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Title: Místicas; poesías
Author: Adler, María Raquel
Language: Spanish
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                               MÍSTICAS



                        LIBROS DE RAQUEL ADLER

                               EN VENTA


                        Revelación (Mi romance)

                                 Prosa


                               Místicas

                                Poesías


                            EN PREPARACIÓN

                          Cánticos de Raquel

                                Poesías



                             RAQUEL ADLER

                               MISTICAS

                                POESÍAS

                             EDITORIAL TOR

                          2068 PARAGUAY 2068

                             BUENOS AIRES



                                  ES

                               PROPIEDAD



DIOS

A la Sra. Regina Pacini de Alvear


[Illustration]

[Illustration: La Señorita RAQUEL ADLER recibió de S. S. el Papa Pió XI,
estas líneas en contestación a varios versos que oportunamente le
enviara.]



JUICIO


    SEÑOR, ante Tu juicio depuse mi destino;
    Y rendida a tus plantas espero la señal,
    Que en noche de tinieblas se diluya mi sino,
    O que ascienda sereno cual un astro triunfal!



GLORIA IN EXCELSIS DEO

Al Sr. Jorge A. Mitre


    ¿Qué es el hombre para que un
    Dios tan grande se digne hacerle objeto
    de sus pensamientos y cuidados?

    Vos, Dios mió, le hicisteis casi
    igual a los ángeles, le adornasteis con
    los dones más gloriosos de naturaleza
    y gracia, y le establecisteis en la
    tierra sobre todas vuestras obras.
         (Salmos de David. Salmo 8)


    DIOS en mí ha encendido la más sagrada llama,
    Poder indestructible del tiempo que la inflama.

    Dios en mí ha vertido tantos dotes humanos,
    Que a través de los siglos se tornan sobrehumanos.

    El en mí ha infiltrado la más gran maravilla:
    Vibrar con toda vida, brillar con lo que brilla;

    Con todo lo que canta, que llora, ríe o gime;
    Con lo desconocido, esta verdad sublime

    Del eterno misterio, cercano o infinito;
    Con el día y la noche, con su sagrado mito.

    Con el júbilo intenso de toda la esperanza;
    Con la fe que nos guía con inmensa confianza

    Hacia el poder grandioso de Tu reinado abstracto,
    Que siempre se prodiga y queda siempre intacto..

    Como toda alabanza, como toda canción,
    Haré de mí Tu obra de glorificación.

    Incrustaré en mi vida Tu gran magnificencia,
    Que es la virtud divina de toda quinta esencia.

    Infiltraré en mi sangre aquel sacro rocío,
    Con el que ungieras almas, les das valor y brío.

    Me impregnaré en Tu imagen; infundiré en mis fibras
    La llama del gran Todo en que siempre Tú vibras.

    Regaré las raíces de mi amor reverente
    Con Tu lluvia benéfica, Tu luz resplandeciente.

    Renovaré mis ansias, mis celos, mis clamores,
    Con Tu serenidad ungida de fervores,

    Y heme aquí arrodillada ante Tu tribunal,
    Prosternada mi vida por el bien, por el mal.

    Yo quiero ¡Dios eterno! cerrar el gran problema
    Del ser que todo puede, de la piedad suprema.

    Yo quiero ¡Dios eterno! ser el numen ingente
    De lo que se confirma, de lo que se presiente.

    Ser en la vida eterna sólo una afirmación,
    Y de todo propósito la irreductible acción.

    Ser la divina chispa de la sagrada llama;
    El Cáliz y el Santuario del que creyendo te ama.

    Y en un sublime arranque de infinita bondad
    Condensar en mí misma la gran Humanidad!



PIETAS

    "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen".
    (Evangelio de San Lucas, C. 23 V. 3)


    TU pasaste y tu aspecto mostraba un gesto grave;
    Fué así que me infundiste de tu sentir la clave.

    Te erguíste y en tus ojos había un dolor tan hondo
    Que penetraba en mi alma más allá de su fondo

    Detuviste tu marcha, levantaste tu brazo,
    Hería tu sentencia cual destrozante mazo.

    Hablaste y de tus labios sangraba la tristeza,
    Como lirio entre cardos, cual rosa en la maleza.

    "Veinte siglos, dijiste, ¡oh! siglos infecundos;
    "Mezquindad e injusticia abruman estos mundos".

    Indecisos y estériles de todo bien carecen,
    Porque les falta amor, porque su vida mecen

    Con febril inconsciencia y con ansias medrosas:
    Son máscara de seres, carcoma de las cosas.

    Porque su voz es débil y lo que dicen mienten,
    Afirman lo que ignoran y niegan lo que sienten.

    ¡Oh! siglos de mi siglo, ¡oh! vidas de mi vida,
    En pleno desvario la lascivia vivida.

    Hermanos de mis venas emana vuestra esencia,
    Y por mis venas corre sangre de vuestra herencia.

    Vuestro menor pecado va sangrando una herida;
    El oprobio es vuestro y mía es vuestra vida.

    Hermanos somos todos. ¿Por qué sois tan crueles
    Y proseguís la marcha por encurvados rieles?

    Hermanos en la vida, hermanos en la muerte,
    Humanas criaturas, ¿cual será vuestra suerte?

    ¿Acaso os olvidasteis de aquel buen Nazareno,
    Que con su holocausto os aproximó a su seno?

    ¿Acaso os olvidasteis cuando partió su entraña
    Para injertar la vuestra? y que si tal hazaña.

    Alejóle del Hombre, el Padre lo asilaba,
    Mientras él desde entonces por vosotros oraba,

    Clamaba e imploraba, se deshacía en llanto" ...
           *       *       *       *       *
    ¡Oh! Señor Jesu-Cristo, misericordia, santo

    Es tu grande designio, tu bondad infinita
    Que aún guardas de tu amor una chispa bendita.

    Destilan aún tus manos aquel sacro rocío,
    Con el que ungieras almas y fecundaras brío;

    Vierten aún tus ojos una luz sin poniente,
    Que abraza y encandila y brilla eternamente.

    Piedad para el proscrito que lleva desolado
    El corazón sin siembra y el alma sin arado.

    Sin pastor que lo guíe, sin una luz que alumbre
    Su senda en las tinieblas, su amarga incertidumbre.

    Piedad ¡oh! Jesu-Cristo, piedad para el humano
    Rebaño, cuya vida va gastándose en vano

    Por campos agostados donde caídos yacen;
    Piedad porque no saben, no saben lo que hacen.

    Misericordia y gracia ¡ Señor tenles piedad,
    Misericordia y gracia, con Ti en la Eternidad!



LA VISITACIÓN


    EN el silencio de la negra noche,
    Ahito el corazón se alza mi voz.
    Ya puso el tiempo su inefable broche
    Al día, y de uno nuevo se va en pos.

    El tiempo sin cesar traerá otro día,
    Y otra noche a mi ansioso corazón,
    Que a esta hora del mundo se deslía,
    Y sublime va alzando su canción!

    El hombre con su afán dará a esta hora,
    Insaciable, la sed de su pasión.
    El mal del hombre es grande y lo devora,
    ¡Oh carcajada cruel de su extorsión!

    Porque él ignora que una gran herida
    Va carcomiendo ya la Humanidad,
    Por la gota de amor mal recogida,
    Por un grano de fe en la Eternidad!

    Se acerca ya la noche; en su regazo
    Me acurruco y el alma en oración
    Va desplegando un inefable lazo,
    Confundo al mundo entero en un abrazo,
    Y el Señor me hace su visitación!



¿COMO?

Para Enriqueta L. Lucero


    COMO decirte, hermano, que es mi anhelo?
    ¿Cómo decirte, hermano que es mi sed?
    Si yo vivo tejiendo en mi desvelo
    Para mi ensueño una divina red.

    ¿Cómo decirte, hermano de qué suerte
    Iré a parar en brazos del amor?
    Si yo sigo anhelando que la muerte
    No ose tronchar ésta mi vida en flor ...

    ¿Cómo decirte y explicarte hermano
    Este enigma que mina ya mi ser?
    Si yo creo que un astro sobrehumano

    Fijó en mi vida un doble amanecer.
    ¿Cómo decirte, hermano, de qué modo
    Puedo explicarte este divino lodo?

    ¡Pregúntalo al Señor que sabe todo!



A UNA HERMANA

    Y dijo Jehová: ¿el que cae no
    se levanta, el que se desvia no torna
    a camino?
        (Jeremias, Cap. 8, Vers. 4).


    HERMANA aún es tiempo
    De poder mejorar,
    De tomar otra ruta,
    En donde así enmendar

    Aquel falaz destino
    Que te hizo desviar
    Crédula e inconsciente
    Los pasos al azar ...

    Hermana aún la ruta
    Se puede desandar.
    Hermana aún te resta
    La gracia de llorar!

    No importa si has caído,
    Ya te levantarás;
    No importa si has mentido
    Luego te enmendarás;

    Porque sobre tus pasos
    Volverás, volverás,
    Y de nuevo tu cara
    Dará con la verdad!

    Hermana aún te queda
    La ruta a desandar
    Aún te resta hermana
    La gracia de llorar!



ASI SEA


    SEÑOR si Tú lo crees, que yo aún no he dado
    Lo bastante a lavida, y que ya a la sazón
    Hubiera yo podido ser nutriz y blasón,
    De este mi pobre siglo y que lo he desdeñado.

    Señor si Tú lo crees que yo llevo heredado
    La gracia de tu espíritu; y que con mi eslabón
    Su engranaje ajustare, cadena en rebelión
    Del humano que todo, todo lo ha denigrado.

    Señor si Tú lo crees, que las gotas de oro
    Al humano no bastan; y que así yo demoro
    La redención sublime de paz, gloria y amor.

    ¿Que les abra mis venas, mi sangre de ellos sea.
    Les injerte mi espíritu, les nutre mi idea,
    Y que dé en holocausto mi vida que está en flor?

    ¡Señor si Tú lo pides, así sea Señor!



MILAGRO


    DESDE que Tú a mis hombros extendistes Tu diestra,
    Todo ante mi es luz y todo en mi es fiesta!



TRIPTICO



LA IDEA LUMINOSA

     Muchas veces Señor, según vuestras promesas habéis usado de bondad
     con vuestra sierva.

     Inspiradme también bondad para con los otros; enseñadme a arreglar
     bien mi conducta y a conocer perfectamente vuestros mandamientos,
     pues en observarlos fielmente pongo toda mi esperanza. (Salmos de
     David-salmo 118).


I

    SEÑOR, yo ya me acerco,
    Ya se acerca mi vida,
    Y refleja mi espíritu
    La Idea luminosa
    Del Ser y del no Ser.
    La luminosa idea,
    Que en sí lleva impregnada
    La beatitud serena
    De la luz inmortal.
    La Idea luminosa
    Que enceguece al Viajero
    Con su resplanceder.
    Y ese Viajero indómito
    Al verla en su destello
    Y en su inmenso fulgor,
    Cerró en su inconsciencia
    Sus ojos deslumhrados.
    Pupilas ofuscadas
    Ante la gran pupila
    Del Ser y del no Ser!
    Mas yo Señor me acerco,
    Mi vida ya se infunde,
    Y refleja mi espíritu
    La idea luminosa
    De Tu luz inmortal!



LA PALABRA DIVINA


II

    SEÑOR yo ya me acerco,
    Ya mi vida se allega,
    Y ya palpa mi espíritu
    La palabra divina
    De Tu ley inmortal.
    La divina palabra,
    Que en sí lleva impregnada
    La suprema sentencia
    Del humano ideal.
    La palabra divina,
    Que se impone al Viajero
    Con la llana consciencia
    De su magna verdad.
    Y el Viajero extraviado,
    Que sólo ha hallado en ella
    Vagas encrucijadas
    De un laberinto irreal.
    Desvió por un instante
    Sus ávidos anhelos,
    Su ansia de eternidad.
    Perturbado el espíritu,
    Amedrentado y solo
    Ante la supremacia
    Del humano ideal.
    Mas yo Señor me acerco,
    Mi vida ya se allega.
    Ya palpa mi espíritu
    La palabra divina
    De Tu ley inmortal!



EL AMOR INFINITO


III

    SEÑOR yo ya me acerco
    En ansias diluída,
    Y anegada en el éxtasis
    De Tu infinito amor.
    Revelada me ha sido
    Su excelsitud sagrada.
    Aceptad ¡oh! hermanos,
    En gracia del Señor
    Mi corazón henchido
    Colmado y fervoroso
    De gloria y de amor.
    Asidos bien en él;
    Asidos fuertemente.
    Y así los corazones
    Todos, sin excepción,
    Palpitarán en uno
    Su ansia y su fervor;
    Y en uno gozarán
    Las bonanzas más dulces;
    Y también sangrarán
    En un solo dolor.
    Aceptad ¡oh! hermanos
    Mi fervoroso amor.
    Señor yo ya me acerco
    Anegada en el éxtasis
    De Tu infinito amor.
    Ofrenda más sublime
    Que yo pueda ofrecer.
    Aceptadla hermanos
    En gracia del Señor!



DESTINO

Al Dr. L. V. López


    LE preguntó al Señor: ¿con qué arcilla amasaron
    Esta existencia mía? Y con voz apiadada
    Díjome: ¿No lo sabes? En tu arcilla mezclaron
    Una lágrima mía. ¡Oh tu privilegiada!

    Y volviendo a inquirirle: ¿con qué óleos ungieron
    Este cuerpo inmanchado? Y su voz animada
    Me dijo: de la savia del Todo te extrajeron
    La mirra de los reyes, ¡oh tú la muy amada!

    Y con fervor intenso, con grave reverencia,
    Anegada en el éxtasis de su magnificencia.
    ¿Qué vertisteis en mi espíritu? le dije prosternada,

    Y quiso responderme: ¡que sepan los mortales
    Que esencia de mi espíritu te di. En eternales
    Gracias de amor tu fuistes la gran santificada!

    ¡Soy tu sierva Señor! Para eso fuí creada!



HACIA TI


    HACIA Ti ¡oh Señor! se tienden nuestras manos,
    Hacia Tí ¡oh Señor! están ya sin cesar,
    Escuálidas y tristes en sus designios vanos.
    Señor, Tú a nosotros algo nos has de dar!

    Las manos que se tienden serán siempre sagradas
    Aunque pan de ignominia tuvieron que amasar.
    De un temblor sobrehumano estarán animadas,
    Y si ayer desdeñaron sabrán acariciar ...

    Señor te lo suplico con un fervor intenso
    En olvido no dejes al que puede implorar.
    La tentación es grande, y tu poder intenso,

    Señor a Tí venimos para poder amar!
    Señor necesitamos para el designio humano
    Tu fortaleza eterna, Tu mano en nuestra mano.

    Señor a Tí acudimos porque Tú puedes dar!



HIMNO


    OÍD, pueblos del mundo, hermanos de mi vida,
    Oid lo que mi boca os comunique ahora.
    Oid, que de mi labio la palabra sentida
    Tomará vuelo inmenso, despertará la hora!

     Oíd, grandes, pequeños, pobres, ricos, oid,
    Ya que en mí se prolonga del Señor una herencia
    Este es mi digno origen, noble y arcaica vid
    Que dará a sus sarmientos la más proficua esencia.

     Y el Señor que mi espíritu alumbra con el suyo;
    El Señor que me infunde esta sacra visión,
    El Señor que amamanta las palabras que arguyo
    El es el todo eterno; yo su alta misión.

     El me dará la gracia y el origen preclaros
    Para hacer que mi idea cobre ansias intensas,
    Para que mis palabras, resplandecientes faros,
    Disipen las negruras de estas sombras inmensas.

     Para anunciar al mundo y todas sus naciones
    Que esta es la hora sacra, que este es el gran momento,
    La hora que desecha todas las desviaciones
    Que de su tiempo fueron ilusorio sustento.

     Para infundirle fuerza y elevada conciencia
    De todo lo que se ama, se busca o ya se halló.
    Que en cada cosa hay una extraña providencia
    Y en cada acto un signo cabal que la falló.

     Que cada ser viviente es una suma herencia
    Del Señor que es prodigio de paz, gloria y amor.
    Que para proseguirlo hemos de ser la esencia
    De su divino numen: braza, luz y fulgor.

     Que el Señor nos ha ungido con aquel gran milagro
    Inefable y excelso de humana floración.
    Impulsemos los brotes, removamos el magro
    Rescoldo hacia una bella, grande renovación.

     Propulsemos el ansia que en nuestro ser palpita
    Por la magna palabra eternamente en pos.
    Seamos los conos de la ley no prescrita:
    Vivamos como un Hombre, amemos como un Dios!

     Pisemos en la zarza aún dejando en ella
    Girones de la carne al triscar en la espina ...
    Cada gota de sangre lucirá como estrella
    Y arderá en los zarzales el fuego que ilumina.

     Las manos de granito y el corazón de fuego
    Que amasen, consoliden, supremos monumentos!
    Blindad así la vida y de un constante riego
    Fecundad sus entrañas, huérfana de sustentos.

     ¡Amad, amad, sed buenos, sembrad con manos llenas
    Flores sobre las cruces, besos en las heridas ...
    Haced que el holocausto se amase en vuestras venas,
    Y que brote el ejemplo de vuestras propias vidas!

     ¡Amad, daos de lleno, que florezca en la tierra
    Una eterna sonrisa; y sea ella el jardín
    Y vosotros las flores! La tierra en primavera
    Eterna de dulzura y de un amor sin fin.

     Porque el Señor dispuso que en la vida el humano
    Conciliar pueda un día con toda majestad
    El ideal supremo. Más, si esto fuera en vano,
    Sepultaría el mundo en honda eternidad.

     Estas son las palabras que con sabiduría
    Y con gracia infinita me ha vertido el Señor.
    Yo, al par que las convierto en mi norte y mi grúa,
    Os las anuncio, hermanos, como un acto de amor.

     Os la anuncio, hermanos, y naciones del mundo
    Mis labios os transmiten la anhelada visión.
    ¡Oíd, grandes, pequeños, este humano y profundo
    Himno de amor y gloria, de santa redención!



SOLO EL CIELO

Para C. Vega Belgrano


    PASA el viento silbando,
    ¿qué querrá con su aullido
    El buen viento?

    Brama el mar con su oleaje,
    ¿Por qué sigue sondeando
    El abismo?

    Al renovarse eterna,
    ¿Qué germen milagroso
    Da la tierra?

    Sólo el cielo es completo,
    Sigue entre astros y rayos
    Sonriéndome.,.



DEJADME


    DEJAD que recorra los mundos
    ¡Abrid a mi paso horizonte!
    ¡Dejad mi bajel que navegue
    Sin popa ni proa mezquinas.
    ¡Soltadme que ciencia preclara
    Sondea mi buen timonel!
    Clavadas están mis pupilas
      En vida de un ansia mayor.
    Dejad que así escale las cumbres,
    Y vuelva sedienta a los planos.
    Me embeba del claro infinito,
    O batan mis alas el viento,
    En premio de nuevo vigor!
    Y así,
    Tendidos los brazos,
    Absortos los ojos,
    Jadeante el aliento,
    Dejad que recorra los mundos
    ¿En busca de quién?
                        ¡Del Señor!



ÍNDICE


                                                                    Págs.

Juicio                                                                11

Gloria in excelsis deo                                                15

Pietas                                                                21

La Visitación                                                         27

¿Cómo?                                                                31

A una hermana                                                         35

Así sea                                                               39

Milagro                                                               43

Tríptico.--

   I La idea luminosa                                                 49

  II La palabra divina                                                53

 III El amor infinito                                                 57

Destino                                                               61

Hacia Tí                                                              65

Himno                                                                 69

Sólo el cielo                                                         75

Dejadme                                                               79





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