).

[60] _Clinique médicale homœopatique de Staoueli._ Paris, 1851, en
8.º

[61] El doctor Boudin se ha ocupado mucho de esta cuestion,
consultándose al efecto el _Traité des fièvres intermittentes,
remittentes et continues des pays chauds et des contrées
marècageusses_.--Paris, 1842, en 8.º--_Etudes de géographie médicale,
notamment sur la question de l'antagonisme patologique_. Paris, 1846, en
8º; y sobre todo su _Traité de géographie et de statistique médicales,
et des maladies endémiques_. Paris, 1857, t. II, p. 729.

[62] _Note sur la phthisie pulmonaire en Algérie._ Paris, 1856, en 8.º

[63] Véase á Hahnemann, _Etudes de médecine homœopathique_. Paris,
1833, el capítulo: _Des effects du café_.

[64] Véase Mérat y Delens, _Dictionnaire universel de matière médicale
et de thérapeutique générale_, t. II, p. 487.

[65] Hippocrate, _[OE]uvres complètes_, trad. par E. Littré.

[66] _Bibliothèque de thérapeutique_, t. III, p. 5 y siguientes.

[67] Véase Bouillaud; _Rapport à l'Académie de médecine_ (_Bulletin de
l'Académie de médecine_, 1850, t. XV, p. 332).

[68] La preparacion y las fórmulas del extracto de _digital_, con el
nombre de digitalina, propuestas por los señores Quevenne y Homolle,
tienen la recomendacion de la Academia de medicina, y el estar aprobadas
y publicadas por el gobierno. (_Bulletin de l'Académie de Médecine_,
1854, tomo XX, p. 150 y 334).

[69] _Doctrine et traitement des maladies croniques._ Paris, 1846, t.
II, p. 198 y siguientes.

       *       *       *       *       *


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Y CLASIFICACION DE SUS INVESTIGACIONES

SOBRE LAS

PROPIEDADES CARACTERÍSTICAS DE LOS MEDICAMENTOS

POR LUD. DE PARSEVAL

Doctor en Medicina de la Facultad de Paris

Traducidas al castellano

POR D. JOSE PEREZ VALLS

Licenciado en medicina, condecorado con la cruz de mérito
y distincion de Epidemias, etc.

Madrid, 1862. Un tomo en 12.º Precio: 22 rs. en Madrid y 24 en
provincias, franco de porte.

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Madrid: 1862.--Imp. de Bailly-Bailliere.


LIBRERÍA DE C. BAILLY-BAILLIERE

_Plaza del Príncipe D. Alfonso (antes de Santa Ana), núm. 16,_


NUEVO TRATADO ELEMENTAL

DE

ANATOMÍA DESCRIPTIVA

Y DE PREPARACIONES ANATÓMICAS

POR EL DR. A. JAMAIN

[Illustration]

Seguido de un Compendio de embriologia, por A. VERNEUIL, catedrático
agregado á la facultad de Medicina de Paris, etc.; acompañado de unas
200 figuras intercaladas en el testo; traducido al español de la última
edicion francesa por el Dr. D. Francisco Santana, primer
ayudante-disector de la facultad de Medicina de la Universidad central,
etc. Madrid, 1862. Un magnífico tomo en 4.º, con 200 grabados
intercalados en el testo, 60 rs. en Madrid y 70 en provincias, franco de
porte.

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MANUAL POPULAR

DE

GIMNASIA DE SALA

MÉDICA É HIGIÉNICA

[Illustration: 35]

[Illustration: 36]

Ó representacion y descripcion de los movimientos gimnásticos, que, no
exigiendo ningun aparato para su ejecucion, pueden practicarse en todas
partes y por toda clase de personas de uno y otro sexo; seguido de sus
aplicaciones á diversas enfermedades, por D. G. M. SCHREBER; vertido del
aleman por H. VAN-OORDT: y traducido al castellano, y considerablemente
aumentado, por D. E. S. O. _Tercera edicion_. Madrid, 1862. Un tomo en
12.º, con 45 figuras intercaladas en el testo, 10 rs. en Madrid y 12 en
provincias, franco de porte.

Madrid: 1862.--Imp. de D. C. Bailly-Bailliere.

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LIBRERÍA DE CÁRLOS BAILLY-BAILLIERE.

SIMON (HIJO). Tratado de las enfermedades venéreas y su tratamiento
homeopático; traducido del francés al castellano, con autorizacion del
autor, por un Doctor en medicina y cirugia. Madrid, 1861. Un tomo en
8.º, 26 rs. en Madrid y 30 en provincias, franco de porte.

HIRSCHEL. Guia del Médico homeópata á la cabecera del enfermo y
Repertorio de terapéutica homeopática. Traducida del aleman al francés
por el Dr. Leon Simon, hijo, y de este al español, por D. Silverio
Rodriguez Lopez. Madrid, 1859. Un tomo en 12.º, 16 rs. en Madrid y 18 en
provincias, franco de porte.

JAHR. Del tratamiento homeopático de las Enfermedades de las mujeres;
traducido del francés por D. Silverio Rodriguez Lopez, médico homeópata.
Madrid, 1862. Un tomo en 8.º, 24 rs. en Madrid y 28 en prov., franco de
porte.

JAHR. Nuevo manual de Medicina homeopática. _Primera parte_: Manual de
materia médica, ó Resúmen de los principales efectos de los medicamentos
homeopáticos, con indicacion de las observaciones clínicas. _Segunda
parte_: Repertorio terapéutico y sintomatológico, ó tablas alfabéticas
de los principales síntomas de los medicamentos homeopáticos con avisos
clínicos; traducido del francés al castellano de la última edicion, por
D. Silverio Rodriguez Lopez, médico homeópata. _Segunda edicion
española_. Madrid, 1858, 4 tomos en 8.º, 80 rs. en Madrid y 96 en
provincias, franco de porte.

JAHR Y CATELLAN. Nueva Farmacopea homeopática, ó Historia natural y
preparacion de los medicamentos homeopáticos, y Posologia, ó de la
administracion de las dósis. _Segunda edicion_, revisada y
considerablemente aumentada, con 135 figuras intercaladas en el testo;
traducida al español por D. Silverio Rodriguez Lopez, médico homeópata.
Madrid, 1860. Un tomo en 8.º, buena impresion, con 135 grabados. Precio:
30 rs. en Madrid y 34 en provincias, franco de porte.

JAHR. Nociones elementales acerca de la Homeopatía y del modo de
practicarla, con algunos de los mas importantes efectos de diez de los
principales remedios homeopáticos; dedicadas á las personas de buena fé
que quieran convencerse esperimentalmente de la verdad de esta doctrina.
Vertidas al castellano de la última edicion francesa, por los señores D.
Tomás Pellicer, médico homeópata, y D. J. Alvarez Peralta (de
Puerto-Rico), escritor médico, indivíduos de la Sociedad Hahnemanniana
matritense. _Segunda edicion_ española. Madrid, 1854. Un tomo en 8.º, 8
rs. en Madrid y 9 en provincias, franco de porte.

Madrid: 1862.--Imp. de Bailly-Bailliere.





*** End of this LibraryBlog Digital Book "Tratado metódico y práctico de Materia Médica y de Terapéutica, tomo primero" ***

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